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Isla al Sur

Premios Nacionales de Periodismo

MIL IDEAS PARA TU DELEITE CON GLADYS

MIL IDEAS PARA TU DELEITE CON GLADYS

Gladys Egües Cantero, Premio Nacional de Periodismo José Martí 2013, ha dedicado su labor a asuntos relacionados con la imagen personal y la educación familiar, aún considerados por muchos temas de segundo orden.

Texto y foto:

LIZ CARIDAD CONDE SÁNCHEZ,

estudiante de primer año de periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de la Habana.

Es una mujer que creció en una familia de músicos de la talla de Richard Egües, su padre, y Rembert Egües, el hermano. Sin embargo, la vida no le dio el talento para incursionar en el mundo de los sonidos y las partituras, pero si le otorgó, desde niña, capacidades extraordinarias para hablar y escribir. Por eso quiso ser abogada en un principio, hasta que el periodismo, “por pura casualidad”, la cautivó.

Los cubanos que tuvieron el privilegio de vivir la época dorada de la Orquesta Aragón, seguramente recordarán la canción Gladys, uno de los mejores danzones compuestos por el flautista de la famosa agrupación para dedicárselo a su hija en su cumpleaños 15.

Gladys Esther Egües Cantero, la inspiración de la famosa pieza musical, no nació para la música. En piano, cuenta que fue “terriblemente mala”; mas, eso no significó motivo alguno para quedarse rezagada en cuanto a aspiraciones de alcanzar la grandeza: “En una familia de excelentes músicos ser de baja calidad no valía la pena, por eso me interesé por la palabra.”

Gladita, como la llaman cariñosamente en el lugar donde ha laborado por más de treinta años como periodista, es una cubana tan sencilla, que a cualquiera, como sucedió conmigo durante el encuentro en su oficina de la Editorial de la Mujer, se le olvida que tiene en frente a una personalidad que ganó en el año 2013 el Premio Nacional de Periodismo José Martí por la Obra de toda la Vida.

Camino hacia el periodismo

Al preguntarle por sus comienzos, pone la mirada fija y sonríe. Dice haber tenido una juventud privilegiada por la época que vivió: “Me hice miliciana con trece años. En el año 1961 fui a la Sierra Maestra, e hice un recorrido por esa zona. Me abrió un mundo diferente al cual yo estaba acostumbrada, y conocí muchas cosas”.

Para el año 1963, en Matanzas, trabajó en el entonces Consejo Nacional de Cultura: “Un grupo de militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas pasó a fortalecer el organismo en dicha provincia, y en ese caso fuimos tres personas: Celodio Fajet, Adelina Vázquez Noriega y yo. Por cambios en la dirección cultural matancera decidimos, en común, venir a estudiar a la Escuela de Periodismo.

“En la Universidad de La Habana fui del equipo que transformó la revista Alma Máter en la década de los sesenta, junto a otros compañeros como Germán Piniella y Vicente Carrión. Hicimos muchas investigaciones dentro de la Universidad acerca de cómo los jóvenes veían la UJC, sobre el 13 de Marzo, entre otros. Fue una etapa extraordinaria de mi vida porque tuve una actividad muy fructífera”.

Hubo influencias cercanas a ella que le hicieron adquirir una amplia cultura. Una de las que más recuerda es la de Nancy Morejón: “Con ella tuve la posibilidad, entre los diez y los trece años de edad, de leerme casi toda la literatura francesa y alemana, todo lo que Nicolás Guillén publicaba hasta ese momento. Yo era como un perrito faldero porque siempre admiré su inteligencia y capacidad”.

Romance: una escuela

Tras graduarse de Periodismo, pasó a trabajar en la Revista Romance en agosto de 1973. Había ejercido en otras ocasiones la profesión, pero constituía la primera ubicación laboral. Recuerda ese momento como una experiencia inolvidable de su vida.

“Al inicio me sentí un poco defraudada porque para mí el periodismo femenino era vergonzante, lo consideraba menor. Pensaba que me iban a ubicar en las páginas de cultura, en el periódico Granma. Cuando me situaron en Romance, me sentí disminuida. No entendía el mundo, era muy jovencita y, por supuesto, no tenía el dominio de la realidad de la vida”.

Desde que comenzó a trabajar como profesional en Romance puso su empeño en función de determinados temas relacionados con la apariencia personal, la cultura del vestir, la educación de la familia y el hogar.

“A partir de la Revista Romance comencé con estos temas, aunque compartía Industria Ligera y Salud Pública. Con las compañeras Yara Luisa González y Silvia Bota me adentré en el mundo de la imagen. Hice mi primer trabajo de maquillaje con las joyas de papel maché de la pintora Antonia Eiriz. Al poco tiempo, ya tenía las secciones de Gavetero, En casa, Retacitos, todas relacionadas con la imagen. Por lo tanto, Romance fue una gran escuela”. 

-¿Por qué decide dedicar su trabajo a esos temas?

“Me empiezo a dar cuenta del valor ideológico de la imagen, a percatarme de que la moda y la imagen personal es un instrumento de la ideología golpeante y tenaz, a la cual, por supuesto, se le subvalora porque no se le sabe su importancia.

“Todo eso se une con los primeros años de la Revolución, cuando comenzó una vida diferente y había que enseñar a todas las personas del país la importancia de la educación en la estética personal porque ya entonces vestirse no fue solamente de la clase media, de la aristocracia obrera, de las personas de mayor economía, sino fue algo que debía llegar hasta el último rincón de Cuba, hasta la última mujer campesina, hasta la última mujer que se incorporaba a las tareas de la Revolución”.

Parte viva de la Editorial de la Mujer

Cuando la Federación de Mujeres Cubanas consideró unificar las publicaciones femeninas, Romance desapareció y se fundó la Editorial de la Mujer en enero de 1978. Egües pasó a formar parte de la nueva institución como periodista de la revista Mujeres. Su actividad fue fundamental para la posterior creación de las revista Muchacha, de la que fue fundadora. No podría contarse la historia de estas publicaciones para las féminas sin mencionar su nombre.

Al referirse al hecho, expresa con orgullo: “Para el Tercer Congreso de la FMC en marzo de 1980 salió el primer número de la revista Muchacha, que se estuvo preparando casi un año por todo el país. Se hizo el trabajo de la moda con mujeres estudiantes yobreras; se utilizó la propia ropa que ellas tenían. Eso fue un gustazo para las jóvenes”.

Textos como Mil Ideas para ti y tu familia, Para tu deleite, Proposiciones, han sido los de mayor éxito en la obra de la periodista. Aunque también ha incursionado en la radio y la televisión, la mayor parte de su trabajo ha sido en la prensa impresa.

“Tuve el privilegio de hacer Para tu deleite. Fue un libro con dos ediciones, muy demandado. Ha sido el libro estrella de la Editorial de la Mujer.

“A pesar de que soy una persona de prensa impresa, he tenido la posibilidad de hacer muchos espacios televisivos, desde la Revista de la Mañana, Mediodía en TV y el Canal Habana, donde hablo sobre la familia, los problemas conductuales, la importancia de la educación social y la convivencia. En la radio, durante el periodo especial, hice mis secciones correspondientes a la Revista Mujeres”.

-¿Cree que los medios de comunicación dan suficiente importancia a esos temas?

“En términos generales, la imagen, la moda, siempre se han considerado un material de segunda categoría, una tontería. Entender que es un problema ideológico es ahora que se está logrando. En estos tiempos es que se vienen a percatar las personas de que el vestir es también una herramienta de penetración cultural, ideológica y de manipulación. Actualmente han surgido muchos espacios y personas en nuestro país que se dedican a la moda”.

-¿Las personas han aceptado sus publicaciones y programas de radio y televisión aun cuando existe la idea de que son temas menores?

“Mi dominio y conocimiento de los temas viene dado, uno, por los estudios, y otro, por ese intercambio constante que tiene la revista con las mujeres y las familias de todo el país, sobre inquietudes, problemáticas, tanto del vestir como sobre las cuestiones del hogar y la cocina. Tendría que decir que muchísimas de las recetas publicadas en mis materiales han sido aportadas por las lectoras de Mujeres. La sección Mil Ideas de la revista es una de las más queridas por la población de Cuba.

Periodismo cubano actual: de todo, como en la viña del Señor

A Gladys Egües no le gusta hablar de la situación del periodismo cubano actual. “Todos conocemos las limitaciones que existen”, afirma. Pero al final, le es inevitable exponer su criterio al respecto.

“Hay muy buenos periodistas y se irán eliminando las debilidades que aún cercan al periodismo cubano. Es una profesión que tiene tantos defectos como virtudes; y en ese sentido, los defectos están en la variedad, la insistencia, la preeminencia; y las virtudes,en todo lo que ha ayudado en muchos lugares a las familias, a la educación de la población, a la información de lo que se necesita. Creo que hay de todo, como en la viña del Señor, excelentes y malos periodistas. Pienso que iremos acorralando cada día más las deficiencias”.

Premio José Martí: un galardón para su periodismo

“El Premio José Martí fue un galardón para este tipo de periodismo, que siempre había sido considerado de segunda categoría. Fue ponerlo en el lugar que se merece. ¿Si el galardón me hace sentir honrada porque creo que lo merezco? Sin lugar a duda. Significó un reconocimiento extraordinario y muy feliz que me siento por él. Cuando pasamos una mirada general por los laureados, han sido muy merecedores, y ser parte de ese grupo me honra, como honraría a cualquier periodista.

-Desde el punto de vista profesional y personal, ¿siente qué le queda algo por hacer?

“Siempre queda algo por hacer. Ahora mismo, para la Feria del Libro del año que viene no va ningún libro después de tantos ininterrumpidos. Quiero escribir una novela que la tengo empezada y no avanzo. Siempre hay muchas ideas, sueños, pero también me siento muy realizada en el orden personal, profesional y social. Soy una cubana feliz del tiempo que le ha tocado vivir”.

Pie de foto: Gladys Egües, destacada periodista de la Editorial de la Mujer y merecedora del Premio Nacional de Periodismo José Martí por su desempeño profesional.

Ficha técnica:

Objetivo central: Indagar acerca de los aspectos fundamentales de la vida y obra de la periodista Gladys Egües, que le hicieron merecer el Premio Nacional de Periodismo José Martí.

Objetivos colaterales: Conocer cómo se inició en el periodismo. Hablar acerca de los temas que han identificado su trabajo en los medio, de lo que considera acerca del periodismo cubano y lo que significó para su persona el galardón José Martí.

Tipo de entrevista:

Por los participantes: Individual.

Por su estructura: Mixta.

Por su contenido: De personalidad.

Por el canal que se obtuvo: Encuentro directo.

Tipo de título: De referencia al entrevistado.

Tipo de entrada: Biográfica, directa.

Tipo de cuerpo: Mixto.

Tipo de preguntas declaradas: 1-¿Por qué decide dedicar su trabajo a esos temas? (Directa); 2-¿Cree que los medios de comunicación dan suficiente importancia a esos temas? (Abierta, directa); 3-¿Las personas han aceptado sus publicaciones y programas de radio y televisión aun cuando existe la idea de que son temas menores? (Directa, alternativa); 4-¿Desde el punto de vista profesional y personal siente que le queda algo por hacer? (Abierta, directa).

Tipo de conclusión: De opinión o comentario del entrevistado.

Tipo de fuentes: Documentales: EcuRed; www.lajiribilla.cu: Entrevista a Gladys Egües, periodista de la revista Mujeres; www.bohemia.cu: Libro a la Carta Gladys Egües y su mundo.

EL GUAJIRITO VENDEDOR DE PERIÓDICOS EN BARACOA

EL GUAJIRITO VENDEDOR DE PERIÓDICOS EN BARACOA

 

 

Santiago Cardosa Arias, Premio Nacional de Periodismo José Martí 2014, a los 82 años rememora momentos de su vida periodística que lo hicieron merecedor del mayor galardón de la prensa cubana.

 

 

DIANELIS REMEDIOS SEGUI,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Foto: Cubadebate.

“Era solo un guajirito inquieto por los problemas de aquella sociedad, tenía un montón de faltas de ortografía, pero era mi pasión denunciar injusticias”, así describe Santiago Cardosa Arias sus inicios en el periodismo y mientras me brida un café, cuenta la anécdota que dio comienzo a su carrera.

“Nací en Baracoa, Guantánamo, en mayo de 1933. Allí fui voluntario del Cuerpo de Bomberos con solo nueve años, cursaba el quinto grado. Un día llegó el aviso que se estaba ahogando alguien en una de las playitas del pueblo y acudí al rescate con los demás compañeros. Al regresar, fui recibido con burlas y sentí tanta indignación que hice un escrito sobre ese hecho y el director de La Semana, periódico de la Ciudad Primada de Cuba, me dejó publicarlo, así nació el periodista.”

Pasó el tiempo y llegó hasta aquellos parajes una persona interesada en fundar la emisora CMDX Radio Baracoa. Cardosa fue uno de los primeros en presentarse y lo admitieron como locutor. Luego, por problemas con el salario de los trabajadores, se dejó de transmitir la programación y la cerraron.

En 1953 tuvo la oportunidad de venir para La Habana, donde empezó a trabajar en la revista Carteles como auxiliar de diseño y emplane: “Muchos maestros, entre ellos Luis Gómez Wanguemert, Elio Constatin, Onelio Jorge Cardoso y Roberto Branley, me enseñaron a hacer periodismo de verdad; solo de oírlos aprendía. Gracias a ellos, quienes eran la lumbrera periodística de Cuba en aquella época, publiqué algunos reportajes. Para mí fue un tremendo honor poder compartir con esas figuras y aún me siento en deuda.”

A mediados de los años 50 estableció una corresponsalía voluntaria con La Semana. Con el seudónimo Sacaari publicó noticias y comentarios sobre su pueblo. Colaboró con una célula del Movimiento 26 de Julio y emplanó dos números clandestinos de Revolución. Realizó otras tareas de propaganda con colaboradores del Directorio Estudiantil Universitario 13 de Marzo y el Partido Socialista Popular.

En abril de1961, cuando está ascendiendo el Pico Turquino para la graduación como periodista profesional de la escuela Manuel Márquez Sterling, escucha por la radio que se ha producido la invasión por Playa Girón. Junto con el fotógrafo Roberto Salas (Salitas), bajan la Sierra, se dirigen hacia el escenario del acontecimiento, convirtiéndose en corresponsales de guerra para el diario Revolución.

Un ejemplo de su trabajo en el diario antes mencionado es la última entrevista a Benny Moré, el Bárbaro del ritmo. Santiago la recuerda así: “Estábamos en vísperas de la celebración del Festival Papel y Tinta, organizado por el periódico Revolución, en el área frente al Capitolio. Aquel 3 de enero andábamos todos en el ajetreo de organizar el jolgorio. Todos, incluyendo a Benny, quien hizo de la fiesta del aniversario de nuestro diario la suya. Y en la tarde, en su hogar del reparto La Cumbre (Caballo Blanco), nos recibió el artista lajero e invitó a pasar al patio, al fondo observamos la cría de animales que atendía con celo y a los cuales les ponía nombres de artistas famosos: Celeste Mendoza, Juana Bacallao”. De esta manera sencilla y confianzuda inicia Cardosa la última entrevista realizada a uno de los principales músicos cubanos.

En el periódico Granma comenzó a trabajar en 1965, y allí se mantuvo por más de 30 años. Fue jefe de Corresponsales y Redacción Nacional, indistintamente: “Mi experiencia como jefe de Redacción Nacional fue muy buena y tengo grandes recuerdos. Era exigente, para mí el cierre del periódico era muy importante y los periodistas de la Redacción se ponían conversadores, por eso tenía un cartel en mi puerta que decía: ‘’El cierre es el cierre’’, la consigna hablaba por mí. A veces era necesario quitar una noticia para poner otra de último momento, más importante, y hacía falta la cooperación de todos, además del respeto que debía existir por el horario de trabajo".

Obra periodística

-Su primer libro fue “Ahora se acabó el chinchero”. ¿Cómo se le ocurrió el título y qué objetivo perseguía con el texto?

El título lo encontré en un solar, a inicios del triunfo de la Revolución en plena Reforma Urbana, cuando una mujer desde un balcón le dijo a su vecina: “Oye, ahora si se acabó el chinchero”. Ella comparaba al antiguo gobierno con la chinche y daba gracias a la Revolución por la oportunidad que le brindaba de hacerse propietaria de su modesta vivienda.

El libro es una recopilación de mis reportajes antes de la victoria revolucionaria y tuvo el propósito de denunciar aquella etapa poco feliz de Cuba.

-Algunos colegas consideran que su periodismo posee estilo literario. ¿Qué opina?

Cuando escribo lo hago todo como un cuento, me gusta relatar la historia de la gente tal y como es. A cualquier acontecimiento cotidiano le sacaba lasca, narraba detalles de la realidad por la que estaban pasando las personas.

-El 22 de octubre de 1959 a usted le entregaron el Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por su reportaje ‘’Lo que nos dejó Mamá Yunai’’. ¿Qué decía ese trabajo para que obtuviera uno de los más importantes premios periodísticos de la República?

Después de un recorrido que realicé por el central Preston, en la antigua provincia de Oriente, se publicó en Carteles aquel reportaje. Fue una denuncia de cómo la compañía United Fruit Company, la ‘’Mamá Yunai’’, como le decían, creó un mundo de segregación. Una parte del pueblo era exclusiva para los americanos, la otra para cubanos. Estaba la zona por donde no podía caminar ni un solo negro, únicamente los blancos, y los barracones eran para los cortadores de caña. Había hasta dos cementerios: uno para los yanquis y otro para cubanos.

Aquello fue un escándalo y el nombre lo tomé por uno de los entrevistados, que me dijo: «Esto fue lo que nos dejó “Mamá Yunai”». Esa ha sido una norma para mí: ponerle título a los reportajes a partir de algo revelador que hayan dicho los personajes.

En campaña por la abundancia es un amplio reportaje escrito por Cardosa sobre el recorrido de ocho días, en 1966, del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, con el objetivo de optimizar la calidad de los sectores económicos y sociales para el desarrollo del pueblo. El periplo inició en Cárdenas y finalizó en Las Coloradas, en el punto exacto donde se produjo el desembarco del Granma. En esta oportunidad lo acompañó Alberto Korda, uno de los mejores fotoreporteros de la época.

Cardosa valora este recorrido como una excepcional experiencia: “Ese periplo con el Comandante en Jefe fue muy importante, no solo por la posibilidad de pasar tanto tiempo con el líder de la revolución, sino también por ver su estilo de trabajo tan intenso y su diálogo permanente con el pueblo”.

Otro libro de su autoría es El reportaje y el reportero (1976),  que tiene como contenido una conferencia brindada a los estudiantes de Periodismo de la Universidad de Oriente, que devino luego como consulta obligatoria para estudiantes de Periodismo. Es coautor de las obras: Reportajes de una nueva vida, Antes del Moncada, entre otros, publicados en Granma y que tuvieron gran acogida en la opinión pública.

Cardosa Arias es autor de Tras las huellas del ciclón Flora (inédito), libro con testimonios de damnificados en Oriente y Camagüey de aquel huracán, de octubre de 1963. Tiene, sin publicar, un volumen de cuentos, varios de los cuales han aparecido en las revistas INRA y Bohemia. Carla, uno de sus relatos, fue llevado a la Televisión Nacional en el espacio El Cuento.

“Siempre quise hacer cosas diferentes, por eso me refugié en el reportaje porque es el género que permite hacer de todo un poco: mezclar entrevista, nota informativa, crónica, es muy apasionante. Analizaba si mis trabajos atraían a los lectores, de ahí que el título era su cuestión principal. Un día encontré a un campesino que su hijita había muerto porque no le pudo comprar un medicamento, este acontecimiento dio lugar a Por dos cincuenta se murió Tomasita”.

El futuro y la prensa cubana

-¿Qué que debe mejorar la prensa cubana para que tenga más aceptación en la sociedad en general, pero especial en los jóvenes?

Se necesita hablar más de los problemas cotidianos de las personas, llegar a ellos a través de las dificultades diarias. No estoy diciendo que el periódico entero sea sobre eso, por supuesto, pues hay que hablar de cultura, del acontecer nacional e internacional, de deporte. Pero sería bueno que dedicaran un espacio mayor a hablar, por ejemplo, de por qué hay falta de medicamentos, por qué  hay problemas de transporte tan graves, o sea, de alguna manera denunciar y explicar lo que todos ven y de los cuales muy poco se escribe. Así los lectores se sentirán más identificados y leerán más la prensa.

-Cualidades que no deben faltar a un periodista.

Debe ser honesto y comprometido con la verdad. Debe procurar que sus trabajos sean de interés para los lectores, trabajar pensando en ellos. Debe confiar en la información, pero a la vez ponerla en duda, contrastarla. Debe el periodista superarse día a día, nunca creerse sabelotodo, ser modestos, así se le abrirán muchas puertas.

-Expectativas acerca de las nuevas generaciones de periodistas.

Estoy muy contento con el papel que han desempeñado no pocos de los nuevos periodistas de la Revolución. Espero sepan aprovechar el momento histórico que están viviendo y lo cuenten bien, se hagan escuchar , cada día hagan mejor prensa, protejan la patria y honren a quienes le precedieron.

-¿Qué significó para usted recibir el Premio Nacional de Periodismo José Martí 2014?

No tuve la oportunidad de ir a recoger el Premio en el acto de entrega porque me encontraba con problemas de salud, pero la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) se encargó de hacérmelo llegar. Una vez en mis manos, fue muy grande la alegría y satisfacción que sentimos mi familia y yo. Recibir un reconocimiento de tal magnitud, me hace sentir que he honrado a lo largo de mi vida a aquel guajirito que vendía periódicos en Baracoa.

Pie de foto: Santiago Cardosa Arias es un paradigma del periodismo cubano y se destaca tanto por su hacer práctico como por los aportes teóricos.

Ficha técnica:

Objetivo central: Conocer sobre la vida y obra del Premio Nacional de Periodismo José Martí en 2014, Santiago Cardosa Arias. (Anécdotas, experiencias).

Objetivos colaterales: Conocer sus opiniones sobre la prensa cubana y el futuro de ella.

Tipo de entrevista:

Por los participantes: Individual.

Por la estructura: Mixta.

Por su contenido: De personalidad.

Por el canal que se obtuvo: Cara a cara.

Tipo de título: Evocativo.

Tipo de entrada: Anecdótica.

Tipo de cuerpo: Mixto.

Tipo de preguntas declaradas: 1-Su primer libro fue “Ahora se acabó el chinchero”. ¿Cómo se le ocurrió el título y qué objetivo perseguía con el texto?/ Exploración; 2--Algunos colegas consideran que su periodismo posee estilo literario. ¿Qué opina?/ Opinión; 3-El 22 de octubre de 1959 a usted le entregaron el Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por su reportaje ‘’Lo que nos dejó Mamá Yunai’’. ¿Qué decía ese trabajo para que obtuviera uno de los más importantes premios periodísticos de la República?/Cerrada; 4-¿Qué cree usted que debe mejorar la prensa cubana para que tenga más aceptación en la sociedad en general, pero especial en los jóvenes?/ Polémica; 5-Cualidades que no deben faltar a un periodista /Abierta; 6-Expectativas acerca de las nuevas generaciones de periodistas. / Abierta; 7-¿Qué significó para usted recibir el Premio Nacional de Periodismo José Martí?/ Abierta.

Tipo de conclusión: De comentario del entrevistado.

Tipo de fuentes: Directas, documentales.

 

“SOY QUIEN SOY POR SENTIMIENTO, NO POR CONVENIENCIA”

“SOY QUIEN SOY POR SENTIMIENTO, NO POR CONVENIENCIA”

José Alejandro Rodríguez, Premio Nacional de Periodismo José Martí, lleva más de 17 años al frente de la sección Acuse de recibo en el diario Juventud Rebelde, un espacio para los problemas que afectan a la sociedad cubana.

DANIEL MONTERO PUPO,    

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Mientras entraba a la redacción de Juventud Rebelde, pensaba: “Él es Premio Nacional de Periodismo, un líder de opinión en nuestro país, una figura pública respetada, el creador de Acuse de recibo”. Mis nervios estaban tensos, mas al acercarme a José Alejandro Rodríguez, un caluroso “Hola, ¿cómo estás? Echa pa´cá”, me hizo componer e ir dispuesto a aprovechar la oportunidad.

Posee una larga trayectoria, periodista que labra su suerte a golpe de talento y cuyo nombre se ha convertido en sinónimo de verdad, y no cualquier verdad, sino la difícil, la que hace falta para que cambien las cosas, verdad catalizadora de los problemas de un país y de una sociedad.

Comenzó por relatar la infancia en Jovellanos, junto a la familia dedicada casi en su totalidad al magisterio y cómo inculcaron en él los deseos de saber y cuestionarse todo lo que le rodeaba.

“En mi familia casi todos eran pedagogos. Mi padre era dueño de una escuela en la que se enseñaba desde primaria hasta bachillerato y fue un gran hombre de una hermosa trayectoria como profesional. Fue maestro normalista y luego se hizo Doctor en Pedagogía en la Universidad de La Habana. Creía que enseñar no es solo introducir conocimientos, sino formar seres humanos con valores”.

-Teniendo en cuenta la posición social de su familia, ¿cómo reaccionaron ante el triunfo de la Revolución?

“Mi padre abrazó la Revolución y no de manera oportunista. Cuando le intervinieron la escuela, reunió a sus tres hijos y nos dijo algo muy grande que se me grabó para siempre: ´Nosotros hemos descendido en la escala social, pero para que muchos asciendan. Lo más importante es que la gente que vive en la pobreza ahora estará mejor´. El cargó con que lo llamaron pequeño burgués y nos enseñó a sentir el proceso. A mis padres les debo mi posición política, que no es nada complaciente”.

El periodismo

“Me incliné por esta profesión por ser una persona comunicativa, porque tenía la necesidad de expresar lo que sentía. De joven hice poemas, pero después me di cuenta que lo mío no era la literatura sino el periodismo, eso no quiere decir que una crónica no pueda convertirse en literatura, y si no, mira a Hemingway, pero el periodista no escribe para la inmortalidad, él no sabe qué va a pasar en un futuro con lo que escribe”.

Desde que en 1974 comenzara su servicio social en Radio Cadena Agramonte, Pepe, como le dicen, ha trabajado en varios medios: primero Trabajadores, luego Juventud Rebelde, Bohemia y de vuelta al Juventud, mas siempre haciendo uso de la palabra para contribuir a la sociedad y no criticarla sin sentido, abordando temas difíciles de manera concreta y locuaz, siempre respetuoso.

“A Trabajadores le debo mucho porque me puso los pies sobre la tierra y vinculó con la gente. En Juventud Rebelde jugué más al ritmo de los estilos, encontré un lugar para desarrollar lo que más disfruto, que son los géneros de opinión, pues aquí siempre ha sido ponderado ese género. En Bohemia supe lo que era trabajar con tiempo, pero tuve que virar, porque aquí es donde me siento bien, aunque siempre esté inconforme con el periódico”.

-Usted ha declarado que el proceso creativo en Juventud Rebelde está lleno de magia, aunque el resultado final no sea igual. ¿Por qué?

“Quizás me aferro a un Juventud que ya no existe. Aquí siempre ha habido una manera diferente de interpretar la realidad, no solo es lo que se dice sino cómo se dice, existe un cierto desenfado a la hora de expresar las ideas. Este siempre ha sido un periódico de cronistas con una manera distinta de ver las cosas, es como un halo que tiene, y si pierde eso, lo pierde todo”.

Cuando pregunto por periodistas que hayan influenciado su trabajo, levanta la cabeza y hace un gesto como de quien está metido en un aprieto. Tras una pausa deja salir varios nombres: Carpentier, Guillén, Rolando Pérez Betancourt, Manuel González Bello, pero termina diciendo: “He estado atravesado por el periodismo desde una condición personal y de una belleza auténtica y no importada”.

Acuse de recibo

“Primero déjame aclarar que no fue idea mía, sino del entonces director del periódico, Rogelio Polanco. Los periódicos cubanos no tenían mucha sistematicidad en reflejar el sentimiento del público. Granma tuvo A vuelta de correo, pero Juventud Rebelde necesitaba retomar esa sección de periodismo ciudadano. Yo puse en practica el sueño del Polanco, él creo las normas y la filosofía de la sección, que no es más que abrir una ventana a la realidad del país, a los claroscuros, a la democracia, a que la gente tenga un lugar donde expresarse.

“Polanco me dijo: ´Cuando empiecen a llamar las instituciones, a pedir cuentas, tú les dices que llamen para concertar una reunión, ellos tienen que venir aquí y no al revés, y yo voy a estar presente´. Siempre estuvimos de acuerdo en no consultar con las instituciones lo que publicamos, además de que operativamente es imposible. Es cierto que se corre el riesgo de que te engañen, y cuando ha pasado no nos tiembla la mano, pero es raro que pase.

“Hemos tratado de crear un puente entre las instituciones y los ciudadanos. Pero no ha sido fácil, la sección ha tenido un camino muy escabroso. Al principio, el porcentaje de respuesta institucional era muy bajo, incluso ahora, más de 17 años después, estamos en un 88 por ciento. Hemos dicho las cosas con respeto, pero con fuerza, con elegancia, pero con filo, y dejando claro que lo más importante no es la imagen de la institución sino lo que los ciudadanos sientan”.

-¿Cómo ha vivido la reacción de la gente?

“Unos se molestan, incluso ha habido amenazas, unas más sutiles que otras. Algunos han tratado de comprarme para que yo priorice su problema. También están las personas agradecidas que quieren tener un detalle conmigo, pero aunque sean miles los problemas, la respuesta es no. El periodista debe tener una ética que le permita criticar sin que nadie lo pueda señalar con el dedo”.

Con tantas personas que lo elogian en la calle, o que simplemente lo conocen y respetan por los programas Acuse de recibo, Papelitos hablan, Hablando claro o En buen cubano, confiesa que su mayor miedo es que su trabajo decaiga y la gente pierda la confianza en él: “¿Y si no logro satisfacer siempre la expectativa? Eso es algo que no me deja tranquilo”.

-La prensa escrita…

“Te desnuda completamente. Yo he hecho radio y televisión, y lo que se dice ahí muchas veces se pierde en el éter, pero en la prensa escrita te expones diariamente, dejas una huella que la gente pasa de mano en mano para bien y para mal, y eso te obliga a ser muy riguroso”.

-Con la oleada de información digital que existe actualmente y el creciente rol de los audiovisuales, ¿cuál cree que sea el futuro de la prensa escrita?

“No se puede ir en contra de las tecnologías, pero estas son medios, no fines, la radio y la televisión aparecieron y no desapareció la prensa escrita y ahora no tiene por qué hacerlo. Yo soy un jurásico analógico, pero creo que de las tecnologías es necesario apropiarse, es cierto que la prensa escrita ha perdido poder, ya pocas veces da primicias o palos periodísticos, pero le queda desmontar la realidad, reflejar lo que nadie refleja, analizar, está obligada a ser profunda”.

-¿Qué trabajo le hubiera gustado hacer o publicar que no pudo?

“En el Congreso de la UPEC del año 2000 le pedí una entrevista a Fidel, que fuera de personalidad, una entrevista que pudiera ser leída dentro de mil años porque no tendría nada que ver con política. Le conté que tenía 60 preguntas preparadas desde hace mucho tiempo. Establecimos un diálogo muy interesante y él accedió, pero pasó el tiempo y nunca ocurrió.

“No me considero un periodista totalmente realizado, y me doy cuenta de que hubiera podido hacer mucho más cuando era joven. Quisiera haber sido corresponsal de guerra en Angola o Etiopía. A pesar de todo, siempre traté de hacer mi crónica de los hechos, aunque yo no fuera el periodista escogido para cubrirlo. Pero de lo que hubiera querido, creo que casi todo”.

Al preguntarle como fue recibir el Premio Nacional de Periodismo José Martí se queda callado y su rostro se transforma por una fuerte emoción: “Fue muy difícil, creo que hay muchos que lo merecían antes que yo”. Tras otro silencio, dice con tristeza: “Me acuerdo de un amigo mío que lo merecía primero y falleció, Manuel González Bello, tan increíble y tan Manuel.

“No es que crea que no lo merezca, pero no me creo superior a nadie. Soy un eterno aprendiz de periodista, y esa inconformidad es la que me ha permitido mantenerme lúcido. Mi carrera periodística ha sido un proceso orgánico gradual, yo tuve que venir de abajo y soy quien soy por sentimiento, no por conveniencia. El premio es un arma de doble filo, ahora la gente me juzga más recio”.

-¿Qué le aconsejaría a alguien que se inicia en la profesión?

“Asumirla con disposición y no creer que lo sabe todo. Defender las ideas propias, pero saber escuchar y no tenerle miedo a nada. Mirar hacia atrás, a aquellos que le han abierto el camino. También leer mucho, no te puedo decir cuánto me ha ayudado la lectura. Pero sobre todo, ser honesto, practicar día a día el ejercicio de la sinceridad”.

Pie de foto: Tras casi 40 años en el periodismo, Pepe Alejandro sigue teniendo mucho que decir.

Ficha técnica:

Objetivo central: Abarcar la carrera periodística de José Alejandro Rodríguez a partir de sus impresiones de la misma.

Objetivo colateral: Abordarlo como persona y como conocedor de la prensa.

Tipo de entrevista:

Por los participantes: Individual.

Por su estructura: Mixta.

Por el contenido: De personalidad.

Tipo de título: De cita directa.

Tipo de entrada: Referencial.

Tipo de cuerpo: Mixto.

Tipo de preguntas: 1-Teniendo en cuenta la posición social de su familia, ¿cómo reaccionaron ante el triunfo de la Revolución? Abierta; 2-Usted ha declarado que el proceso creativo en Juventud Rebelde está lleno de magia, aunque el resultado final no sea igual. ¿Por qué? Abierta; 3-¿Cómo ha vivido la reacción de la gente? Directa; 4-Con la oleada de información digital que existe actualmente y el creciente rol de los audiovisuales, ¿cuál cree que sea el futuro de la prensa escrita? De opinión; 5-¿Qué trabajo le hubiera gustado hacer o publicar que no pudo? Directa; 6-¿Qué le aconsejaría a alguien que se inicia en la profesión? De opinión.

Tipo de conclusión: Opinión del entrevistado.

Tipo de Fuentes: Directa.

 

PERFECTO MAESTRO DEL LENTE

PERFECTO MAESTRO DEL LENTE

El fotógrafo Romero, Premio Nacional de Periodismo José Martí en 2013, ha dedicado más de 55 años de su vida al trabajo para la Revolución desde su frente de batalla: la imagen periodística.

Texto y foto:

CLAUDIA DOMÍNGUEZ VÁZQUEZ,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de comunicación,

Universidad de La Habana.

A velocidad impresionante para sus 79 años, parqueó el Lada azul frente al semanario humorístico Palante. Bajó del auto sonriendo a sus compañeras de trabajo que venían por la acera y “bonchaban” con la destreza del chofer.

-Discúlpame si llegué un poco tarde, le estaba haciendo a mi nieto un machete de juguete para una actividad en la escuela. Tiene cinco años y es muy inteligente y travieso, me gusta mucho jugar con él, enseñarle.

Así se presenta el fotógrafo Perfecto Romero, Premio Nacional de Periodismo José Martí en el año 2013, profesional que ha construido su valía con trabajos tan importantes como la imagen de Camilo –que después sirvió para el monumento en el Museo de Yaguajay-, el retrato del Señor de la Vanguardia que aparece en el billete de 20 pesos, y las fotos del lanzamiento al espacio de la nave especial donde viajó el Héroe de la Revolución, Arnaldo Tamayo.

“Comencé en la fotografía comercial en el año 1955. Había ganado un premio en la lotería y lo tomé para comprar una cámara Bessa,  estuve trabajando con ella hasta finales de 1958, cuando me incorporé a la columna  número 8 Ciro Redondo. Yo pertenecía a un grupo del 26 de Julio y cuando supimos que el Che necesitaba refuerzos, salimos para el Escambray al otro día. Iba a pelear, dispuesto a combatir, llevé la cámara por si nos encontrábamos con los guardias, como era fotógrafo ambulante, serviría de pretexto.

“Al no llevar fusil, el Che me nombró corresponsal, incluso se destinó un fondo para comprar los utensilios y montar un cuarto oscuro, mas faltó la ampliadora, sin la cual no se podían imprimir las fotos. Pero la guerra fue más rápido que todo eso, antes de darnos cuenta ya habíamos atacado Fomento y Cabaiguán”.

-Conoció a Camilo el 24 de diciembre de 1958 en Yaguajay, ¿qué impresión le causó el Señor de la Vanguardia?

Lo encontré a la entrada de Yaguajay. Fui con Ángel Frías a llevar armamento: una bazuca y dos morteros. Primero saludó a Ángel. Cuando llegó a mí, lo hizo con un cariño tremendo, como si me conociera de toda la vida, así era él. A partir de ese momento, me saludaba con afecto donde nos encontráramos y después, en el 59, lo acompañé como fotógrafo a muchas actividades. Era un hombre excepcional. Andaba con los bolsillos llenos de papelitos que recogía con las inquietudes de la población y los respondía en las noches.

-¿Qué hizo al triunfo de la Revolución?

En La Habana fotografié la entrada de Fidel el 8 de enero. Un día en La Cabaña, el Che me pregunta qué estaba haciendo, le contesté que cubría algunas actividades y dijo que fuera para Ciudad Libertad y buscara a Ramos, el jefe de la sección de Cultura del Ejército Rebelde. Ese hombre que me invitó a trabajar en la revista Verde Olivo. Fui el primer fotógrafo.

Luego participé en la Limpia del Escambray y en la lucha contra bandidos. Cuando Girón, esperé un supuesto ataque por Pinar del Río. También reporté el entrenamiento de Arnaldo Tamayo para el viaje al espacio, el despegue y el descenso de la nave.

-En una entrevista que ofreció a Radio Habana Cuba, señaló que durante la lucha insurreccional y los primeros años de la Revolución no se sentía parte de un acontecimiento histórico, sino que estaba haciendo su trabajo. Pero, ¿cuán diferente fuera usted si no hubiese sido testigo y partícipe de aquellos sucesos?

No fuera quién soy, porque todo lo que hice, aunque en aquel momento no tenía conciencia de la importancia que tomaría en un futuro, ha determinado mucho en mi vida. Las imágenes de la lucha insurreccional, de los primeros años de la Revolución y de figuras tan significativas como el Che y Camilo, tienen hoy un valor tremendo, son la representación de una época histórica. Ahora pienso que podía haber hecho más.

-Usted dijo que sus negativos eran su tesoro.

Sí, mira, una vez cometí un error, le di a la Dirección Política de la revista Verde Olivo mis negativos, pensando que tal vez fuera histórico o algo así, que le darían alguna importancia, pero un día buscando unos libros en los archivos encontré los negativos tirados por ahí, los recogí, limpié y dije que nunca más me desharía de ellos.

-“Sin lugar a dudas, esta secuencia gráfica alcanza la dimensión de obra artística por la nitidez de detalles en la composición así como también por la sensibilidad de observar con exigencia el discurso social que le dio veracidad a cada una de las fotografías”, señaló Lourdes Socarrás, curadora de la exposición Miradas reveladoras. Figuró usted entre los maestros del lente hacedores de esas imágenes, que no son solo instantáneas, sino buenas instantáneas.

Me gusta retratar al hombre en su trabajo, él es quien crea el objeto, el hecho. Nunca hago una foto donde no aparezca el ser humano, esa es mi técnica. En aquella exposición están representados los primeros años de la Revolución, las fotografías cuentan la historia del Che y Camilo rodeados del pueblo, de las movilizaciones combativas y productivas, la alegría por el cambio. También fueron exhibidas fotos de Liborio Noval, Raúl Corrales, Osvaldo Salas, Alberto Korda y otros.

-Las fotografías del libro “Habana en mi corazón”, expuestas en la Galería Proud, de Londres, y la muestra en las salas del Instituto Valenciano de Arte Moderno llevaron parte de su trabajo fuera de las fronteras cubanas. ¿Qué sintió al saber que su obra es también apreciada en otros lugares del mundo?

Es muy agradable que la obra de la vida sea reconocida en tantos lugares y que haya alcanzado la importancia que tiene hoy. Me reconforta ser el autor de la foto que hoy aparece en el billete de veinte pesos cubanos y que la silueta del monumento a Camilo, en Yaguajay, sea la primera foto que le tomé; esas imágenes han viajado el mundo en cada exposición que rememore la época, que sean tan reconocidas engrandece mi trabajo. Esas exhibiciones han pasado por galerías de Estados Unidos, Londres, Italia y Brasil. También en breve deben salir dos libros sobre mi vida y mis fotografías.

-Con tantas responsabilidades que lo llevaron a estar fuera de casa por mucho tiempo, ¿qué parte deja para su familia?

Ada, mi mujer, ha sido heroína, porque ha tenido que soportar los viajes al exterior; en Cuba, las movilizaciones y todas las noticias que tenía que cubrir. Cuando nació Yiley, mi hija, yo estaba haciendo el recorrido que hizo el Che desde la Sierra Maestra hasta el Escambray, la conocí cuando tenía dos semanas de nacida. Pero eso Ada lo ha comprendido, ella es mi retaguardia.

Soy muy alegre, a veces le hago maldades a Ada y a ella no le gustan, pero nos reímos juntos. Me encargo de recoger la casa, tender la cama, el fregado de la loza es mío también y, por supuesto, ayudar a los nietos en las cosas de la escuela, como el machete hoy en la mañana.

-¿Cómo llegó a Palante?

En 1987, me jubilé de las FAR y en aquel entonces, al subdirector de Verde Olivo, lo nombraron director de Palante, él me llamó a trabajar aquí y hasta hoy. Cubro cualquier noticia relacionada con el humor, las bienales en San Antonio de los Baños, el Festival Melaito; el periódico no solo hace caricaturas, tenemos un trabajo muy amplio. También soy el secretario del Partido del semanario desde 1987.

-A partir de la V Edición de la Bienal del Humor en San Antonio de los Baños, asistió con su cámara y retrataba todo lo que ocurría, en las conferencias o en la Taberna del Tío Cabrera. ¿Es solo trabajo asistir a cada edición?

Reportaba en las bienales desde que estaba en Verde Olivo y aquí es por plantilla. También he presentado y obtenido premios en la modalidad de fotografía, pero no participaré más, no me satisface el premio físico que ahora se da.

-El Escambray, Camilo, las 36 fotos del lanzamiento de la nave espacial al Cosmos, son algunos de los momentos que admiramos en sus instantáneas, ¿cuáles cree que son las más importantes?

Las más importantes creo que son las de la lucha insurreccional y el vuelo al Cosmos. Son la huella de esos momentos en la historia.

-Haciendo una retrospectiva profesional, ¿cuál es su foto preferida?

Todas, aunque guardo especial cariño por la de Camilo, que es la del billete de veinte pesos, y también la del día del entierro de las víctimas de La Coubre, donde van Fidel, el Che y Dorticós con los brazos entrelazados, esa foto ha sido muy publicada.

-¿Deudas?

Quisiera haber retratado más al Che y Camilo, no podía imaginar que desaparecieran tan rápido. Hoy pienso que desaproveché las oportunidades, quizás tuviese otros trescientos negativos que atesorar y el pueblo más imágenes que admirar.

-El 8 de febrero de 2013 la Unión de Periodistas de Cuba le concedió el Premio Nacional de Periodismo José Martí, para algunos tardío, pero siempre bien merecido.

Sonríe, aprieta las manos y escuetamente responde: “Me hizo muy feliz. Fue muy importante”.

Pie de foto: Perfecto Romero, Premio Nacional de Periodismo 2013, ha conseguido capturar con su cámara imágenes tan importantes como la figura de Camilo que aparece en el billete de 20 pesos.

Ficha técnica:

Objetivo central: Mostrar al lector la obra que ha desarrollado el Premio Nacional de Periodismo 2013, Perfecto Romero.

Objetivo colateral: Realizar un bosquejo sobre las fotografías más importantes de los primeros años de la Revolución.

Tipo de entrevista:

Por los participantes: Individual.

Por la estructura: Clásica.

Por el contenido: De personalidad.

Por el canal que se obtuvo: Encuentro directo.

Tipo de título: De juego de palabras.

Tipo de entrada: De presentación.

Tipo de cuerpo: De preguntas y respuestas.

Tipo de preguntas declaradas: 1) Conoció a Camilo el 24 de diciembre de 1958 en Yaguajay, ¿qué impresión le causó el Señor de la Vanguardia? Directa; 2)¿Qué hizo al triunfo de la Revolución? De exploración; 3)En una entrevista que ofreció a Radio Habana Cuba, señaló que durante la lucha insurreccional y los primeros años de la Revolución no se sentía parte de un acontecimiento histórico, sino que estaba haciendo su trabajo, pero, ¿cuán diferente fuera usted si no hubiese sido testigo y partícipe de aquellos sucesos? Directa; 4)Las fotografías del libro “Habana en mi corazón”, expuestas en la Galería Proud de Londres, y la muestra exhibida en las salas del Instituto Valenciano de Arte Moderno, llevaron parte de su trabajo fuera de las fronteras cubanas. ¿Qué sintió al saber que su obra es también admirada en tantos lugares del mundo? Directa; 5)Con tantas responsabilidades que lo llevaron a estar fuera de casa por mucho tiempo, ¿qué parte deja para su familia? Directa; 6) ¿Cómo llegó a Palante? Directa; 7)A partir de la V Edición de la Bienal del Humor en San Antonio de los Baños, asistió con su cámara y retrataba todo lo que ocurría, en las conferencias o en la Taberna del Tío Cabrera. ¿Es solo trabajo asistir a cada edición? Directa; 8)El Escambray, Camilo, las 36 fotos del lanzamiento de la nave espacial al Cosmos, son algunos de los momentos que admiramos en sus instantáneas, ¿cuáles cree que son las más importantes? De opinión; 9)Haciendo una retrospectiva profesional, ¿cuál es su foto preferida? Directa; 10)¿Deudas? Abierta.

Tipo de conclusión: Frase de impacto, evidencia el final de la entrevista.

LAS CONQUISTAS DE IRMA

LAS CONQUISTAS DE IRMA

Vivirá hasta el siglo que viene y será periodista por sus siete vidas. Ella es Irma Cáceres Pérez, distinguida en 2012 con el Premio Nacional de Periodismo José Martí por toda su obra

SUSANA GÓMEZ BUGALLO y YUNIEL LABACENA ROMERO,
estudiantes de cuarto año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

 

«El periodismo no es un oficio,
sino una profesión, y se necesitan
cualidades para ejercerla»
José Martí

Cuando se conoce a Irma Cáceres Pérez, la voz tiembla un poco. Si se trabaja cercano a ella y uno es un principiante en el Periodismo, puede que en los primeros días su personalidad provoque desvelo. El carácter fuerte y la sinceridad que educa van apagando ese temor para convertirlo en el respeto más grande que puede sentirse por alguien. Porque Irma es una maestra en el arte de informar. Pero es también una educadora en la vida.

«El otro día me preguntaban qué edad tenía y le respondí: Para que tengas una idea y saques la cuenta no solo de lo que he vivido sino de lo que voy a vivir: nací en el siglo pasado y voy a vivir hasta el próximo. Así que mira cuántas cosas me quedan por hacer todavía».

Son palabras de esta mujer, distinguida con el Premio Nacional de Periodismo José Martí 2012, y quien por más de 27 años ha dedicado su vida al Sistema Informativo de la Televisión Cubana (SITVC). De entre su historia sobresalen las coberturas de la guerra en Angola, el conflicto entre gobierno y guerrilla en Colombia, las Cumbres de Países No Alineados, comparecencias en foros mundiales de Fidel y Raúl, Congresos del Partido y la visita a Cuba del Papa Juan Pablo II.

Afirma convencida que en la vida no hay que desistir de nada: «Hay que conquistarlo todo. Tienes que renunciar a cosas, pero no puedes verlas como una tragedia, sino como un paso que das en determinado momento. No hay que renunciar a la existencia sino construirla de una manera que puedas alcanzar tus aspiraciones personales.

«He tenido millones de obstáculos, pero los he sorteado. Siempre han sido un reto. No hay ninguno invencible. Puede conquistarse casi todo, pero trabajando, no de manera fácil. Las conquistas que se logran haciendo concesiones generalmente no acaban bien y son falsas».

¿Cómo es Irma?

«Llevándolo a la actualidad, ahora todos hacen mucha filosofía y se guían por los astros. Soy del signo Tauro. Dicen que son personas muy “cabezonas” y perseverantes. No me arrepiento de eso. Siendo fuerte no te dejas maltratar y eres capaz de hacerle frente a los problemas, saltar los impedimentos y ponerte metas.

«Soy extrovertida. Me gusta mucho conversar. Creo que es uno de los placeres más grandes», dice y recuerda las tertulias que cada noche desarrollaban sus vecinos en el portal de su casa cuando faltaba el fluido eléctrico. «Las personas necesitarían menos psicólogos si hablaran más entre ellos».

Esa inteligencia la han hecho crearse su lugar en una profesión que fue considerada en un inicio para hombres: «Cuando comencé a hacer comentarios para el Noticiero de TV un hombre me dijo: “¿quién te los escribe?”. Las tareas eran difíciles porque siempre estaba el problema “eres mujer”, pero eso se fue rompiendo y se dieron cuenta de que lo importante era hacerlo todo y bien.

«Así fui al Medio Oriente y estuve en el Líbano, donde habían guerras, bombardeos… Permanecí en Angola y otros lugares complicados sin ningún inconveniente. Si tú vas y te escondes debajo de una piedra…, pero si corres el mismo riesgo que los demás… Lo que no puedes es refugiarte en tu sexo».

¿Periodista en las siete vidas?

Irma es una mujer periodista que todos los días encuentra nuevas motivaciones profesionales y personales Aún con otra vida, sería periodista y corresponsal. Pero no abandona la pasión por lo desconocido. «Me gustan tantas labores que quisiera tener siete vidas: la actuación, el canto lírico, la aviación, disfruto los países, hubiera querido ser bailarina y enseñar a los niños.

«Me tocó esta profesión. La disfruto y me da felicidad», expresa, y recuerda que ha tenido que combinar la dirección con el trabajo periodístico en toda su trayectoria y en su reciente labor como corresponsal en Venezuela. «Conocí Cuba entera porque hice trabajo social en Punta de Maisí, Escambray, Yaguajay… Soy aventurera y eso lo tiene nuestra profesión. Me ha dado los mejores recuerdos de la vida y conocer una enorme cantidad de personas.

«Fui ciclista, peluquera, pelotera y estudié francés… Después me vinculé a una convocatoria para Periodismo. Pensé que me quedaría en prensa plana. Me gustó la investigación y pedí el Sierra Maestra, pero me dieron la Agencia Prensa Latina. Siempre preferí internacionales.

«Entonces la TV me pidió para que hiciera comentarios en el Noticiero Estelar. Luego aprendí mucho en la revista Buenos Días. Hasta que hicieron una redacción internacional con todas de la ley y allí me quedé».

Siempre se habla de Irma en el estudio del Noticiero. Y tanta presencia no es casual. «Le he dedicado mis mejores esfuerzos. Allí tengo grandes amistades. Siempre estoy física o espiritualmente tratando de apoyar. Es una parte inseparable de mi vida».

No solo a los periodistas licenciados apoya Cáceres. Los espacios infantil Ponte al Día y el Noticiero Juvenil deambularon como proyectos sin realizar hasta que ella los acogió en su regazo.

«Los niños y jóvenes no ocupaban un sitio importante dentro del SITVC. Entonces surgió esta idea. Su noticiero no es entretenimiento. Aquí se le dedica más tiempo a sus asuntos y se les trata seriamente en su lenguaje y con diseños más atractivos.

«He aprendido mucho con los muchachos del Juvenil. Ellos sueñan, dan por ello hasta la vida y son desprendidos Me gusta hablar con ellos sobre lo que leen, los conciertos a los que van… Todos tienen algo que enseñarme. Y me falta mucho por aprender».

Desentrañar la verdad

«El deber de todo periodista hoy es desentrañar la verdad», afirma Irma con la seguridad de que se debe hurgar en lo más profundo para lograr buenos trabajos. «Tienes que descubrir lo cierto y eso se alcanza con las entrevista a diferentes actores, no creyendo todo y preguntando lo que no se sabe. Siempre hay que ir con fuerza y deseos.

«Un periodista debe conocer mucho. Uno puede equivocarse, pero después de haber estudiado. Lo que no puede es ser simplista creyendo que se sabe de cualquier cosa. Sigo confiando en la especialización.

«Ha cambiado mucho el periodismo. Primero por las nuevas tecnologías, y luego por la participación del ser humano. Hace falta entender todo en medio de un mundo que han querido globalizar vendiendo subculturas.

Irma anhela una varita mágica que proporcione más espacio al periodismo cubano para potenciar otros géneros, temas y diseños. Apuesta también por involucrar más a la población con el acontecer mundial.

«Ante el reto de la falta de tiempo y espacio en nuestros medios tenemos que lograr un mensaje con visión propia que se apoye en antecedentes y pronósticos. Una de las cosas que más me molesta es que se repitan informaciones. Debemos leer más y huir de la rutina en el lenguaje.

«Antes había más especialización y era difícil lograr una información porque para investigar algo tenías que irte a una biblioteca, buscar un libro, resumirlo. Eso llevaba más tiempo, pero tenía sus ventajas. Después de estudiar, uno aprende cosas que no se olvidan nunca.

«Estoy a favor de las nuevas tecnologías y ayudan extraordinariamente cuando se usan bien. Pero me preocupa mucho la copia. Si te doy un tema desconocido para ti y mañana vienes con una tesis, no has aprendido nada. Tienes que aprender a controlar las nuevas tecnologías, ellas no pueden controlarte a ti. Quien no descubre eso, fracasa y se convierte en un periodista mediocre».

La obra de toda la vida

Irma Cáceres como todo ser humano ama y detesta ciertas características en las personas. «Admiro la inteligencia, la sinceridad y la bondad. Reverencio a los que pueden desprenderse de todo y consagrarse a algo. Por eso siento una profunda admiración y respeto por Fidel.

«La vida es un tesoro que hay que cuidar y si estás dispuesto a darlo en aras de algo, es admirable. Me molestan la hipocresía y la mentira. Detesto a esa gente que dice: “¡Ay, qué bueno que te vi hoy, mi amiga!” y tú sabes que habla mal de ti».

Manifiesta que tiene que agradecerle a todo el mundo. «A unos más y a otros menos. Sería injusto si me pusiera a hacer una relación. En mi familia me enseñaron mucho porque les encantaba leer y hablaban de libros y novelas. Con ellos aprendí a leer y a escribir.

«A veces me dicen que tuve suerte y yo digo ¿suerte? Ninguna. He tenido constancia y la dicha de que triunfara la Revolución. Tuve profesores muy brillantes y conocí a grandes personalidades».

Y ahora, en medio de otra de las tareas que Irma realiza con la misma dignidad de siempre, una gran noticia, la del Premio Nacional de Periodismo José Martí, un reconocimiento que afirma llevan en sí un significado muy especial desde el lugar donde está hoy.

«Cuando se habla de toda la obra es mucho más y obliga a la reflexión. Para mí la vida ha sido tan ‘voraginosa’ que me parece que he hecho pocas cosas. Es verdad que he dedicado mi vida al periodismo y a hacerlo en el momento necesario. El galardón es un gran estímulo para reafirmar lo que me queda por hacer.

«Recibirlo en Venezuela era lo mejor que me podía pasar porque me ha acercado a este proceso increíble y vital para América Latina y la humanidad. Todas las historias están llenan de momentos trascendentales y este es uno de ellos. Venezuela ha sido una inyección para el compromiso de Cuba y de los periodistas con la causa de los pueblos.

«Ya he dicho que me debe jubilar la propia vida porque me siento muy bien profesionalmente. Aunque puedan creerme autosuficiente, me siento con más capacidades hoy de hacer mejores cosas, tengo las ideas y las comparto.

«No matriculo una escuela en este momento porque estoy muy complicada; pero ahora aprendo muy fácil. Me gusta leer muchísimo. En Venezuela tengo muchos libros, pero hay poco tiempo. Aún así los voy guardando. Pienso que de aquí al otro siglo, voy a poder leerlos».

EL SEÑOR DE LOS TÍTULOS

EL SEÑOR DE LOS TÍTULOS

 

Los periodistas Marta Rojas, Julio García Luis, Santiago Cardosa Arias, Nadia Díaz, Jorge Oller, Juan Marrero y la historiadora Zoila Lapique, evocan al más famoso titulista de la prensa cubana. Al entrevistarlos, me pareció que hablaba con este maestro, protagonista de una época de transición en los modos de hacer periodismo. Más que escucharlos, he dialogado con el mismo Lapique.  

 

JAVIER TAMAYO RAMÍREZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Lo descubro a lo lejos, en la distancia del tiempo. Es un hombre alto, de cordialidad a flor de piel; el brillo de sus ojos lo delata en toda la dimensión de su sabiduría. Camina como si marcara el ritmo de cada paso con el oscilar de sus hombros, siempre en un ademán de quien no para de trabajar. Se acerca ágilmente; al llegar hasta donde estoy observándome de modo acucioso por encima de sus espejuelos, siento que me interroga.

-¿Acaso me conoces?

Por supuesto. Usted es Tomás Lapique Becali, Premio Nacional de Periodismo José Martí 1999. Trabajó en los periódicos Revolución y Granma, sentó escuela con su quehacer y enseñó a muchos de los más prestigiosos reporteros de nuestro país. Ellos han hecho el milagro de que pueda entrevistarlo, gracias a la magia del recuerdo. Ahora, le quiero preguntar.
   
-¿Sus primeros pasos?

Nací en Jobabo, Las Tunas. Mis padres eran españoles y tuvieron cinco hijos, yo era el cuarto. Estudié hasta el bachillerato; posteriormente no continué en la Universidad, porque aún cuando mis padres eran de clase media, no podían costearnos a todos la carrera y se  priorizó la preparación de mis hermanas. En esa época, antes de la Revolución, graduarse de nivel superior era un lujo, solo al alcance de los más ricos.

-¿Qué hacía mientras sus

hermanas estudiaban?  

Al principio tuve que trabajar, al igual que el resto de mis  hermanos, para ayudar a sustentar los gastos de la casa. Me empleé  como vendedor de zapatos en una peletería.

-¿Cómo se vincula al periodismo?

En aquellos tiempos no hacía falta haber estudiado periodismo para ejercerlo y mi interés por la escritura me ayudó mucho. Hice contacto con la prensa como ayudante de operador en las máquinas de linotipo, utilizadas en el proceso de impresión de los periódicos. Después fui reportero, redactor de mesa, titulista, jefe de redacción y de información de varios medios, entre ellos Información. Antes de 1959 también me desempeñé en los diarios Alerta y Mañana.

Un acontecimiento de mucha trascendencia en mi vida fue trabajar en el periódico Revolución, donde me ubicaron después de 1959. Varios años más tardes, en 1965, este se funde con el diario Noticias de Hoy para crear Granma. Allí trabajé de titulista de la sección de nacionales hasta que me jubilé.

-En ese período trabajó en Granma el

legendario Boby Salamanca,

¿cómo fue su relación con él?

Boby era un amigo, compañero de trabajo. Él realizaba su labor en la redacción de Deportes. Una persona chévere, carismática, que sabía llevar muy bien su trabajo y, además, estar todo el día bromeando. Lo estimé mucho.

Una vez puso un pantalón relleno de periódicos viejos en el único baño del piso, para que pareciera que alguien estaba allí. Pasaron horas y nadie se atrevía a entrar.

Otra anécdota sobre Boby está relacionada con Jorge Enrique Mendoza, uno de los directores más prestigiosos de Granma. Hay una época en que él siempre veía unas aventuras; entonces Boby y otros colegas graban el sonido de presentación de ese programa y lo ponen a otra hora. Mendoza sale corriendo para ver sus aventuras y cuando llega se encuentra con una grabadora. Hasta él se rió muchísimo ese día. Así eran las ocurrencias de Boby.

-¿Cómo apreció el cambio que representó

pasar del periodismo sensacionalista del pasado

a la prensa veraz instaurada por la Revolución?

Fue un cambio muy profundo, sobre todo en el sentido de ¿qué es verdaderamente noticia? Como debes saber, antes existía en Cuba la «prensa roja», donde los accidentes, asesinatos, violaciones de mujeres y todas las tragedias sociales eran publicadas inescrupulosamente, dando detalles de los hechos, con fotos y descripciones que parecían ofrecidas por un perito. Me daban pena los familiares de esas víctimas, que tuvieran que leer aquellas informaciones.

Triunfó la Revolución y todo el periodismo cambió. A partir de ese momento, el interés va a ser el trabajo, el desarrollo agrícola e industrial, los cambios sociales que se estaban realizando en aquellos momentos. 

-¿Cuál es la función de un titulista, trabajo

en el que usted brilló como maestro y sobre

el que escribió un libro muy consultado en

las décadas de los 70-80 del pasado siglo?

El proceso es el siguiente: de todo el material de las páginas, especialmente de nacionales, se me entregaban tres propuestas de título. Entonces yo seleccionaba el más adecuado al contexto y al espacio que se tenía; velaba porque no hubiese en la misma página un título similar a otro en su estructura. Estos debían llevar una cantidad de letras determinadas. Para hacer las letras se fundía el plomo por un lado de la máquina y por el otro salían, listas para ponerlas en una caja, que era armada para una cantidad de letras determinada.

-¿Por qué cree que haya

desaparecido esa labor?

Bueno, como todo, al llegar el desarrollo tecnológico. Cuando vinieron las páginas digitales todo se hizo más fácil y ya no hacía falta encuadrar los títulos en las máquinas de linotipo, aunque el titulaje debía merecer mejor atención aún con el proceso editorial a través de las computadoras. En una página no se pueden repetir palabras en títulos y eso es algo que se va de las manos en algunos periódicos. El tamaño es otro asunto que se deben de tener en cuenta.

-Cuénteme sobre su trayectoria como maestro.

Fui por un tiempo profesor de Periodismo en la Escuela Ñico López y en las facultades de periodismo de las universidades de La Habana y Oriente. Yo enseñaba todas las técnicas del oficio, pero especialmente lo relacionado con el titulaje. Escribí el libro Titulaje periodístico con el fin de apoyar el conocimiento de la Academia en ese campo.

-¿Por qué viajó a Nueva York?

En el año 1945 me enfrenté con un jefe de policía por estar envuelto en una célula clandestina y decidí refugiarme en el exterior; era un riesgo permanecer en Cuba. Allá trabajé de jefe de redacción del semanario El Sol de Nueva York, junto a Babi Quintero, su director. Según lo creí conveniente, regresé, en el año 1949.

-En 1999 le entregan el Premio Nacional de

Periodismo José Martí, por la obra de 

toda la vida. ¿Qué puede contar de ese día? 

En ese año se otorgaron 15 premios, cuando siempre se había dado uno anual, porque todos merecían ese reconocimiento por la dedicación y el empeño en su trabajo. Fue un honor el haber estado junto a ese colectivo. En el acto se encontraban muchos de mis compañeros y familiares. Me entregaron un diploma y un galardón que representaba las letras de una máquina de escribir, creo que hecha de barro. Yo estaba muy contento ese día.

-Una última pregunta. ¿Qué le parece el que

haya sido posible hacer esta entrevista?

Sencillamente, tú me encontraste en la memoria de mi familia y mis amigos y de ahora en adelante me seguirás encontrando en la tuya propia.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación sobre los Premios Nacionales de Periodismo José Martí, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

Ficha Técnica:

Objetivo Central: Ofrecer una visión integral de Tomás Lapique Becali, Premio Nacional de Periodismo José Martí 1999.

Objetivos Colaterales: Conocer cómo se inició en el periodismo, su trayectoria como maestro y su labor como titulista.

Tipo de entrevista:
Por los participantes: Múltiple.
Por su forma: Clásica.
Por su contenido: De retrato o personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Directa.

Tipo de título: De referencia al tema o entrevistado.
Tipo de entrada: De Retrato.
Tipo de cuerpo: Clásico.
Tipo de preguntas: 1-Directa, 2-Directa, 3-Abiertas, 5-Directa, 6-Abierta, 7-Directa.
Tipo de conclusión: De opinión o comentario del  entrevistado.
Tipo de fuentes: Activas.

“LA MEJOR MATERIA PRIMA QUE TENGO PARA ESCRIBIR SOY YO. ˮ

“LA MEJOR MATERIA PRIMA QUE TENGO PARA ESCRIBIR SOY YO. ˮ

Luis Sexto, Premio Nacional de Periodismo José Martí 2009, manifiesta que escogió el periodismo para servir, y para justificarse ante sí mismo: "Si no hay sentido en la vida,  esta no merece vivirse. El periodismo para mí, más que una profesión, es un sentido de la vida".

HÉCTOR GARCÍA TORRES,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.          

El 2 de julio de 1945, en el pueblecito General Carrillo, en Remedios, nació Luis Sexto Sánchez. Desde pequeño, “Luisitoˮ se interesó por las letras y su madre lo anunció poeta; en tanto, su tía paterna mal lo pronóstico médico.

Recuerda que tenía ocho años cuando se sintió poeta por primera vez una tarde, mientras miraba el sol ponerse sobre el cementerio y  tuvo la sensación de que todo era efímero. Con 22 años escribió su primera crónica: Semblanza de León Bloy, desde entonces no ha parado de escribir.

En cuatro décadas de ejercicio periodístico y más de 20 años de carrera literaria, este reconocido profesional ha trabajado en medios como el semanario deportivo LPV, la revista Bohemia, la agencia Prensa Latina, las emisoras Radio Rebelde, COCO y Radio Progreso y los periódicos Trabajadores y Juventud Rebelde.

Su quehacer  periodístico le ha dejado tiempo también para impartir  docencia en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí y en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Actualmente mantiene en Internet el blog personal Patria y Humanidad, y como si fuera poco, atesora una obra literaria que incluye varios libros de poesía, ensayos y cuentos. Es de esos hombres que van por la vida regalando emociones intensas a quienes lo leen.

A Luis Sexto lo caracteriza la abnegación ante su trabajo, virtud que le valió el Premio Nacional de Periodismo José Martí 2009, y hace a sus lectores vaticinarle un horizonte profesional todavía infinito.

-¿Cómo se sintió atraído hacia el periodismo?

Lo descubrí mientras leía. Creo que para escribir una cuartilla hay que haber leído otras diez. Escogí el periodismo para servir, y para justificarme ante mí mismo, para darle a mi vida un sentido. Si no hay sentido en la vida,  esta no merece vivirse. El periodismo para mí, más que una profesión, es un sentido de la vida.

-¿Si hubiera tenido que utilizar siempre un

mismo género para escribir desde las

bases del periodismo, cuál escogería?

Cada género periodístico responde a un momento específico de la vida. El reportaje tiene sus particularidades, lo mismo pasa con la noticia, la entrevista, la crónica y con todos, por tanto, algunos son más idóneos que otros en lo que a distintas ocasione se refiere. Por eso es imprescindible saber qué género es más conveniente emplear ante diferentes situaciones.

Pero si tuviera que escribir siempre en un mismo género escogería la crónica, porque es más personal, lleva un contacto más íntimo del periodista con sus palabras, su elaboración es casi estilística; además, me permite desarrollar el periodismo literario, el cual prefiero. En ella la emoción puede descansar libremente y me atrevo a decirte que la crónica es un terreno tan vasto que le sobra espacio para acoger la libertad humana.

-¿Después de varias décadas de trabajo

como periodista y escritor, cree más en la

distancia entre el periodismo y la

literatura o en su estrecha relación?

Te responderé como hice una vez a Enrique Milanés: prefiero creer en su relación indisoluble. Entre literatura y periodismo existe una larga crónica de relaciones promiscuas, como dijo Alberto Chillón. Por ejemplo, si me presentan una historia periodística en un reportaje con forma seca e inarmónica, como un informe sindical o administrativo, termino por desencantarme. ¿Cuántos lectores se sentirán aburridos ante esa prosa notarial, que muchos dicen es la ideal para el trabajo informativo?

El periodismo es un ejercicio de cultura que parte del mestizaje cultural. No solo saber la técnica periodística es importante, sino conocer de todo aquello que convierta al periodista en una especie de sujeto renacentista. Para hacer creadora esta promiscuidad entre periodismo y literatura es necesario tener en la mente una habitación llena de lecturas y experiencias de la vida;  además de aptitudes y talento.

-¿Qué responde a quienes dicen que

usted inventa en sus publicaciones?

Mucha de esa gente no sabe que la vida es más literaria que la literatura misma.

-¿Escribir es lo más importante para usted?

Siempre he creído que más importante que escribir es vivir, pues uno escribe solo de lo que ha vivido. Para escribir hay que usar toda experiencia nueva, hay que guardar todo, hay que recordar todo en la medida en que se vive, eso le va dando al periodista la sustancia necesaria. La mejor materia prima que tengo para escribir soy yo.

-¿Entonces, a juzgar por lo que escribe,

usted ha vivido grandes experiencias?

No precisamente. Lo que sucede es que cada una de mis pequeñas experiencias la he vivido como si fuera única y enorme, de eso me he nutrido.

-¿A qué es lo que más teme

como periodista y escritor?

Temo que no me lean, uno puede escribir con mucha claridad, pero si no lo leen, de nada vale. También me angustia hacer un periodismo que muera con el día. Sin perjuicio de quienes digan lo contrario, muchas veces el periódico nace a las cinco de la mañana y al atardecer eso que se escribió ya no tiene interés para nada. He tratado de que lo que escribo perdure, que sobreviva al paso de los años sin perder fuerza, solo así me quedaré a través de mi obra.

-Dice que ha escrito para quedarse,

¿qué queda para usted de cuanto ha escrito?

No me quedo con mucho: me quedo con la insatisfacción de no escribir como quería, porque no estoy conforme con lo que he hecho. Además, lo que uno hace, cuando lo publica, deja de  pertenecerle y pasa a ser de los que lo leen, no importa como lo asuman.

Cuando me vaya, dejar una obra escrita no va a compensar mi eterna inconformidad, sin embargo, me quedo un poco más tranquilo sabiendo que cada día que escribí lo hice como si fuera el definitivo.

-En julio del 2005, en la última publicación de

su sección Crónicas en primera persona,

anunció su retiro para poder reunir los trabajos

que había dejado en periódicos y revistas.

¿Qué ha significado este recogimiento?

Ahora, jubilado, trabajo tanto o más que antes, pero un poco más cómodo porque desde entonces he tenido todo el tiempo a mi disposición. Además de colaborar con la sección Coloquiando, de Juventud Rebelde, y en algún que otro espacio, me he detenido en llevar a cabo mis proyectos literarios. También mantengo el blog Patria y Humanidad e imparto alguna que otra conferencia. Escribir ya no se trata de una obligación, sino un compromiso, que son muy diferentes.

La jubilación me dio seguridad para escribir. Eso es bueno, porque escribo un poco más tranquilo, pero no puedo permitir que esa seguridad me haga comenzar a escribir mal…Pido a Dios que me de claridad para saber hasta cuando puedo redactar bien, y cuando dejar de hacerlo.

-El Premio Nacional de Periodismo José Martí le

fue entregado por los méritos profesionales a lo largo

de su carrera, ¿cómo acogió este reconocimiento?

Me llenó de gran regocijo. Creo que entonces no solo se premió a un periodista por su obra de toda la vida, sino que el Premio José Martí reconoció un tipo de vocación y ejercicio periodístico que no abunda tanto, como es el periodismo literario. Un periodismo que se niega a ser un acta fría del acontecer, y me siento muy honrado por eso. Sin embargo, no me parece que sea un profesional completo, todavía puedo mejorar mucho. Si ese premio admitiera un reenganche, yo estuviera ya en cola.

-¿Qué consejos daría a los estudiantes

de Periodismo, especialmente a aquellos

que cursamos el primer año?

El periodista debe distinguirse por el uso de la palabra, no creerse que el periodismo es una profesión que admite que usted tire la palabra como quiera y que aunque caiga de pie o de cabeza está bien hecha.

No conformarse con lo que escriben, creer que por muy bien que lo haga, nunca ha escrito como los mejores. Ese es todavía mi ideal: lograr una cuartilla que se parezca a las de los grandes. Escriban con la voluntad de que lo que hagan ese día pueda vivir los años por venir. Pero escribir bien no es obra de la buena voluntad ni es obra del Espíritu Santo: es obra del trabajo, la disciplina y el esfuerzo cotidiano, un trabajo que implique crecer en cultura, en conocimiento.

He aprendido que alguien llega a ser periodista solo cuando duda de todo, cuando todo le parece una incógnita por investigar, así que no crean todo simplemente porque se lo digan, o porque lo lean. Indaguen acerca de cuanto les parezca interesante y traten de conocer aquello que no lo es tanto. 

No envidien a quien escriba mejor que ustedes, imítenlo, y no permitan que nada enturbie la paz y la bondad que debe tener en su alma todo creador.

-¿Cómo terminaría el libro de

memorias que está escribiendo?

Las memorias aún están inconclusas, pero la última página ya está escrita, si fuera a agregarle algo, creo que serían unos tres puntos suspensivos al final, porque a partir de aquí quisiera escribir otro libro que complete este.

Pie de foto: Luis Sexto, periodista cubano y Premio Nacional José Martí 2009.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación sobre los Premios Nacionales de Periodismo José Martí, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

Ficha Técnica:

Objetivo central: Dar a conocer la opinión del entrevistado referente a temas de interés dentro del gremio.

Objetivos colaterales: Ofrecer datos biográficos relevantes del entrevistado.

Tipo de entrevista
Por los participantes: Individual.
Por su forma: Clásica.
Por su contenido: De personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Vía directa. Cara a cara.

Tipo de título: De cita textual.
Tipo de entrada: De presentación.
Tipo de cuerpo: Preguntas y respuestas.
Tipo de preguntas: 1-informativa. 2-directa. 3-dicotómica. 4-polémica. 5-directa. 6-directa. 7-informativa. 8-directa. 9-informativa. 10-informativa. 11-directa.12-directa.
Tipo de conclusión: De opinión o comentario del entrevistado.
Tipo de fuentes: Directas, no documentales. Indirectas, documentales.

PASION DE UN PERIODISTA

PASION DE UN PERIODISTA

Roberto Pavón Tamayo, Premio Nacional de Periodismo José Martí por la obra de la vida, 1999, revela parte de las vivencias de 40 años de profesión.

SUSANA TESTÉ RODRÍGUEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.              

El olor a café inunda la sala repleta de recuerdos que cuentan la historia de este hombre extraordinario. En la mesita de madera, desde fotos con Mirta, su esposa, hasta otras con el Comandante en Jefe Fidel Castro, y también en reposo la estatuilla del Premio Nacional de Periodismo José Martí por la obra de la vida, otorgado en 1999.

Ante mí, un hombre de expresión amistosa, mediana estatura, lleva espejuelos pequeños que permiten notar la paz que trasmiten sus ojos. Me saluda Roberto Pavón Tamayo con la sencillez que caracteriza a los hombres buenos, e inicio así la serie de preguntas a las cuales responde con la excelencia de su verbo claro.

-¿Cómo llega a La Habana a estudiar Medicina

Veterinaria  y termina como periodista?

Provengo de una familia de periodistas. Mi padre fundó el periódico Heraldo, en Holguín. Yo  pasaba mucho  tiempo con él mientras veía lo que hacía. Mis hermanos, Elías y Luis, son periodistas también. Supongo que quise cambiar la tradición. Aunque al periodismo los Pavón Tamayo lo llevamos en la  sangre.

Mientras estudiaba Medicina Veterinaria estaba vinculado al Partido Socialista del Pueblo y participaba en cuanta manifestación contra la tiranía se organizaba en la Universidad de La Habana. En una de esas  fui detenido por la policía junto a otro compañero, apaleados y  torturados injustamente por un coronel llamado Martín Pérez.

Luego nos trasladaron para El Castillo del Príncipe donde nos iban a enjuiciar sin una pizca de justicia. De tanta suerte nos pusimos que nuestros abogados, muy comprometidos con la lucha por la liberación  de la patria, crearon las condiciones para que nos pudiéramos escapar y así lo hicimos. Fueron tiempos difíciles. Estuve meses escondiéndome en  casa de mis familiares, hasta que finalmente llegó el año 1959 y   con  él,  nuestro triunfo  revolucionario.

Después de una experiencia así se hace imposible limitarme a estudiar Medicina Veterinaria, un trabajo que admiro muchísimo, pero ya no llenaba mis expectativas. Cuando triunfó la revolución yo sabía que consagraría el resto de mis días  al  periodismo.

-¿Cómo recuerda su primer trabajo

en el Semanario Surco, de Holguín?

Me gustó mucho colaborar  en el semanario. Fue mi primer trabajo verdaderamente periodístico. Allí viví momentos muy intensos. No solo vinculados con el periodismo, sino que como profesional de la comunicación di  el paso al frente en una labor muy noble como la Campaña de Alfabetización, la cual llevó tanta luz a todo nuestro país. Fue algo inolvidable.

Pavón fue también miembro de la dirección organizativa del Primer Congreso de la Unión de  Periodistas de Cuba, cónclave que condenó las formas mercantilistas y sensacionalistas de hacer periodismo.

-Pocos conocen su condición de profesor

en la Escuela de Corresponsales Pablo de la

Torriente  Brau. ¿Qué lo motivó a fundarla?

Logré organizar la escuela con ayuda del Partido (PCC) cuando  trabajaba en el periódico Sierra Maestra, de Santiago de Cuba. En aquel  tiempo  había una gran necesidad de promover personas con  cierta vocación periodística. Fue la necesidad, sobre  todo, lo que  nos   incitó. Queríamos formar buenos periodistas y lo logramos. Para demostrarlo  está José Fernández Vega, director de la revista Bohemia,   y como él otros tantos, quienes ofrecen lo mejor de sí para lograr que la prensa cubana sea cada vez mejor.

-¿Cómo llega al Noticiero de Televisión

teniendo perfiles tan distintos  de

trabajo la TV y la prensa escrita?

Para colaborar en el noticiero de televisión me llamó Reinaldo Infante, director de ese espacio en aquel entonces. Yo era novato en la TV. No niego que al principio fue muy difícil, pero me encantaba. Sin lugar a duda, la televisión es el trabajo que más me ha gustado. Fue una  labor muy intensa, muy bonita.

-¿Por qué deja de ejercer como periodista

para hacer trabajo diplomático? 

Mientras colaboro con Raúl García Peláez en el Departamento de Orientación Revolucionaria, a él lo designan embajador de Cuba en la URRS (Unión de Republicas Socialistas Soviéticas) y a mí como su  segundo. Trabajamos durante seis años como diplomáticos en la Unión Soviética. Fue una encomienda muy compleja. A pesar de que tuvimos  muchas dificultades por estar en un país con características distintas a las nuestras, logramos fortalecer las relaciones entre los dos países. Fue muy satisfactorio. 


 
-¿Cómo califica su trabajo en Angola?

Permanece en silencio y por un momento la expresión de su cara  cambia. No parece la persona serena y jovial que es. Su rostro se muestra  pensativo y al fin dice: Angola, Angola…

“Yo fui allá a trabajar en el comité de ayuda a Angola como colaborador  y Mirta, mi esposa, como asesora de la organización de mujeres. Fue  difícil, distinto a todo lo que  había hecho antes.

“Allá despedimos muchos duelos de compañeros muertos en el campo de batalla. Estuve en peligro mortal en dos ocasiones, eso jamás lo olvidaré. Fue un trabajo difícil, sí, pero no podía renunciar, no defraudaría a quienes confiaron en mí. Yo fui a Angola a una  misión  y la cumplí”.

Pavón  es de esas personas que cuando habla mira a los ojos, incluso cuando se refiere a  un tema tan doloroso como lo fue la guerra de Angola. Se refleja en su  mirada la pasión por la patria que ama y por la cual sería capaz de arriesgar la  vida.

-¿Qué  proyecto tenía al regreso  de Angola? 

Al llegar de allá tenía ganas de trabajar con mis compañeros de profesión,  mucho ánimo y nuevas ideas. Se me concedió el placer de guiar los primeros  pasos para la fundación del periódico Tribuna de La Habana. Le puse gran  empeño al proyecto. Me entusiasmaba la idea de crear un  periódico completamente nuevo.

Lo complicado fue escoger al personal, después todo se dio fácil: el diseño, la planificación de la frecuencia con que saldrían los ejemplares, los temas que se abordarían…  Todos los que colaboraron en la confección del Tribuna son periodistas, diseñadores, fotógrafos muy buenos con ideas geniales y muchas ganas de hacer su trabajo. Fue muy satisfactorio organizar el  proyecto y después ver el fruto de tantos  meses de esfuerzo.
 


-¿Qué significó para usted ser el

director de la Agencia de Información

Nacional (AIN) durante 14 años?

Dirigir la AIN enriqueció en gran medida mi formación profesional. Yo no tenía muchas posibilidades para escribir porque la labor de director te ocupa todo el tiempo, pero tengo gran cantidad de memorias gratas, por ejemplo, cuando  viajé a México junto a Fidel. Al regreso, escribí sobre la preparación que se ofrece a los periodistas mexicanos y me gustó mucho hacer ese tipo de trabajo. Además, tuve la oportunidad de visitar las imprentas, los periódicos de allá, charlar con periodistas mexicanos.    

Todas  esas vivencias  me permitieron regresar a Cuba con ideas  buenas para poner en práctica. Dirigir la AIN  es  uno de esos trabajos que  aporta  tanto  profesional como humanamente,  porque compartir 14 años con personas tan entregadas no solo deja una huella en el currículo, sino también en el corazón.

-En 1999 le otorgan el Premio

Nacional de Periodismo José Martí.

¿Cómo fue ese momento?

Importantísimo, pero totalmente inesperado.

-¿Qué trabajo le gustaría 

hacer a Roberto Pavón? 

Radio, siempre me ha gustado mucho el periodismo radial, es un misterio para mí.

-¿Algún  proyecto?

Hace un tiempo comencé a escribir un libro  junto a mi hermano Elías. El prólogo lo redactará mi hermano Luis. Es sobre Holguín, nuestra ciudad natal. Los cambios y reformas que se han hecho después del triunfo revolucionario. Espero que se publique en el año 2009.

-Pavón, ¿si no hubiera sido periodista…?

No hubiera sido nada, yo amo mi profesión. Me siento feliz y satisfecho. No me imagino haciendo nada más.

El mediodía pone fin a la  conversación. Este es  el espacio del día en que Pavón va hasta la Casa de la Prensa, permanece allí unos 20 minutos con amigos de toda la vida. Camina hasta el lugar que por 14 años fue su hogar, la Agencia de Información Nacional, situada en la calle 23 esquina a J, indaga sobre cómo se encuentran sus antiguos compañeros. Ayuda en lo que puede y  pone fin a su recorrido en la Agencia Prensa Latina, órgano que actualmente lo abraza como uno de sus periodistas.

Es preciso y afable este hombre a quien el éxito no ha borrado la sencillez. Pavón es de las personas que con cada palabra exhorta a tomar partido  en  las situaciones, a ser justo para no juzgar  solo por  las apariencias,  a elegir el camino correcto, a luchar por ser mejores. Él  enseña, casi sin saber, a amar esta profesión que sin lugar a dudas es el mejor oficio del mundo.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación sobre los Premios Nacionales de Periodismo José Martí, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

Ficha Técnica:

Objetivo central: A través de los criterios de un periodista, motivar a los profesionales de la prensa a esforzarse por lograr un periodismo digno y revolucionario.  

Objetivo colateral: Permitir el acercamiento a uno de los reconocidos exponentes de la prensa cubana: Roberto Pavón Tamayo.

Tipo de entrevista:
Por los participantes: Individual.
Por su forma: Mixta.
Por su contenido: De personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Vía directa.

Tipo de título: Referencial.
Tipo de entrada: De ambiente.
Tipo de cuerpo: Mixta.
Tipo de conclusión: De comentario del entrevistador.