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Isla al Sur

MAESTRO EN LA SANGRE Y EN EL NERVIO

MAESTRO EN LA SANGRE Y EN EL NERVIO

INDIRA SANTANA,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación de la

Universidad de La Habana.

 

Camino a la Universidad de La Habana siento que no he olvidado mi estancia en la Facultad de Historia y a mi primer profesor en el inicio de esta enseñanza. Siempre de traje, con hablar exquisito, la primera vez que lo vi como panelista de Escriba y Lea nunca imaginé que una personalidad así fuera hombre tan sencillo al que solo se le puede pensar como parte ineludible de nuestro respeto y cariño de estudiante.

El doctor Ángel Pérez Herrero, todo un emblema de la educación cubana, de sabiduría y años de dedicación, espera para revelar cómo llegó a convertirse en una persona tan querida.

Profesor, ¿siempre se ha dedicado a trabajos relacionados con la cultura?

Casi siempre. Empecé mi vida laboral como maestro de instrucción primaria, en la Escuela 54 en el barrio de Deleite, provincia de Holguín. Luego vine para La Habana y lo primero que hice fue trabajar en un banco. Desempeñé diferentes puestos mientras estudiaba en la Universidad.

La primera carrera fue Pedagogía, estudié Español en el Instituto Pedagógico Enrique José Varona. Al concluir hice mis ejercicios de oposición y obtuve una Instructoría en dicho instituto, donde laboré entre 1966 y 1970.

Más tarde pasé a la Comisión de Extensión Universitaria para dirigir la sección de Literatura, y después dirigí el Curso Introductorio para los Cursos de Trabajadores de la antigua Facultad de Humanidades. Simultaneaba esta tarea como profesor de la escuela de Formación Científica.

Laboré también en la escuela de Periodismo, impartiendo Gramática Española, y luego vine para la antigua escuela de Historia donde laboro hoy, actual Facultad de Filosofía e Historia de La Universidad de La Habana.

He desarrollado trabajos relacionados con la cultura y con la Economía, en este caso en el banco. No siempre me he dedicado a la cultura pero desde hace 40 años he impartido en distintas facultades y escuelas en la Universidad de La Habana.

¿Usted es también graduado en Leyes?

En la década de los 70 matriculé en la escuela de Derecho. Siempre quise ser abogado, pero hay veces que el camino más corto para llegar a un lugar es dando un rodeo. Cuando comencé la Universidad no había cursos nocturnos para la escuela de Derecho y entonces, sencillamente estudié en el Pedagógico para buscar una vía de acceso a la actividad profesional siendo profesor de la Universidad de La Habana. Hablo de los años 1972-1973. Matriculé Derecho y he ejercido esa especialidad ocasionalmente para que no se me olvide.

¿Cómo comienza a dar clases de Historia del Arte y Literatura?

Fui llamado por los compañeros de la antigua escuela de Historia, dada la circunstancia que atravesaba esa escuela con un curso masivo de trabajadores, pues no tenían los profesores suficientes y alguien dijo a la entonces directora, María del Carmen Barcia y Sergueira: "Por allá abajo está Ángel Pérez Herrero, que es graduado de la Profesoral de Español y especialista en Literatura", y hablaron conmigo. Cuando di la primera clase, los alumnos se pararon todos (eran doscientos y tantos) y empezaron a aplaudir. Entonces, entendí que me aceptaban.

¿Qué es para usted el Arte y la Literatura?

No solamente un medio de vida. Mi padre era profesor de Literatura en el Bachillerato. Tenía una biblioteca de 9 000 ejemplares y me fui familiarizando con la literatura. Leo desde que tengo 13 ó 14 años. La inclinación o el gusto por el arte me fue inculcado por dos excelentes profesores que tuve en la Profesoral de Español: los doctores Elena Serrano y Oscar Morriñas, que imprimían una dinámica magnífica a estos estudios.

Cuando empecé a trabajar como profesor de Historia del Arte y la Literatura me vi obligado a profundizar mucho más en esas materias. Por eso a menudo frecuento los libros de Historia del Arte y no solo estos, sino también las exposiciones.

¿Cuáles son sus libros y escritores preferidos?

Por lo general todos los entrevistados dicen que El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Por supuesto, es una obra literaria fundamental a la que se debe acudir, que tiene múltiples lecturas y es una obra maestra de la literatura en lengua castellana. Está en el programa de la asignatura que imparto, por lo tanto, la he leído 4 ó 5 veces, pero tengo además preferencias y necesidades en el orden profesional por un determinado tipo de literatura.

En los últimos 12 ó 15 años me he dedicado a examinar la literatura de ficción política, la llamada literatura de espionaje, en tanto reflejo de la realidad histórica a través de los tiempos. En especial, me interesa el reflejo histórico dentro del mundo contemporáneo. Esta literatura ha sido empleada sistemáticamente dentro de las confrontaciones ideológicas a nivel mundial.

Esto me ocupa gran parte del tiempo, pero no quiere decir que no leo otras obras, pues me desempeño también en el panel de Escriba y Lea, y es necesario estar actualizado, por lo tanto, he leído todos los clásicos. Soy también un lector ávido de poesía.

¿Qué significan para usted estas palabras?:

Universidad de La Habana: Una vida.

Profesor: Un sacerdocio.

Oratoria: Un medio de comunicación.

Derecho: La rectitud, el orden y mi afición.

Cuba: Mi país que no abandonaré.

Fidel: Un paradigma.

Revolución: En lo que estoy involucrado.

Su esposa: Una excelente compañera.

Su hijo: Un hombre de bien y un buen profesional.

¿Se arrepiente de algo?

Quizás el no haber terminado los estudios de latín que comencé con mi padre.

¿Qué personaje histórico admira más y por qué?

José Martí, porque pensó en los demás antes que en él.

¿Fórmula para ser útil a la sociedad?

La dedicación, constancia, modestia. Si tienes el deseo de servir, y lo llevas en la sangre, pues sencillamente sirves y tratas de hacerlo bien y de ayudar a todo el que puedas. Cuando ayudas a alguien, de alguna forma siempre se revierte en ti.

¿Qué situación lo ha marcado más?

La Revolución Cubana, fue un cambio en mi vida, un reordenamiento de mi existencia y un compromiso que dura hasta hoy.

¿Consejo para los estudiantes cubanos?

Que estudien mucho, necesitamos el relevo

¿Cómo deben ser los profesores?

Tienen que ser ejemplo de conducta, de preparación y ser grandes comunicadores. Rectos y a la vez afables. Deben orientar. El profesor tiene mucho de actor. He dicho algunas veces que quizás mis clases no sean tan buenas, pero sí deben ser un gran espectáculo.

¿Cómo llegó a Escriba y Lea?

Hace 16 años, empecé sustituyendo a Enrique Sosa y a la doctora Ortiz, cuando salían de viaje. Después Dubouchet salió del programa y entramos Fernández Bulté y yo, alternándonos. Luego falleció lamentablemente Sosa, y entonces nos quedamos junto a la doctora Ortiz, que es la única fundadora y viene siendo el alma del programa. Estoy tratando de hacerlo lo mejor posible y, además de la preparación que necesitamos para desempeñar un buen papel, lo cierto es que nos divertimos muchísimo.

¿Qué significa para usted participar en este programa?

Para mí es un honor ser escogido, un reconocimiento y una responsabilidad, aunque la televisión te eleva o te mata. No hay términos medios, quedas bien o sencillamente haces el ridículo. La aspiración de nosotros es hacer hasta lo imposible, siempre con dignidad. A veces lo que más nos cuesta identificar es una pieza musical, pero se hace el esfuerzo.

Si tuviera que elegir entre las aulas y Escriba y Lea, ¿qué elegiría?

Bueno, es que lleva uno el maestro ya no dentro de la piel, sino en la sangre y en el nervio. El aula siempre me ha llamado mucho la atención, la disfruto al máximo, esto para mí no es un trabajo, es un placer. Me realizo cada vez que imparto una conferencia y tengo un intercambio con los estudiantes.

 

Ficha técnica:

Tipo de Entrevista:

        Por su forma: Clásica de preguntas y respuestas.

        Por su contenido: De personalidad.

Tipo de Título: De cita textual.

Tipo de Entrada: De evocación.

Tipo de Cuerpo: De preguntas y respuestas.

Tipo de Conclusión: De opinión del entrevistado.

 

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