LOS HOMBRES BUENOS NUNCA MUEREN
Los hombres buenos nunca mueren, sus manos no son opacadas por el Sol, su obra no se pierde con el viento... Los detalles de su vida no resultan banales, su recuerdo vive en cada una de esas personas que tuvieron la dicha de percibir su luz; Guillermo Cabrera Álvarez es y será un hombre así, uno de esos "Genios" que transitan por la vida para alegrar los días de aquellos que apenas logran sonreír, de los románticos, los tecleros que cada jueves esperaremos ansiosos por ese espacio de complicidad entre duendes y mortales.
Yo sé que desde donde esté, sus manos nos estarán guiando en nuestro paso por la vida.
Gracias, Guillermo, por haber revolucionado el periodismo, por haber dado apoyo a las nuevas generaciones, por creer, por existir, por ser.
Dailén Vega Muguercia
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