PEQUEÑOS E INMENSOS
La acondroplasia es el más común de los defectos de crecimiento y se presenta en uno de cada 25 000 nacimientos
YADIRA MARTÍNEZ PADRÓN,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación de la
Universidad de La Habana.
Ahí está ella, como de costumbre, de un lado a otro sin parar de trabajar en la sala de enfermería del hospital Aleida Fernández Chardiet, de Güines.
Los pacientes comentan sobre su buen humor y que para inyectar tiene la mano de oro. Agradable, inteligente, todo parece haberle dado la vida a esta muchacha, incluso el amor. “Todo, menos estatura”, dice ella, conforme y orgullosa del amor que le profesan sus familiares y amigos.
Es licenciada en Enfermería y jefa de sala. Su pareja tiene estatura normal. Dania Hernández es el nombre de una joven que ha demostrado que vivir con acondroplasia no ha sido obstáculo para llevar una vida normal, como muchos con su padecimiento se niegan a asumir.
Acondro ¿qué?
La acondroplasia, una de las manifestaciones del enanismo, es la más frecuente de las displasias óseo genéticas hereditarias que afecta por igual a hombres y mujeres y se presenta en uno de cada 255 000 nacimientos.
La palabra proviene del griego y significa “sin formación de cartílago”, aunque las personas con acondroplasia sí lo tienen. Su representación en el antiguo arte egipcio lo convierte en uno de los primeros defectos de crecimiento registrados por el hombre.
“Este padecimiento se debe a la mutación en un gen, localizado en el brazo corto del cromosoma 4. Los padres mayores de 45 años tienen mayor posibilidad de tener hijos con estas condiciones”, refirió la Máster en Genética Silvia Chávez, del Centro de Genética de Güines.
“Normalmente, los tejidos se convierten en huesos durante el desarrollo fetal y la niñez, salvo en algunos lugares como la nariz y los oídos. En los individuos con acondroplasia sucede algo extraño, pues se detiene el crecimiento óseo durante este proceso, especialmente en los huesos largos (como los de los brazos y los muslos), lo que hace que sean sujetos de pequeña estatura”, acotó la especialista.
El gen responsable de la acondroplasia se descubrió en 1994 y, gracias a ello, hoy se pueden hacer diagnósticos prenatales precisos, en la mayoría de los casos.
Fenotípicamente se caracterizan por extremidades pequeñas, manos cortas y anchas, tronco de tamaño normal y cabeza grande, con protuberancia de la frente, giba dorsal o lumbar que puede desaparecer en los primeros años de vida, y llegan a tener una estatura de 131 centímetros el varón y 125 la hembra.
Patología no tratable
La doctora Mercedes Silva, especialista en Pediatría del hospital Aleida Fernández Chardiet, sostiene que no es posible evitar o tratar la acondroplasia, dado que la mayoría de los casos son consecuencias de mutaciones nuevas inesperadas.
“El tratamiento con hormonas no influye de manera significativa en la estatura de un individuo con acondroplasia. En algunos casos muy específicos, puede tenerse en cuenta las cirugías de extensión de piernas”, aclaró la doctora.
Otro elemento aportó la genetista Silvia Chávez al explicar que, actualmente, el examen de ADN puede realizarse antes del nacimiento para confirmar los hallazgos obtenidos mediante el ultrasonido en casos de padres con alto riesgo de concebir un hijo con acondroplasia.
Según la especialista, se investiga la familia de genes denominada factores del crecimiento de fibroplastos, en la cual se encuentra el que provoca esta patología. El objetivo es comprender cómo el gen defectuoso provoca las características que se observan en la misma para lograr un tratamiento mejorado. Esos trastornos genéticos han sido vinculados a numerosas malformaciones hereditarias del sistema esquelético.
El asesoramiento genético puede ser útil para los padres que están a la expectativa de tener un hijo cuando uno de los dos o ambos son acondroplásicos; sin embargo, la prevención no siempre es posible si se tiene en cuenta que esta condición se origina usualmente como una mutación espontánea”, señaló la doctora Chávez.
Lo cortés no quita lo valiente
El doctor Odelto Suárez Ibarra, médico de la familia del municipio San José de las Lajas, afirma que los individuos con acondroplasia tienen habitualmente una inteligencia y esperanza de vida normales. No obstante, los niños suelen presentar varias complicaciones médicas que pueden afectar su desarrollo.
Heriberto Sánchez Ferrer es un niño acondroplásico de tres años que, además, padece otras afectaciones. La doctora Mercedes Silva comenta que tiene malformaciones toráxicas que complican su situación de salud.
“Ya perdí la cuenta de cuantas veces lo han ingresado. Casi siempre por enfermedades respiratorias; en el hospital todos lo conocen. Los doctores lo visitan y están siempre pendientes de su salud”, dice la madre, Daysi Ferrer Balado.
Ella sostiene que tener un hijo con acondroplasia no es difícil: aprende rápido y es muy cariñoso. Convivir con él permite comprobar que aunque su estatura es pequeña, su aprendizaje va más allá de lo que cualquier persona pueda pensar.
“Su tamaño no ha sido obstáculo para que en su corazón crezcan gigantes sentimientos de amor a la, a la vida y a la historia de su pueblo. Cada doctor que le atiende es para él uno de los Cinco Héroes. No hace más que ver una foto de los Cinco, y en seguida les pone el nombre de sus médicos”, comenta la madre.
“Conoce las primeras estrofas de Los Zapaticos de Rosa y hasta canta una canción de moda. Ni hablar de su refrigerador, es intocable porque dice que se lo dio Fidel”, agrega la doctora Silva.
“Lo que le falta de tamaño, le sobra de inteligencia”, dice la pediatra Ana Lourdes.
Miniaturas en el Séptimo Arte
La más reciente producción fílmica del director argentino Rolando Pardo, Pequeña Habana, es un testimonio humanista construido a partir de las entrevistas a hombres y mujeres enanos.
En el periódico Juventud Rebelde, el productor y además guionista, hace un cuestionamiento a la escasa visibilidad de esa fracción de la humanidad que no es mencionada en la Biblia con una cita de los versículos concernientes a la creación del mundo, según el génesis bíblico.
Las prolijas declaraciones de estas personas son llevadas a la pantalla grande en cuatro etapas de su vida: la infancia, la familia, el crecimiento y las experiencias sexuales, la vida laboral y el papel en la sociedad.
El documental invita en todo momento a la tolerancia, a la aceptación y a que la humanidad incline la vista para ver lo que antes resultaba invisible. Más bien convoca a mirara con otros ojos, los de la comprensión y la solidaridad, y ¿por qué no?, también los de la compasión, de una piedad altruista y práctica y no paternalista e hipócrita.
Pequeña Habana refleja la particular actitud de los personajes protagónicos, quienes en la vida desempeñan las más diversas labores como seres aptos y participativos, negados a la derrota y en franca cruzada contra la exclusión o la lástima consigo mismos.
En la mira de la sociedad
La psicóloga Natalia Menéndez, del hospital Leopoldito Martínez, de San José de las Lajas, explica que los individuos con este trastorno de crecimiento, por lo general, enfrentan trastornos en la personalidad y en el carácter.
"Estas reacciones son típicas en los acondroplásicos, pues aunque el enanismo es poco visto en la sociedad, en ocasiones las personas con este padecimiento son burladas y menospreciadas, puntualizó.
“Un enanito, qué cómico” o “qué gracia me da ver un enanito”, son algunas de las expresiones más frecuentes en la sociedad. Este tipo de comentarios, lejos de ayudarlos a sumir la vida de forma desinhibida, les crea complejos y hasta puede hacer que se sientan inferiores”, subrayó la doctora.
María Caridad Abreu es una acondroplásica cienfueguera que reside en el municipio San José de la Lajas.
“En mis sesenta y tres años de vida he visto de todo. Desde burlas, hasta bellas personas que me ayudan a cobrar porque no alcanzo al cajero”, comenta la señora.
Tiene dos hijos: “Ricardito, el mayor, es enanito igual que yo. Lo supe desde que lo vi por sus extremidades. Tuvieron que hacerme cesárea porque no dilataba bien, pero hubiera podido tener un parto normal. La menor de mis hijos no es acondroplásica.
“El padre de los dos es un hombre de estatura normal. Mis parejas nuca fueron acondroplásicos, no por nada, sino porque el tamaño no influye. Somos personas corrientes y sentimos igual que los demás.”
María Caridad dice que al mayor de sus hijos lo sacaba a lugares concurridos, donde hubiera bastantes personas, para que creciera sin complejos, “lo llevaba al Acuario, al Zoológico, al Rodeo, y muy importante, al Parque para que se relacionara con los demás niños. En fin, era igual que ellos.
“Sobre nosotros, como es lógico, han pesado las miradas de esa parte de la sociedad que aún nos ve como algo extraño. No me gusta que las madres le peguen a sus hijos porque me digan enanita, ellos no saben, además, lo soy y no siento el menor de los complejos.
“El enanismo es un reto de la vida. El que se empeña, vence. Por mi parte, insto a superar los miedos y complejos de esta parte de la sociedad que representamos. A aquellos que aún nos ven cómicos, los invito a la reflexión, nuestro problema es en el crecimiento, no en el corazón, nuestra convivencia pudiera ser más placentera con más comprensión y apoyo y menos críticas y cuestionamientos”.
Pequeños en el cuerpo/ inmensos en el alma/ amantes de una luna/ que pueden alcanzar. / Te miran y te dicen/ que no te creas gigante, / tan solo eres grande/ De altura nada más. / Personas que se niegan/ A sentirse “enanos”/ Porque se sienten grandes/ Para poder luchar. / Son algo más que parte/ Del circo de la vida/ Y no están dispuestos/ A dejar de luchar. / Pequeñas esperanzas/ De grandes ilusiones/ Tremendos corazones/ Que no pueden callar. / Si quieres ayudarnos/ Y no sentirte “enano”/ Échanos una mano/ Tu altura nos da igual.
FICHA TÉCNICA:
Tipo de título: Llamativo
Tipo de entrada: Descriptiva
Tipo de cuerpo del reportaje: Por bloques temáticos
Tipo de cierre De opinión del entrevistado
Estrategia de Fuentes:
Pasivas: Consulta a Internet y al portal de la salud cubana Infomed. Consulta al periódico Juventud Rebelde
Activas:
-Entrevista a la doctora Mercedes Silva, especialista en Pediatría del hospital de Güines
-Entrevista a la genetista Silvia Chávez del Centro de Genética de Güines
-Entrevista a la psicóloga Natalia Menéndez, del hospital de San José de la Lajas
-Entrevista a Daysi Ferrer Balado, madre de Heriberto Sánchez Ferrer (Paciente con acondroplasia)
-Entrevista a Dania Hernández, Licenciada en Enfermería y jefa de la propia sala del hospital de Güines y que además, padece acondroplasia
-Entrevista al médico general integral Odelto Suárez Ibarra
-Entrevista a María Caridad Abreu, acondroplásica del municipio San José de las Lajas
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