SANGRA LA HERIDA, Y MUCHO
MERCEDES ALONSO,
desde República Dominicana,
cortesía para Isla al Sur.
Los profesores también se suman a las exigencias reivindicativas a través de marchas y paros, como lo están haciendo los médicos y diferentes sectores de la población, organizados por el Foro Social Alternativo, según lo vivido en días recientes.
La Asociación Dominicana de Profesores planteó que esta vez serán ellos quienes marcharán el próximo miércoles, en demanda de la asignación de un mayor presupuesto para ese sector. La presidenta de la ADP, María Teresa Cabrera, se refirió a la preocupación de los profesores por la calidad de la enseñanza en el país.
A veces resulta plausible consultar un tanto el pasado, para hallar las respuestas más actuales.
El primer día del actual año se esperó con manifestaciones de violencia en muchas grandes y pequeñas ciudades del mundo. Pese a todo esto, hubo un “enfrentamiento” de amor y 2008 inició así sus primeros pasos.
En República Dominicana, si hacemos un poco de memoria, Monseñor Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez elevó su plegaria a Dios por la paz de dominicanos y dominicanas en el nuevo año y exhortó a los miembros de las familias a practicar el respeto y la tolerancia, como forma de mantener la armonía y la unión en el hogar.
Pero, en el oficio religioso, que tuvo por sede la Catedral Primada de América, los medios de prensa destacaron la ausencia de funcionarios del gobierno. Preguntábamos entonces, en estas mismas páginas, si debido a que se hallaban tan imbuidos en la campaña electoral olvidaron la importante cita.
Los días vividos hasta el presente, marcan una sucesión de heridos de balas, detenciones de dirigentes populares, paralizaciones de transporte público y el lamentable paro de los servicios médicos en los hospitales públicos, que ahora se extiende a los maestros. Sangra la herida y mucho.
De Educación y Salud se habla con la sombra de la impotencia. No se resuelven los programas básicos y, encima, cierran sus puertas hospitales y escuelas, como para añadir una nueva más al rostro de la ignorancia y a las enfermedades físicas y del alma.
¿Será que las plegarias no han sido escuchadas o que quienes deben instrumentar y/o dialogar a través de los caminos de soluciones imprescindibles para y el avance social no tienen oídos para oír ni ojos para ver?
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