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Isla al Sur

GRETEL

GRETEL

Una de las más jóvenes diputadas a la Asamblea Nacional actualmente cursa el primer año de la carrera de Comunicación Social en la Universidad de La Habana y es jefa de brigada de su colectivo.

MÓNICA BARÓ SÁNCHEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Gretel Rafuls Trujillo me confesó que se siente comprometida con su generación y transmisora de sus inquietudes y criterios. Según dijo -y para suerte nuestra- será eco y defensora de la voz universitaria en el Parlamento. Me llevé de ella dos imágenes, la primera me dice que es una persona persistente; la otra quedó guardada en la memoria de la cámara cuando le tomé una foto el día del Desfile de las Antorchas. 

-¿Cómo logras, con 19 años, ser diputada al órgano legislativo y constitucional más importante de Cuba?

Creo que eso tiene que ver más con el criterio que la gente tiene de uno, que con uno mismo. Está relacionado con la formación de toda la vida, lo cual no es privativo mío, conozco a muchos jóvenes de mi edad capaces de asumir un reto como este.

-¿Fue entonces un reto que te propusiste?

No, no… Eso incluso fue algo impactante, que más bien me sorprendió. Cuando yo era presidenta de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media en Ciudad de La Habana, convocaron a las muchachas para el Servicio Militar Voluntario Femenino, y yo junto con otras 95 jóvenes del país, fundamentalmente de la zona oriental, nos incorporamos. Después de terminarlo ingresé en la Universidad y en los primeros meses de la carrera me comunicaron que habían decidido, por los plenos de las diferentes organizaciones, postularme para candidata a diputada.

-¿Qué te aportó esa experiencia en las Fuerzas Armadas?

Mucho. Conocí a gente muy especial, a muchachas de Pinar del Río, de la Isla de la Juventud, de La Habana…, que viven en condiciones de mayor humildad que en la capital, pero que tienen tremenda riqueza espiritual, muchos valores y deseos de hacer. Además, es una etapa en la que se “madura con carburo”, como dicen los viejos, donde ves la vida con mayor realismo, pero también con más optimismo.

-¿Por qué te decides por la carrera de Comunicación Social?

A mí me otorgaron la carrera como un estímulo a mi militancia en las FAR. Me daba igual Comunicación Social que Periodismo, pero sabía que era algo relacionado al trabajo con la gente.

-¿Y cómo ves a Cuba dentro de 20 años?

Veo a un país donde las discusiones políticas van a ser más difíciles, porque mientras la gente es más culta, exige más que quienes los dirijan estén mejor preparados. También espero que tengamos mucho más desarrollo, que estemos  económicamente más recuperados. Esa es la única solución para que todo lo demás florezca. Pero siempre un país mejor, nosotros tenemos que ser capaces de darles a nuestros hijos un país mejor que el que tenemos hoy.

-¿Cuál es tu máxima aspiración en la vida?

No pienso mucho en eso… Dentro de muchos años, cuando sea viejita, me veo con una familia muy linda y rodeada de gente orgullosa de lo que he sido.

-¿Y en el plano profesional?

Quiero escribir un libro, porque Martí dijo que uno tiene que sembrar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Árboles he sembrado muchos, hijos tendré uno o varios, pero quiero por lo menos escribir un libro.

-¿Te gusta la literatura?

Sí, cómo no. Me gusta mucho Gabriel García Márquez, José Martí, los versos y prosa de Rubén Martínez Villena, la poesía de Rubén Darío y Silvio Rodríguez; y con frecuencia leo a Daniel Chevarría por su estilo policíaco. También he leído muchos libros de política y compilaciones de discursos.

-¿Qué libro no recomendarías jamás a una persona?

Nunca he leído un libro tan terrible que crea indigno leerlo.

-Defínete con una palabra.

Muy humana. Tengo muchos defectos y también sentimientos que me ayudan en mis relaciones con la gente. Me apasiono y creo en cosas, aunque a veces me decepciono y empiezo de nuevo, como todo el mundo. 


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