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CIENCIAS DE LA COMPUTACIÓN CERCA DEL ALMA MATER

CIENCIAS DE LA COMPUTACIÓN CERCA DEL ALMA MATER

Miguel Katrib, profesor de Programación en la carrera de Ciencia de la Computación, Universidad de La Habana, cuenta sobre sus experiencias en el centro de altos estudios.

ADRIANA VALDÉS ROBREÑO,
estudiante de segundo año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Observa la siguiente secuencia de instrucciones:
1. leer (A)
2. resultado = 1
3. mientras (A>1)
4. resultado = resultado * A
5. A = A – 1
6. fin mientras
7. imprimir(resultado)

Ahora responde a las siguientes cuestiones:
a) Si en la primera instrucción se introduce un valor 2 en A ¿Qué valor se imprime?
b) Si en la primera instrucción se introduce un valor 3 en A ¿Qué valor se imprime?
c) Si en la primera instrucción se introduce un valor 4 en A ¿Qué valor se imprime?
d) ¿Qué se está calculando?

Quizás para nosotros este ejercicio parece un tanto complejo, pero para el profesor Miguel Katrib y sus alumnos es algo tan cotidiano como tomarnos un café cada mañana. Desde hace más de 25 años trabaja en el Departamento de Ciencia de la Computación de la Universidad de La Habana y asegura sentirse apasionado por su trabajo.

Los discípulos de este profesor creen que es muy exigente; sin embargo, Katrib dice que son ellos los que a veces se demoran en reconocer los beneficios de alguien así: “Cuando estudian piensan que los estás llevando muy recio, muy duro, pero cuando se gradúan agradecen esa manera de haberlos instruido, pues fue la vía que los llevó a adquirir una formación de excelencia”.

-¿Desde cuándo usted ejerce la docencia en esta especialidad?

Desde 1967 como alumno ayudante, y lo hago porque me gusta y lo disfruto, me place enseñar. Una persona que no le guste la docencia, no puede dar clases. Además, eso no significa que no se trabaje en productos concretos, que no se hagan aplicaciones ni investigaciones; la intención es combinar la enseñanza con otras labores investigativas y con la producción de resultados a aplicaciones concretas. En esta especialidad no tendría sentido dar clases nada más, estaríamos desactualizados con los resultados y los nuevos productos. Nosotros no hacemos estudios al mismo ritmo de una empresa que seguramente tiene metas de producción y de resultados más inmediatos, pero la docencia y la investigación no están divorciadas. Estar en la Universidad implica también realizar trabajo investigativo y de desarrollo, eso obliga a estar actualizado en cuanto a la tecnología.

Katrib explica que la carrera Ciencia de la Computación se fundó en la Universidad de La Habana en el año 1970. “Más tarde le cambiaron el nombre por el de Cibernética Matemática, aunque la carrera seguía siendo la misma. Luego, a principios de los 90 volvió al nombre original, que es el que lleva en el actualidad, pero parece que a las personas les gustó más el segundo nombre y aunque ya no se llama así, continúan diciéndole Cibernética”, aclaró.

-¿Cómo se consolidaron las Ciencias de la Computación en la Universidad de La Habana?

Cuando yo estudiaba, esa carrera no existía. La Computación como carrera, con una personalidad propia, en los años 60 no estaba constituida de manera sólida, no solo en Cuba, sino a nivel internacional. Muchas especialidades tributaron a ella como la Matemática, algunos vinieron de ingenierías, de Física, de Economía. Esa fue una situación mundial, no un problema particular de Cuba, y continúa sucediendo porque todavía es una disciplina joven comparada con otras y, por tanto, las primeras personas que contribuyeron con ella, provenían de otras ramas.

Una vez que se formó la carrera, la mayor parte de los profesionales que trabajan en el campo de la Computación deberían ser graduados de ella, aunque a veces no ocurre así. Hay gente que se dedica a la computación y no han estudiado la especialidad, lo cual trae como consecuencia que muchas personas con una formación incompleta en ocasiones, opinen y tomen decisiones erróneas.

Es cierto que muchos confundimos las características y los nombres de algunas profesiones que no pertenecen a nuestro campo de estudio. Es por eso que este destacado profesor esclarece la confusión: “Son dos carreras diferentes, aunque se complementan. Yo, como profesional, me gradué de Matemática, pues en los años que estudié no existía la carrera de Computación, y ahora de matemático nada más tengo la inspiración original, no me dedico a nada de investigación en esa área, toda la que realizo está encaminada al mundo de la Computación. Esa es una ambigüedad que en ocasiones es para bien y otras veces es para mal, depende de cómo se use. Unas veces sirve para corroborar el carácter eminentemente numérico de la computación, y otras para ahuyentar a los estudiantes diciéndoles que la matemática es muy complicada”.

-Teniendo en cuenta las dificultades materiales que afronta el país, ¿cree usted que los estudiantes cubanos están al mismo nivel de los de otras naciones?

Sin ánimo triunfalista, me atrevo a decir que nuestros alumnos, al menos en principio, están a la altura de estudiantes de otros países con mayor desarrollo tecnológico, a pesar de las limitaciones materiales, pues los profesores aquí nos esforzamos por mantener actualizados a todos nuestros discípulos con lo que podemos ofrecerles. También nos ayuda mucho a mantener al día a los estudiantes ese grupo que tenemos que investiga y trabaja en aplicaciones de sistemas que tienen que ver con todo lo que es desarrollo de software y programación en la web. Nos satisface mucho que gran parte de los egresados de esta Facultad, generalmente son personas que se dedican al trabajo posterior en la especialidad, muy pocos hacen otra cosa que no tenga que ver con la ella, e incluso son muy competitivos en su área.

En 25 años como profesor, Katrib ha tenido muchísimas vivencias con sus alumnos. Expresó que ellos le han aportado “alegrías y sinsabores, esa es una dualidad que el profesor tiene que convivir con ella”.

-¿Recuerda algún hecho que sirva de lección a los interesados en estudiar Ciencias de la Computación?

Las asignaturas que trabajamos con mayor énfasis son las de los primeros años, que coinciden con el cambio de un sistema de estudio a otro. Hay estudiantes que no logran adaptarse a todo eso. Algunos porque confunden la vocación y otros porque no tienen habilidades.

Recomiendo a todos los interesados en estudiar una profesión como esta que tengan bien definida su vocación. En caso contrario, las consecuencias pueden ser fatales. Esta es una carrera que requiere mucho estudio y, por tanto, debe gustarle al alumno.

A Katrib le gustan el ballet, la pelota, la música clásica y el teatro, pero su mayor tiempo lo dedica a otros proyectos, pues él dirige un programa de maestría en Ciencias de la Computación y un grupo de investigación y programación web (WEBOO). “Además de impartir clases, oriento a un grupo de personas que trabajan en la producción de software, es decir, adiestro un grupo docente alrededor de una disciplina que se llama Programación, la cual es un elemento esencial dentro de la formación de especialistas y de la carrera. Ese colectivo se dedica a la docencia de la temática y a la investigación. Las funciones van desde estar al día en la tecnología hasta introducir los avances en cada una de las clases, porque siempre tratamos de que los estudiantes trabajen con la tecnología más actualizada”, apuntó.

-¿Cree usted que el claustro de profesores de la Universidad de La Habana, luego de 280 años, tiene garantizado el relevo?

Hemos pasado tiempos complejos y tenemos que cuidar mucho que no se pierda esa tradición de calidad de la Universidad de La Habana. No basta vivir de los méritos pasados. Yo me siento muy satisfecho de trabajar aquí, pero no siempre el reconocimiento social ha estado a tono con eso. Esta casa de altos estudio sigue teniendo una posición cimera en la docencia y en la investigación, pero no es para que nos sentemos a aplaudir, porque aún hay problemas.

La pasión del profesor Miguel Katrib por su trabajo no le impide ver las dificultades que existen. Sin embargo, continúa en esta Universidad de La Habana que, luego de 280 años, cada septiembre se llena de juventud y nuevas ideas. 

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Nosotros, los del 280, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario de la casa de altos estudios cubana.

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