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Isla al Sur

LA INVESTIGACIÓN DE LA COMUNICACIÓN EN CUBA: PRÉSTAMOS TEÓRICOS PARA UN ITINERARIO SINGULAR

LA INVESTIGACIÓN DE LA COMUNICACIÓN EN CUBA: PRÉSTAMOS TEÓRICOS PARA UN ITINERARIO SINGULAR

Dra. MARGARITA ALONSO ALONSO,
Vicedecana de la Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

La investigación y la reflexión teórica sobre la comunicación de masas ha atravesado en Cuba diversas etapas, casi siempre nítidamente definidas, que van de la dispersión y el debilitamiento a la efervescencia y productividad, alternando entre períodos de estancamiento y momentos de profundo debate y autocrítica.

La investigación comunicológica cuenta ya en nuestro país con una cierta tradición. Antes de la década de los años 40, los estudios sobre la comunicación de masas fueron aislados y asistemáticos, centrados como es lógico en la comunicación impresa y esencialmente descriptivos. Desde el punto de vista disciplinario, estas aproximaciones se basaban, en lo esencial, en enfoques biblio e historiográficos, especialmente de las publicaciones periódicas.

Los años 40 representan un momento significativo en la introducción de nuevas aproximaciones, técnicas y objetos de investigación, aún cuando la característica principal de dichos estudios era su propósito eminentemente comercial.El centro de interés de las investigaciones en comunicación en este período era la determinación de los ratings de audiencia, auspiciados por la Asociación de Anunciantes de Cuba, lo que explica la tradicional centralidad de los estudios de recepción y audiencias dentro de la investigación de la comunicación.

La figura del investigador cubano Raúl Gutiérrez Serrano, quien fuera discípulo de Paul Lazarsfeld, se encuentra indisolublemente unida a la introducción en Cuba de las encuestas electorales, los "surveys" de variado tipo y la medición cuantitativa de audiencias, directamente importadas del empirismo sociológico norteamericano en una de sus vertientes más representativas: los estudios del consumo radial según la denominada "Teoría de las categorías sociales".

Las investigaciones sobre publicidad y medios de comunicación, estrechamente vinculadas a la radiodifusión en la década de los 40, se intensifican en los años 50 a partir de la introducción de la televisión y el auge de las agencias publicitarias. En esta época se realizan diversos estudios de mercado, de medios y textos publicitarios, así como investigaciones psicológicas relacionadas con la recepción y el impacto de la Publicidad. La profesora Mirta Muñiz1 refiere ejemplos de las variadas investigaciones realizadas sólo durante el año 1956, entre las que se encuentran el estudio de texto sobre publicidad de la gasolina en 200 automovilistas; de lectoría sobre la Revista Visión para la Esso; sobre el Cuba Libre, sobre slogans dirigidos a la juventud para la Coca Cola; la investigación en colegios sobre preferencias por colores de bolígrafos para Paper Mate; observación en farmacias sobre el permanente Toni y prueba a ciegas e investigación motivacional entre amas de casa sobre manteca y aceite.

Durante esta década las investigaciones descriptivas de audiencias de medios se extienden también a la prensa escrita (en este caso, estudios de lectoría). El método utilizado era la encuesta coincidental y la categoría de "clase social", la principal variable sociodemográfica del público considerada en aquellos estudios.Como puede apreciarse, la investigación de la comunicación en este período se encuentra directamente condicionada por los siguientes factores:

la lógica económica (a partir de la rentabilidad de la publicidad comercial a través de los medios).

la influencia teórica del funcionalismo norteamericano, dominante entonces en las Ciencias de la Comunicación.

La forma --brevemente reseñada-- de introducción de las "modernas" técnicas de investigación, marcaría definitivamente las tendencias y enfoques que caracterizarían durante largo tiempo la aproximación a los fenómenos comunicativos en el país: gran interés por el estudio del público o audiencia, énfasis en lo descriptivo y cuantitativo, unido a la preocupación por el rigor técnico y la aplicación de métodos científicos de selección muestral y procesamiento estadístico.

Es muy probable que Cuba, siendo un país de precoz desarrollo comunicativo en Latinoamérica, que ocupó una destacada posición en la exportación de programas radiales en la década de los años cincuenta, de seguir este curso se convirtiese también en un centro importante de investigación en torno a los medios de comunicación en el continente.2 Sin embargo, con el radical cambio sociopolítico que representó el proyecto revolucionario inaugurado en 1959, el campo de la comunicación masiva se vio también sometido a significativas transformaciones.

La nacionalización de los medios de comunicación y las nuevas funciones que ellos adquirirían como instrumentos de educación, orientación y movilización, relegaría a segundo plano la problemática de su investigación, lo que explica, entre otros factores, el debilitamiento de los estudios de la comunicación durante los años 60 y primera mitad de los 70. Aún cuando pueden señalarse diversos e interesantes ejemplos de reorientación de los estudios comunicológicos a la luz de las necesidades derivadas del nuevo sistema social3, la investigación de la comunicación quedó a la zaga de la práctica comunicativa concreta que la Revolución desde los primeros años promovió, sin lograr alcanzar el nivel y la magnitud que habría sido lógico esperar dada la inédita y efectiva utilización de los medios de comunicación durante las etapas iniciales del proceso revolucionario.4

Si bien fueron escasos los estudios sobre comunicación social desarrollados en los primeros años del triunfo revolucionario, una mirada general a los temas abordados y su tratamiento metodológico revela las posibilidades de desarrollo de tales enfoques, que fueron lamentablemente interrumpidos por otros requerimientos sociales, con lo que se perdió la continuidad lógica del campo de estudios, produciéndose un desfase teórico con relación a la investigación regional e internacional.

Entre los interesantes tópicos indagados en aquella etapa se destacan el de la Imagen de dirigentes públicos, estudio sin precedentes y que constituye un tema sólo recientemente incorporado a las Ciencias de la Comunicación a nivel internacional, el del análisis de contenido comparativo entre la prensa burguesa y la nueva prensa revolucionaria y las investigaciones sobre comunicación interna y sus medios realizadas por el Ministerio de Industrias, que representan un interesante antecedente de una de las líneas de mayor actualidad y novedad en el campo de la comunicación social.5

En la segunda mitad de los años 70 los estudios de la comunicación pública se revitalizan en el país, ahora orientados a la satisfacción de necesidades de carácter administrativo e institucional derivadas de la exigencia de obtener retroalimentación acerca del cumplimiento de las funciones sociales del nuevo sistema de comunicación ya consolidado y en fase de desarrollo.

En virtud de diversos factores contextuales, la trayectoria de los estudios comunicológicos cubanos muestra sustanciales diferencias en comparación con los paradigmas y tendencias teóricas propias del desarrollo de la teoría de la comunicación Latinoamericana en esa época. Rasgo común a ambos itinerarios es la influencia de las escuelas norteamericanas -Funcionalismo, Sociología Empírica y Psicología de los Efectos- durante algunas etapas (acuñadas como de la dependencia teórica foránea).Sin embargo, la sustancial influencia del marxismo y el desarrollo de las teorías críticas que caracterizara el panorama de la investigación latinoamericana durante la década de los 70, considerada por muchos como la más autóctona de la región, contradictoriamente, tuvo relativamente escasa repercusión en nuestro país.

Las características y funciones particulares de los medios de comunicación en Cuba, en especial su carácter educativo-cultural, determinaron la escasa resonancia de ciertas problemáticas (entre ellas, la del imperialismo cultural), que no se abordaron por los investigadores cubanos con el énfasis que distinguió al resto del continente.

El excesivo didactismo en la comprensión de los medios fue un factor de significativa influencia en los enfoques con que se asumió también su investigación. Si bien esta visión de las funciones de la comunicación de masas en una sociedad socialista fue hasta cierto punto lógica y desempeñó un positivo papel en los primeros años de la Revolución, llegado un momento limitó la profundidad de análisis en torno a las complejas mediaciones que se establecen entre los medios y los procesos sociales y políticos.

Esta problemática, presente en otros países -aunque con condiciones diferentes a las de Cuba- ha sido agudamente analizada por Michelle y Armand Mattelart, quienes han señalado que:"Las dificultades con que ha tropezado la izquierda, cuando ha tenido que afrontar esta cuestión de los medios en unos procesos prerrevolucionarios, fuera de los esquemas de agit-prop (agitación y propaganda), fueron otras tantas ocasiones para medir un vacío endémico en un pensamiento marcado por el culto al didactismo y que siempre ha tenido tendencia a considerar los medios como meras herramientas de su vocación pedagógica."6

Esta representación de los medios incidió, entre otros factores, en el hecho de que, salvo aislados trabajos de especialistas cubanos y unos pocos títulos de autores extranjeros publicados en la época7, la perspectiva crítica no llegara a caracterizar la reflexión cubana en materia de comunicación y los escasos análisis incluidos en este enfoque se orientaran a la crítica de los procesos comunicativos en las sociedades capitalistas.No obstante, el enfoque crítico en la investigación de la comunicación dio lugar a relevantes y sistemáticos análisis, algunos de los cuales tuvieron continuidad y se mantienen en nuestros días8.

Como se ha señalado, entre la investigación comunicológica cubana y la del resto del continente, se presenta un desfase, caracterizado por la extensión de la influencia de las corrientes norteamericanas (Funcionalismo, Sociología Empírica y Psicología de los efectos) durante las décadas de los 70 y 80 en nuestro país –cuando ya Latinoamérica había producido una ruptura con los paradigmas importados-- y por el comparativamente escaso grado de elaboración teórica y reflexión propia en torno a los procesos comunicativos.

La débil repercusión de las teorías críticas (centradas por lo general en los estudios del emisor) contribuiría a mantener el énfasis en los estudios de Recepción y Efectos.Un factor de significativa influencia en el empirismo que durante estos años caracterizó a la investigación en comunicación fue la escasa publicación y difusión de literatura científica especializada, así como la búsqueda de nuestros principales referentes en la producción marxista de los países de Europa del Este, cuya reflexión en el terreno de la comunicación fue, salvo excepciones, poco relevante9. En adición a lo anterior, cabe señalar el olvido de Latinoamérica --de cuya rica producción teórica estuvimos durante años aislados-- como más cercano y obligado referente en la construcción de paradigmas propios.

Hasta finales de los años 80 e inicios de los 90 -coincidiendo con el derrumbe del "socialismo real"- no se produciría en la comunidad científica cubana la toma de conciencia crítica del estado de dependencia foránea y escasa reflexión propia de la investigación comunicológica.Llama la atención constatar cómo, a pesar del sustancial cambio político ocurrido en el año 59, las corrientes y modelos norteamericanos prevalecen con tanta fuerza, así como la influencia del paradigma informacional, base epistemológica de la mayor parte de aquellas indagaciones.En tal sentido, diversos autores han hecho referencia al perfecto acople que se produce entre cierto abordaje marxista de la sociedad y la perspectiva funcionalista, a pesar de su aparente antagonismo10. Términos como marxismo funcionalista o funcionalismo de izquierdas dan cuenta de una comprensión instrumental, reproductiva y legitimadora de los medios en la sociedad, comprensión que escinde lo político de lo comunicativo, la teoría de la práctica, lo conceptual de lo técnico.Al respecto ha señalado Jesús Martín Barbero:

"Lo que estamos planteando es que esa escisión tiene su razón de ser en otra parte y que el eclecticismo teórico no es sino la incidencia que, sobre el proceso del conocer, tienen determinadas concepciones de lo político en las que paradójicamente convergen ciertas izquierdas y derechas".11

La imposibilidad de extrapolar el paradigma comunicativo derivado de la teoría funcionalista a otro contexto social es demostrada una vez más por el propio Barbero cuando afirma que:"El instrumentalismo funcionalista, por más que se revista de la terminología marxista, no puede negar al verticalismo, a la unidireccionalidad del proceso comunicativo, pues se alimenta de ellos"...12

Por otra parte, muchos de los estudios realizados en el período se desarrollaron en el marco de enfoques "administrativos", en dispositivos de investigación adscriptos a instituciones de comunicación; mientras que los estudios "académicos" fueron escasos y caracterizados también por su empirismo.El trabajo más sistemático de investigación de audiencias se ha desarrollado en el Centro de Investigaciones Sociales de la Radio y la Televisión del Instituto Cubano de Radio y Televisión. Otra institución significativa en el estímulo a los estudios y debates en torno a la comunicación ha sido el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y su Centro de Información y Estudios del cine, refiriéndose al cual el investigador Enrique González Manet, ha señalado que "el esfuerzo más sostenido fue realizado por el ICAIC mediante la organización de Seminarios internacionales en el marco de los Festivales del Nuevo Cine Latinoamericano, a los cuales concurrían anualmente investigadores y críticos de prominencia mundial como Herbert Schiller, Ignacio Ramonet, Armand Mattelart, Oswaldo Capriles, Patricia Anzola, Rafael Roncagliolo, Fernando Reyes Matta y Octavio Getino, entre otros. Estas actividades se realizaron durante un decenio." 13

Por su parte, en los marcos académicos, la indagación más sistemática de los fenómenos comunicativos se ha llevado a cabo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. También el Centro de Estudios de los Medios de Comunicación Masiva (CEMEDIM) de la UPEC, promovió durante los años 80 la investigación, producción científica y debate en torno a la comunicación pública, reflexión que alcanzó uno de sus más significativos momentos en el I, II y III Taller sobre investigaciones sociales aplicadas al Periodismo desarrollados en 1989, 1990 y 1991, tras los cuales el centro cesó en su labor.

Principales tendencias (1977-1989).

Sin lugar a dudas, los estudios comunicológicos cubanos (1977-1989) se inscriben mayoritariamente en los paradigmas importados de la teoría e investigación norteamericana, especialmente de la denominada Mass Communication Research y sus diversas corrientes. Más aún, la asimilación acrítica de estas escuelas se realizó casi siempre de manera espontánea en sus modalidades más elementales.

La concepción instrumental y utilitaria de los medios de comunicación acentuó el empirismo y la escasa reflexión teórica. Estas visiones predominantes tuvieron una decisiva influencia en el carácter de las investigaciones y en el tipo de reflexión propia de la etapa, comprensión de los medios que, como acertadamente ha señalado Martín Barbero, priva a estos de "materialidad institucional y de espesor cultural, convirtiéndolos en meras herramientas de acción ideológica."14

En cuanto a líneas temáticas, los estudios de recepción y efectos han sido predominantes en la esfera de los medios audiovisuales; mientras que los de la prensa escrita se han centrado en el análisis de contenido (Estudios de mensajes) e investigaciones históricas.Dentro de la primera vertiente (Estudios de recepción) ha predominado ampliamente el denominado Modelo de efectos, esencialmente a partir de trabajos centrados en la medición y descripción del público según categorías sociales (variables sociodemográficas), propios de la Sociología Empírica de Paul Lazarsfeld o de otras corrientes como la empírico –experimental o de la persuasión (Escuela de Yale), aunque esta última con menor influencia.También el Funcionalismo, a través de la corriente de los Usos y gratificaciones, tuvo cierta influencia en los estudios de audiencia.

Además de los enfoques predominantes (Efectos y Usos y Gratificaciones), se realizaron durante toda esta etapa algunos intentos de investigaciones con mayores pretensiones, con empleo de técnicas cualitativas, más flexibles y mayor interés en la profundización que en la descripción cuantitativa.Como ejemplo de estos estudios pueden señalarse las investigaciones sobre el espectador cinematográfico que se caracterizaron, en lo esencial, por su mayor grado de profundización y diversidad de aspectos indagados.

Se investigaron, así, las preferencias y hábitos relacionados con el consumo de cine, el sistema de motivaciones de los espectadores, las actitudes y prejuicios hacia algunos tipos de cinematografías, el uso del cine como medio de modificación de actitudes, la recepción de la crítica y la comprensión del lenguaje cinematográficos.15

Por su parte la segunda vertiente (Estudios de mensajes) se llevó a cabo fundamentalmente en la entonces Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana. Retomando generalmente la versión clásica del análisis de contenido Berelsoniano, se examinaron las tendencias de las publicaciones periódicas nacionales, abordándose aspectos tales como: cumplimiento de perfiles y objetivos editoriales, comportamiento de temáticas y géneros, empleo de recursos gráficos, entre otros. Se estudiaron además algunas campañas propagandísticas y de desinformación de Agencias de Información internacionales, así como la labor de agencias socialistas como Prensa Latina y TASS.

Aunque en menor medida, se realizaron estudios de mensajes en el campo de la radio, el cine y la televisión, en este caso tomando como objeto de estudio las programaciones informativas de dichos medios (emisiones de la radio nacional y provincial, del NTV y otros espacios, del Noticiero ICAIC y de la labor propagandística de la radio enemiga contra nuestro país).Una línea especialmente fecunda – y una de las que mayor continuidad ha tenido- fue la de los estudios históricos de la prensa, desarrollada por la Facultad de Periodismo y la Unión de Periodistas de Cuba. Básicamente se abordó el análisis de las publicaciones periódicas nacionales del siglo XIX y la República neocolonial, así como de figuras relevantes de nuestro periodismo. Como resultado de estas investigaciones se elaboraron numerosas monografías sobre prensa progresista y revolucionaria y sus principales exponentes en Cuba: Martí, Céspedes, Mella, Pablo de la Torriente, Blas Roca, Carpentier, etc.16

Desde el punto de vista de los estudios teóricos, se revelan, sin embargo, las mayores limitaciones en la interpretación y análisis de los procesos comunicativos, en los que la falta de referentes teóricos y de paradigmas propios se hizo particularmente evidente en esta etapa.La concepción instrumental de los medios y la influencia del paradigma informacional llevó al cuestionamiento del propio concepto de comunicación y a sugerirse su sustitución por el término difusión, para referirse al carácter unilateral de los medios17, fenómeno que coincide con posturas en otros momentos asumidas por diversos investigadores latinoamericanos. Al respecto apunta Barbero:"Y resulta curioso, por no decir otra cosa, que en no pocos textos "marxistas" se insista en defender la palabra información, en su acepción instrumentalista, para denominar a los procesos de comunicación masiva. Y con la información es toda la mitología de la "objetividad" con la que se estrellan. Y frente a la cual la manida noción de "manipulación" no hace sino emborronar de psicologismo todo el problema. Pseudoconcepto el de manipulación que los funcionalistas también emplean en sus lamentaciones."18

Afortunadamente, estas concepciones simplistas fueron en nuestro país rápidamente abandonadas por sus autores, abriéndose paso una reflexión más profunda, reflexiva y documentada en torno a los modelos de la comunicación.

Una perspectiva especialmente fecunda y de proyección internacional ha sido la representada por el investigador Enrique González Manet, quien, partiendo de un enfoque crítico-interpretativo ha abordado la dimensión internacional de los procesos informativos y comunicativos, el impacto de las nuevas tecnologías y las estrategias y prácticas propagandísticas contra nuestro país, entre otros relevantes temas. La actividad investigativa de este autor contribuyó significativamente a la introducción en la UNESCO del debate en torno al Nuevo Orden Internacional de la Información y la Comunicación (NOIIC), tema que durante un decenio logró imponerse ante la reaccionaria corriente del Libre Flujo en la comunicación19.

De igual forma, las documentadas reflexiones de González Manet acerca de la necesidad de implementación de políticas nacionales de comunicación ante el acelerado proceso de globalización han alcanzado relevancia internacional, constituyendo una de las líneas de análisis comunicológico más sistemática del país, lamentablemente demasiado personalizada y no siempre institucionalmente respaldada.

Un momento significativo en la integración de los esfuerzos investigativos de las diversas instituciones se alcanzó en el marco del Programa Nacional Científico Técnico sobre la Juventud cubana, coordinado por la Academia de Ciencias y uno de cuyos temas se planteó el perfeccionamiento de la influencia de los medios de comunicación en dicho grupo poblacional. Esta investigación logró realizar un diagnóstico integral del vínculo de la juventud con los medios de difusión masiva, alcanzando resultados más integradores entre los diferentes medios- que hasta el momento habían sido estudiados de manera fragmentada- así como mayores posibilidades de introducción en la práctica social.

A pesar del espíritu crítico que ha animado el presente análisis, la trayectoria de los estudios comunicológicos cubanos puede ser evaluada como un proceso en construcción, histórica y socialmente condicionada, que atravesó diferentes etapas hasta iniciar su propia autocrítica y orientarse a la búsqueda de referentes teórico-metodológicos y de una identidad propios.En este itinerario se ha acumulado, sin dudas, inestimable información acerca de diferentes aspectos de los procesos comunicativos en el país, así como un conjunto de experiencias tanto teórico-metodológicas como de orden práctico que se expresan en diversos informes de investigación, tesis de Licenciatura, Maestría y Doctorado y en algunas publicaciones científicas.

Viraje crítico.

La caída del "socialismo real", las profundas transformaciones operadas en las ciencias sociales a nivel internacional, la experiencia acumulada durante más de una década y el contacto con la producción teórica latinoamericana serían elementos decisivos en las nuevas orientaciones de los investigadores cubanos de la comunicación a partir de los años 90.El consenso en la necesidad de producir un cambio radical en el modo de aproximación a los fenómenos comunicativos y la búsqueda de paradigmas en la variada reflexión de nuestra región, de la que habíamos permanecido distantes, caracterizarían el viraje producido a inicios de la última década en los estudiosos de la comunicación.

Hacia finales de los años 80 se desarrollan un conjunto de eventos y acontecimientos que dan cuenta, por una parte, del agotamiento teórico-metodológico y el estancamiento existente en este campo de estudios y por otra, de la reflexión autocrítica iniciada por la propia comunidad de investigadores.

Es la etapa de celebración de los Talleres nacionales de investigación auspiciados por la UPEC, de los eventos internacionales de Comunicación organizados por la Facultad de Periodismo y la UPEC y de la creación, bajo la coordinación del Partido, de la comisión para la creación del "Sistema de Investigaciones Sociales para elevar la eficiencia de los medios de comunicación masiva".

Al calor de estos debates se realiza un análisis crítico de los principales problemas de la investigación comunicológica, así como de los condicionantes de la labor investigativa que explicaban, en mayor o menor medida, el estado de esta actividad.Entre las principales deficiencias de las investigaciones sociales sobre los medios detectadas en aquellos foros pueden señalarse:

Carácter mediocéntrico de la actividad investigativa (centrada en el examen de los grandes medios) con escasa preocupación por otras modalidades de comunicación o por otros factores de orden contextual o estructural estrechamente relacionados con la actividad de los medios y sin los cuales es imposible entenderlos.

Reduccionismo y simplificación en la comprensión de los medios de comunicación masiva, al margen de su vinculación con otros procesos comunicativos y condicionantes sociales.

Carácter fragmentado y disperso de los estudios, como resultado de lo cual se arriban a resultados puntuales, difícilmente generalizables.

Falta de creatividad en el plano teórico- metodológico y escasa interrelación entre los diferentes medios, así como entre los diversos componentes del proceso comunicativo.

Descriptivismo investigativo, orientado a la constatación de un resultado inmediato y no a la comprensión del proceso.

Predominio de la investigación unidisciplinar y de las perspectivas sociopsicológica, historiográfica y periodística, en detrimento de la aproximación antropológica, lingüística o filosófica.

Al frente de estas reflexiones, conduciendo el debate intelectual, se ubicó el profesor Rafael Rivera Gallardo, sin dudas el especialista cubano de mayor hondura en la reflexión teórico-epistemológica en este campo intelectual. Su sistemática labor docente contribuyó a la introducción y difusión en el país de la producción científica de relevantes figuras internacionales de la teoría e investigación en comunicación, tales como Manuel Martín Serrano y Jesús Martín Barbero, entre otros.

Especialmente significativa fue la contribución de Rivera al diagnóstico crítico de la investigación comunicológica cubana, al señalar con crudeza la filiación positivista y funcionalista de la misma, así como el carácter que debía tener la imprescindible ruptura con las prácticas investigativas asumidas hasta el momento. Al respecto afirmó:"Al parecer, no basta con la conciencia o la crítica del problema para producir una ruptura real y una superación de esta especie de punto muerto. Esta discusión ha aflorado alguna que otra vez y casi siempre se ha insistido, con razón, en lo metodológico como la clave del asunto, pero tal vez restringiéndolo excesivamente a las cuestiones de método. Creo que por ese camino se tiende a reducir- indebidamente- el problema a la posible eficacia o no eficacia de nuestros métodos y procedimientos o a la posible capacidad o incapacidad de los investigadores.Estamos convencidos hoy de que lo esencial no radica sólo aquí, pues vista así, la cuestión podría ser meramente técnica y, por tanto, de solución relativamente fácil.

Para intentar salir de esta situación, debemos desplazar el problema hacia otro ángulo: de lo que se trata es de producir un cambio radical de perspectiva, de enfoque- de raíz conceptual, teórica- que nos proponga otra visión, otra comprensión, otras dimensiones de ese objeto que llamamos comunicación".20

Asimismo, aquellas reflexiones enfatizaron en los obstáculos o condicionantes de la actividad investigativa, entre los que se destacaron:

La ausencia de una política nacional de comunicación que contribuya a priorizar eltema.

Falta de institucionalización de la investigación y de las líneas de trabajo, que respondían por lo general a intereses personales de los investigadores.

Subestimación del papel y utilidad de la ciencia en la toma de decisiones.

Precaria formación de los investigadores, falta de intercambio y colaboración internacional.

A partir de esta etapa de ruptura, la investigación de la comunicación inicia un proceso de despegue paulatino, caracterizado por un mayor respaldo institucional, la apertura a nuevos temas y la búsqueda de nuevos referentes teóricos.

Aún cuando, al decir de González Manet "no puede decirse que Cuba se ha insertado en el mundo de la investigación sobre comunicación, pues su característica principal es la discontinuidad y la falta de sistematización",21 existen hoy algunos resultados que evidencian, si no la consolidación, sí al menos el desarrollo y maduración del campo de estudios.

Años 90: Nuevas orientaciones.

Dentro de los nuevos enfoques de investigación de la última década, el estudio de los procesos de Recepción y Consumo continuaría ocupando, sin embargo, un relevante lugar, ahora estimulados por el peso de la temática a nivel internacional, cuando el retorno al sujeto y el Paradigma de la Recepción Activa se perfilaban desde los años 80 como importantes tendencias de la investigación comunicológica y nuestro continente realizaba significativos aportes a la comprensión del tema.

Los enfoques actuales de los investigadores cubanos se basan en los diversos desarrollos y fuentes teóricas que convergen en el denominado Análisis de la Recepción y Etnografía de Audiencias,22 con énfasis especial en la elaboración que de estos postulados han realizado los investigadores latinoamericanos.

El cambio paradigmático que constituyen las teorías actuales de la recepción ha sido sin dudas trascendental para los estudios de la comunicación, al punto de considerarse como un "tercer estadío de la biografía del campo, que viene a sustituir lo dicho por los dos anteriores, el funcionalista y el frankfurtiano".23Sin embargo, el andamiaje teórico metodológico de los estudios de recepción muestra un panorama de gran complejidad, que retoma una amplia cantidad y variedad de fuentes y cuya organicidad interna es un proceso aún en construcción.

De la reflexión internacional, nuestros estudios asumen, en lo esencial, la perspectiva de la investigación crítica de audiencias. De la Etnografía crítica24 retomamos el interés en arribar a un conocimiento profundo e historizado, en el que la actividad de la audiencia se vincule, ante todo, a estructuras y procesos político-sociales. La recepción no es un objeto de investigación aislado ni aislable sino integrado a una red de prácticas y relaciones culturales en producción.

La interpretación crítica de Graham Murdock25, por su parte, se acerca más a la comprensión marxista del papel de los determinantes económicos en los procesos simbólicos. Para Murdock, lo económico es determinante más bien "en primera que en última instancia", y por ello constituye un punto de partida para el estudio de los procesos de Recepción. Las dinámicas económicas son vitales para la investigación crítica, pero ello no niega la necesidad del estudio detallado de los espacios simbólicos, los cuales poseen determinaciones autónomas. Los estudios de audiencia no pueden prescindir del análisis de cómo las relaciones de los públicos con los medios son estructuradas a su vez por la desigual distribución de recursos materiales y simbólicos.

Por su parte, las teorías sobre la Recepción desarrolladas en Latinoamérica, ocupan un significativo lugar dentro de la reflexión internacional sobre el tema, alcanzando un reconocimiento que trasciende los marcos del continente. Aún cuando el conjunto de enfoques latinoamericanos son diversos en sus énfasis teóricos, grado de conceptualización y niveles de aplicación empírica, se distinguen también por su unidad interior.

De la reflexión teórica latinoamericana, los investigadores cubanos destacamos como especialmente significativo: 26

Inserción del proceso de Recepción en una historia culturalque contextualiza las prácticas de lectura y consumo.

Rescate de los actores sociales concretos que participan en el proceso de Recepción en tanto proceso de producción e intercambio de sentidos.

Rescate de los actores sociales concretos que participan en el proceso de Recepción en tanto proceso de producción e intercambio de sentidos.

Compromiso con la realidad social expresado en el interés por incrementar los niveles de participación cultural y política de la gente; lo que pasa por el respeto al otro, a sus formas de vida, el reconocimiento de la diversidad y heterogeneidad de los sujetos populares.

Ubicación de la problemática de la hegemonía como reflexión central para entender la comunicación y los procesos de recepción y consumo. La comprensión del poder cultural como agente hegemónico y de los vínculos entre lo hegemónico y lo popular permite dar cuenta de las relaciones de poder que se imbrican al interior de las prácticas mismas de recepción.

Carácter constructivista y productor de sentidos del proceso de recepción, que no olvida, sin embargo, el condicionamiento histórico-social y cultural del mismo, reconociendo los límites de la actividad constructiva y la libertad del sujeto receptor.

La mediación social como concepto clave en la comprensión de los procesos receptivos y la cultura como principal agente mediador o instancia desde la que se produce la construcción social del sentido.

Comprensión de la dialéctica entre lo popular y lo masivo: La cultura de masas como deformación de la cultura popular y no de la alta cultura. Lo popular en su carácter de heterogeneidad, hibridación, mestizaje y por ello, lugar clave desde donde investigar las prácticas comunicativas. Reconocimiento de la diversidad y heterogeneidad de los sujetos populares.

Los géneros en tanto elementos articuladores entre las competencias comunicativas de emisores y receptores, entre las lógicas de la producción y las gramáticas de los usos.Aún cuando nuestras reflexiones se insertan abiertamente en los anteriores referentes epistemológicos, una preocupación central reclama el interés de los investigadores: la búsqueda de elementos de identidad que permitan dar cuenta de la especificidad de las prácticas de recepción y consumo del receptor cubano.

Si como enfoque de partida de estos estudios, se concibe la actividad de "lectura" como sociohistórica y culturalmente condicionada, las condiciones sociopolíticas y económicas particulares de Cuba deben ejercer una activa influencia en las prácticas de consumo cultural del pueblo. Las reflexiones -muy incipientes- al respecto, nos permiten adelantar los siguientes elementos:

Las relaciones de propiedad social existentes en el país determinan diferentes mecanismos de funcionamiento de la hegemonía con relación al resto de los países del continente.

La estructura social cubana, tradicionalmente caracterizada por su homogeneización clasista, alta politización y centralización institucional, condiciona la singularidad de los vínculos: poder- medios de comunicación-masas populares y propicia un mayor consenso entre lo hegemónico y lo popular.

El carácter social de los medios de comunicación contribuye a que los movimientos de conflicto, lucha y resistencia, sean relativamente menos intensos que la complicidad, seducción y acuerdo entre emisores y receptores.

Al mismo tiempo, en las actuales circunstancias, la estructura socioclasista cubana se caracteriza por la heterogeneización, complejidad y aumento de las distancias inter e intra clasista y tiene a la propiedad y los ingresos como ejes articuladores básicos del incremento de la desigualdad.27 Estas modificaciones operadas en el cuadro socioclasista tienen expresión -indirecta y mediatizada- en las lecturas que de los medios realizan los diferentes grupos de receptores.

Las condiciones socioeconómicas han cambiado sustancialmente en el país en las últimas décadas como resultado de la internacionalización de la economía y la pérdida de los mercados de los países socialistas, así como de las inevitables transformaciones que exigió la nueva estrategia económica asumida ante dichos procesos. La brusca reducción de los niveles de consumo de la población, el carácter dual de la economía, el incremento de las desigualdades, la magnitud alcanzada por el turismo, son algunas expresiones del nuevo panorama socio-económico.

Lo anterior determina la preeminencia que otorgamos al análisis de las dimensiones económicas y macrosociales en la estructuración de los procesos de Recepción. Sin embargo, tales lógicas operan de manera dinámica y flexible a través de las especificidades de la esfera simbólica que, como sabemos establece sus propias e independientes determinaciones.28
La crisis económica de los últimos años ha provocado también transformaciones sociales de cierta magnitud, tales como reestructuración de valores e incremento de actitudes individualistas.29

Los rasgos propios del macrocontexto sociocultural y político actual condicionan fuertemente la construcción de sentidos sociales como resultado de la actividad constructiva delreceptor.

A diferencia de la tendencia universal creciente a la diversificación de los productos mediáticos y la fragmentación del consumo; a partir de la crisis económica de los 90's, en Cuba se ha reducido la circulación de mensajes comunicativos. Lejos de la tendencia a la descentralización, se mantiene una fuerte concentración de los medios de servicio público.

Tal como se señala en una investigación realizada en la Facultad Comunicación de la Universidad de La Habana:"La infraestructura de los medios en Cuba presenta un panorama muy diferente a la sobresaturada atmósfera comunicativa del resto del mundo. La condición postmoderna no nos llega precisamente por la excesiva codificación del espacio sígnico. El atraso tecnológico y la carencia de recursos deja muchos espacios vacíos que necesariamente serán ocupados por elementos exteriores al sistema. A los públicos cubanos, por lo menos a la gran mayoría, no ha llegado el zapping ni la televisión por cable, ni siquiera el video doméstico. Los cambios que las nuevas tecnologías han traído a las audiencias de los países capitalistas no han llegado de esa manera a los cubanos. No obstante, algunos sectores específicos de la población sí pueden tener acceso a estas tecnologías, lo que siempre estará acompañado del consumo de productos ajenos al sistema nacional, de fuentes alternativas de información. ... Aunque sea minoritario, el acceso de los cubanos a estas nuevas tecnologías y a estas fuentes alternativas es cada vez más creciente e influyente, por lo que un indicador importante de medición [...], sería el acceso de los distintos grupos y los niveles de consumo de periódicos, revistas, emisoras radiales, filmes, literatura, juegos electrónicos, servicios de INTERNET y otras producciones foráneas.

El sistema cerrado de comunicación nacional con el desarrollo del turismo y la apertura económica está presentando también fisuras cuya significación en los hábitos de consumo de nuestra población está totalmente inexplorada y que puede significar cambios lo mismo en el plano de las formas de interactuar con los medios que en los contenidos"30 .

La ausencia de publicidad comercial en la comunicación pudiera incidir en una diferente actitud del receptor, así como en su actividad perceptiva. No ha sido aún estudiado la manera en que esta ausencia se expresa en los procesos cognitivos tales como atención, percepción, memoria, especialmente en el grado de concentración de dichos fenómenos.

Elevado nivel educacional de la población, lo que debe expresarse en la conformación de patrones peculiares de interacción comunicativa del receptor con los medios.

A partir de las propuestas teórico-metodológicas asumidas, nuestros estudios actuales buscan operacionalizar las categorías analíticas empleadas en investigaciones realizadas en contextos culturales, económicos y políticos muy diferentes al de nuestro país, donde son escasas las indagaciones que permitan dar cuenta de la especificidad de las prácticas de recepción y consumo del receptor cubano.

En particular, los estudios realizados en Cuba sobre la Recepción de Telenovelas, revelan la riqueza y carácter activo de este proceso, permitiendo un acercamiento a los rasgos que distinguen la producción social de significados y las estrategias interpretativas que caracterizan a los diversos grupos sociales.

Un estudio cualitativo de la recepción de la telenovela brasileña "Vale todo" por jóvenes estudiantes cubanos31 indagó las características del proceso real en que el discurso del mensaje es asimilado a las prácticas culturales concretas del receptor, a partir del contexto sociocultural específico de dichos grupos juveniles.El estudio demostró el papel que los elementos macrosociales (contexto socioeconómico caracterizado por una fuerte crisis) tienen en la negociación de significados que se produce entre la TV y la audiencia.

Al estudiar el proceso de apropiación por parte de los televidentes, junto a mediaciones individuales como el sexo, el lugar de residencia y aspectos psicológicos o autobiográficos de cada sujeto, se reveló el papel que la posición socioeconómica del joven tiene como mediadora en la lectura que de la telenovela se realizaba, lo que nos alertó sobre la necesidad de no descuidar la problemática de la clase social, al comprender que, como han señalado otros autores, la Recepción es un proceso profundamente politizado.32

Nuestros estudios demuestran que la posición que ocupa el individuo en la estructura socioclasista tiene un efecto estructurador sobre sus estrategias y códigos receptivos, aún cuando este efecto no es directo ni mecánico, pues como señala Martín Barbero, "el plural de las lógicas del uso no se agota en la diferencia social de las clases, pero esa diferencia articula las otras"33.

En la actualidad, en la Facultad de Comunicación se llevan a cabo un conjunto de investigaciones de los procesos de recepción y consumo que desde diferentes perspectivas teórico-metodológicas permitan la profundización en la compleja interacción medios-audiencias, a la luz de los desarrollos actuales en el terreno internacional y dirigidos a la búsqueda de una conceptualización e instrumentación propias, a tenor de las realidades de nuestro entorno social, político, económico y cultural.

Otra de las líneas investigativas que se mantiene vigente en el país, ahora renovada en función de las vertiginosas transformaciones tecnológicas y su impacto sobre los países subdesarrollados, es la de la reflexión en torno a los efectos políticos de la desigual expansión de las nuevas tecnologías de información.

Liderando aún esta línea de reflexión sobre los medios, González Manet critica algunas tendencias internacionales de despolitización del debate en torno al impacto de las nuevas tecnologías. Nada más erróneo para él que calificar de apocalíptico el análisis que pretende revelar la monopolización de los mercados y el hegemonismo de la producción y distribución de productos simbólicos:"Aunque para algunos el término imperialismo cultural ha caído en desuso y se considera casi como un concepto obsoleto debido a la desaparición del campo socialista, nunca como ahora el control y la dominación transnacional han sido más efectivos y virtuales en las esferas de la cultura y el saber".34

La preocupación por los efectos sociales, culturales y políticos de las transformaciones tecnológicas, las recomendaciones sobre la necesidad de abordar estos procesos con nuevos conceptos y con una visión más amplia e integrada y la prioridad que hoy más que nunca debe darse a la implementación de políticas nacionales coherentes de comunicación, información, educación y cultura, es una constante en la reflexión crítica de este autor, a nuestro juicio no siempre comprendida y considerada institucionalmente en la magnitud requerida.

Además de las líneas anteriormente señaladas se destacan otras que aunque no tan significativas han tenido cierto desarrollo. Entre ellas pueden mencionarse los estudios de lenguajes, géneros, análisis del mensaje e investigación del emisor y los procesos productivos. La apertura a nuevas temáticas y enfoques se expresa en el interés por la Educación para los medios, 35 la Comunicación educativa y comunitaria y más recientemente Comunicación y Ciudad, Comunicación e identidad cultural o Comunicación y Salud. Uno de los más sustanciales cambios en la investigación de la comunicación es, sin embargo, el relacionado con la denominada Comunicación organizacional, promocional e institucional.

Las transformaciones radicales operadas en el terreno económico en el país (y a las que ya hemos hecho referencia), han planteado nuevos retos y exigencias a los procesos de comunicación tanto en organizaciones lucrativas como no lucrativas, determinando la vitalidad de esta línea investigativa, una de las de mayor magnitud desde el punto de vista cuantitativo y de las que quizás más renovación ha exigido dada la escasez de antecedentes teórico-metodológicos, logrando desplazar la centralidad que en otras etapas tuvo el estudio de los grandes medios.

Entre los factores que han condicionado la expansión y desarrollo de los estudios de la comunicación organizacional y promocional en los últimos años Ángel Hernández sintetiza los siguientes: 36

El desarrollo del sector turístico y la necesidad de alcanzar niveles internacionales en su operación.

Los nuevos requerimientos para la expansión de las exportaciones de productos de alta competitividad en el mercado internacional.

La tendencia al crecimiento sostenido del mercado interno en divisas y sus exigencias en la aplicación profesional de las modernas técnicas comerciales que exigen a su vez la potenciación de la investigación de mercados y de las herramientas de comunicación.

El predominio del paradigma de la orientación al cliente en mercadotecnia y la efervescencia de los estudios de comunicación organizacional a nivel mundial.

Los vertiginosos cambios operados en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y su influencia en la mercadotecnia y la comunicación promocional.

El conjunto de transformaciones operadas en el sistema de dirección y gestión empresarial cubano, como resultado del redimensionamiento requerido para la eficiencia de su gestión y grado de competitividad, lo que exige la satisfacción tanto de los clientes como de los públicos internos.

Esta nueva situación ha condicionado la creación de grupos de Comunicación Institucional, Relaciones Públicas, Publicidad, etc, en numerosas empresas e instituciones sociales. La reciente creación del Círculo de investigadores de la Asociación Cubana de Publicitarios y Propagandistas es expresión de la comprensión del lugar fundamental que desempeña la comunicación como aspecto medular de la vida de las organizaciones.

Al mismo tiempo, en los últimos años se evidencia también en el plano académico un crecimiento sostenido de las tesis de Licenciatura y Maestría dedicadas a estas temáticas y una fuerte demanda de superación profesional postgraduada en dichas esferas.

Entre las líneas de investigación más frecuentes pueden señalarse los estudios de Identidad e Imagen corporativas de entidades lucrativas y no lucrativas (auditoría de Imagen), Diagnósticos de Comunicación institucional, las investigaciones para la elaboración de Programas de Comunicación Promocional, Relaciones Públicas, Campañas y Spots Publicitarios o de Bien público, Posicionamiento de empresas y productos, Lanzamiento y relanzamiento de productos, servicios y marcas, etc. Si bien la investigación en esta área de la comunicación ha permitido un rápido desarrollo y la apropiación de los instrumentos que técnicamente permiten situarla a nivel internacional, se requiere aún una mayor conceptualización y teorización, en aras de vencer el instrumentalismo propio de algunos de sus estudios o la asimilación acrítica de corrientes ajenas a nuestro contexto nacional.

Esta apretada síntesis nos permite afirmar que en la última década la investigación comunicológica cubana ha dado importantes pasos dirigidos a su maduración teórico-metodológica e institucionalización del campo de estudios, lo que se expresa en las siguientes (aunque no generalizables) tendencias:

Diversificación de las líneas de investigación y apertura a variados temas, menos concentrados en el examen de los grandes medios.

Experimentación metodológica, con énfasis creciente en las metodologíascualitativas.

Mayor grado de reflexión teórica, de acuerdo con las orientaciones internacionales y conlas especificidades y demandas sociales. Interés por la construcción de paradigmaspropios.

Al mismo tiempo, existen elementos que hablan a favor de la creciente institucionalización del campo de estudios, a saber:
La apertura de varias ediciones de las maestrías en Ciencias de la Comunicación y en Marketing y Comunicación de la Universidad de la Habana en la capital y en diversas provincias del país, así como de la Maestría en Ciencias de la Comunicación en la Universidad deOriente.

La sistematización de eventos internacionales auspiciados por las Universidades Central de Las Villas y de La Habana y el Centro de Información del ICAIC, entre otros.

La organización en el país de cursos impartidos por investigadores extranjeros de reconocida autoridad como Miguel de Moragas y Jorge González.

La ampliación de la participación de especialistas cubanos en cursos y eventos desarrollados en el exterior por la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social (FELAFACS), la Asociación Latinoamericana de investigadores de la Comunicación (ALAIC), etc.

El acceso a bibliografía especializada y a las nuevas tecnologías de información y comunicación como INTERNET, Discos compactos y Correo electrónico.

El financiamiento otorgado a la Facultad de Comunicación, al Departamento de Comunicación de la Universidad de Oriente y al Instituto Internacional de Periodismo José Martí para el mejoramiento tecnológico y de su base material de estudios.

Como se desprende de todo lo anterior, existe en el país (aunque con desiguales niveles de formación) una comunidad científica con cierta experiencia y tradición acumuladas, mayor apoyo institucional, un campo de estudios relevante nacional e internacionalmente, de amplias demandas sociales, en el que lo avanzado hasta el momento constituye una plataforma para alcanzar conocimientos más pertinentes y de mayor repercusión social.

El recuento de las problemáticas debatidas hace una década permite constatar un desarrollo sostenido del campo de estudios, lo que obedece tanto a tendencias internacionales como a factores de nuestro particular contexto profesional, científico y social.

Al mismo tiempo, se requiere una mayor articulación entre el trabajo científico y los requerimientos de la práctica social, un mayor impacto de los resultados investigativos, la consolidación de líneas y grupos multidisciplinarios, el incremento de la producción intelectual, el equilibrio entre los enfoques académicos y administrativos, la visión integradora de procesos cada vez más complejos y de múltiples dimensiones y, sobre todo, la generación de enfoques teóricos propios, aplicables a nuestra realidad.

Para la investigación cubana de la comunicación permanecen hoy vigentes las reflexiones y asuntos que desde mucho antes han estado preocupando a la comunidad científica en el resto del continente y que uno de sus principales estudiosos, Raúl Fuentes Navarro, resume en los siguientes términos:"Es cierto que sobre los medios y las muy diversas formas de su funcionamiento socio-cultural hay una infinita cantidad de preguntas aún por responder. Es cierto también que los recursos y las condiciones para la investigación sólida y sistemática son sumamente precarias. Pero precisamente por ello se hace más necesario que los esfuerzos y los aportes de la investigación académica latinoamericana confluyan en la constitución de un conocimiento más consistente, más específico y mejor articulado sobre la comunicación."37

Notas.

1 Para una visión más amplia de las investigaciones sobre Publicidad efectuadas en el país en los años 50, consúltese:Mirta Muñiz, Publicidad. Mito y realidad en el socialismo, Editorial Pablo de la Torriente, La Habana, 1989.

2 Margarita Alonso, Rafael Rivera y Emilio Sánchez , "La investigación de la comunicación en Cuba: en busca de una identidad propia", Comunicacao & Politica na America Latina, Año XII, No. 20, 1993, CBELA (Centro Brasileño de Estudios Latinoamericanos).

3 El trabajo de Aníbal Rodríguez Transitando por la Psicología. Antes y después de la Revolución, Ciencias Sociales, La Habana, 1990, ofrece un panorama de los enfoques y el carácter de tales investigaciones.

4 Véase Sobre el sistema de investigaciones sociales para elevar la eficacia de los medios de comunicación masiva, Departamento ideológico del PCC, (s.p.i), e Iraida Calzadilla et al., Necesidad de un modelo comunicativo cubano. Entrevista a Enrique González Manet, (trabajo de curso, Maestría en Ciencias de la Comunicación), Facultad de Comunicación, 1999.

5 Véase Aníbal Rodríguez, ob.cit., pp 97-115.

6 Michelle y Armand Mattelart: Pensar sobre los medios, Madrid,Editorial FUNDESCO, 1987. Pag. 129.

7 Entre ellos, los siguientes, de autores cubanos:

- Leonardo Acosta, " Medios Masivos e ideología imperialista", Casa de las Américas, a. XIII, n. 77, La Habana, 1973. pp 5-26.

- Desiderio Navarro, "La cultura de masas: Semiótica, sociología y praxis social.", Casa de las Américas, a. XIV, n. 81, La Habana,1973, pp. 56-69.

- Julio César González, "Apuntes para una crítica sobre los medios de comunicación masiva", Propaganda, 6(18), La Habana, 1978, pp. 30-34.

Y de autores extranjeros:

- Dorfman, Ariel y Armand Mattelart. Para leer al Pato Donald. La Habana. Editorial de Ciencias Sociales. 1974.

- Mattelart, Armand: La industria cultural no es una industria ligera. En: Casa de las Américas. Año XIII. No. 77. Marzo-abril. 1973. pp. 27-61.

- Mattelart, Michelle: Apuntes sobre lo moderno: una manera de leer la revista femenina. En: Casa de las Américas. Año XIII. No. 77. Marzo-abril. 1973. pp. 112-125.

8 La reflexión más sistemática de corte crítico acerca de los efectos del imperialismo cultural y el impacto de las nuevas tecnologías es la desarrollada por el investigador cubano Enrique González Manet, algunos de cuyos títulos pueden considerarse representativos de la Teoría de la Dependencia, corriente dominante en la investigación latinoamericana durante los años 70.Entre las obras más representativas de este autor se encuentran:

-Realidad y perspectivas del nuevo orden internacional de la información.La Habana, UPEC, 1980.

-Cultura y Comunicación. La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1984.

-La guerra oculta de la información. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1987.

- Perspectivas, políticas y peligros de la computación: tendencias de la estrategia global de E.U. La Habana, Editorial Pablo de la Torriente, 1987.

-Impacto social de las tecnologías audiovisuales. La Habana, Editorial Pablo de la Torriente, 1989.

- Recolonización y nuevas tecnologías. La Habana, Editorial Pablo de la Torriente, 1990.

9 Uno de los trabajos publicados en Cuba en la época (1979) y de los mayor circulación entre los investigadores de la comunicación, fue el texto del soviético Y.A. Sherkovin "Problemas psicológicos de los procesos masivos de información",ejemplo del más simple funcionalismo revestido de una fraseología aparentemente marxista.

10 Consúltense, de Jesús Martín Barbero: De los medios a las mediaciones. Comunicación, cultura, hegemonía, México, Editorial Gustavo Gili, 1987 y Comunicación masiva: Discurso y poder, Quito, Editorial Epoca,1978 y de Michelle y Armand Mattelart: Pensar sobre los medios, Madrid,Editorial FUNDESCO, 1987.

11 Jesús Martín Barbero: Comunicación Masiva: Discurso y poder, Editorial Epoca, Quito, 1978, p. 38.

12 Ibid. p 36.

13 Iraida Calzadilla, Griselda Rodríguez, María Emilia Sosa, et al., Necesidad de un modelo comunicativo cubano. Entrevista con Enrique González Manet,(trabajo de curso, Maestría en Ciencias de la Comunicación), Facultad de Comunicación, 1999, pp 7-8.

14 Jesús Martín Barbero: Procesos de comunicación y matrices de cultura,México, FELAFACS-Gustavo Gili, 1987, p. 163.

15 Síntesis del trabajo de investigaciones sobre los jóvenes. 1976-1986, Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), Departamento de Investigaciones, Centro de Información Cinematográfica, La Habana, 1987.

16 Rafael Rivera, La investigación científica sobre los Medios de Difusión Masiva en la especialidad de Periodismo, Facultad de Periodismo, mimeo.

17 Véase Julio César González, "Apuntes para una crítica sobre los medios de comunicación masiva", Propaganda, 6(18), La Habana, 1978, pp. 30-34.

18 Jesús Martín Barbero, op. Cit., p.44.

19 Consúltese, además de las obras mencionadas del autor: Iraida Calzadilla, Griselda Rodríguez, María Emilia Sosa, et al, op. Cit.

20 Rafael Rivera: Problemas de la investigación sobre comunicación en Cuba: Notas para un debate, inédito, 1990.

21 Iraida Calzadilla, Griselda Rodríguez, María Emilia Sosa, et al, op. Cit, p.7.

22 Véase:Ien Ang, "Buscado: audiencias. Sobre las políticas de los estudios empíricos de audiencia", Cuadernos de Comunicación y Cultura n. 24, Universidad de Buenos Aires, 1993; James Lull, "La estructuración de las audiencias masivas", Diálogos de la Comunicación n.32, FELAFACS, Lima, marzo de 1992, pp. 50-57 y Klaus Bruhn Jensen, "El análisis de la recepción: la comunicación de masas como producción social de significado", En: K. B. Jensen, y N. W. Jankowski (eds), Metodologías cualitativas de investigación en comunicación de masas, 2da edición, Bosch, Barcelona, 1993.

23 Sergio Caleti, La recepción ya no alcanza. En: Carlos Luna, et al (Ed.), Generación de conocimientos y formación de comunicadores, Opción, México, 1992:31.

24 Consúltese Ieng Ang, op. Cit. y David Morley, Televisión, audiencias y estudios culturales, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1996.

25 Véase Graham Murdock, "La investigación crítica y las audiencias activas", Estudios sobre las culturas contemporáneas, Universidad de Colima, México.,Vol. IV, No. 10, 1990, Pp 187-230.

26 Consúltese: Jesús Martín Barbero, "Recepción: uso de medios y consumo cultural", Diálogos de la Comunicación, Lima, 30, 1991: pp. 4-5 e Ileana Medina, Desde el otro lado: Una aproximación teórica a los estudios latinoamericanos sobre Recepción y Consumo en la Comunicación de Masas (trabajo de diploma), La Habana: Facultad de Comunicación, 1995.

27 Mayra Espina, et al, Componentes y tendencias de la estructura social cubana actual, Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas, 1998.

28 Graham Murdock, op. Cit.

29 Consúltese: Martha Díaz, et al, Los jóvenes cubanos y las actuales circunstancias. Elementos para una reflexión, Centro de Estudios sobre la juventud, 1994; Colectivo de autores: Algunos rasgos culturales de la población cubana actual. Una visión prelimirar, Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas, 1991.

30 Ricardo Gessa, Estudio de algunas de las principales mediaciones del entorno comunicativo cubano actual (trabajo de diploma), La Habana: Facultad de Comunicación, 1996).

31 Jenny Acosta y Julio Jarpa Recepción crítica del mensaje televisivo: Una aproximación a su estudio (trabajo de diploma). La Habana: Facultad de Comunicación, 1993.

32 Ieng Ang, Cultura y Comunicación: Por una crítica etnográfica del consumo de medios en el sistema mediático transnacional, Causas y Azares, Buenos Aires, Año I, No. 1, 1994.

33 Jesús Martín Barbero, "La telenovela en Colombia: Televisión, Melodrama y vida cotidiana", En: Nora Mazziotti, comp), El espectáculo de la pasión. Las telenovelas latinoamericanas, Ediciones Colihue, Buenos Aires, 1993, pp. 43-62.

34 Enrique González Manet, Identidad y cultura en la era de la globalización, Pablo de la Torriente, La Habana, 1999, p. 86.

35 En tal sentido se destacan los estudios enmarcados en El Universo Audiovisual del niño latinoamericano, proyecto regional auspiciado por el Departamento de investigaciones del ICAIC durante varios años y como resultado del cual se han editado diversos documentos que recogen la experiencia acumulada y las recomendaciones formuladas.

36 Consúltese Ángel Hernández, "Las investigaciones para la comunicación en Cuba: el ejemplo de TRAN$CARD", Espacio, ACPP, La Habana, 1999, pp 41-48.

37 Raúl Fuentes Navarro: La investigación latinoamericana sobre medios masivos e industrias culturales y la comunicación, Diálogos de la Comunicación, cuaderno No. 9, 1990.

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