CUBA: LA VERDADERA NOTICIA DESPUÉS DE GUSTAV E IKE

A todas las Lalas, Margots, Julianes, Felipes y Yuliets de la Isla.

DAINERYS MACHADO VENTO,
estudiante de quinto año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

La pluma a veces pasa días adormecida. A punto de graduarme de una carrera que considero más vocación que aprendizaje, no logro hacer diaria la costumbre de escribir. Por más que lo recomiendan los de experiencia, por más que lo orientan los teóricos, por más que se impone en ocasiones por medio del convencimiento personal, rechazo el ejercicio diario de la creación periodística como pura fórmula de entrenamiento. Sé que muchos no estarán de acuerdo con lo que planteo; sé que tal vez, con el paso del tiempo, yo misma esté en desacuerdo con lo que escribo ahora, pero en este martes cualquiera, de este noveno mes del año 2008, es lo que siento…y lo que, aún estudiante, me puedo dar el lujo —o el error—de hacer. 

Pero ha llegado el momento de revivir la tinta, pues una noticia martilla hace algunos días mi cabeza, y no puedo dejar de volcarla sobre el papel. A la salida de la Facultad una profesora que estimo mucho me ha interrogado sobre un sentimiento que la abrumaba: “¿Crees que pueda dejar de escribir sobre los huracanes que arrasaron Cuba si hoy es esa nuestra realidad?”. Estremeció de nuevo todos mis sentidos y mi noticia recobró más vigencia y actualidad, si es eso posible.

El periodista Ariel Terrero, en su sección en la revista Buenos Días, ha hecho alusión a un informe sobre los daños ocasionados por los huracanes Gustav e Ike al cruzar sobre esta Isla grande: “Han sido declarados oficialmente el desastre natural más grande que ha tenido lugar en la historia de Cuba…las pérdidas preliminares se calculan en 5 mil millones de dólares”. Para ser sincera, y a expensas de recibir nuevas críticas, evité leer ese informe al que él aludía y que fue publicado en el periódico Granma el 15 de septiembre.

Evité leer el informe por una simple razón: hace algunos días me bastó una sola imagen para saber que las pérdidas por los desastres naturales eran millonarias; una sola imagen en algún trabajo transmitido en la televisión nacional, para saber que ahora comienza una lucha inmensa por la recuperación; una sola imagen para llenarme de tristezas y deseos de cooperar al máximo con los damnificados…, hace algunos días me bastó la sola imagen de un cubano, cabeza apoyada sobre su mano, cual triste pensador de ébano de Rodin, que no lloraba, pero que llevaba en la mirada todos los sentimientos posibles que puede albergar un alma en las circunstancias que hoy vivimos.

Pero mi noticia, que para nada es mía, da sentido a todas esas tristezas. Mis oídos la escucharon por mi misma una mañana mientras miraba mis manos y me preguntaba sobre sus cambios. La verdadera noticia es que estamos vivos.

No importa cuánto permanezca el llanto al borde de nuestros ojos, no importa cuántos techos tengamos que levantar con las mismas manos, o cuántas comidas colectivas tengamos que comer…sé que será difícil creer esta noticia, que será difícil analizarla desde la complejidad de todas sus aristas, pero es verdad absoluta, sin subjetividades posibles, estamos vivos y en realidad eso es lo único que vale.

Tal vez para los más afectados llegue la desesperación, el cansancio, la desesperanza, y justo en ese momento en el que todo parecerá perdido regresará la esperanza, el ánimo, la inventiva cubana, y nunca dejaremos de ser nosotros, los que sobrevivimos el hambre del machadato, el golpe de estado de Batista, los que hicimos una Revolución social, y nos volvimos medios locos durante el Período Especial, pero siempre locos contentos y locos que trabajan por el futuro…porque lo más importante siempre ha sido estar vivos.