¿PADRE NUESTRO?
El hombre es víctima de las normas que la sociedad le ha impuesto.
CARLA GLORIA COLOMÉ SANTIAGO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
El policlínico Plaza de la Revolución y el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente llevaron a cabo un proyecto territorial en Ciudad de La Habana con el fin de caracterizar la violencia intrafamiliar y, según los datos procesados, un 57 por ciento de hombres consultados se sentían víctimas.
«Realizamos más de 2 200 entrevistas y resultó algo interesante porque no era eso lo que estábamos buscando, aunque en el estudio predominó la violencia femenina», dijo la psicóloga Olga Infante Pedreira.
«A nosotros nos interesa más tratar a toda la familia como unidad de análisis, pero los grupos vulnerables, los que más preocupan, son las mujeres, niños y ancianos. Los hombres son quienes menos asisten a las consultas de psicología y pienso que sea por esa tendencia a resolver los problemas de otra manera. Todo eso está asociado a la hombría, y pedir ayuda es signo de debilidad. Además, en un centro laboral, por ejemplo, si una mujer dice que tiene consulta no importa, pero si lo hace un hombre...”, agregó Infante Pedreira.
Hablar sobre el tema de la violencia contra la mujer no resulta extraño, sin embargo, la ejercida contra los hombres a muchos les parece hasta imposible, cuando la realidad de nuestros días prueba que el sexo masculino desempeña, muchas veces, el papel de víctima y no el de victimario.
En nuestro país no existe ley alguna que ampare la no violencia hacia el sexo masculino cometida por el femenino. Es lo llamado una «laguna jurídica», expresó Alex Chiang Cárdenas, abogado de la Fiscalía Municipal de Plaza de la Revolución.
El caso más común de violencia contra los hombres es la pederastia o violencia entre dos personas del sexo masculino. El artículo 299 del Código Penal registra que quien cometa actos de ese tipo, será sancionado con privación de libertad de siete a 15 años.
Muchas personas piensan que la violencia puede ser solo de manera física, por eso les cuesta tanto imaginar la ejercida hacia el sexo masculino. «¿Cómo que violencia contra hombres? Yo nunca he visto eso. Al contrario, ellos son quienes siempre dan golpes», opinó Dianelis Torres Piedra, joven de 25 años.
Como Dianelis hay muchas personas que ven en el maltrato físico el único método de agresión. Someter a burlas, ofensas, humillaciones y el no brindar comprensión y afecto, también constituyen maneras de violentar, incluso, más dolorosas. Resulta desconsolador privarse de necesidades tan indispensables en los seres humanos como el acto de llorar, de expresar ciertos sentimientos o, simplemente, de dar o recibir un beso.
Loly Estévez, periodista y conductora del espacio televisivo Diálogo Abierto, quien abordó el tema recientemente, refiere que «el hombre violento también es víctima al igual que la mujer maltratada.
«Habíamos hecho un programa por el Día Mundial de Lucha contra el abuso femenino y decidimos hacer otro donde se reflejara cómo el ejercido por ellos mismos, debido a los conceptos de género impuestos, también lo convierten en el blanco.
«Ya se ha creado un concepto social, el cual plantea que la mujer no piropea, no está en la calle, es de su casa, los hombres no lloran, no se dejan golpear, sino que golpean. Todo es producto de una educación que también constituye una fuente de violencia.
«La frase madre hay una sola, padre puede ser cualquiera es otra una forma de violentarlos. Todos estos tabúes lo perjudican, lo hacen sufrir, lo convierten en su propia víctima y hasta pueden llevarlo a presidio por solo hacer su ‘papel de hombre’».
Alejandro García, joven de 15 años, dice que desde los 12, el papá no tiene hábitos de besarlo. Solo lo hace en su cumpleaños.
Nelson Domínguez Capote, ciudadano de unos 40 años, afirma que «en público no lloro ni muerto. No es por machismo, pero si lo hago delante de las mujeres se creen cosas y no puede ser».
Por su parte, René González Gutiérrez, estudiante de Física de la Universidad de La Habana, asegura que «no se nos da la atención necesaria. Existe un Día Mundial de Lucha contra la violencia femenina, todos los spots de televisión se refieren al maltrato contra la mujer. ¿Y a nosotros dónde nos dejan?»
La socióloga Clotilde Proveyer afirma que «la sociedad cubana es muy sexista, con una cultura patriarcal fuerte. El hombre asume todas esas características estereotípicas de la identidad masculina, cuyo proceso es violento, pues se les imponen patrones que los privan de la capacidad de expresar sus emociones».
Sin embargo, Proveyer asegura que «el uno por ciento de los hombres es violentado. Son ellos quienes la mayoría de las veces maltratan. Yo me niego a verlos como víctimas».
La Federación de Mujeres Cubanas (FMC) coordina el grupo de trabajo de violencia intrafamiliar pero, mayoritariamente, atiende casos femeninos. «El hombre se incluye como parte de estudios de pareja porque casi siempre la mujer es la víctima, por eso es a ella a quien priorizamos, aunque si alguno acude a nuestro servicio, recibe tratamiento», explicó Celia Berges Díaz, especialista de trabajo social de la dirección nacional de la organización durante 40 años.
Lisette Vila, documentalista y coordinadora del Proyecto Palomas, se dedica desde los años 80 a trabajar por la eliminación de todo aquello que socava la equidad y la paz: «La acción de Palomas es lograr que lo masculino y lo femenino se conjuguen, por eso en estos momentos estamos realizando un documental que se llamará Padre Nuestro y tratará sobre esos arquetipos partes de la conciencia social, que ponen al hombre como centro, sin acordarse de su condición de ser humano con vulnerabilidades como otro cualquiera.
«El no tener un espacio para sufrir o, sencillamente, para expresar su preferencia homosexual, es preocupante. El hombre a veces no sabe la dimensión de los placeres de la vida, porque tiene que estar arriba, y en medio de todo esto, debe jugar su papel de omnipotente, de Dios, de Padre Nuestro».
Ficha Técnica:
Tema: Violencia contra los hombres
Propósito: Demostrar cómo en la sociedad existe violencia contra el sexo masculino y aún el fenómeno no se ve con la dimensión que tiene.
Objetivos colaterales: Dar a conocer que el maltrato físico no es el único acto de violencia. Demostrar cómo las propias conductas machistas perjudican al hombre. Reflejar que al tema casi no se le brinda la importancia que tiene.
Tipos de juicios:
Analíticos (en todo el texto)
Disyuntivos (declaración de Clotilde Proveyer cuando afirma que se niega a verlos como víctima, con la de Loly Estévez y Lisette Vila, quienes consideran que sí lo son.)
De valor (declaración de Olga Infante Pedreira cuando muestra lo novedoso de la encuesta, y Alex Chiang Cárdenas cuando dice que en Cuba ese problema es una laguna jurídica.)
Tipo de título: Interrogativo.
Tipo de lead: Sumario de Quién.
Tipos de fuentes:
Lisette Vila, documentalista y coordinadora del Proyecto Palomas (directa)
Clotilde Proveyer, socióloga (directa)
Olga Infante Pedreira, psicóloga (directa)
Alex Chiang Cárdenas, licenciado en Derecho (directa)
Loly Estévez, periodista (directa)
Celia Berges Díaz, especialista de trabajo social de la dirección nacional de la FMC (vía telefónica)
Violencia intrafamiliar. ¿Cuánto daña a nuestra familia?, plegable (documental)
Artículo 299 del Código Penal (documental)
Dianelis Torres Piedra, René González Gutiérrez, Alejandro García González, Nelson Domínguez Capote (directas)
Soportes a emplear:
Hecho: La violencia contra los hombres es un tema poco atendido en la sociedad cubana.
Antecedentes: en todas las épocas este tema ha estado vedado, pero en estos tiempos donde la sociedad ha avanzado, sigue siendo un problema.
Contexto: Hoy día todos los estudios están dirigidos hacia la violencia femenina y a la que se le hace a los hombres prácticamente no se presta atención. Hasta el momento las instituciones siguen sumergidas en el tema de la mujer y no ven el del hombre como un problema.
Proyecciones: Lisette Vila trabajará con su documental por el logro de la conjugación entre lo masculino y lo femenino.
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