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Isla al Sur

¡QUÉ VIVA LA PÁJARA PINTA!

¡QUÉ VIVA LA PÁJARA PINTA!

El juego, como parte del desarrollo individual del niño, ha de ser contenido esencial de los círculos infantiles.  

IRAIDA CALZADILLA RODRÍGUEZ

Alguna que otra vez, oyendo a los pequeños del barrio cantar canciones de moda que nada tienen que ver con su edad, me he preguntado adónde irá a parar la inocencia infantil si el universo musical en etapas tan tempranas de la vida no es bien orientado.   

Parece haber quedado atrás en el tiempo la Pájara Pinta, Un día de paseo, Arroz con leche, Alánimo o El patio de mi casa. ¿Recuerda la última vez que vio a un grupo jugar formando un coro, en una participación espontánea y liberadora de fantasías y energías? Otro fenómeno se da con la atención desmedida a los programas de televisión no destinados a ellos como son las novelas o las películas para edades mayores.  

A ojos vistas, hay cierto divorcio entre el actuar de los pequeños "en casa", y ese otro modo de disfrutar de la edad que se propicia, por ejemplo, en los círculos infantiles, donde los juegos de cualquier tipo tienen horarios bastante amplios en la mañana y la tarde.  

Para los educadores de esas instituciones ellos permiten que no haya desavenencias entre lo que los niños aprenden en sus casas por tradición, con lo que les aporta el círculo, y propician que puedan unirse buscando afinidades, por necesidad de intereses, provocan alegría, distracción y desarrollo de la imaginación.  

En el círculo infantil Guillermo Pieck, del municipio capitalino Plaza de la Revolución, dos educadoras de muchos años de experiencia, Mercedes Martínez y Milagros Molina, directora y subdirectora respectivamente del plantel, coinciden en que fomentar el entretenimiento también les aporta a los pequeños establecer normas de conducta, sentar las bases de la personalidad, saber comportarse en colectivo y respetar sus lineamientos para sedimentar la formación integral.  

EXPERIENCIA HOLGUINERA

Durante su etapa como directora del círculo infantil Los Sandinitos, en Holguín, la master en Educación Preescolar, Zobeida Chelala Guerra, hoy profesora de la Facultad de la Infancia del Instituto Superior Pedagógico de la provincia, recopiló 34 juegos tradicionales de Cuba y América Latina y les fue acomodando adaptaciones en función de los intereses de los niños y de reforzar algunos conocimientos adquiridos en el centro.  

Ayudada por educadoras y auxiliares pedagógicas, fue aplicándolos y "para satisfacción mía, los niños se identificaban cada vez más conmigo, porque para los pequeños la persona que juega con ellos es muy importante".  

No complacida con los resultados, Zobeida llevó al barrio la práctica y la extendió a pequeños en edades comprendidas entre los dos y doce años: "Me mandaban a buscar para los cumpleaños, o cuando llegaba del trabajo me pedían que jugara con ellos un ratico. No podía defraudarlos, fue una labor verdaderamente enriquecedora".  

-¿Cuál es su apreciación sobre la influencia del juego en esa etapa de la vida?  

Eleva considerablemente el estado emocional de los niños, hay una mayor interrelación con la persona que juega y es sumamente importante para el pequeño lo que ese adulto opine de él, así como lo desarrolla en todas sus esferas porque intervienen la fantasía, la imaginación, los movimientos, el oído, la expresión corporal, la comunicación, los sentimientos, la formación de valores y la creatividad.   

-¿Qué juegos les gustan más?  

Al menos con quienes apliqué la experiencia, los preferidos eran los de representar corporalmente animales e imitar sonidos. No podemos olvidar que la base del juego es la sustitución y es fundamental para el desarrollo del pensamiento dar libertad a los sustitutos.  

Pero, en general, a ellos les gustan todos los que satisfacen sus intereses y lo primero que tiene que preguntar el adulto es ¿a qué te gusta jugar?, ¿con quién? Casi siempre prefieren los de movimiento, musicales, verbales y rítmicos, porque necesitan de desplazamiento y espacio para su progreso.  

Otro aporte es que mediante esas actividades uno puede resolver problemas como la timidez, la agresividad, los líderes negativos que siempre quieren hacer papeles principales.  
-¿Para el niño es creíble la intromisión del adulto en su universo?  

Siempre que este asuma la posición de él, porque si se mantiene en actitud de persona madura, interrumpe el juego y fracasa la acción.  

-¿Es imprescindible el juguete?  

El niño, lo tenga o no, va a buscar siempre alternativas para jugar. Si lo posee, es muy bueno; si no, lo sustituirá con objetos de su medio que convertirá en símbolos y pueden ser desde una hoja de un árbol, hasta un palito, porque en todo ello está utilizando la imaginación.  

-En su opinión, ¿dan los adultos atención debida a la necesidad de jugar?  

Creo que tanto los educadores como los padres y la familia en general, deben asumir con más frecuencia el papel de jugar con los pequeños por lo imprescindible que es para su formación. A veces el tiempo y el poco espacio de la vivienda son factores que también influyen negativamente.  

LA FAMILIA, EL BARRIO

"Empanada a peso, empanada a peso", intenta entonar un pequeñín del círculo infantil Guillermo Pieck, institución que acoge a niños agrupados desde el segundo hasta el sexto años de vida.  

¿Y por qué no cantas A la rueda rueda, como te enseñamos hoy?, le dice una educadora, mientras asiste a la complacencia de la abuela que ríe ante la musicalización de un pregón del barrio.  

"Cada uno de ellos refleja en sus juegos su vivencia real y el educador, si bien no puede desvincularlo del entorno familiar y comunitario, tampoco puede reforzar tendencias que no están de acuerdo con sus edades y con la formación integral que pretendemos", comenta Mercedes Martínez.  

¿Y qué hacer? Milagros Molina responde: "Un pedido a la comunidad y a la familia es el de que contribuyan a mantener los juegos que les enseñamos porque el círculo y el hogar deben trabajar unidos para que exista una continuidad y para que el proceso docente-educativo sea realmente integrador".  

¿Y usted, cómo actúa en consecuencia?

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