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Isla al Sur

ARTISTA TRAS BAMBALINAS

ARTISTA TRAS BAMBALINAS

Maestro, el afinador es imprescindible para el pianista, le dijo Frank Fernández a Enrique Marcelo.

Texto y foto:
LAURA PRADA ARIAS,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Quique es un hombre de 83 años. Músico, mecánico y afinador de pianos, hace más de dos décadas se jubiló y desde entonces dedica su tiempo libre a la afinación. Cuando accedió a darme la entrevista, no imaginó que volvería a sentarse frente al piano que tiene en la sala de su casa. Por casi dos horas conversamos y escuchamos música. Fue así como me contó la forma en que surgió su…

Interés por el piano

“Mi familia vivía en Placetas, antigua provincia de Las Villas. Yo tenía unos nueve o diez años cuando comenzó a llamarme la atención el piano. Cerca de mi casa vivía un muchacho que era músico y por las tardes practicaba. Lo escuchaba siempre atento. Mi mamá, que vio mi inclinación, me inscribió en un conservatorio en Sagua la Grande. Después nos mudamos, y pasaron unos cuantos años para que me pudieran comprar mi primer piano”, cuenta hoy Enrique Marcelo Hidalgo.

“Cuando estudiaba, comencé a tocar en orquestas llamadas  Jazz Band,  por la influencia que tenía entonces la música norteamericana. No era una banda, en realidad era una orquesta, porque tenía las tres familias de instrumentos, viento, cuerda y percusión, y las bandas solo tienen dos, viento y percusión.

“Con el piano que tenía en esa época en Las Villas escribía música para el grupo. Llegó un momento que se desafinó por completo. Tuve que mandar a buscar un afinador que había cerca de donde tocábamos. El hombre siempre me daba evasivas y nunca llegó. Como no podía seguir esperando, le pregunté a un compañero de la orquesta. Él me explicó, y lo hice. La verdad es que me quedó bastante bien para la primera vez.”

Necesidad convertida en pasión

“Debido a la situación económica de la época, me vi obligado a buscar otro trabajo, porque la orquesta no daba lo suficiente, y no lograba mantener a la familia”.

La educación, entonces, le ofreció la oportunidad que él necesitaba: “Empecé dando clases en las escuelas primarias como maestro de música entre los años 1947 y 1948. No era fijo, sino una contrata que se hacía a quienes impartían diferentes especialidades como el Inglés, la Educación Laboral, Pintura y Música. Íbamos a las escuelas y dábamos clases.”

Por la forma y la pasión con que habla, me doy cuenta que encontrarse entre los discípulo de este hombre debió ser algo especial para muchos adolescentes y jóvenes villareños. ¿Cuántos de ellos siguieron la carrera de música? A Quique no le consta, como tampoco a nosotros quien de nuestros muchos maestros fue el que sembró la primera semilla del conocimiento y el interés por la profesión elegida.

Algo que no abunda

“Al triunfo la Revolución, me dediqué a formar a los primeros instructores de arte, muy parecidos a los que tenemos hoy. Toda esa experiencia me sirvió cuando vine para La Habana, pues fui directo a trabajar como metodólogo de Educación Musical. Durante quince años, pasé por distintos municipios de la capital: Diez de Octubre, Arroyo Naranjo y Regla, que fue donde me jubilé, a los 60.

“Pero soy una persona muy intranquila. No podía estar en la casa y comprendí que la jubilación no podía ser el retiro. Ahí fue cuando dije: ‘Yo sé hacer algo que no abunda: afinar pianos’.

“Estuve contratado como afinador durante un año en la Escuela Nacional de Arte (ENA). Aunque la función principal que cumplía era logar que los pianos dieran el sonido exacto, incursioné de nuevo en la mecánica, algo que ya había hecho en otros momentos.

“Para quien estudia música el piano es elemental. Si va a ser concertista solista, a tocar en orquestas o a componer canciones, tiene que acudir al piano; él es el único que puede ayudar."

Un Maestro imprescindible para otros maestros

“En ese tiempo me di cuenta por qué los grandes concertistas poseen varios pianos. No tiene que ver con dinero ni vanidad; los necesitan para poder experimentar las sensaciones que quieren transmitir.”

Lo pudo comprobar una vez, en el Amadeo Roldán, cuando le afinaba el piano al jazzista cubano Chucho Valdés: ”No acertaba con el matiz adecuado para el concierto, entonces nos dirigimos a probar los demás pianos del teatro hasta que encontró el que sonaba como él sentía la música  en ese momento.”

Ha afinado también para los hermanos Vitier y Frank Fernández. Precisamente trabajando con éste último en la preparación de un concierto en el hotel Presidente, recibió uno de los elogios más gratos de su vida: “Maestro, le dijo Frank, el afinador es imprescindible para el pianista”.

Y no le falta razón al afamado músico. La  afinación, dice Quique, “es más bien una especialidad dentro de las artes o la música. No es que uno sea  artista, pero el afinador de piano tiene una gran importancia para un concierto.

“El mecanismo y la afinación son dos cosas muy complejas. Quiero decir que cualquier pianista que vaya a ejecutar –porque la palabra ‘tocar’ está mal empleada-, cuando pulsa las teclas, marca a la vez cinco notas musicales. El piano tiene tres pares de cuerdas, de tres, dos y una. Entonces, la afinación es poner el par de tres al unísono. Para determinar cuándo esas vibraciones suenan a la vez, se su usa el diapasón. La mecánica es otra cosa, es la que se ocupa de reparar los complejos mecanismos internos que producen el sonido.

“Ya hoy tengo 83 años, que no son dos días, y todavía sigo afinando. De solo oírlo, sé si un piano está o no afinado, si hay que bajar o subirle el tono.”

De pronto destapa el viejo piano de su casa: “Está medio tono más alto, hace mucho que no le paso la mano.”

-“Tóqueme algo”, le pido.

Enrique Marcelo, Quique, arrastra una silla, se acomoda ante el teclado, juega con los pedales y comienza a regalarme Capullito de Alelí.

FICHA TÉCNICA:

Objetivo central: Conocer acerca de la afinación de pianos.

Objetivos colaterales: Algunos datos de la vida profesional del entrevistado y anécdotas

Tipo de entrevista:

Por los participantes. Individual.
Por su forma. Mixto.
Por su contenido. De personalidad.
Por el canal que se obtuvo. Directo.

Tipo de título. De referencia al tema.
Tipo de entrada. De presentación.
Tipo de cuerpo. Mixto
Tipo de conclusión. De comentario del entrevistador.

Fuentes consultadas. Taller de Afinación de Pianos en Centro Habana.

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