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Isla al Sur

“LA MEDIOCRIDAD NO AYUDA A TRANSFORMAR EL MUNDO”

“LA MEDIOCRIDAD NO AYUDA A TRANSFORMAR EL MUNDO”

Con más de 30 años de experiencia en la formación de profesores, Lissette Mendoza Portales aún no está satisfecha con su labor como educadora.

Texto y foto:
FÉLIX SALGADO LÓPEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

El amor a la sabiduría es su pasión. El deporte es hoy un recuerdo de su adolescencia. Cuando cursaba el sexto grado matriculó en una Escuela de Iniciación Deportiva e integró el Equipo Nacional de Natación. Cumplió los 13 años en una competencia en Moscú, capital de la antigua Unión Soviética.

Aunque retiene en su memoria esos momentos, la joven sirena ya no se desliza en el agua. Ahora su medio es el aula. Rodeada de alumnos, Lissette Mendoza Portales, Profesora Titular del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona y miembro de la Cátedra Simón Rodríguez, imparte clases de Filosofía.

“Para mí la Filosofía es esencial en la formación de los profesionales. Nos ayuda a entender la dialéctica entre lo universal y lo propio para asumir las cosas buenas del mundo sin perder nuestras raíces. Todos tenemos a nivel de conciencia una filosofía de la vida”.

La profesora Lissette es Doctora en Ciencias Filosóficas desde el  2003. Un año después fue reconocida por sus más de cinco lustros de fidelidad al Pedagógico. Sin embargo, su estancia en este lugar es mayor.

“Fui estudiante del Instituto. La mejor graduada de mi año. Aquí he podido hacer cosas que me gustan: impartir clases, adentrarme en las distintas esferas del pensamiento humano y en el mundo de la investigación.

“Pienso que mantenerme trabajando en el mismo centro donde me formé es un desafío permanente. Tuve excelentes profesores como la Doctora Estrella Rey, el Doctor Mario Rodríguez Alemán y la Doctora María Dolores Ortiz. Emular con lo que ellos me enseñaron constituye un reto”.

-Usted colaboró con el Instituto de Filosofía en la elaboración

del curso El oficio de pensar, de Universidad para Todos,

en el año 2003. ¿Cómo recuerda el momento en el que se

encontró frente a una cámara de televisión

y no delante de un grupo de alumnos?

Recuerdo que fue una experiencia interesante. Me sentí muy bien en aquella ocasión, al igual que en el curso sobre el pensamiento de José Martí que es transmitido actualmente. Sin embargo, tuve mis experiencias iniciales aquí en el Instituto, en la realización de una teleclase sobre la ideología de Nicolás Maquiavelo. Este centro es pionero en el trabajo con televisión educativa.

-Recientemente el Canal Educativo realizó un documental

titulado Utopía, con el cual usted colaboró. En ese

material se plantea que la instrucción de la educación

cubana no llega a todos por igual. ¿Por qué?

La utopía debemos verla desde dos direcciones: como condición de lo irrealizable y como la realización de lo que parece imposible. Tenemos que ser críticos de nuestra realidad y de nuestra obra educacional. Todos dependemos de lo que hagamos bien, mal o regular en materia de enseñanza. La educación cubana ha enfrentado una contradicción permanente entre la cantidad y la calidad. Hoy existen serios problemas por la escasez de maestros y profesores a raíz del Período Especial. 

Expresó José Martí: “… una ciudad es culpable mientras no es toda ella una escuela”. Eso no se ha logrado aún. Debemos abogar para que la escuela cubana se convierta en un centro cultural de la comunidad. Tiene que existir un mayor reconocimiento social del maestro y para eso, hay que ser un buen maestro.

Fortalecer la identidad del profesional de la educación y lograr profesores capaces de dominar la cultura es nuestra tarea. No se trata de educadores que formen siervos mentales, sino que doten de instrumentos, métodos y habilidades a sus alumnos.

-En 1972, mientras usted estudiaba en este Instituto,

ocurrió la segunda revolución educacional cubana.

Ya en el año 2000, cuando comenzó la tercera,

estaba graduada. ¿Cómo valora estos momentos?

Las transformaciones ocurridas en 1972 fueron muy importantes. Estuvieron relacionadas con la creación del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech. Yo tuve más vínculo con esa etapa cuando me gradué, en el año 1976. En aquel entonces comencé a trabajar con personas pertenecientes al Segundo Contingente del Destacamento, aunque no fui miembro de él.

Hoy nos encontramos en una tercera revolución educacional por la formación del maestro emergente y de los profesores generales integrales. Esto significa que un estudiante graduado de preuniversitario tiene que asumir como profesor de alumnos en condiciones prácticamente iguales a las de él.

-¿Está usted de acuerdo con las

últimas transformaciones realizadas?

No puedo decir que lo estoy totalmente, pero sí que se implementa un modelo educacional diferente en la escuela cubana. Esto implica fortalecer el componente educativo, lo cual no quiere decir que el problema instructivo se haya solucionado. Hay elementos muy importantes e interesantes, como el hecho de que un solo profesor imparta todas las asignaturas o que exista un maestro para 15 alumnos. Por principio, me siento identificada con la labor de nuestro centro en torno a la formación de mejores maestros. Este constituye un reto que no se encuentra exento de contradicciones.

-¿Opina que se puede aprender tres veces más

con los cambios realizados o es esta otra utopía?

Pienso que debemos fortalecer el componente cognoscitivo sin olvidar el educativo. En el mundo actual hay que conocer y tener habilidades. Hay que conmoverse con la música, con una obra de la plástica, cuando leemos una novela o vemos una película.

La tarea de nuestro Instituto es formar personas que constituyan lo mejor del saber humano. ¡Hay quienes suman dos, tres, cinco y hasta seis veces más! ¡Soy enemiga de las cuantificaciones!

Un gesto solidario

En 1978 fue creado el Destacamento Pedagógico Internacionalista Che Guevara. Sus miembros abandonaron el hogar para ir a otros más distantes a transmitir sus conocimientos.

La profesora Lissette no integró las filas del Destacamento, sin embargo, considera que “este proyecto es una expresión meritoria de la entrega y dedicación de nuestro pueblo. Muchos profesores partieron hacia Angola a enseñar en medio de la guerra. Algunos de ellos murieron.

“Esa es una de las cosas más lindas que hemos hecho. Pienso que es germen de lo realizado hoy. Cuando he impartido clases en Venezuela o en otros países de América Latina, o cuando algunos compañeros han viajado al exterior para cumplir misiones educativas, ahí también ha estado presente todo aquello que se hizo en momentos anteriores y en condiciones más difíciles”.

La profesora Lissette habla con admiración de aquellos jóvenes y nunca olvidará los momentos en que se encontró fuera de Cuba: Colombia en 1997, Panamá en el 2001 y Venezuela en los años 2006 y 2008.

“Esas experiencias fueron muy fuertes para mí. En Colombia pude ver la gran violencia que existe. Recuerdo que una vez estuve varias horas detenida en el tráfico porque los paramilitares iban a hacer un intercambio de armas con la guerrilla.

“Venezuela es diferente. Un país capitalista en medio de una revolución social genera tensiones. Sin embargo, esto no impidió que fuese una experiencia gratificadora. Allí, durante el cumplimiento de la Misión Sucre en el año 2006, tuve que interactuar con médicos, ingenieros, abogados y un psiquiatra venezolanos. Es por eso que siempre vamos a aprender y a intercambiar respetuosamente. Nunca imponemos un modelo educacional.

-¿Distan mucho la educación cubana y los

modelos educacionales de esos países?

En el caso particular de Venezuela existen puntos de contacto en cuanto a las misiones educativas, pero hay particularidades. En la educación superior, por ejemplo, utilizan la enseñanza por proyectos. Con la aplicación de este método los estudiantes, mediante trabajos investigativos, desarrollan los temas vinculados a las diferentes asignaturas. En ocasiones, estas tareas se convierten en planes comunitarios.

Cuando fui a Colombia tuve la oportunidad de intercambiar con profesores y nos encontramos con los mismos problemas en cuanto a métodos y procedimientos didácticos.

No dejo de reconocer que hay distancias. Nosotros tenemos una educación que busca la integralidad. Contamos, además, con la formación de maestros en la educación especial.

-¿Qué representa para usted ser internacionalista?

Realmente no me considero internacionalista. Soy una profesora que en momentos determinados ha salido de Cuba para cumplir una misión. No me puedo comparar con compañeros que educaron en medio de la compleja situación de Angola.

Esfuerzo y reconocimiento

La profesora Lissette ha impartido más de 45 cursos de postgrado. En estos momentos dirige el proyecto científico Las Humanidades en la formación cultural y de valores de la identidad, el cual vela por la preparación de los futuros profesionales de la educación, portadores de cultura y transmisores de valores como el patriotismo, la solidaridad y el independentismo, los cuales nos identifican como cubanos.

-Más de 30 años de experiencia en la educación

superior la hacen protagonista de la preparación

de generaciones de profesores, así como

de profesionales en ejercicio. ¿Satisfecha?

¡Qué va! No puedo sentirme complacida con lo que he hecho. Todavía tengo que hacer más. Estar satisfecha es un espejismo.

-¿Cómo quisiera que la recuerden sus alumnos?

Siempre valoré la autoridad de las personas que son portadoras de cultura. Quiero que mis alumnos me recuerden con cariño, respeto y como una persona preparada.

-¿Qué le aconseja a los jóvenes que

se inician en la pedagogía?

No sentirse satisfechos nunca con lo que han logrado. Que investiguen, estudien y quieran lo que hagan. Ellos van a fortalecer la labor que hoy realizamos. Deben considerarse siempre aprendices. La mediocridad no ayuda a transformar el mundo.
 
Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

FICHA  TÉCNICA:

Objetivo central: Develar el amor hacia la profesión de enseñar de la Doctora Lissette Mendoza Portales, Profesora Titular del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona y miembro de la Cátedra Simón Rodríguez.

Objetivos colaterales: Mostrar al lector las características de su personalidad, así como facetas de su vida personal y profesional. Reflejar sus opiniones y valoraciones sobre la educación cubana. Conocer acerca de sus experiencias en el cumplimiento de misiones educativas internacionales, así como sus criterios respecto a la educación en América Latina.

Tipo de entrevista:

Por los participantes: individual
Por su forma: mixta.
Por su contenido: de personalidad
Por el canal que se obtuvo: directa

Tipo de título: de cita textual
Tipo de entrada: evocativa o retrospectiva
Tipo de cuerpo: mixto
Tipo de conclusión: comentario del entrevistado
Clasificación de las preguntas declaradas: 1. abierta   2. abierta   3. abierta   4. abierta   5. cerrada   6. cerrada 7. abierta   8. cerrada   9. abierta   10. abierta

Fuentes consultadas:

Documentales:

Rodríguez Betancourt, Miriam. Acerca de la entrevista periodística. Editorial Pablo de la Torriente Brau. Cuba, 2002.

No documentales:

Teresa Pérez Martínez, Jefa del Departamento de Humanidades de la Facultad de Enseñanza Media Superior del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona.

Janet Isabel González, profesora del Departamento de Humanidades de la Facultad de Enseñanza Media Superior.

Carlos López Macíes, Jefe del Departamento de Artes de la Facultad de Enseñanza Media Superior.

Mirna Rivera Pérez, profesora del Departamento de Artes de la Facultad de Enseñanza Media Superior.

 

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