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Isla al Sur

EL CELULOIDE «SALE DEL CLOSET»

EL CELULOIDE «SALE DEL CLOSET»

Luego de más de un año de creado, el Cine Club Diferente es seguido por un público diverso, a pesar de la escasa difusión que ha recibido en los medios de comunicación, y de los detractores que cuestionan su razón de ser.

LIDIA HERNÁNDEZ TAPIA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

«La verdad que hace a los hombres libres

es la que la mayoría prefiere no ver».

Herbert Agar, sexólogo norteamericano

Con la presentación reciente del filme El hedor de la compra sexual, el Cine Club Diferente arriba a su segundo verano, incluso, a pesar de la escasa promoción que ha recibido por parte de los medios de comunicación.

El proyecto, surgido como una acción más dentro de la Campaña cubana contra la Homofobia de mayo del 2008, cuenta con el apoyo del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) y del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).

El crítico de cine Frank Padrón, encargado desde el principio de coordinar la actividad, así como de la selección de las películas y de servir como moderador del debate posterior a la exhibición, expresa su deseo de que «un buen día, no muy lejano, la condición de diferente no siga siendo vista como anormalidad, patología y, mucho menos, blanco para ataques y exclusiones».

A fin de lograr este objetivo, el énfasis temático de las propuestas ha residido en la amplia gama de comportamientos sexuales que existen actualmente, y desde siempre, en el mundo: homosexuales, bisexuales, transexuales, travestis y lesbianas, y demás variantes. De igual modo, se reflejan las discriminaciones de tipo racial, étnica, de género o de clases, que también afectan la vida erótica de las personas.

Al respecto, el estudiante de Periodismo Alberto Yoan Arego Pulido, quien ha asistido a la sede en el cine 23 y 12 de la capital, considera al proyecto «bastante innovador, pues se pueden apreciar propuestas no habituales en otros espacios». Sin embargo, confiesa sentirse insatisfecho ante la escasa divulgación dada a la actividad por parte de los medios de comunicación.

«Nunca he visto en el televisor un anuncio de la película que proyectará el Cine Club Diferente, ni siquiera en la cartelera cultural en Internet. El pasado mes de junio intenté asistir, y no lo hice porque jamás me enteré de la propuesta prevista», afirma Alberto Yoan.

Una encuesta realizada por especialistas del CENESEX durante el mes de junio, reveló que el 42 por ciento de los presentes en esa ocasión conoció de la existencia del Cine Club porque se corrió la voz entre los amigos, mientras que el 29 por ciento lo supo gracias a la mencionada institución.

Esta también constituye una insatisfacción de Frank Padrón, pues reconoce que   «aún cuando no se trata de falta de voluntad por parte de los encargados de la promoción del proyecto, no podemos negar que el mecanismo más efectivo ha resultado ser la circulación de las informaciones de boca en boca, de manera extraoficial».

A pesar de ello, este no ha representado un freno para la asistencia de un público cada vez más heterogéneo, que incluso comparte sus experiencias, luego de la proyección de los materiales.

“El debate invita a los espectadores a sacudirse los rezagos de tabúes y vestir la piel de los demás en el momento en que son incomprendidos o subvalorados», considera Mileyda Menéndez, quien realizó para Juventud Rebelde un trabajo referido al primer aniversario del Cine Club.

Contraria a la opinión de Mileyda, aún existen personas que no encuentran sentido a la realización de actividades de este tipo. «Respeto el derecho de la gente a expresarse con libertad, pero no le veo lógica a divulgar las intimidades. No hay por qué gritar a los cuatro vientos lo que cada quien prefiere, y marcarse uno mismo como diferente», opina Juan Manuel Montoto Pascual, periodista de Juventud Rebelde.

De igual modo, Miguel Ángel Ramos, artesano de 42 años, considera que «ser homosexual antes era tabú, ahora es normal; tal vez, mañana sea obligado».

Por su parte, la sexóloga Mariela Castro, directora del CENESEX, declaró recientemente a Alma Mater que «no se trata de pedir que aplaudamos una u otra orientación sexual, sino de  que admitamos la diversidad del ser humano. El tener una u otra preferencia sexual no nos da o quita méritos, las virtudes las adquirimos con nuestra conducta, que no se puede circunscribir solamente a la preferencia sexual, es mucho más amplia, rica, diversa».

Desde el año 2000, la mencionada institución ha realizado diversas acciones con el fin de promover una mayor aceptación social de la homosexualidad.

«Ser bisexual,  transexual, travesti u homosexual, no son enfermedades, ni actitudes contagiosas, ni se adquieren por defectos educativos, ni por malos ejemplos en el medio familiar. El Cine Club puede ayudar a una mejor comprensión de estas cuestiones por parte de los cubanos», refirió María Teresa Tapia, especialista en orientación psicológica del hospital Julio Díaz, en el municipio Boyeros.

Desde mayo de 2008, entre las cintas proyectadas en el Cine Club destacan: El celuloide oculto (1995, EE.UU); Todo sobre mi padre (2002, Noruega-Dinamarca); Belleza prohibida (2004, Gran Bretaña-EE.UU); Shortbus (2006, EE.UU); y Mandrágora (1997, República Checa).

La experiencia se ha extendido a otras provincias, como Sancti Spíritus, Holguín, Santiago de Cuba e Isla de la Juventud, con el propósito de que los homosexuales sean vistos, «simplemente como seres humanos, lo que son, con su carga de virtudes y defectos, conflictos y situaciones», expresó Frank Padrón.

«Aspiramos a ver que un día se valore a los otros como gente que aspira a su lugar en el mundo, y se les permita seguir luchando por una sociedad mejor, un mundo mejor, donde todos (también ellos) quepan y sean escuchados, y sobre todo, nadie les señale con el dedo, al menos para mal», concluyó  Padrón.

FICHA TÉCNICA: 

Tema: La escasa difusión dada al proyecto del Cine Club Diferente por parte de los medios de comunicación, así como la reacción del público ante la propuesta.

Propósito: Indagar acerca de los objetivos del Cine Club Diferente, el público al cual se dirige, la acogida que ha tenido por parte del público y los medios de comunicación.

Objetivos colaterales: Conocer sobre acciones y hechos colaterales que se han realizado y se realizan en Cuba encaminados al logro del mismo objetivo: la aceptación de los homosexuales en la sociedad.

Estrategia de fuentes:

Directas:

Frank Padrón, crítico de cine, quien se ha encargado de coordinar el proyecto, de seleccionar las películas a exhibir y de dirigir el debate que realiza después de la proyección.

Alberto Yoan Arego Pulido, estudiante de Periodismo que ha asistido en varias ocasiones al Cine Club.

Juan Manuel Montoto Pascual, periodista de Juventud Rebelde que ha asistido al Cine Club.

Miguel Ángel Ramos, artesano.

María Teresa Tapia, psicóloga del municipio Boyeros

Documentales:

Menéndez, Mileyda. La diversidad es natural, Juventud Rebelde, mayo 16 de 2009, p.5, Ciudad de La Habana.

Jiménez García, Eduardo. Clandestinos con vieja historia. Alma Mater, mayo 2009, Ciudad de La Habana.

Soportes:

Hechos colaterales: Extensión del cine club a otras provincias del país, así como Sancti Spíritus, Holguín, Santiago de Cuba e Isla de la Juventud.

Contexto: El Cine Club Diferente cumple el año y dos meses de creado, con un público heterogéneo, que tiende a aumentar.

Antecedentes: Acciones emprendidas desde el año 2000 por la institución que lo promueve. Acciones a favor de una mayor comprensión de la homosexualidad.

Tipos de juicios:
Analíticos: Presentes en el trabajo para demostrar la necesidad de comprensión de los seres humanos, sea cual fuere su orientación sexual.

De valor: Los emitidos por los entrevistados para sostener sus puntos de vista.

Tipo de lead: De contraste.

Tipo de título: Llamativo.

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