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Isla al Sur

MAESTRO DEL FLORECER

MAESTRO DEL FLORECER

Con casi treinta años de experiencia en la labor docente investigativa, el profesor   Eduardo Alfonso  Ortega  Delgado vive cada momento como el primer día.

LÁZARA ESTÉVEZ VARELA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Para el Doctor en Ciencias  Biológicas Eduardo Ortega Delgado, Profesor Titular de la  Facultad de Biología de la  Universidad de La Habana, representante por Cuba de la Red Iberoamericana de Biofertilizantes para la Agricultura (BIOFAG), y presidente del Comité Organizador de la Reunión Iberoamericana de Rizobiología, el tiempo no es un impedimento en el afán de convertir todo lo que toca en flor.

Para este hombre, responsable además, de la mención de Fisiología Vegetal de la Maestría en Biología Vegetal, autor de 78 artículos científicos  publicados en revistas nacionales y extranjeras, Premio de la Academia de Ciencias de Cuba en 2004 y Premio de la Universidad de La Habana por el Conjunto de la Obra, las plantas son su horizonte.

-Es usted Licenciado en Química.

¿Cómo llegó a la Biología Vegetal y al magisterio?

Ciertamente me gradué en Química. Para entonces no existían las Facultades, sino que las careras correspondían a escuelas, y yo  estaba en la de Química, ubicada en la Universidad.

La Biología no llega a mí por casualidad. Desde que cursaba segundo año me incorporé con el profesor Arturo Amarán a aspectos relacionados con las plantas.

El primer trabajo que realicé fue en el Plan de Cítricos de Ceballos; el segundo, en el Plan Café Nuevo Mundo donde recolectaba, junto a otros compañeros, muestras de suelos que luego analizábamos en el laboratorio.

Tras graduarme comencé a trabajar en el Centro de Nutrición Vegetal. Cuando se crea en 1976 el Ministerio de Educación Superior, éste toma el nombre de Centro de Nutrición de la Caña de Azúcar, y  pasa a  formar parte de la nueva Facultad de Biología. Simultaneaba esta tarea con la docencia que había asumido al egresar de la Universidad. Así comencé a impartir clases.

En  1975, con la asesoría de los primeros Maestros en Ciencias graduados en Cuba, defendí el grado científico. El presidente del tribunal fue Gustavo Feble, actual presidente  del Tribunal Nacional de Ciencias Agropecuarias. Luego, guiado por el Doctor Nikolai N. Mushienko, de la Universidad Taras Shevchenko, de Kiev, discutí la tesis de Doctorado en Ciencias Biológicas, y obtuve la categoría de Profesor Titular en 1981.

Parece que fue ayer, pero se cumplirán 30  años de la primera vez que enfrenté la responsabilidad de educar a miles de jóvenes.

-¿Es real la disminución de textos

producidos por profesores universitarios?

Sí. Es necesario estimular más la labor de producción de textos docentes; me refiero a la motivación tanto moral como material. Experiencia y calidad hay en el claustro universitario, pero sería imprescindible que los textos que se escriban se editen e impriman en la mayor brevedad para evitar que se pongan viejos antes de llegar a las aulas.

-Nuestro país ha revolucionado la educación

en la Enseñanza Superior con la masificación de esta,

¿cree que el incremento va en perjuicio

de la calidad de los egresados?

 El reto que tiene la Universidad hoy es precisamente ése: no disminuir la calidad en un proceso necesario de incorporación de jóvenes a los estudios superiores. El país necesita profesionales preparados que contribuyan al desarrollo.
 
No es imposible lograr graduados con conocimientos sólidos. El riesgo de formar jóvenes con menor calidad es real, la clave está, entre otros aspectos, en no bajar la exigencia. Pero los estudiantes deben divertirse,  y  también, sentir el rigor de la enseñanza, ésta es responsabilidad de todos. Para lograrlo es imprescindible exigir al alumno lo mejor de sí y  velar por nuestra superación, debemos  dar en cada clase lo mejor de nosotros.

-Profesor, ¿considera que los estudiantes

están preparados para enfrentarse 

su profesión actualmente?

En general sí, pero las limitaciones materiales, mayormente en carreras de ciencias naturales y exactas, han impedido que los estudiantes egresen con habilidades y conocimientos que serán necesarios para la vida profesional. Eso incrementa el tiempo para que un egresado pueda ser útil a la sociedad.

-¿Existen  diferencias entre la Universidad

en la que estudió y la actual?

Sí. La Universidad hoy es más grande estructural y numéricamente, es masiva e incluso por municipios, las oportunidades hoy eran impensables en aquella época. Lamentablemente, las condiciones materiales se han afectado sin que hayamos tenido oportunidad de mejorarlas. Los jóvenes de hoy son tan buenos como los de mi generación. Si los tiempos se trocaran cada grupo haría lo que le correspondiera en su etapa.

-¿Las investigaciones siempre se han

relacionado con la asignatura que imparte?

La investigación y la docencia están estrechamente vinculadas, a tal extremo, que una depende de la otra. Todos mis trabajos son sobre Fisiología Vegetal,  en su mayoría de caña de azúcar.

-De caña de azúcar fue el proyecto con la

Universidad de Cárleton, en Canadá,

el cual posibilitó un mayor intercambio

entre las dos casas de altos estudios…

Hablas del Proyecto Cárleton. Fue un trabajo conjunto y obtuvo un financiamiento de aproximadamente cinco millones de dólares de la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional. Posibilitó, entre otras cuestiones, mejorar los servicios de Internet y el correo electrónico en la Universidad de La Habana.

Abarcó seis componentes: Administración Pública, Género,  Comunicación, Lenguas Extranjeras y Economía. El nuestro fue de  Biotecnología de la fijación biológica de nitrógenos. A raíz del proyecto vinieron a formarse como profesionales alrededor de cien trabajadores del sector azucarero. Nuestro trabajo era impartir los cursos que comenzaron en 1996 y terminaron en el 2001, para ello, la Universidad de La Habana contó con la participación del  Ministerio del Azúcar (MINAZ) y de la Asociación de Técnicos Azucareros de Cuba (ATAC).

-Cuba se ha caracterizado históricamente

por ser un país productor de caña de azúcar,

¿qué opina sobre la situación actual?

Fue muy interesante conocer que los rendimientos de caña en Venezuela triplican los de Cuba y que la variedad más importante en aquel país es cubana. Cuba tiene grandes potencialidades geográficas y especialistas capacitados para lograr una explotación eficiente de la caña de azúcar. Cambios estructurales y conceptuales pueden devolver al país las condiciones para producir grandes volúmenes de azúcar y otros productos con valor agregado, cien veces mayor que el azúcar de la caña, obtenidos gracias a los conocimientos generados por los científicos formados en los años de Revolución.

-Si pudiera crear un profesor, ¿cómo sería?

Tiene que ser ejemplo de conducta, que sus actos sean el reflejo de lo que predica. Debe prepararse contínuamente e investigar, no concibo un profesor que no investigue: docencia universitaria e investigación deben ir de la mano.

Debe, además, ser honesto, conocer las particularidades de la situación académica de sus estudiantes, y trabajar en función de cada una de ellas, ser amigo, guía…Pero lo que sí no haría ese profesor es bajar la exigencia. Los errores que en la formación del profesional se cometen, se pagan a largo plazo y se convierten en una cadena de dificultades.

-Figurativamente, la Universidad se

transforma en un objeto animado.

¿Le agradecería algo?

Haberme formado como persona, como profesor y como científico. Tener la oportunidad de desarrollar varios anhelos en el ámbito profesional y darme la oportunidad de enseñar a tantos jóvenes valiosos.

-¿Qué situación histórica lo ha marcado más?

La alfabetización. Salí de la casa a los trece años y compartí con personas pobres en el corazón de la Sierra Maestra. Allí aprendí muchas cosas: que la vida en los pueblos es distinta a la de los campos de Cuba, a dormir y desarrollarme en condiciones diferentes a las de la casa, que existen personas que se acuestan y se levantan sin comer. Comprendí por qué un hombre es más útil donde más lo necesitan. Sentí necesidad de ayudar a transformar aquella realidad en una mejor.

-¿De qué se  arrepiente?

De no haber publicado más los resultados científicos obtenidos por mí y el colectivo de trabajo.

-¿Qué le falta por hacer?

Escribir sobre las experiencias científicas y docentes que puedan ser útiles al relevo.

-¿Qué cree de la Cuba del siglo XXI?

Tiene un gran futuro. Debemos resolver los problemas que impiden desarrollar, como es necesario, las potencialidades de nuestro pueblo, generadas por la propia Revolución. Proporcionarles a los jóvenes todas las posibilidades para que realicen sus sueños, y  cultiven cualidades en la esfera y nivel que logren alcanzar con su esfuerzo, que el sistema socialista cubano evolucione hacia más justicia social. No rendirnos en el empeño de vivir en un país más rico en bienestar espiritual, cultural y material. Trabajar porque se cumpla el principio de “a cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo”.

-El magisterio lo ha llevado a diversas

partes del mundo, incluso a Angola…

He tenido la oportunidad de impartir clases a estudiantes de pregrado y  postgrado en varias universidades de Angola, Alemania, Argentina, México y Venezuela. En todos los casos he sentido el orgullo de ser cubano y lo he interpretado como un reconocimiento a Cuba, que ha formado tantos profesionales en disímiles temáticas de las ciencias y la técnica.

La experiencia de Angola fue muy interesante, en medio de la situación de guerra impartí clases y, además, dirigí una tesis de grado de un joven guyanés. Los estudiantes allí eran muy buenos, rigurosos e interesados, están entre los mejores que he tenido en la vida.

Las experiencias como profesor en universidades de otros países me han permitido percatarme del alto nivel de nuestra enseñanza universitaria, alcanzado gracias a la política de desarrollo social y cultural de nuestra Revolución, de la cual soy un modesto producto.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Nosotros, los del 280, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario de la casa de altos estudios cubana.

Ficha Técnica:

Objetivo central: Conocer aspectos de la vida y obra del profesor universitario Eduardo Ortega Delgado.

Objetivos colaterales: Reflejar sus criterios de la Enseñanza Superior en Cuba. Conocer su opinión sobre aspectos de la vida social y económica.

Tipo de entrevista:

Por su forma: de preguntas y respuestas
Por su contenido: de personalidad
Por el canal que se obtuvo: directa o cara cara

Título: genérico
Entrada: biográfica
Cuerpo: preguntas y respuestas
Conclusión: de opinión del entrevistado

Fuentes consultadas:
No documental:
Rosa Rodés García (esposa y compañera de trabajo)

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