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Isla al Sur

INCIDENCIAS DE ENFERMEDADES CEREBRALES

INCIDENCIAS DE ENFERMEDADES CEREBRALES

DARGIS HERRERA BUENO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

El cerebro, órgano de cien millones de célula, resume todo lo que somos: carácter, personalidad, angustias. Cómo se hace esta síntesis: nadie lo sabe. El cerebro humano produjo la música de Beethoven, la teoría de relatividad de Albert Einstein, ¿cómo un simple conjunto de células pudo tales milagros? Una vez más, nadie conoce una conclusión definitiva. Es verdad que ya se sabe algo sobre el centro de las emociones y, más aún, sobre las regiones que captan los mensajes de nuestros cinco sentidos. Pero, ¿conocemos realmente cuáles son las enfermedades más comunes que afectan a este órgano vital?

A nivel mundial

Las enfermedades cerebrales afectan a las personas muchas veces sin éstas darse cuenta. Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, las más frecuentes son la oligofrenia (deficiencia de inteligencia), la psicosis, la demencia y los trastornos neuróticos relacionados con el estrés, con  grados de incidencia en la población de un tres por ciento; es decir, de cada cien mil personas, tres padecen problemas de salud mental, por lo que en los últimos años psiquiatras, psicólogos y especialistas reúnen sus esfuerzos para contrarrestar el mal.

Las más frecuentes en Cuba

La neurosis, la demencia y la psicosis son probablemente los diagnósticos más comunes en Cuba en la psiquiatría ambulatoria, con un 0,3 por ciento de incidencia en la población. Estos síndromes encefálicos orgánicos crónicos, como son conocidos en la medicina, están caracterizados por graves trastornos de la memoria y de múltiples funciones generales como la inteligencia, el juicio, el cálculo, el pensamiento abstracto, la orientación y el aprendizaje. Se acompañan de graves alteraciones de la afectividad, la comunicación, la capacidad para llevar las demandas básicas de la vida, dependiendo para subsistir del control o ayuda de terceras personas.

También a ellas se asocian comportamientos socialmente reprochables ajenos al modo de ser del individuo, los cuales pueden dañar significativamente su prestigio ante la sociedad o crearle importantes dificultades en las relaciones interpersonales entre los que se encuentran la  promiscuidad sexual, salir a la calle desnudo o ridículamente adornado.          

Un trago amargo

Según el doctor Cristóbal Martínez Gómez, Profesor Titular de Psiquiatría del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana (ISCMH), los padecimientos mentales son muchos y pueden ir desde la depresión, la ansiedad, la compulsión y la excitación, hasta la esquizofrenia.

“Esta última puede ser simple, hebefrénica, catatónica y paranoide, y suele comenzar entre los 18, 30 ó 35 años, muchas veces después de un período de cambios en la personalidad, ambiguos y pocos comprensibles psicológicamente. Corresponde a una fuga del mundo real y desagradable al de la fantasía, de retroceso a un nivel infantil, lejano del ambiente hostil al cual el paciente es incapaz de ajustarse.

“El esquizofrénico vive en un universo de delirio, oye voces imaginarias, tiene visiones, alimenta ideas absurdas, se siente perseguido o dotado de poderes superiores”, precisó el especialista.

El concepto que hoy conocemos por esquizofrenia fue creado en el siglo XIX por el doctor de Kraepelin. Con el tiempo sus criterios han sido ampliados, reducidos, modificados, aceptados o rechazados por diversos autores.

Sin negar lo afirmado, otro doctor, Bleuler, aporta una característica esencial de dicho trastorno: la desorganización y falta de coherencia de esos pacientes. Paralelamente, realiza esfuerzos por comprender psicológicamente al enfermo con esquizofrenia y por distinguir los síntomas básicos o primarios de la enfermedad.

Aunque ambos autores señalaron la posibilidad de detención, retroceso o incluso desaparición de los síntomas, en ningún momento afirmaron que éste fuera el desenlace más frecuente.

Armando

Armando* es un joven de 23 años que desde los 18 padece de esquizofrenia. Su madre, Bertha*, recuerda cómo empezó todo: “Al principio no sabía qué le sucedía. Pensé, es la edad lo que lo tiene así, está en la adolescencia y sin padre debe ser muy difícil para él tratar de hablar sus cosas conmigo. Con el tiempo se puso más agresivo, todo lo incomodaba, era repetitivo, sus notas eran peores cada día, traté de que conversáramos pero no me escuchaba, ‘no es nada mamá’, me decía, entonces comenzó a hablar solo, ahí decidí a llevarlo a un psicólogo.

“Cuando el doctor me dijo que Armando sufría de esquizofrenia no lo creí, le dije que era muy joven, que esa enfermedad era de viejos. Me explicó los síntomas y cómo tenían que ser las cosas a partir de ese momento. Sufrimos mucho, me sentí impotente y la soledad me pesó como nunca, pero gracias a la ayuda del psiquiatra, el psicólogo y las enfermeras, fuimos saliendo adelante. La vida nos ha hecho tomar un trago amargo, pero trataré de endulzarlo.”                     

En Cuba este trastorno está presente en ambos sexos, siendo los hombres más afectados con 0,4 por ciento de incidencia y 0,3 las mujeres.

La doctora Noemí Pérez Valdés, presidenta de la Sociedad Cubana de Psicología de la Salud y Profesora Titular de la Escuela de Psicología de la Universidad de La Habana, ofrece datos oficiales.

La neurosis, la demencia y la psicosis ocupan índices elevados; y el Alzheimer se estima que afecte en la segunda mitad de la novena década de la vida a una de cada cinco personas, alrededor del tres por ciento de la población de sesenta y cinco años. El promedio de psicóticos es de uno por cada mil habitantes, el mismo existente en todos los países, con algunas excepciones regionales.

Para la atención y cuidado de estas personas, el Estado cubano cuenta con 24 centros psiquiátricos, de ellos seis en Ciudad de La Habana, y es el Hospital Psiquiátrico el más destacado en los resultados con los pacientes.

Adolescentes y jóvenes

La adolescencia es una etapa donde ocurren cambios importantes tanto mentales como físicos, se deja de ser niño, pero tampoco se es un hombre, por eso este tránsito puede traer una serie de complicaciones que deben ser atendidas a tiempo por profesionales. La enfermedad mental más común en esta edad, según la doctora María de los Ángeles González, miembro del Grupo Nacional de Psiquiatría Infantil y Adolescente, es la depresión.

“El concepto de depresión tanto en el plano teórico como en el operativo es algo incierto y cambiante y puede definirse como el carácter rector del hundimiento del estado de ánimo. Se caracteriza por sentimientos de tristeza o infelicidad que pueden oscilar de un estado transitorio hasta un trastorno mental de categoría específica, el cual se acompaña de cambios o modificaciones en el humor, estado de ánimo, relaciones sociales y funcionamiento corporal.

“En el adolescente, se observa más nitidez en la sensación de tristeza, se aprecian con mayor frecuencia las conductas autodestructivas, alteraciones de las relaciones sociales, abuso del alcohol u otras sustancias psicoactivas como el hábito de fumar, trastornos del sueño, aumento de fobias o síntomas obsesivos preexistentes. También es muy frecuente el deterioro de los rendimientos escolares y la ausencia a la escuela.”

-¿Estos diagnósticos han avanzado

igual que en los adultos?

“La clasificación de los trastornos psiquiátricos que con frecuencia son diagnosticados en niños y adolescente ha progresado más lento en relación a las afectaciones específicamente de los adultos. Esto refleja la relativa juventud de la psiquiatría infanto-juvenil, así como la disminuida importancia concedida por la Medicina en el mundo occidental a los problemas del niño frente a los del adulto”, afirma la doctora María de los Ángeles González.

Y agrega que el concepto mismo de la niñez es, en todo caso, relativamente nuevo en la historia de la humanidad, lo cual se perfila en las resistencias mantenidas por nuestras sociedades occidentales para ofrecer a los niños y jóvenes la atención prioritaria que en materia de salud, educación y seguridad requieren, en virtud de su mayor vulnerabilidad frente a otros grupos de población.

“Una excepción de esta realidad ha sido indudablemente el modelo cubano de atención a la salud, en el que los niños y jóvenes constituyen una prioridad en los esfuerzos de la sociedad para la oportuna intervención del sistema de salud en todos los niveles de prevención.”

Señal de triunfo

En su mayor parte, el cerebro sigue siendo un acertijo gigantesco, sin una llave para descifrarlo. En medio de esta relativa ignorancia, el ser humano ve en la medicina las respuestas a muchas interrogantes. La Revolución Cubana, en la incansable lucha por la calidad del sistema de salud, no solo da respuestas y soluciones, sino que se perfila en la calidad de vida de los enfermos mentales, dándoles la oportunidad de integrarse nuevamente a la sociedad, y de tener un futuro seguro, amparado por las leyes del Estado.  

*Los nombres de las personas fueron cambiados respetando su privacidad.

(2007)

Ficha técnica:

Fuentes consultadas:

Doctor Guillermo Barrientos Llanos. Profesor titular de Psiquiatría del Instituto Superior de Ciencias Médicas de la Habana. Jefe del grupo de adultos.

Doctor Cristóbal Martínez Gómez. Profesor titular de Psiquiatría del Instituto Superior de Ciencias Médicas de la Habana. Jefe del grupo de la niñez y adolescencia.

Doctora Noemí Pérez Valdés. Miembro del grupo nacional de psiquiatría infantil y del adolescente.

Licenciada: Ana Mesa Machado. Jefa del grupo de estadísticas vitales del Ministerio de Salud Pública.   

Familiares de afectados

Transiciones: Las enfermedades mentales más frecuentes a nivel mundial y las más frecuentes en Cuba.  Enfermedades mentales en general. Caso de una persona afectada. Tratamiento en Cuba. Adolescentes y jóvenes.

Objetivos: Dar a conocer cifras y estadísticas sobre las enfermedades de salud mental. Las más frecuentes y por qué esas y no otras, además hacer mención de los centros psiquiátricos en el país.
   
Planos temáticos: El reportaje comienza en el tiempo futuro; a medida que se desarrolla continúa en ese tiempo hasta que introduzco una pequeña historia acerca de la esquizofrenia en la que utilizo el pasado; en el cierre hay una breve proyección por lo que empleo futuro.   

 

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