CLUB BOXER DE CUBA
LIVHY BARCELÓ VÁZQUEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
“No comparto el criterio de muchas personas que piensan que tener perros de raza es un lujo. Cuando obtuve mi primer ejemplar canino, yo ni siquiera tenía televisor. Mas, compré el animal porque para mi era una necesidad afectiva. La alegría que nos proporcionan es imposible cuantificarla en metálico”, expresó Flor Vera Díaz, presidenta del Club de Boxer de Cuba.
“Al morir mi madre, explica, compré un boxer para tratar de animar a mis hijas que aún eran pequeñas. Desde ese momento, surgió mi interés por desentrañar el origen de esa raza. Empecé a indagar y relacionarme con otras personas que tuvieran ejemplares de ese tipo, y en 1984, con un conocimiento más sólido sobre las características de la raza, y aún sin respaldo legal, realizamos el primer levantamiento de boxer del país.
“El 27 de diciembre de 1985, con la reorganización de la Ley de Asociaciones, se legitimizan diferentes organizaciones con fines sociales, lo que dio paso para que el 17 de febrero de 1988 se fundara el Club de Boxer de Cuba.”
Según Vera, muchos son los clubes especializados que brindan información a quienes deseen conocer sobre sus perros, pues es necesario fomentar una cultura encaminada al cuidado y desarrollo de la raza canina.
No son pocos los padres que, para satisfacer un capricho de los hijos o premiarlos por las excelentes notas, les regalan una mascota, que en su mayoría son perros. El niño lo ve como juguete nuevo adherido a su colección, con la diferencia que este camina, se mueve y trasmite emociones mediante ladridos, sin necesidad de mando electrónico que ejecute acciones preconcebidas.
Pero esa no es solamente la visión del infante. Los padres, desconociendo las características fenotípicas y genotípicas del animal, lo adquieren pensando que este va a ser un buen amigo para sus hijos. No obstante, si el niño es mordido por el perro o ese manifiesta una actitud agresiva, deciden deshacerse de él sin tratar de entender por qué el cachorro se comporta así.
Llegan los Boxer a Cuba
Según el primer boletín emitido por el Club en el año 1995, esta especie surge en Alemania cuando un grupo de cinólogos intenta, mediante el cruce entre el Bullenbesisser y el Bulldog, obtener una nueva raza que tuviese movimientos perfectos, fuerza, sustancia refinada, en esencia, un animal corajudo, equilibrado, inteligente, y poseedor de un potencial ideal para la defensa.
También trabajaron en la línea genética de los progenitores del Boxer, y en función de obtener un perro de vigilancia, eliminaron el exceso de blanco del Bullenbesisser y disminuyeron la pesadez del Bulldog, pues ese color no interesaba a los cinólogos por un problema de identificación. Así, quedó como máximo en la norma actual, un tercio del cuerpo del animal.
El Boxer es enérgico, de tamaño medio, de estructura corta y complexión cuadrada con sólidos huesos. Sus músculos son delgados, posee movimientos ágiles y llenos de fuerza. Tiene el pelo corto, brillante y bien pegado a la piel, y su peso oscila entre 30 kilogramos para un macho de 60 centímetros, y 25 para una hembra de 56. En cuanto a su carácter, se manifiesta como un animal dócil, leal a su amo, inofensivo y un excelente guardián, poseedor de un temperamento alegre y amigable.
Esta raza no es autóctona de nuestro país, por eso la especialista Flor Vera explica: “Concluida la segunda guerra mundial, Estados Unidos compra el primer boxer a Alemania, y en los años 55 y 56, del pasado siglo, familias aristócratas habaneros viajaron a tierras norteamericanas para conseguir ejemplares. A partir de entonces comienza la expansión de la raza en nuestro país.
“Después del triunfo de la Revolución muchas personas adineradas abandonaron Cuba, unos se llevaron a sus perros y otros los dejaron a merced de los criados, quienes no tenían la preparación adecuada para cuidar a estos animales. Poco a poco se perdieron los conocimientos cinológicos que habían incorporado algunos hombres a su cultura canina. Digo algunas, porque en aquellos tiempos criar perros de raza no era un hobby para pobres”.
El Club cubano
La también fundadora del Club, considera importante que las personas se acerquen al centro antes de adquirir el animal, a fin de conocer sus orígenes, gustos, y padecimientos más frecuentes.
Esa institución no gubernamental se dedica, en primera instancia, al mejoramiento y perfeccionamiento del estándar de la raza mediante el cruzamiento selectivo, valorando las características fenotípicas y genotípicas del animal y utilizando los procedimientos establecidos, a saber, pruebas estadísticas, pruebas de confirmación (estructura–morfología) y pruebas de caracterología, entre otras.
El Club posee una vasta bibliografía a disposición de sus afiliados, además imparte conferencias y propicia reuniones con especialistas de la salud y prevención de las enfermedades en los animales. La institución cuenta con un área de entrenamiento, la cual realiza sus actividades todos los domingos a las 9 de la mañana en el Parque Metropolitano. Allí se preparan los atletas caninos que participarán tanto en competencias nacionales como internacionales. De esos entrenamientos han salido campeones mundiales de la talla de Wovankan Wilow, monarca internacional, y de la titular nacional Fama Arquis De Futuro.
Flor alerta a todas aquellas personas que en ocasiones compran cachorros a vendedores eventuales, e incluso pagan grandes sumas de dinero por perros que carecen del pedigree, que legitimen su raza, por lo cual pueden no tener en la casa a un auténtico Gran Daneses o un Cocker Spaniels.
Otro de los miembros del Club con más años de experiencia es Evelio A. Mendoza Sánchez, quien nos cuenta lo que ha significado para su vida estos 20 años de trabajo, primero como asociado y después como vicepresidente: “El Club me ha brindado mucha cultura canina. He tenido la oportunidad de trasmitir mis conocimientos a otras personas y eso es lo mejor de todo.”
El que ama de verdad a un animal no puede quedarse a la sombra del conocimiento. Debe batallar por alcanzarlo, para hacer más placentera la vida. Se dice que el perro es el mejor amigo del hombre, entonces, por qué no luchar por él.
Clasificación: Reportaje estándar.
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