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Isla al Sur

LA HISTORIA EN MINUTOS. RADIO RELOJ. JUNIO (IV)

LA HISTORIA EN MINUTOS. RADIO RELOJ. JUNIO (IV)

Del 22 al 29 de junio: José de la Luz y Caballero, Eduardo García Lavandero, Jesús Rabí, Alfonso Hernández Catá, Pedro Antonio Santacilia, Guillermón Moncada, Diego Velázquez, Donato Mármol Tamayo, George Bernad Schaw y Matías Pérez. 

IRAIDA CALZADILLA RODRÍGUEZ

22 de junio:
José de la Luz y Caballero

LA HISTORIA EN MINUTOS. LUZ DE PEDAGOGO MAYOR. Quiso que los hombres fueran activos y pensadores y a esa enseñanza, como en un sacerdocio, se dedicó por casi cuatro decenios. Ese fue José de la Luz y Caballero, loable cubano cuya labor educacional, filosófica y patriótica marcó una ruta expedita e inspiradora. Se le consideró competente físico y notable filósofo, innovador y precursor de doctrinas que después alcanzaron auge en Europa. José de la Luz y Caballero, hombre esencialmente patriota, murió el veintidós de junio de mil 862. Temprano, sobre las siete y media de la mañana, en su colegio El Salvador, de la Calzada del Cerro, quedaba sellada para siempre aquella oratoria elocuente y sencilla de Luz, pedagogo mayor. Su sepelio fue una impresionante muestra de duelo popular. Continuará en el siguiente minuto...

EL PATRIOTISMO DE LUZ. Conclusión. Por sobre todos los servicios, José de la Luz y Caballero ponía el deber para con la Patria. Nombrarla era, para aquel hombre de impresionante inteligencia, tocar las fibras más sensibles e inspiradoras de sus sentimientos y el timbre sonoro para convocarlo a las acciones. Ese compromiso con la Isla lo llevó a inculcar en sus estudiantes el amor por el bien hacer, por la honestidad, la dignidad y el decoro. Magisterio era, para él, alta misión formadora de las nuevas generaciones. Dicen que era un sembrador de verdad, justicia y libertad en el espíritu de la juventud de su tiempo. José de la Luz y caballero dejó en las aulas el alma sensible de los forjadores, de quienes tras de sí, caminan muchos. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.

22 de junio:
José de la Luz y Caballero

LA HISTORIA EN MINUTOS. LA LUZ DE LUZ. El mentor del colegio El Salvador, en el Cerro, cerró los ojos en un adiós definitivo el veintidós de junio de mil 862. Así se fue aquel grande, José de la Luz y Caballero, a quien José Martí llenó de elogios y definió como “sembrador de hombres”. Y Manuel Sanguily, uno de sus muchos discípulos y defensor de su vida y obra, lo amó profundamente. El respetado maestro abogó por el aprendizaje mediante la observación y la experimentación y desterró de su claustro el memoricismo infértil. José de la Luz y Caballero, el de magisterio sensible y creador, dejó la impronta de su pensamiento cuando escribió: “Nada robustece tanto el entendimiento, como la costumbre de no admitir más que lo demostrado”. Este trabajo continuará en el siguiente minuto…

TIEMPO PARA HACER HOMBRES. Conclusión. La huella de José de la Luz y Caballero puede apreciarse de un solo golpe: más de doscientos cubanos que fueron sus discípulos, después estuvieron combatiendo en las guerras del sesenta y ocho y el noventa y cinco. Aquel educador ejemplar apuntó: “Si Miguel Ángel crea el Moisés, el Shakespeare crea el Hamlet, el maestro crea un hombre”. Y es que, para él, el magisterio fue más que profesión y oficio, para erigirse en nobleza fructificadora. En el pedagogo, cada paso de la vida estuvo entrañablemente ligado a la formación de personas íntegras, inteligentes y cultas. Supo hacer pensar. José de la Luz y Caballero confesó mucho antes de morir el veintidós de junio de mil 862: “…yo no hago libros, porque me falta tiempo para hacer hombres”. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.

23 de junio:
Eduardo García Lavandero

LA HISTORIA EN MINUTOS. EDUARDO, EL ÚLTIMO ATARDECER. Desde la adolescencia admiró a José Martí y, en la búsqueda incesante en los escritos del Maestro, encontró la ruta de los revolucionarios. Así, todo entrega y pasión, fue Eduardo García Lavandero, comerciante de tabacos en Artemisa y hombre de familia constituida quien, dejando los acomodos del hogar, inició la lucha contra la dictadura batistiana. En La Habana participó en numerosas acciones revolucionarias y también integró una expedición que desembarcó en Camagüey. En el atardecer del veintitrés de junio de mil 958, iba rumbo a una entrevista clandestina. Detenido y herido, logró escapar hasta esconderse en una tintorería de la habanera calle Vapor. Un delator avisó a los sicarios. Eduardo García Lavandero apareció con cincuenta y seis balazos. Continuará en el próximo minuto...

RECUERDOS SOBRE EDUARDO. Conclusión. Dicen quienes lo conocieron que Eduardo García Lavandero era de espíritu inquieto y le apasionaban los deportes. Tan es así, que como aficionado practicó las disciplinas de natación, caza, pesca, béisbol, baloncesto, gimnástica, aviación, tiro, automovilismo, boxeo y levantamiento de pesas. Fue miembro del ejecutivo nacional y jefe de acción del Directorio Revolucionario. Sufrió exilios y encarcelamientos. Trabajó incansablemente en el trasiego de armas hacia Cuba. Por esa vertical postura revolucionaria, fue perseguido por los esbirros de la tiranía batistiana, cual cacería fustigante. Eduardo García Lavandero había dicho: “Los revolucionarios no podemos dejarnos coger vivos”. Y su pistola fue consecuente aquel veintitrés de junio, cuando agotó el parque”. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez. 

23 de junio:
Eduardo García Lavandero

LA HISTORIA EN MINUTOS. HASTA LA ÚLTIMA BALA. No tenía miedo a la muerte Eduardo García Lavandero. En las jornadas de clandestinaje, de sustos y fogueos, había aprendido el duro oficio de defender los ideales más puros del hombre: la libertad y la patria. El veintitrés de junio de mil 958 no imaginó que sería el día fatal. Iba hacia el edificio Washington, en Jovellar y Soledad, cuando esbirros de la tiranía lo sorprendieron. El desigual combate entre un hombre y decenas de sicarios, no se hizo esperar. Herido, logró escapar hasta una tintorería de la calle Vapor donde la mala sangre de un delator le dio el pasaporte hacia la muerte. Solo cuando las balas se agotaron, dejó de disparar. Eduardo García Lavandero había dicho: “Los revolucionarios no podemos bajo ningún concepto dejarnos coger vivos”. Continuará en el siguiente minuto…

ESOS QUE YA NO ESTÁN. Conclusión. Cuando han pasado decenas de años de la muerte de Eduardo García Lavandero, la memoria de los sobrevivientes lo trae a nuestros días jovial, muy alegre, con un chiste oportuno para distender los momentos dramáticos. Pero también, serio, con alta responsabilidad, apasionado y sin miedo al peligro. De él son frecuentes los recuerdos sobre la participación en el sabotaje a la agencia Ámbar Motors, la expedición armada del yate Scapade y los combates en la Sierra del Escambray. Supo del exilio en México y Miami, y de la cárcel en el condado de Dade, en la Florida, cuando reclutaba armas con destino a Cuba. De Eduardo García Lavandero, y de tantos mártires de la Patria honrada, dijo un poeta: “Esos que ya no están/ dejaron su olor/ por todas partes…”. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez. 

24 de junio:
Jesús Sablón Moreno-Jesús Rabí

LA HISTORIA EN MINUTOS. MORIR O SER LIBRES. Por su verdadero nombre poco se le conoce, pues Jesús Sablón Moreno es solo el apelativo dado en los papeles oficiales del veinticuatro de junio de mil 845, cuando nació. Trascendió en la historia como Jesús Rabí, el Mayor General, el mambí inclaudicable, el insurrecto de todas las guerras por la independencia cubana. De familia le vino aquel ímpetu marcado por demasiadas penurias, escasos fondos en los bolsillos y persecución española al punto de ser asesinados el padre y su hermano Salvador. Todas, huellas para siempre en el espíritu del guajiro analfabeto, pero de mente lúcida y valentía perdurable. En los campos peleó como un león, con el heroísmo y la modestia de los hombres de su estirpe. Jesús Rabí había dicho: “Juramos, ante el altar de la Patria, morir o ser libres”. Continuará en el siguiente minuto...

EN LA FORJA DE LOS GRANDES. Conclusión. Jesús Rabí, el oriental de las tierras de Jiguaní, combatió con grandes de la historia cubana como Antonio Maceo, Máximo Gómez, Calixto García y Donato Mármol. Con el Titán de Bronce estableció una amistad ejemplar, honrada con la confianza del General al designarlo entre los oficiales cubanos presentes en la Protesta de Baraguá. Jesús Rabí, escribió: “...la única consigna que obedecemos, de Gómez y Maceo, nuestros viejos directores, es la Independencia o Muerte”. Opositor de los intentos pacifistas de los enemigos de la libertad de la Patria, después de la contienda del noventa y cinco volvió a los trabajos del campo. Jesús Rabí dejó el legado de días gloriosos en las batallas de Guisa, Peralejo y Santa Rita. Redactó: Iraida Calzadilla.

24 de junio:
Alfonso Hernández Catá

LA HISTORIA EN MINUTOS. EL CUBANO-SALMANTINO. La presentación usual del cuentista y novelista Alfonso Hernández Catá, no puede ser más curiosa: “el cubano nacido el veinticuatro de junio de mil 885, en Salamanca, España”. Pero la contradicción tiene su lógica amparada por los designios de la nostalgia de los hombres, por un hombre que se aferró a estas tierras desde la misma infancia. Y fue Santiago de Cuba fértil casa para quien luego trascendió como uno de los cuentistas hispanoamericanos más descollantes del postmodernismo. Fue la Isla, además, motivo de representación en el exterior, mediante la aceptación de diversos cargos diplomáticos. Alfonso Hernández Catá, el cuentista y novelista cubano y salmantino, murió en mil 940, durante un desastre aéreo mientras viajaba a Río de Janeiro. Continuará…

UN CREADOR APELLIDADO HERNÁNDEZ CATÁ. Conclusión. Transcurrido el tiempo implacable en su propuesta de olvidos, hoy pocos nombran al cuentista y novelista Alfonso Hernández Catá. De aquel hombre conversador, amigo fiel, de alma bohemia y andariega, dijo Juan Marinello: “…vivió y murió sirviendo a su tierra con la voluntad y con la letra”. Y más adelante añadió: “siguió desveladamente la peripecia angustiosa y frustrada de la Cuba de su tiempo”. Entre su obra, se destacan los textos Cuentos pasionales, Pelayo González, La Piel, Fuegos Fatuos y La casa de las fieras. En los cuentos de Alfonso Hernández Catá vale destacar la combinación humana y universal que hizo del sufrimiento, el remordimiento, la ansiedad, la inquietud, la angustia y, sobre todo, la mixtura que dio a la esperanza. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.  

24 de junio:
Pedro Antonio Santacilia

LA HISTORIA EN MINUTOS. EL POETA SANTACILIA. Quizás no sea de los poetas mayores cubanos el santiaguero Pedro Antonio Santacilia, pero a su obra habrá que acudir si se trata de desentrañar el hilo histórico de nuestra poesía patriótica en la que brilló con versos vehementes y fieros. Nació el veinticuatro de junio de mil 826, desde muy joven se alistó por la buena causa de una Cuba sin yugos. Tanto, que en mil 852 fue deportado hacia tierras ibéricas, por su manifiesta oposición al gobierno español. Iniciaba así un largo periplo de exilios que concluyó en México. Pedro Antonio Santacilia nunca volvió a su patria, pero no dejó por ello de colaborar con toda causa revolucionaria, hasta que la muerte le llegó en tierra azteca, a la edad de setenta y seis años. Continuará en el siguiente minuto…

EL YERNO DE BENITO JUÁREZ. Conclusión. En el exilio de Nueva Orleáns, Pedro Santacilia conoció al indio zapoteca Benito Juárez y la amistad duró hasta la muerte. Se selló, además, con lazos de sangre, al casarse el cubano con Manuela, hija del Benemérito de las Américas. En tierra azteca estuvo el santiaguero junto a Juárez como secretario de la presidencia de la República y no hubo momento, ni de victoria ni de azares, que no diera su disposición de luchar contra el extranjero opresor. Después del alzamiento de Céspedes, la revolución lo designó como agente diplomático y en él recayó mucha de la responsabilidad de lograr que México fuera el primer país en reconocer la independencia cubana. Pedro Santacilia fue hombre de dos patrias, y a ellas, y a su independencia, se entregó por entero. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez. 

25 de junio:
José G.  Moncada-Guillermón Moncada

LA HISTORIA EN MINUTOS. BRAZO DE NEGRO Y CORAZÓN DE CUBANO. Machete en mano, victoria tras victoria en la manigua insurrecta durante todas las guerras, así ganó los grados de Mayor General José Guillermo Moncada. Aquel hombre ébano, bravo mambí y personificación del decoro, nació el veinticinco de junio de mil 841, en Santiago de Cuba, y fue llamado para siempre, Guillermón Moncada. En su largo servicio a favor de la causa cubana desde los días primigenios de Carlos Manuel de Céspedes, hasta los fulgurantes de José Martí, mantuvo una conducta vertical y radical posición de principios. Su arrojo, convertido en leyenda, paseó de boca en boca insurrecta. José Guillermón Moncada, carpintero aserrador en los días de calma, había manifestado: “Mi brazo de negro y mi corazón de cubano tienen fe en la victoria”. Continuará...

PALABRAS SOBRE GUILLERMÓN MONCADA. Conclusión. Cuando José Guillermón Moncada murió en mil 895, el biógrafo y poeta Regino Boti escribió: “Los grandes patriotas, cuando caen, conmueven la tierra a la manera de esas palmas enhiestas que se abaten al soplo del huracán”. Y más adelante amplió: “...murmurando en su caída a la vez que un canto de muerte, un canto de victoria”. El insurrecto Mayor General dejó una estela de respeto y admiración, sintetizada por el coronel Rustán al decir: “Es bueno y bravo, y se puede confiar en él”. Muchos elogiaron la valentía de Guillermón Moncada y su hombradía en los campos de batalla. Valga suscribir la definición del coronel Horacio Rubens: “Sin Guillermón, no hubiera habido Revolución en Oriente el veinticuatro de febrero”. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.

25 de junio:
Diego Velázquez

LA HISTORIA EN MINUTOS. VELÁZQUEZ, EL ADELANTADO. El Adelantado Diego Velázquez vino de la isla La Española y tocó las costas de esta otra isla en algún punto cercano de Maisí, que él dio en llamar Palmas. De cualquier forma, su arribo a estos lares hermosos no fue canto prometedor de bonanzas. Con él se intensificó el sello de la conquista y la fe cristiana, impuestas a los indios a sangre y muerte. Fundó villas como la de Santiago, San Salvador de Bayamo, Santísima Trinidad y San Cristóbal de La Habana, en apogeo de rapiña y masacre para poblar, colonizar y vaciar de riquezas y oro a la tierra “descubierta”. El veinticinco de junio de mil 524 murió el Adelantado Diego Velázquez sin dejar penas de hombre bueno. Fue enterrado en la otrora Iglesia Parroquial Mayor de Santiago de Cuba. Continuará...

LA CONQUISTA. Conclusión. Cuando el Adelantado Diego Velázquez irrumpió en Cuba, la historia de la Isla y sus pobladores cambió vertiginosamente bajo los signos de la conquista. Desde la misma fundación de Baracoa, Ciudad Primada, inició la exploración del norte y del sur, consideradas las regiones más pobladas y ricas. La resistencia de los primeros moradores fue ferozmente enfrentada y las comunidades agroalfareras abatidas y exterminadas como grupos. Según cálculos de los españoles, a su llegada a “la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto”, había casi cien mil aborígenes. Cuando en mil 553 se abolieron las encomiendas, apenas quedaban cinco mil indios. El Adelantado Diego Velázquez, y la cofradía de la conquista, habían desecho también una cultura de la que apenas se pudieron rescatar escasas voces y tradiciones. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.

26 de junio:
Donato Mármol Tamayo

LA HISTORIA EN MINUTOS. CABALGA UN GENERAL. ¿Murió el veintiséis de junio o el veinte de noviembre de mil 870, el general Donato Mármol Tamayo? Textos consultados, indistintamente ubican en esas fechas su deceso. Pero, más allá de exactitudes de funerales, prefiero evocar a aquel joven general mambí cabalgando erguido sobre su caballo y paseando rebeldía por las tierras del Oriente. Fue de los hombres primeros de Carlos Manuel de Céspedes, cuando el trece de octubre del sesenta y ocho se alzó en la finca Santa Teresa con un centenar de patriotas. Los pueblos de Santa Rita y Baire fueron escenarios de sus primeros triunfos. De una fidelidad a toda prueba hacia el Padre de la Patria, Donato Mármol escribió: “...es para mí la gran figura de la revolución, su representante y jefe del gobierno provisional...”. Continuará en el próximo minuto...

JEFE DE GRANDES. Conclusión. Bajo las órdenes del general Donato Mármol Tamayo pelearon, en los inicios de nuestra guerra independentista, futuros titanes como Máximo Gómez, Antonio Maceo, Calixto García, Flor Crombet y Guillermón Moncada. Jefe de la División de Cuba, su prestigio como líder hizo de esa unidad una de las más temidas por las fuerzas españolas. Cuando murió, en mil 870, aquel mambí impulsivo y de rápidas reacciones proyectaba un ataque a la ciudad santiaguera y un acercamiento por zonas de Guantánamo. Donato Mármol Tamayo confesó en una carta: “La justicia de nuestra causa nos alienta; y puede usted estar seguro de que yo y cuantos me rodean no desmayaremos, mientras un soldado español nos esté insultando con su presencia”. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.

26 de junio:
George Bernad Shaw

LA HISTORIA EN MINUTOS. EL IRLANDÉS BERNAD SHAW. En Dublín, Irlanda, el veintiséis de junio de mil 856 nació George Bernad Shaw quien, mucho tiempo después de ese feliz acontecimiento, auguró vivir cien años. Para ser fiel a sí mismo, el irreverente hombre opositor al conservadurismo, murió solo seis años antes de que se cumpliera su promesa. En esa larga vida, alcanzó rotundo éxito como autor dramático y, en mil 925, le fue conferido el Premio Nobel de Literatura. Partidario de la paz, a la vez que de la sátira y la controversia, se definió así ante un periodista: “Bernad Shaw es irlandés, vegetariano, mentiroso, charlatán, socialista, conferenciante”. Y después agregó: “aficionado a la música, decidido adversario de la inferioridad de la mujer y cree en la seriedad del arte”. Continuará en el siguiente minuto...

NO TE RESISTAS A LA TENTACIÓN. Conclusión. Entre las obras más conocidas del autor dramático George Bernad Shaw se encuentran Volviendo a Matusalén, La casa de las penas, Hombre y Superhombre, Cándida, Las comedias desagradables y Santa Juana. Aquel irlandés opositor a lo ilógicamente estatuido había rechazado desde muy joven todo gusto por el alcohol, la carne, el tabaco, el té y el café. Puede decirse que fue intelectual de vida austera, aún cuando gozara de recursos económicos. George Bernad Shaw recomendó a los hombres: “Nunca te resistas a la tentación; ensaya toda cosa y retén con fuerza lo que es bueno”. Murió de una muy vieja dolencia renal aquel que se caracterizó por una filosofía satírica y desvistió y mostró la impudicia de la mentira. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez. 

29 de junio:
Matías Pérez

LA HISTORIA EN MINUTOS. MATÍAS PÉREZ, EL AERONAUTA SIN REGRESO. Sucedió en La Habana el veintinueve de junio de mil 856, en el otrora Campo de Marte. Dicen que Matías Pérez, eufórico, saludó a los habaneros que llegaron a la plaza y a los que se aprestaban a participar en aquella segunda hazaña como curiosos desde balcones y edificios aledaños. Después, con hidalguía y coraje, subió a la barquilla del globo Ciudad de París, para emprender el ascenso. Tanto remontó, que la vista no alcanzó para verle más en aquella noche de viento empujando hacia el mar. Algunos pescadores dijeron que, la última vez, divisaron al viajero cruzando cerca de La Chorrera. Matías Pérez, el aeronauta audaz, había desatado amarras para un viaje que no imaginó sin regreso. Continuará en el próximo minuto...

EL REY DE LOS TOLDOS. Continuación. Poco se sabe de la llegada de Matías Pérez a Cuba desde Portugal, país donde nació. Convertido en uno de los hombres más populares de La Habana de mediados del siglo diecinueve, había sido capitán de una embarcación de pesca y cosedor de telas para echarlas a pelear contra el viento. Así, su fama de toldero portugués creció entre los hombres entendidos en marinería y llegó a convertirse en el “Rey de los Toldos”. Pero sus sueños no eran las profundas y salobres aguas de mar. Matías Pérez quería habitar en el reino de las nubes, del sol y de la luna. No presagiaba su destino misterioso y su desaparición cual enigma o leyenda. Quizás, vanidosamente pensara prenderse una estrella en el pecho. Continuará en el próximo minuto... 
 
EL GLOBO DE GODARD. Continuación. En La Habana, el francés Godard realizó maravillas en cada ascenso con su globo Ciudad de París. Al Campo de Marte acudían curiosos para deleitarse con los malabares. Allí también estaba Matías Pérez, deslumbrado por el arte del francés y obsesionado por la pasión de los vuelos. Entonces, los toldos y su buena hechura le parecieron oficio pequeño y soñó con piruetas en el aire. Se convirtió en ayudante de Godard. Después, por mil 250 pesos, le compró el globo y el doce de junio de mil 856 hizo el primer intento de viajar solo. Una falla en la válvula de escape le precisó a regular el aire en las alturas y bajar en el artefacto, cual especial paracaídas forzoso. Hubo, entonces, arrebato por aquel valiente Matías Pérez. Continuará en el próximo minuto...

¡VOLÓ COMO MATÍAS PÉREZ! Conclusión. En otro aniversario del vuelo en globo de Matías Pérez, el veintinueve de junio de mil 856, su nombre y hazaña son símbolos de audacia entre los cubanos, quienes bien evocan al precursor de nuestra aviación y agradecen el intrépido intento del aeronauta. Pero también, nos llega en el hablar cotidiano sobre las cosas perdidas e irreparables con una historia resumida en: “¡Voló como Matías Pérez!”. Otros, los más soñadores, preferimos adivinarlo en alguna señal de las estrellas, como quien regala un guiño y dice que burló el tiempo y la distancia para continuar deambulando incesantemente por el espacio. Así, con el quijotismo de los aventureros y a despecho del olvido, continúa Matías Pérez entretejiendo leyendas en las estancias del afecto. Redactó: Iraida Calzadilla Rodríguez.

Pie de foto: José de la Luz y Caballero, Eduardo García Lavandero, Jesús Rabí, Alfonso Hernández Catá, Guillermón Moncada, Pedro Antonio Santacilia, Matías Pérez, Donato Mármol Tamayo y George Bernad Schaw. 

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