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Isla al Sur

¿PUEDE EL PERIODISTA SER OBJETIVO?

¿PUEDE EL PERIODISTA SER OBJETIVO?

Tema: Antonio Núñez Aldasoro, de la Universidad Central de Venezuela, argumenta: “Al periodista, como narrador de un hecho de interés general para una sociedad a la cual él mismo pertenece, se le hace imperativo evaluar los hechos que componen su relato. A pesar  de que se ha determinado que el reportero no debe exponer su punto de vista de manera evidente, en muchas ocasiones se sirve de estrategias retóricas (estilo, por ejemplo) o de la inclusión de otras voces en el texto (discurso referido) para exteriorizar sus pareceres sobre lo narrado…”.

ERNESTO GUERRA VALDÉS,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Sobre la frase de Antonio Núñez Aldasoro podríamos escribir mucho, pues el tema del que nos habla es la objetividad y la subjetividad en el medio periodístico. Este tema es abordado por Everio Tellería Toca en su Diccionario Periodístico  y explica que la objetividad en la práctica es mentira, ya que la prensa burguesa –aunque se proclame “objetiva“ por estar al servicio de alguna entidad ajena al gobierno- siempre será subjetiva, pues responde a los intereses del órgano de prensa al que se subordina.

La profesora de la Universidad de La Habana, Iraida Calzadilla, en sus clases expresa que el periodismo puede considerarse objetivo en tanto sea fiel a la verdad al relatar el acontecer, en tanto sea comprobable y haya remisión a fuentes de manera explícita. Sin embargo, prefiere más que el término de objetividad e imparcialidad, sostener el criterio de honestidad profesional, de ética humana y profesional, de sentido de responsabilidad que se asume en la profesión de informar a los públicos acerca de los hechos que ocurren y que interesan a los receptores vinculados a ellos de manera directa o indirecta. “No puede haber objetividad e imparcialidad aséptica cuando cada palabra es portadora de intención, cuando el individuo siempre toma partido, cuando el ser humano que escribe no lleva a letras solo el relato impecable de los sucesos, sino su propia mirada en la que influye su cultura, sus experiencias, su sensibilidad”, insiste la docente.

Emeria Delgado, periodista con más de 20 años de experiencia en la radio, actualmente del equipo informativo de CMBF, Radio Musical Nacional, expresa sobre la frase de Aldasoro lo siguiente, teniendo en cuenta el medio en el que trabaja: “Coincido  con lo que manifiesta,  aunque en el medio radial muchas veces la opinión  del periodista  es mucho más  abierta  y se refrenda  por la utilización de los recursos sonoros con los que cuenta para narrar su historia. Su verdad está dada por las personas que confirman su tesis, por el género que utiliza  y por el estilo en que acerca esa realidad a los oyentes, aunque la  imparcialidad  de la información no sea real”.
 
Emeria ofrece elementos para analizar el fenómeno de la objetividad periodística: va más allá del estilo o el discurso, pues al enfrentarnos a otros órganos como la radio o la televisión tenemos recursos, que si bien no los podemos llamar más efectivos, penetran más en los receptores. Por ejemplo, las imágenes o los sonidos, que inducen sensaciones, su uso enriquece las informaciones y hasta puede cambiar el sentido de las palabras.

Abe M. Rosenthal, premio Pulitzer en 1960 y redactor de “The New York Times”, envió un memorámdum al diario neoyorquino, donde expresaba: “La objetividad periodística: una pretensión tan desmedida como la de aprisionar el reflejo de las aguas de un río, que en un instante son y en el siguiente dejan de ser. Sin embargo, esa objetividad es la garantía que el lector busca para poder creer”.

Es una aparente contradicción, pues aunque expresa que la objetividad es una pretensión ilusoria, es necesaria su existencia, pues ser objetivos, garantizan la credibilidad de los medios.

Decía Luka Brajnovic, periodista croata y autor de varios estudios periodísticos, que si la información parte de un conocimiento exacto y cierto, es imparcial y absolutamente objetiva.

Sin embargo, asegura Javier María Restrepo, director de talleres de ética de la "Fundación para el Nuevo Periodismo en América Latina" y Defensor del lector de “El Colombiano de Medellín”: “Pretender la objetividad es tanto como creer que es posible capturar y congelar el instante que huye. El mismo hecho, observado por distintos periodistas, recibe tratamientos y versiones diferentes y, además, en las sucesivas ediciones de un periódico o en las emisiones de un noticiero, tiene que ser complementado, corregido, aclarado o rectificado, hasta el punto de que el periodista llega a contemplar las suyas como verdades provisionales”.

Por su parte, remitiéndonos a Melbys Nicola, joven periodista cubana del diario Juventud Rebelde, realmente no existe la verdad pura y concreta: la selección de los hechos que el periodista use, aunque no dé sus criterios, está dando su propia idea.

En cambio, Frank Giral Martí, de Prensa Latina, afirma que indudablemente el periodista tiene que ser objetivo, y además buscarle detalles a la información que la haga más atractiva: “A veces la información puede resultar dolorosa para el público, pero debes dar la información. Desde el momento en que seas mentiroso como periodista, pierdes le credibilidad de la gente. Tenemos que ofrecer al público la información como es, no como quisiéramos que fuera”.

Por otra parte, Katia Monteagudo, periodista de Bohemia, señala que dentro de los géneros puramente informativos del periodismo, el reportero debe distanciarse de dar a conocer su criterio para poder contar la realidad. Es muy complicado, agrega, ser objetivo, pues la información pasa por varios procesos, como la intencionalidad: “El periodista responde a los intereses del medio donde se desempeña, hablar de objetividad absoluta sería una utopía…”.

Volviendo a Latinoamérica, en la página de Prensa Chilena se expresa que “… uno elige su diario, noticiario televisivo y radio favorita por cualquier atributo menos por la objetividad de las noticias. Lo que te gusta de tu diario es precisamente esa forma de ver la realidad, que es subjetividad cabal. En estricto rigor y dicho sea de paso, un medio no puede ser ontológicamente objetivo”.

Ahora debemos caer en la llamada política editorial, una de las principales reguladoras de la visión de los periodistas, pues, por ejemplo, lo que es relevante en El Caimán Barbudo, quizá no lo es para Granma, por el perfil de cada publicación. Habrá entonces quienes lean Granma y otros que escojan El Caimán Barbudo porque las peculiaridades de cada publicación son las que hacen a los lectores inclinarse hacia cada órgano de prensa. No obstante, no cabe duda que por la seriedad y porque representa al Partido Comunista de Cuba, Granma hallará más credibilidad en los sujetos que otros medios, pues es el órgano oficial del país.

Sobre el tema de la objetividad, Giovanni Fernández, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y periodista de la Asociación Hermanos Saíz, acota: “El periodismo desde su fundación pidió pruebas para garantizar la seriedad del discurso. Cuando un medio no es veraz, es que sus informaciones carecen de credibilidad”.

BIBLIOGRAFÍA:

Accardo, Alain: En torno a la objetividad periodística. En: http://www.baietz.org / zaharra/es/gogoeta/ global/accardo _ subjetividad. Htm

Calzadilla Rodríguez, Iraida: Notas de clases. Curso  2009-2010.

Brajnovic, Luka Brajnovic: Wikipedia. En: http:// es .wikipedia.org /wiki/

Brajnovic, Luka: En: Sobre_teor.C3.ADa_del_periodismo. Consultado: 11 de diciembre de 2009.

Subjetividad periodística o manipulaciones y epitafios. En: Prensa Chilena, http://prensachilena.blogspot.com/2007/11/ subjetividad-periodstica-o.html

Tellería Toca, Evelio: “Diccionario Periodístico”, Editorial Oriente 1986, pp 208-209.

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