ALIANET BELTRÁN, ALAIN MIRA LÓPEZ Y CLAUDIA PÉREZ VILA,
estudiantes de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Mientras que los diversos tipos de periodismo tienen la posibilidad de contar con una definición propia, el retrospectivo se encuentra en desventaja, porque al ser un término relativamente nuevo y desconocido para muchos, carece de una base contextual amplia que ayude a entender la importancia del mismo para el rescate de la historia y de acontecimientos de diferentes índoles desde una mirada interpretativa de los hechos.
El periodismo histórico se relaciona estrechamente con la retrospección, pero sin llegar a ser lo mismo, puesto que el primero de estos registra el decursar de los años y con ellos de los acontecimientos más importantes, desde una mirada más de recuento y análisis, incluso, en ocasiones solo desde la relatoría de los sucesos.
Sin embargo, el periodismo retrospectivo no es solo histórico, a pesar de que tengan puntos de coincidencia como es analizar un hecho concluido, esto permite buscar otras aristas del suceso, ya sea encontrar y sacar a la luz las facetas de la vida pública de los héroes más conocidos por sus obras y acciones relevantes o de uno completamente invisibilisado para la sociedad.
“Es la herramienta ideal para analizar a los héroes o protagonistas desde su época, su contexto y a la vez acercarlos al público contemporáneo. Todavía muchos héroes no lo hemos bajado del bronce o el mármol de sus estatuas. Humanizar la historia ayuda a esclarecer el pasado, a mostrar la cosmovisión psicológica de los hombres y a desentrañar todos los por qué que rodean un suceso o a una persona determinada”, explicó Emilio L. Herrera Villa, periodista de la revista Bohemia.
Aliet Arzola, periodista de Granma con dos años de experiencia en el medio, explica que “la retrospección está basada mayormente en una serie de antecedentes o sucesos históricos que se deben rescatar o utilizar como punto de partida para el análisis de un hecho actual”.
No se trata solamente de presentar un hecho y nada más, se hace necesario evaluarlo desde una mirada interpretativa, es decir, hay que volver a atrás en la historia y traerla al presente con un análisis profundo, sugerente y renovador de lo ocurrido, en busca de obtener una mayor aceptación por parte del público.
Para la profesora Iraida Calzadilla Rodríguez, de la Facultad de Comunicación, la retrospección no solo se vincula con la historia en sí, sino también abarca la historia reciente, el hecho más o menos actual, lo contemporáneo en un sentido temporal amplio, que requiere ser visto desde el conflicto que aún le es latente y desde múltiples y diversas miradas. Es una revisitación al suceso ya conocido desde lo que aún de él no queda explicitado o esclarecido, requiere de mayor profundidad en el abordaje y el alcance de los temas es plural (Notas de clases. Curso 2013-2014).
“Creo que no se podría hablar de periodismo retrospectivo sin interpretación. La interpretación es vital, pues complementa y fortalece lo retrospectivo. A través de ella recabamos juicios de valor y respondemos a dos importantes preguntas: el cómo y el por qué. Para indagar en el pasado se necesita de la interpretación como medio para lograr una reconstrucción de los hechos lo más fidedigna posible”, afirmó Herrera Villa.
El joven periodista Arzola afirma que “muchas veces se analizan sucesos de actualidad sin dominar plenamente los antecedentes, error bastante recurrente que se podría erradicar con el rescate de este tipo de periodismo, punto de partida fundamental para la profundización de un tema. El pobre nivel de especialización de la prensa cubana en general hace que escaseen los periodistas vinculados específicamente a estos trabajos”.
Según Irenia Tamayo, periodista de Radio Granma, “las deficiencias en los métodos de búsqueda de información, así como las dificultades en os distintos archivos que se pueden consultar son algunos de los problemas más frecuentes para realizar trabajos retrospectivos. El nivel de empeño e interés que pone un periodista en estos trabajos influye en la calidad de los mismos. En muchas ocasiones no existe voluntad para salir a la búsqueda de fuentes cuando hay falta de información, por lo que algunos desisten y abandonan la tarea de escribir en retrospectiva.
Los estudiantes de Periodismo desde el curso 2010-2011 recibieron en sus clases esta asignatura optativa en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, conceptos y técnicas del periodismo retrospectivo. Gracias a la labor de la Doctora Iraida Calzadilla Rodríguez, periodista y profesora, para promover este importante estilo periodístico, se ha logrado que hoy en día se conozca un poco más. En este curso 2013- 2014, la docente decidió incluir en las clases de Periodismo Impreso II el estudio de la retrospección para promoverla y rescatarla.
Herrera Villa, quien también es recién graduado de la Facultad de Comunicación de La Universidad de La Habana en la carrera de Periodismo, comentó: “Conocí el término de periodismo retrospectivo gracias a la profesora Iraida Calzadilla, quien me dio los elementos metodológicos y teóricos sobre este estilo”.
En las conferencias impartidas por la profesora, ha quedado esclarecido que las fuentes tienen un rol importante en el desarrollo de estos trabajos, ellas son las encargadas de aportar y confirmar datos, brindar declaraciones de vital importancia para que los sucesos narrados sean lo más cercanos a la realidad posible, y así, darle credibilidad tanto a los hechos como a las informaciones recogidas en lo escrito.
Herrera Villa, coincide en que “las fuentes nos permiten recopilar información y contrastar puntos de vista. Además, ayudan a esclarecer causas, motivos y significados que, más allá de otorgarle fuerza al texto, permiten comprender el momento histórico en toda su dimensión.
Criticó, además, que “hoy estamos muy lejos de hacer un buen periodismo retrospectivo, principalmente porque no es prioridad de los medios, aunque existen otros factores que atentan contra el periodismo retrospectivo como el espacio, el facilismo, la falta de análisis, la poca humanización de la historia y la inexistencia de personas que se dediquen a escribir e investigar sobre estos temas.”
En encuestas realizadas en diferentes medios de prensa como Granma, Trabajadores, Juventud Rebelde y la revista Bohemia, en La Habana; de Radio Mayabeque, Radio Granma, de Isla Visión se recopilaron opiniones de 26 periodistas sobre la retrospección.
Según muestran los resultados, solo el 26,9 por ciento de los encuestados conoce lo que es el periodismo retrospectivo, tres de ellos recuerdan cabalmente lo que es, sus técnicas y usos. Pero el resto simplemente lo ha oído mencionar en alguna ocasión.
Los que menos años de experiencia tienen son aquellos que más han profundizado en estos tipos de trabajos, puesto que es un tema tratado en la Academia desde hace muy poco tiempo. Por su parte, los periodistas con más experiencia lo confunden muchas veces con el periodismo histórico, porque presenta algunas de las características de este, aunque en realidad lo supera en su concepción temporal, en la profundidad del abordaje y en el alcance de los temas.
Periodistas consultados:
Emilio Herrera Villa, periodista de la revista Bohemia.
Aliet Arzola, Aliet, periodista de Granma.
Irenia Tamayo, periodista de Radio Granma.
Encuesta a 26 periodistas de diferentes municipios y órganos de prensa.
Recuadro:
NO SE PODRÍA HABLAR DE PERIODISMO
RETROSPECTIVO SIN INTERPRETACIÓN
Emilio L. Herrera Villa es periodista egresado de la Facultad de Comunicación en el curso 2012-2013, actualmente trabaja en la revista Bohemia.
Su tesis de licenciatura Tras el rastro del silencio, tuvo como basamento teórico el periodismo retrospectivo y, al decir de la profesora Iraida Calzadilla Rodríguez, una de sus tutores, “ofrece y regala un fresco de época donde entran a desempeñar roles los brotes de regionalismo, el divisionismo, las indisciplinas y los errores políticos de un mambisado integrado por seres humanos, no por dioses. Nos convoca a repensar a nuestros héroes desde sus circunstancias, no las nuestras; desde sus visiones cosmogónicas, no desde las que quisiéramos o imagináramos fueran”.
-¿Cuánto tiempo lleva ejerciendo el periodismo?
Menos de un año, en la revista Bohemia.
-¿Cuánto de este tiempo lo ha
dedicado a la retrospección?
Desde el primer año de la carrera sentí mucha atracción por los temas de corte histórico, esos eran los trabajos que más me gustaban y que sacaban lo mejor de mi. Conocí el término de periodismo retrospectivo gracias a la profesora Iraida Calzadilla; aunque, sin saberlo, las investigaciones históricas que había realizado desde primer año tenían mucho de la retrospección.
-¿Qué lo llevó a utilizarla?
Yo me siento periodista de profesión, pero historiador de corazón. Me fascina contar historias, narrar sucesos pasados. El periodismo retrospectivo es la herramienta ideal para analizar a los héroes o protagonistas desde su época, su contexto y a la vez acercarlos al público contemporáneo.
-¿Qué técnicas utiliza para
hacerlo más atractivo al público?
Cada quien tiene un sello de trabajo, una firma que lo distingue de otros. Yo busco mi camino tratando de ser original y para eso me apoyo en la narración, en contar anécdotas, pasajes poco conocidos. Antes de sentarme a escribir una palabra me extrapolo a la piel del lector, asumo su rol y termino preguntándome: ¿Cómo me gustaría que me contaran esta historia sin que me aburra y me canse tanto texto? No aburrir al lector es el reto principal de cualquier escritor, de cualquier periodista.
Por otro lado, creo que el periodismo retrospectivo cubano (si es que existe) carece de humanización. Todavía muchos héroes no los hemos bajado del bronce o el mármol de sus estatuas. Humanizar la historia ayuda a esclarecer el pasado, a mostrar la cosmovisión psicológica de los hombres y a desentrañar todos los por qué que rodean un suceso o a una persona determinada. Solo así podremos saber por qué este personaje actuó de esa manera en esas circunstancias. Por estas razones, cada vez que tengo oportunidad trato de mostrar la perspectiva humana de las persona, porque simplemente así somos: seres imperfectos con virtudes y defectos.
-¿Considera necesario rescatar las figuras de la
historia que actualmente son poco conocidas?
De esto tengo mucho que hablar porque mi tesis de licenciatura se centró sobre el tema. No voy a reproducir todo lo que puse allí, pero en nuestras luchas por la independencia existieron grandes figuras que no trascendieron por múltiples factores (explicarlo en este momento llevaría a hacer otra tesis). Todos los héroes olvidados son una parte indisoluble de la identidad nacional, de nuestra cubanía, son fieles exponentes de rasgos muy propios de este pueblo como la lucha por la libertad y la igualdad social. Es necesario rescatarlos y sacar sus historias a la luz pública. Por desgracia, la mayoría de los medios nacionales le otorgan poco espacio a la microhistoria (donde anida muchas de estas historias) y reproducen una y otra vez los grandes sucesos y los apóstoles más notables. Todavía queda mucho por hacer.
-¿La interpretación es un punto clave
para desarrollar este tipo de trabajo?
Creo que no se podría hablar de periodismo retrospectivo sin interpretación. La interpretación es vital, pues complementa y fortalece lo retrospectivo. A través de ella obtenemos juicios de valor y respondemos a dos importantes preguntas: el cómo y el por qué. Para indagar en el pasado se necesita de la interpretación como medio para lograr una reconstrucción de los hechos lo más fidedigna posible. La interpretación guía al lector, vinculándolo aún más con el conflicto, los diversos contextos de la época y la lógica de los protagonistas.
-¿Con qué intencionalidad realiza sus trabajos?
El periodismo es intencionado. Nosotros construimos las noticias y desarrollamos las investigaciones de acuerdo con determinados intereses que a la vez están mediados por nuestros puntos de vista y subjetividades. Todos mis trabajos son intencionados y presentan un trasfondo bien definido, respondiendo a la estrategia que yo trace antes de escribir. La estrategia a seguir (previamente estructurada) va a guiar el trabajo, llevando al lector por los caminos que quiero que transite. Eso ya es intención. Quien diga que sus trabajos no son intencionados, está mintiendo.
-¿Ha investigado sobre la retrospección?
Un epígrafe de mi tesis lo dedico al periodismo de retrospección.
-¿Qué contratiempos trae
esta escasez de fuentes?
A mi entender, un trabajo investigativo sin fuentes (ya sean bibliográficas, documentales o entrevistas a expertos) no tiene validez alguna. Las fuentes nos permiten recopilar información y contrastar puntos de vista. Mediante las entrevistas a expertos nos apropiamos de conocimientos especializados de investigadores que han dedicado gran parte de sus vidas a escudriñar el pasado.
Las fuentes son casi todo en una investigación, por eso debemos buscar las adecuadas, o sea, aquellas que nos ayuden a esclarecer causas, motivos y significados, a otorgarle fuerza al texto y nos permitan comprender el momento histórico en toda su dimensión.
-¿Qué importancia cree usted que
merece el periodismo retrospectivo?
Por desgracia el periodismo retrospectivo se encuentra subvalorado en muchos de los medios nacionales. A mi parecer, existe un abandono y una gran incomunicación entre la agenda periodística y el estudio de la historia nacional, lo cual es una incongruencia porque el periodismo retrospectivo tributa a la confirmación de nuestra ideología.
Hoy estamos muy lejos de hacer un buen periodismo retrospectivo, principalmente porque no es prioridad de los medios, aunque existen otros factores que atentan contra el periodismo retrospectivo como el espacio, el facilismo, la falta de análisis, la poca humanización de la historia y la inexistencia de personas que se dediquen a escribir e investigar sobre estos temas.
En resumen: el periodismo retrospectivo (si existe en Cuba) se encuentra en crisis. No obstante, para aquellas personas que alguna vez lo han acogido resulta inmensamente gratificante indagar un hecho desde sus diferentes aristas, ya sea desde un pasado lejano o cercano, y acercarlo a un público actual, ávido de nuevas historias e informaciones.