LA VIDA NO ES MÁS QUE UN VIAJE EN TREN
Para el 2011 que hoy comienza, les regalo este mensaje que me envió una amiga. Compartámoslo y pensemos en ser mejor y en cuánto nos da la vida.
Los quiero.
“La vida no es mas que un viaje en tren: repleto de embargues y desembargues, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos embargues, y profundas tristezas en otros. Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con personas las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje: nuestros padres.
“Lamentablemente, la verdad es otra. Ellos se bajaran en alguna estación dejándonos huérfanos de su cariño, amistad y su compañía irremplazable. No obstante, esto no impide que se suban otras personas que nos serán muy especiales. Llegan nuestros hermanos, nuestros amigos y nuestros maravillosos amores.
“De las personas que toman este tren, habrá los que lo hagan como un simple paseo, otros que encontrarán solamente tristeza en el viaje, y habrá otros que, circulando por el tren, estarán siempre listos para ayudar a quien lo necesite.
“Muchos, al bajar, dejan una añoranza permanente; otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon el asiento.
“Es curioso constatar que algunos pasajeros, quienes nos son más queridos, se acomodan en vagones distintos al nuestro. Por lo tanto, se nos obliga a hacer el trayecto separados de ellos.
“Desde luego no se nos impide que durante el viaje recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos... Pero, lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado, pues habrá otra persona ocupando el asiento.
“No importa, el viaje se hace de todos modos; desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas... pero jamás regresos. Entonces, hagamos este viaje de la mejor manera posible.
“Tratemos de relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno lo mejor que tengan. Recordemos siempre que en algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos ya que nosotros también muchas veces titubearemos, y habrá alguien que nos comprenda.
“El gran misterio, al fin, es que no sabremos jamás en que estación nos bajaremos, mucho menos donde bajarán nuestros compañeros, ni siquiera el que está sentado en el asiento de al lado.
“Me quedo pensando si cuando baje del tren sentiré nostalgia... Creo que sí. Separarme de algunos amigos de los que hice en el viaje será doloroso.
“Dejar que mis hijos sigan solitos será muy triste.
“Lo que me hará feliz será pensar que colaboré con que el equipaje creciera y se hiciera valioso.
“Amigos, hagamos que nuestra estadía en este tren sea tranquila, que haya valido la pena. Hagamos tanto que para cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío deje añoranza y lindos recuerdos a los que en el viaje permanezcan”.
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