Blogia
Isla al Sur

“VOY A VIVIR 120 AÑOS… SENTIRSE ÚTIL ES LO MÁS IMPORTANTE”

“VOY A VIVIR 120 AÑOS… SENTIRSE ÚTIL ES LO MÁS IMPORTANTE”

Eyda Dávila Amaya es profesora adjunta de la Sede Universitaria del Municipio Regla. Ha dedicado su vida a estudios relacionados con la Ingeniería Hidráulica y encaminados a la elaboración de los Esquemas de Desarrollo Integral. Autora de varios textos, también es dirigente del Poder Popular en la localidad ultramarina.

LAURA HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Después de varias llamadas y fracasados mensajes por correo electrónico, decidí ir a su casa. Resguardada por una mata de rosas, encontré la puerta de número 68. Abierta por la amabilidad, me mostró la sala bohemia de quien dedica las horas a caminar por la Sierra Chiquita…

Como una plumita aparentemente débil apareció aquel 18 de diciembre frente a mis ojos. En el casi almacén donde nos acomodamos, pude detallar el rostro pálido de quien atesora larga experiencia. Conversamos alrededor de dos horas, suficientes para conocer su opinión sobre la Universidad y trascender la encomienda de responder sólo a un cuestionario.

Eyda Dávila Amaya es profesora adjunta de la Sede Universitaria del Municipio Regla. Ha dedicado su vida a estudios relacionados con la Ingeniería Hidráulica y encaminados a la elaboración de los Esquemas de Desarrollo Integral. Autora de varios textos, también es dirigente del Poder Popular en la localidad ultramarina. Esta mujer internacionalista, ha sido condecorada en tres ocasiones por el Consejo de Estado.

-¿A pesar de ser ingeniera, qué le

motivó a impartir asignaturas de ciencias

sociales y carreras económicas?

Siempre me gustaron las ciencias sociales. Llegó el momento en que me jubilé… la vida, los años, conllevan a eso; además, mi mamá se enfermó, tuve problemas con un hijo, estaba deprimida… Hice la categoría docente en Filosofía y logré entrar en la sede. Así fue mi ingreso en la Universidad. Después, y según fue haciendo falta al no haber profesores para determinadas asignaturas, accedí a impartir materias de las carreras económicas.

-En función de las aplicaciones en la vida

cotidiana, ¿qué relación guardan las

Ciencias Sociales y las carreras

económicas con la Hidráulica?

En la Hidráulica lo que trabajé mucho fue el Esquema de Desarrollo Integral. Así me inserté en el mundo de la Economía. Tú no puedes desarrollar una zona sin mirarla desde el punto de vista humano y económico, ambos aspectos tienen que estar interrelacionados.

Las ciencias sociales conciben problemas que incluyen todos los puntos de vista del marxismo, la filosofía…, si no tienes una postura dialéctica y materialista en la vida, no puedes pensar en el desarrollo sostenible de ninguna zona del país.

LA SEDE

-Desde el 2003 es profesora de la sede

de Regla, ¿qué rol considera que

desempeñan estas instituciones

universitarias en el proceso de

formación de la Educación Superior?

Increíble. En primer lugar, pudiera decir que es la posibilidad de extensión de la Universidad a las grandes masas, pero eso sería muy frío respecto a la realidad. Ustedes los jóvenes ven la entrada a la Universidad como cosa fácil, sin embargo, hay quienes pasan por millones de dificultades, mujeres que por algo tan importante como traer los hijos al mundo, tienen que dejar sus estudios.

Fidel nos ha regalado sueños muy lindos, pero para mí, como este…, es maravilloso lo que le brinda a la gente: lograr que toda Cuba sea una Universidad, porque los que no estudian en la CUJAE, en Ciencias Médicas, también tienen aspiraciones y sueños que sólo aquí los pueden alcanzar.

-Se refería usted a las posibilidades de

estudios que otorga la universalización

a las grandes masas. ¿Es partidaria de

que para afrontar la Educación Superior,

y en particular la Universidad de

La Habana, el estudiante debe reunir

determinadas condiciones? ¿Cuáles? 

Es un proceso riguroso. Se otorgan posibilidades, pero hay que estudiar mucho. Pienso que sí exige condiciones: voluntad y sacrificio, no inteligencia excepcional. Hay que saber para ser un profesional de verdad, los conocimientos que se cogen con alfileres, solo terminan produciendo personas mediocres.

-En ocasiones, las sedes universitarias son

subvaloradas, ¿qué cree usted al respecto?

Sí. Hemos pasado por esa experiencia, incluso con profesores de la Universidad partidarios de que la sede es solo para adultos mayores. Hasta que uno no llega a una sede no se da cuenta del nivel de preparación serio que se lleva a cabo en ella, a veces no se comprende su trabajo.

EL ESTUDIANTE UNIVERSITARIO

-¿A partir de sus vivencias cómo

caracteriza al estudiante universitario

de hoy y qué le agregaría?

Voluntad. Lo que siento que le falta es eso. Hay que escucharlos aunque algunos no quieran hacerlo. Pienso que están llenos de vida, no se puede tapar el sol con un dedo porque vivimos en épocas difíciles y les es complicado conjugar tantas cosas, aunque también se acomodan muy a menudo. Para caracterizarlos: impetuosos, alegres y faltos de voluntad.

-¿Cuál es la diferencia entre sus alumnos

y la estudiante que fue Eyda?

Siempre he sido muy voluntariosa. Yo fui pariendo durante mis tres carreras, un hijo en cada una, y logré ser una profesional. Los alumnos de hoy tienen que ver el estudio como el futuro. En primer año estas cosas no se entienden, es a partir de tercero, cuarto, cuando el estudiante lo comprende. Yo llevaba en brazos a mi hijo más chiquito al aula, pero no faltaba a clases.

JUBILADA, ACTIVA Y ÚTIL

-¿Cómo se conjugan la dirigente

del Poder Popular, la madre de una

periodista y una señora de 62 años,

con la sede universitaria?

Conjugarlas es muy difícil. A veces estoy con un grado de agotamiento, pudiste verme cuando llegué. En el trabajo de cuadros del Poder Popular no se para, y aquí menos. Tengo problemas personales también, una mamá muy anciana, un nieto de mi hija periodista que hay que dedicarle atención; pero sinceramente, si algo de esto me faltara, creo que me faltaría todo.

-¿Teme a que pasen los años y no pueda

seguir haciendo el trabajo de la sede?

Tengo miedo. Pero bueno, voy a vivir 120 años, ¿por qué no?, tal vez 120 no voy a poder ser útil a la sede, pero 20 más sí, como me lo estoy diciendo todos los días. Mientras esté activa podré hacer otras tareas. Sentirse útil es lo más importante.

LA UNIVERSIDAD

-¿Qué representa para una de las

fundadoras del Programa de Universalización

en el país formar parte del claustro de

profesores ampliado de la

Universidad de La Habana?

Sinceramente, yo tuve la oportunidad en mi trabajo de sentirme realizada en una serie de aspectos, pero ser parte del ese claustro me ha dado una satisfacción muy especial porque para mí el docente universitario siempre fue algo extraordinario. Lo que hago: no ser una profesora de la sede, sino una profesora de la Universidad de La Habana, es algo importantísimo que me da mucho placer. Me siento cerca de ese colectivo, es muy lindo…

-¿Qué ha significado la Universidad,

como institución, para Eyda?

Imagínate, le da a uno las herramientas para poder desarrollar este trabajo, y mucho más. Nosotros respondemos metodológicamente a la Universidad de La Habana y esa guía en todas las carreras, no solo promueve la categorización, sino la preparación de los profesores.

Yo he participado en los colectivos de preparación metodológica y los he aprovechado al máximo, son disposiciones organizadas por la Universidad que dan el bagaje estructural y la visión a una serie de aspectos que sin ellas no se conocieran. 

-¿Qué le ha ofrecido esta ingeniera

hidráulica a la Universidad y hasta

qué punto se siente parte de ella?

He dado muy poquito porque esto es una institución gigante, pero creo que cada uno de nosotros aporta. En mi caso, aquí en Regla, pusimos tutores en función de trabajos para la sede –el rescate de los pasivos- y nos dio un resultado bueno y como municipio fuimos los primeros en aportarlo. Siento la sede como parte de mi y quizás en lo que más he contribuido sea en la experiencia de la vida.

-Se refirió a los pasivos…

Pasivos son aquellos alumnos que matriculan un día y desparecen, no vuelven a matricular. Se llevan los libros, no los devuelven y nosotros no tenemos después la bibliografía. Todo eso hay que salvarlo.

-Si tuviera que dar una definición

sobre la Universidad de La Habana.

Majestuosa. Por el nivel de conocimiento, por la pasión que tiene, ahora lo vemos formándonos a nosotros, a las sedes. Me es difícil definirla, pero de verdad, siempre he admirado mucho la Universidad. Cuando voy disfruto subir por la escalinata, me gusta ese momento. Siempre me resultó impactante la colina.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Nosotros, los del 280, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario de la casa de altos estudios cubana.


 

0 comentarios