ENSEÑAR ES UN ARTE
Josefina Meza, profesora del Instituto Pedagógico Enrique José Varona, ratifica sus intenciones de seguir luchando por una mejor enseñanza.
Texto y foto:
ANGÉLICA MARÍA MENÉNDEZ HIDALGO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
A pesar de su reciente operación de cataratas, Josefina Meza, profesora del Instituto Pedagógico Enrique José Varona y Doctora en Ciencias Históricas, decide otorgarme el placer de entrevistarla. Llena de lauros por investigaciones, consagrada a su labor, colmada de experiencia, la presidenta de la Cátedra Varona, encanta con su sonrisa.
-¿Cómo llega a la Cátedra Varona?
En la década del 90, debido a que mi Doctorado es sobre esta figura, pero creo que, principalmente, llegué a este lugar gracias a Raúl Roa, pues la investigación sobre el tema la incentivó él en su discurso, al otorgársele la Distinción de Profesor de Mérito.
En la Cátedra generalmente se realizan actividades conmemorativas a las fechas de su nacimiento -13 de abril- y de su fallecimiento; en ellas participan profesores y alumnos ayudantes, quienes se encargan de la divulgación de Varona. Este año celebraremos el aniversario 160 de su natalicio y lo haremos el 13 de marzo, junto con el 106 de Julio Antonio Mella.
Pensé que conocía la figura de Varona y sólo con este trabajo puedo sentir que aprendo de veras por qué la institución lleva nombre tan glorioso. En particular, también asesoro trabajos científicos que investigan a ese Maestro, en mi condición de Profesora Consultante.
-¿Logros en la Cátedra?
Entre los principales está el documento que ha permitido la divulgación de su pensamiento como patriota y educador, algo que hacía muchísima falta. Estudiantes y profesores deben conocer en profundidad a Varona y si lo utilizaran como modelo a seguir, nuestra educación sería más eficiente.
-¿En qué aspectos debería
mejorar la enseñanza cubana?
Estoy consciente que debemos mejorar en muchos, pero yo viví antes de 1959 y a partir del triunfo de la Revolución puedo asegurar que el cambio en esta área es extraordinario y no ha dejado de ser positivo.
Tenemos muchos puntos que analizar y resolver, ejemplo de ello es la actual enseñanza media, la cual tiene objetivos fenomenales, pero necesitamos tiempo y experiencia para lograr lo que se concibió en un primer momento, no es imposible de hacer.
Soy de las que piensan que para obtener una buena enseñanza, los profesores deben tener un digno comportamiento y servir de ejemplo a sus discípulos. Esa es la preparación que se requiere para alcanzar la meta en toda su plenitud.
Contamos con revoluciones educativas muy fructíferas, con las cuales hemos desarrollado nuestro sistema. Los actuales modelos implantados son nuevas metas que estoy segura alcanzaremos. Confío en los jóvenes, ellos son el relevo.
-¿Cómo fueron sus inicios en la educación?
Antes del triunfo de la Revolución mi familia pasó muchas necesidades económicas. Tenía 17 años en 1959, y con los cambios en el país, ingresé en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana. Estudié y trabajé al mismo tiempo, en la Biblioteca Nacional José Martí, lo cual me facilitó el camino.
En 1960 ingresé en las Brigadas Universitarias José Antonio Echeverría y el Batallón de la Milicia Femenino Lidia Doce, y una de mis primeras actividades fue integrar las filas del Plan Fidel. Él mismo hizo el llamado y consistía en apoyar la formación de profesores de la enseñanza media. Debido a esto comencé impartiendo clases de Historia Universal, pero al graduarme en 1963, di Filosofía Marxista-Leninista en la Universidad de La Habana.
En 1971 comencé en el Pedagógico a impartir materias de temáticas sociales. El Varona es el lugar donde más tiempo he trabajado. Donde me desarrollé como profesional, como maestra de verdad. Tuve y tengo a mis mejores alumnos, mis mejores y no tan buenos recuerdos… este lugar significa mi vida entera porque es que mi vida está ahí.
-En su opinión, ¿qué diferencias existen
entre la educación cubana y la que
desarrollan los países que ha visitado?
Es muy difícil para mí comparar. Vi cómo la educación de Cuba salió del abandono en que estaba sumida antes de 1959, y he comprobado que pese a las dificultades del país, se sigue manteniendo viva y maravillosa. Lamentablemente, pocos lugares se comparan con ella.
Estuve hace 10 años en varios sitios de nuestro continente y me sirvió para conocer la realidad latinoamericana. Si no tienes dinero no puedes inscribirte en una buena escuela, y aunque existen las escuelas públicas prevalecen las privadas con mejor calidad.
El programa cubano Yo sí puedo, que se utiliza ya en varias naciones, ha arrasado con el analfabetismo. Pronto, si continúa con eficacia, la educación será ejemplo en muchos lugares del planeta.
-¿Ve al Instituto Varona como
rector de la educación pedagógica?
No creo que sea el rector de la educación pedagógica, eso más bien es una aspiración, un gran reto. Para poder dirigir al resto de los profesores debemos ser los mejores en todo, y eso sabemos que es muy complicado. No obstante, realizamos en muchas ocasiones los programas de estudio para los institutos pedagógicos del país, lo que significa que confían en nosotros y, por tanto, tenemos el deber de cumplir al máximo con nuestro trabajo.
Nuestra enseñanza está comprometida con la revolución y respondemos a ella, pues dio la oportunidad de ser quienes somos hoy, y si la educación tiene prestigio, es por su esfuerzo. Alfabetizó a todos los que no gozaban de ese privilegio y brinda una enseñanza gratuita que, aunque algunas generaciones actuales no lo ven como algo grande, yo puedo afirmar que en muchos lugares del mundo es prácticamente un lujo obtenerla.
Ahora nuestra labor es entregarla de la manera correcta para que sea más aprovechable y productiva. Para mí enseñar es un arte, un arte muy complejo, pero bien hecho brinda satisfacción personal y resultados muy productivos.
De esta forma la destacada profesora habla de su vida profesional, de su centro de trabajo y de cuánto agradece a Fidel haberla convertido en el ser que era.
“En este aniversario 45 del Instituto me siento muy orgullosa de pertenecerle y de estar consagrada a él, pues creo que, con el esfuerzo de todos hemos conformado un centro prestigioso y digno de la educación cubana. Damos lo mejor de nosotros para formar a los mejores profesores.”
El trabajo y esfuerzo de esta docente ha sido reconocido en diferentes esferas laborales. Su libro Rubén: Antología del pensamiento político, con el cual comenzó sus vínculos con Raúl Roa, fue reconocido en el concurso del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR) y obtuvo primera mención.
“Mi amistad con Roa tiene mucho que ver con el libro. Es que como yo sabía que a él también le interesaba abordar este tipo de temas, en especial la personalidad de Rubén, me aventuré a pedirle que me hiciera el prólogo del libro.
“Muy cordialmente dijo que en ese momento se encontraba inmerso en el trabajo y no podía comprometerse. Pensé que todo quedaría ahí, y cuando ya el libro iba a ser publicado, llamó a la casa para decir que aunque ya no pudiera hacer el prólogo del libro, le gustaría conversar conmigo.
“Aquellas palabras eran un honor y esa misma tarde se lo llevé. Me aconsejó sobre temas tratados en el texto y, de ahí en adelante, nunca dejó de invitarme a todas las actividades realizadas en honor a Villena.”
Luego de la rehabilitación que lleva la operación de catarata, Josefina Meza ha decidido redoblar sus esfuerzos en los proyectos que dejó pendientes.
“Aunque aún estoy de reposo, quiero aprovechar al máximo el tiempo de descanso y continuar con una investigación que realizo en pos de una segunda edición del libro Rubén, Antología del pensamiento político, para ampliar el conocimiento sobre algunos rasgos poco conocidos de su vida y obra poética. Con el proyecto estoy bastante entusiasmada porque cuento con la opinión favorable de Roberto Fernández Retamar, a quien admiro y respeto mucho.
“Me gustaría, además, realizar un libro sobre la vida del escritor cubano Ramón Meza, que, aunque, sus libros son bastante leídos, su persona no es muy conocida. Él era mi abuelo y si no había hecho este trabajo antes, era por esta misma razón, por eso, creo que es de mucho rigor para mí.”
-¿Jubilarse?
Siempre daré clases, ayudaré a los alumnos y realizaré trabajos hasta que mi mente no pueda soportar tanta carga.
Esta es la vida de una valiosa maestra. Ejemplos como ella llenan de orgullo a las generaciones de educadores y estudiantes. Ella forma parte del ideal que pide y necesita nuestra patria. Su energía y entrega a la profesión demuestran que contamos con pilares de la enseñanza y que existen mujeres que, como Josefina, han dado y darán todo por nuestra revolución educacional.
Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.
Ficha Técnica:
Objetivo central: Ahondar en la vida profesional de Josefina Meza, profesora del Instituto Pedagógico Enrique José Varona, en especial su desempeño como jefa de la Cátedra Varona. La significación del instituto en su vida y opinión del mismo con motivo del aniversario 45.
Objetivos Colaterales: Indagar en su labor como escritora, su experiencia en otros países del continente, sus inicios en la educación y su opinión sobre la jubilación.
Tipo de entrevista:
Por sus participantes: Individual.
Por su forma: Mixta.
Por su contenido: De personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Vía directa.
Tipo de título: De cita textual.
Tipo de entrada: De presentación.
Tipo de cuerpo: Mixto.
Tipo de preguntas: 1-abierta; 2-abierta; 3-directa; 4-abierta, de opinión; 5-cerrada, de opinión.
Tipo de conclusión: Opinión del entrevistador.
Fuentes consultadas:
Currículo de la entrevistada. Documental.
Libro Rubén, Antología del pensamiento político. Documental.
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