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Isla al Sur

UN VALIENTE

UN VALIENTE

Experiencia de Leslie Baró Urgelles, uno de los protagonistas de la Tercera Revolución Educacional cubana.

YUSLAIME PUIG RODRÍGUEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

A los 17 años se es aún muy joven y cuesta trabajo definir lo que se quiere para el futuro. Sin embargo, Leslie Baró Urgelles fue uno de los jóvenes que al llamado del Comandante decidió ser maestro, aunque nunca había pensado en esa carrera como una de sus opciones. Hoy, reconoce con mucho orgullo que a pesar de su inexperiencia tomó la decisión correcta, y está feliz por ser uno de  los 100 Valientes.

-Al iniciarse el proyecto quizás era un poco

incierto, pues requería revolucionar el

sistema educativo establecido durante

muchos años. Hoy, al cabo de seis

años, ¿podrías decir si ha cumplido

con tus expectativas?

Al principio nunca se dijo que daríamos todas las asignaturas,  que fuéramos integrales. El programa estaba concebido inicialmente para formarnos como profesores de humanidades y otros de ciencias. La transformación nos la informó el Comandante en una reunión que sostuvimos con motivo de la primera  graduación de Profesores Emergentes, de Melena l.

Fidel dio la posibilidad a todo  aquel que no estuviera de acuerdo con las variaciones, de optar por la carrera universitaria que deseara. Todos aceptamos y yo, particularmente, me  siento muy feliz, porque realmente se han cumplido mis expectativas. En este  tiempo que llevo como maestro he logrado que funcione la relación maestro-alumno, he constituido una familia y me he ganado la confianza de mis estudiantes.

-Los 100 Valientes constituyeron el inicio

de la Tercera Revolución Educacional que

se aplicaría progresivamente en la

enseñanza secundaria. ¿Cómo 

crees que fueron asimilados

esos cambios por la sociedad?

Cuando se inició el programa no fue acogido del todo. La validación del experimento en la Yuri Gagarin chocó a los profesores de más  experiencia. Esto constituía un cambio radical, pues debían convertirse en integrales al  igual que nosotros, después de haber ejercido su profesión durante largos años.

Por supuesto, no se aplicó simultáneamente, sino que se comenzó por algunos municipios como los de Marianao, La Lisa y el Vedado. Aquí aparecieron otros opositores: los padres. Recuerdo que en la primera reunión con ellos, se levantó una mamá y comenzó a decirme que ella no estaba de acuerdo con que unos jóvenes educaran a su hijo; primero, porque no teníamos experiencia y,   segundo, porque en tan poco tiempo era imposible que estuviéramos bien preparados para  llevar a cabo esa tarea tan complicada.

En ese momento me sentí muy mal, pero para suerte mía, se levantó otro padre y rebatió con mucha energía todo lo que se  había dicho, y a él se le unieron otros que me dieron aliento y confianza para  seguir adelante.

-¿Cuáles son tus satisfacciones después

de seis años al frente de un aula?
    

Mi mayor satisfacción en este tiempo es el hecho de que los padres tengan plena confianza en mí y haber logrado ganarme el respeto de aquellos que en los inicios dudaron de mi preparación. Y otra de las cosas que me enorgullecen es encontrarme con mis primeros alumnos y ver que actualmente cursan estudios universitarios e, incluso, se encuentran dando clases en mi misma escuela. Esto para mí es muy gratificante, ya que me doy cuenta que he formado personas de bien y que me recuerdan con mucho cariño.

-¿Cuáles tus insatisfacciones?

Mi insatisfacción más significativa es que considero que el sistema educativo es demasiado benevolente con los alumnos y lejos de ayudarlos, les está haciendo un gran daño. Con esa actitud lo que conseguimos es que no le dediquen el tiempo necesario al estudio.

-Estar en contacto con los adolescentes

constituye un gran reto. ¿Podrías

referir alguna experiencia?

Bueno. Recuerdo una bastante desagradable. En una ocasión, un alumno con serios problemas familiares estaba durmiendo mientras yo daba clases. Me acerqué a él y traté de despertarlo varias veces, hasta moví la mesa. Esto lo molestó a tal punto que se despertó muy alterado, llegando a agredirme físicamente. Su reacción me sorprendió mucho, nunca me había ocurrido, enseguida traté de controlarlo y lo llevé hacia la dirección. Se tomaron las medidas, citamos a sus padres, resolviendo el problema. Hoy mantengo las mejores relaciones con él, lo ayudo en todo lo que puedo y me he convertido en su consejero.

-De no haber formado parte de ese programa,

¿qué te hubiera gustado estudiar?

Sinceramente, me hubiera gustado estudiar rehabilitación o ser entrenador de algún deporte, ya que siento una gran pasión por ellos.

-En el momento de tu elección, estaban

creados otros programas educacionales

que brindaban la oportunidad de

desempeñarse en una tarea determinada,

a la vez que estudiar la carrera de humanidades

que desearas. ¿Esa posibilidad nunca

hizo que dudaras en la elección?

Te confieso que al principio me encontré ante la disyuntiva de  convertirme en trabajador social o Profesor General Integral (PGI), era muy joven y no sabía con certeza lo que quería. Después de muchas dudas comprendí la necesidad que existía en el país de maestros, así que no lo pensé más y di el paso al frente.

Al terminar el curso de los tres meses, nos dieron la posibilidad de estudiar  licenciatura en Inglés, además de ser PGI. Para esa fecha me sentía tan comprometido con la tarea y con el Comandante, que continué adelante con mi decisión. Solo cuatro de nosotros tomaron esa opción.

-Todo proceso está sujeto a cambios por la

dinámica misma de su  evolución y el programa,

al ser tan joven, no escapa de tal situación.

¿Cuáles son los factores que, en tu opinión,

podrían ayudar a perfeccionarlo?

Hay varios factores. El más importante desde mi punto de vista es el cumplimiento de lo establecido en el programa educacional dirigido a las secundarias básicas. En la medida que esto se logre obtendremos mejores resultados.

Otro factor que me parece está afectando grandemente a los  alumnos, es el experimento que se  aplica en algunas escuelas en relación con la unificación de las Ciencias Naturales, entre las que se encuentran Física, Química, Biología y Geografía. El objetivo de la experimentación es lograr la interdisciplinariedad y no se ha conseguido, lo cual sitúa a los alumnos sometidos a la variante en desventaja con el resto, y aún así deben someterse a concursos de las asignaturas por separado.

-Nuestro sistema educacional se halla en permanente

perfeccionamiento. ¿Qué opinas al respecto?

Pienso que es cierto. A partir de mis referencias acerca  de otros sistemas, en Cuba anualmente se invierte dinero en los materiales necesarios de  cada estudiante y esto  no todos los países lo hacen. Ahora, no quiere decir que sea perfecto, existen problemas que se pudieran resolver en gran medida si todos cumpliéramos con lo establecido. En nuestro caso, tenemos al niño a tiempo completo, y eso nos permite conocer sus individualidades e interrelacionar las materias logrando así dar solución a una asignatura a través de otra. Por lo que en buena medida el mejor funcionamiento de la educación en Cuba depende de los profesores, sin obviar otros problemas que debe solucionar el Estado.

-¿Qué planes tienes?

Bueno. Ahora estudio, para el año próximo alcanzar la categoría de Master y, por supuesto, seguir superándome. Ser maestro requiere de un gran sacrificio, pero sobre todo, de una buena preparación, ya que tenemos la labor de formar a las futuras generaciones.

-¿No crees que para ser tan jóvenes se

les ha dado demasiada responsabilidad?

No lo creo. Nosotros fuimos los iniciadores del programa, por tanto, nadie sabe más que nosotros sobre él. Te puedo asegurar que ni los mismos tutores lo dominan a la perfección. Lo mismo ocurre con los metodólogos municipales, aunque se tuvieron que convertir en PGI nunca han estado al frente de un aula, lo que les impide  conocer ciertas cuestiones. Esto ha llevado a tomar la decisión hace alrededor de dos años de que algunos de nosotros desempeñemos  esa función, pues tenemos la experiencia de las aulas y la preparación necesaria para asumir la responsabilidad.

Ficha técnica:

Objetivo central: Conocer el significado que ha tenido para este joven ser protagonista de la Tercera Revolución Educacional.

Objetivos colaterales: Conocer sus experiencias como PGI. Indagar acerca de si el programa ha cumplido con sus expectativas. Conocer sus opiniones acerca de la aceptación del programa.

Tipo de entrevista:
Por su forma: Clásica.
Por su contenido: De opinión.
Por su canal: Vía directa.

Tipo de título: Genérico.
Tipo de entrada: De presentación.
Tipo de cuerpo: Clásico, de preguntas y respuestas.
Tipo de cierre: De opinión del entrevistado.

Fuentes consultadas: Documentales y no documentales.

Baró Urgelles, Leslie.

Calzadilla, Iraida: Un mes cumplieron los Valientes. En recopilación de textos periodísticos acerca de los 100 Valientes. Centro de Información del Periódico Granma.

Taset, Mariagny: Cita con Valientes. En recopilación de textos periodísticos acerca de los 100 Valientes. Centro de Información del Periódico Granma.


 

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