¿ENERO Y FEBRERO SIN SONIDOS?
Las baterías para los dispositivos otoamplífenos de los pacientes mayores de 16 años faltaron del Centro Auditivo de La Habana durante los dos primeros meses del año.
Texto y fotos:
DARIANNA REINOSO RODRÍGUEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Los meses de enero y febrero transcurrieron en silencio para los capitalinos mayores de 16 años con deficiencias auditivas al detenerse la venta de las baterías de sus dispositivos otoamplífenos en el Centro Auditivo de La Habana, según declaró Irasema Fornaris Fernández, subdirectora administrativa del establecimiento.
Eduardo Mora, quien usa prótesis auditiva en ambos oídos luego de afectársele la audición en un accidente automovilístico hace tres décadas, refiere que desde diciembre careció de las baterías 675 que hacen funcionar los dispositivos que le facilitan comunicarse y desempeñar su vida laboral.
Natacha González cuenta que su bisabuela, Esperanza López, de 100 años, volverá a compartir con la familia, pues ya pudo comprar las baterías 13-A para su prótesis auditiva. “Cuando no funciona el equipo, ella no quiere hablar con nadie y se molesta con frecuencia”, comenta la joven.
El doctor Fidel Escobar Padrón, especialista de primer grado en Otorrinolaringología, subraya que se le asigna la prótesis a los pacientes con problemas auditivos que no tienen solución clínica ni quirúrgica. El dispositivo posibilita una ampliación de las ondas sonoras que son conducidas a través del canal auditivo externo hacia la membrana timpánica, o mediante vibraciones que, trasladadas por la estructura ósea, llegan al oído interno –según el tipo de aparato-, lo que favorece su percepción.
El otocirujano puntualiza que el paciente, acostumbrado a ese tipo de estímulo, hace de la prótesis una necesidad similar a la del uso de los espejuelos. Sin ella, su capacidad de audición disminuye o se anula.
“La hipoacusia y la presbiacusia (pérdida natural de la audición) son enfermedades auditivas que propician que la persona se aísle, se vuelva introvertida, retraída”, señala María Teresa García, doctora en Ciencias Psicológicas.
La también Presidenta de la Cátedra de Estudios sobre discapacidad, de la Universidad de La Habana, considera que este tipo de tecnología posibilita la integración a la sociedad de las personas aquejadas y le confieren autonomía. Apunta que su desuso influye en los desarreglos de la personalidad que los caracterizan.
Según Fornaris Fernández, el Centro Auditivo, que abastece a unos 12 mil capitalinos con deficiencias auditivas, no tenía baterías en existencia del tipo 13-A, 675 y AA porque no habían entrado al país.
El Centro Auditivo es uno de los clientes de la Empresa Provincial de Servicios Ópticos y Auditivos. El director de esa entidad, doctor Ricardo Colomé Rodríguez, explica los motivos de la tardanza: “Son cuestiones del proveedor extranjero, tengo entendido que los contratos se retrasaron en llegar. Nuestro centro se mantiene en contacto con la Empresa de Suministros Médicos (ENSUME), la abastecedora a nivel provincial y nacional. Nos dijeron que no habían arribado a territorio cubano, había que esperar”.
Colomé Rodríguez enfatiza que la función de su empresa es planificar las demandas anuales y garantizar la transportación directa desde ENSUME provincial hacia el Centro Auditivo y para ello recibe el apoyo de la Dirección Provincial de Salud si fuese necesario.
El directivo explica, además, que en los nueve meses que lleva desempeñando el cargo, este proceso, posterior a la recepción de la factura y de la contabilización, no ha presentado dificultades.
Ernesto Córdova Oro, vicedirector comercial de ENSUME nacional, afirma que hubo un retraso de once meses en la importación de las baterías, debido a problemas de planificación. Para el mes de junio de cada año, el departamento de asistencia médica del Ministerio de Salud Pública debe presentar la demanda de los productos que requieren para el próximo.
Luego del análisis de la capacidad financiera y del balance de materiales, en julio se le entrega a MEDICUBA S.A, la empresa importadora, ese informe para que realice las compras en el extranjero.
“Pero en junio de 2010, el programa nacional de auditivo no contenía las baterías entre sus demandas porque planteaba que tenían en existencia. Su petición, tardía, no se hizo hasta febrero de 2011, por tanto MEDICUBA S.A. recibió la solicitud un mes después. El lote comprado entonces, llegó a los almacenes de ENSUME el 29 de enero y es el que se vende ahora en el Centro Auditivo”, explica Córdova Oro.
Así, la venta de las baterías 13-A y 675 para todos los pacientes, desde el día 27 de febrero, ascendió a 1 572 y 900 unidades respectivamente, y de las AA, llegadas al establecimiento desde el día 20, a 546, según estadísticas de cierre del mes.
Córdova Oro apuntó que en diciembre de 2011, cuando aún no habían llegado a Cuba las baterías, se le entregaron al Centro Auditivo unas 30 000 del tipo 675, a partir de una redistribución nacional, “con las que debía tener cobertura hasta el mes de marzo”. Este proceso se pudo hacer porque los pacientes de otras provincias adquieren las baterías en la capital cuando vienen a sus consultas de audiología y, por tanto, se venden menos en esos lugares.
Fornaris Fernández declara que en los últimos días de diciembre, la 13-A y la 675 se habían agotado y que las AA ya no estaban a la venta en septiembre.
Sin embargo, Córdova Oro manifiesta que su almacén tiene baterías AA desde diciembre: “Los establecimientos provinciales deben solicitarnos los pedidos cada tres meses, pero no lo hicieron”.
Eduardo Mora, quien dirigió la Asociación Nacional de Sordos e Hipoacúsicos (ANSOC) durante la década de los 90, recuerda que en la etapa conocida como Período Especial, la situación con las baterías fue difícil, pero se comprendía: “Cuando los esfuerzos del país permitían la entrada de algunas cantidades, se priorizaba la distribución a los niños en los círculos infantiles y las escuelas”.
Hasta 2011 se le entregaba a cada paciente un blister (seis baterías) por equipo, pero a partir de este año la norma de venta es de cuatro blisters cada seis meses.
Pedro Andino Valdés, jubilado de 80 años, cubrirá los gastos energéticos de su aparato, graduado en el nivel tres, al consumir una de ellas por semana.
En cambio, Eduardo Mora, trabajador de 69 años, no tendrá funcionando su prótesis durante el venidero semestre, pues esta, en la posición cuatro, consume una pila entre cuatro y cinco días.
Rafael Pérez Bermúdez, técnico en electromedicina, explica que “el gasto energético de las baterías no es el mismo en todos los pacientes. En ello influye el tipo de equipo. Por ejemplo, los de tecnología digital programable son más eficientes y consumen menos que los no programables.
“Otro factor es el volumen en que se utilice, en correspondencia con la pérdida auditiva. También son determinantes la cantidad de horas en uso y el medio donde se encuentre: si es ruidoso, el consumo será mayor porque procesar ese tipo de sonido para amplificarlo requiere más energía.
“Además, problemas técnicos del dispositivo, originados por el uso de baterías gastadas y su descomposición dentro del equipo, el sudor y la humedad, propician un mayor gasto energético”, destacó Pérez Bermúdez.
La doctora Elisa Leyva Montero, especialista de segundo grado en Otorrinolaringología, que brinda consultas de audiología en el Centro Auditivo a niños candidatos a implantes cocleares, comenta que “no es la primera vez ni el tiempo máximo” en que se han ausentado las baterías y considera que “nunca se compran las cantidades necesarias”.
“ENSUME comercializa miles de productos diferentes y nuestro cliente es el sistema nacional de Salud. Como empresario no me corresponde la medición de patrones de consumo, ni asesorar la planificación de demandas,” dice Córdova Oro.
Hay que normar el consumo y eso requiere primero de un estudio diferenciador e integral que le corresponde al Centro Auditivo, añadió.
Pie de foto: En el Centro Auditivo de La Habana, las baterías para las prótesis auditivas se “ausentaron” durante los dos primeros meses del año.
Ficha técnica:
Tema: Ausencia de las baterías de las prótesis auditivas.
Objetivo principal: Explicar las causas del desabastecimiento de las baterías 13-A, 675 y AA para los equipos otoamplífenos de las personas con deficiencias auditivas.
Objetivos colaterales: Evidenciar la importancia del funcionamiento de los equipos otoamplífenos para las personas con deficiencias auditivas. Referir el proceso de comercialización y distribución de las baterías. Demostrar la necesidad de desarrollar un estudio de consumo para satisfacer las verdaderas demandas de cada paciente.
Hecho: Desabastecimiento de las baterías 13-A, 675 y AA para los equipos otoamplífenos de los pacientes del Centro Auditivo de La Habana, mayores de 16 años, durante los meses de enero y febrero de 2012.
Antecedentes: Las características de la distribución de las baterías durante el Período Especial y la frecuencia de su desabastecimiento. La norma de venta anterior a la actual que era de un blíster (seis baterías) por equipo a cada paciente.
Contexto: Integración a la sociedad de las personas con deficiencias auditivas. Los procesos de comercialización y distribución de las baterías. Retraso de once meses en la importación de las baterías debido a la entrega tardía de la demanda de estas. Nueva norma de venta de las baterías a partir del 2012.
Estrategia de fuentes:
No documentales:
Protagonistas: Eduardo Mora, paciente de 69 años que trabaja; Pedro Andino Valdés, paciente jubilado de 80 años.
Testigos: Natacha González, bisnieta de Esperanza López, paciente de 100 años de edad.
Especializadas: Doctor Fidel Escobar Padrón, especialista de primer grado en Otorrinolaringología del Hospital Clínico-Quirúrgico Calixto García; Doctora Elisa Leyva Montero, especialista de segundo grado en Otorrinolaringología del Hospital Clínico-Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, que brinda consultas de audiología en el Centro Auditivo a niños candidatos a implantes cocleares; María Teresa García, doctora en Ciencias Psicológicas y presidenta de la Cátedra de Estudios sobre discapacidad de la Universidad de La Habana; Rafael Pérez Bermúdez, técnico en electromedicina del Centro Auditivo de La Habana; Irasema Fornaris Fernández, subdirectora administrativa del Centro Auditivo de La Habana; Doctor Ricardo Colomé Rodríguez, director de la Empresa Provincial de Servicios Ópticos y Auditivos; Ernesto Córdova Oro, vicedirector comercial de la Empresa Nacional de Suministros Médicos (ENSUME).
Tipos de juicios:
Analíticos: Dados por: Eduardo Mora y Pedro Andino Valdés cuando se refieren al consumo de cada batería; Ernesto Córdova Oro al reflexionar sobre el papel que corresponde a la parte estatal y a la comercial; Elisa Leyva Montero cuando comenta que no es la primera vez ni el tiempo máximo en que se han ausentado las baterías y considera que nunca se compran las cantidades necesarias.
De valor: Ofrecidos por: Eduardo Mora al expresar el tiempo en que careció de las baterías; Natacha González y María Teresa García cuando manifiestan la necesidad y repercusión en la vida de las personas con deficiencias auditivas, de las prótesis. Natacha como familiar de una paciente y María Teresa como una especialista en el tema; Fidel Escobar Padrón, quien explica la función de las prótesis auditivas en las personas que las usan; Rafael Pérez Bermúdez sobre los factores que determinan un consumo diferente de las baterías en cada paciente.
Disyuntivos: Los de Ernesto Córdova Oro al considerar que la cantidad última de las baterías 675 entregadas al Centro Auditivo debía dar cobertura hasta marzo, e Irasema Fornaris Fernández plantea que en diciembre ya se le habían agotado. Los de Eduardo Mora y Pedro Andino Valdés sobre sus necesidades de baterías que evidencian que la nueva norma de venta no está en correspondencia con las demandas de cada paciente.
Tipo de título: Llamativo.
Tipo de lead: De cita indirecta.
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