DE LA MÚSICA Y OTROS DEMONIOS
Texto y foto:
OSMERYS RAMOS MÉNDEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Para muchos, era la oportunidad de mostrar al país el talento; para otros, la ocasión idónea de recibir galardones. El Concurso Adolfo Guzmán se despidió del público cubano en el 2006, pero Ariel Ricardo Alfonso, reconocido compositor pinareño, aún no olvida el escenario donde acogió los primeros aplausos y llevó a casa reconocimientos musicales de diversas categorías.
El autor de temas como Ahora te digo gracias, De mí hacia ti, Como una golondrina, Ven y abrázame, ha representado a Cuba en España, Martinica y Checoslovaquia. Muchas de sus canciones aparecen en más de 20 CD de la EGREM, SIBONEY, WARNER MUSIC LATINA, UNIVERSAL MUSIC LATINA, por solo citar algunas disqueras.
Fue miembro, además, del jurado del Guzmán, de las competiciones nacionales de canto Pedro Junco In Memoriam y el evento infantil Planeta Azul. Es miembro de la UNEAC desde 1998 y actualmente, vicepresidente de la Sección Nacional de Autores de dicha entidad.
-¿Qué significó para Ariel Alfonso
el Concurso Adolfo Guzmán?
Sin duda, marcó de forma especial mi vida. Recibí los primeros reconocimientos como compositor de la mano de importantes figuras de la música cubana como Silvio Rodríguez, Martha Valdés, Pablo Milanés. Fue el espacio que premió mi esfuerzo. Para un artista lo más reconfortante es que el público aprecie su trabajo y eso lo conseguí gracias al Concurso Adolfo Guzmán.
-Usted es licenciado en Derecho,
sin embargo, dedica todo el tiempo a la
música, especialmente a la composición,
¿de dónde proviene su inclinación por el arte?
Desde niño siempre estuve rodeado de música. En el octavo cumpleaños recibí como regalo una guitarra y comencé a indagar en todo lo relacionado con las notas, las partituras y los sonidos. En casa, los abuelos tocaban guaguancó encima de la mesa y mamá era maestra de piano. Pero lo que realmente me ligó a la música fue un error médico durante la operación para corregir la malformación congénita de los dedos de una de mis manos. Tenía diez años.
El médico les dijo a mis padres que solo recuperaría la flexibilidad si hacía ejercicios diariamente o tocaba un instrumento musical; por supuesto, elegí la segunda opción y aprendí a tocar el piano. Con él descubrí muchas cosas; en sus melodías encontré lo que quería ser y hacer. A partir de los catorce años comencé a componer.
-¿Dónde queda entonces el piano?
Ese fue el escalón mediante el cual descubrí cuál era mi objetivo en la vida y gracias a él recuperé la movilidad de la mano izquierda. Nunca tomé en serio el hecho de convertirme en pianista profesional porque mi pasión era la composición musical, pero sí acompañé a varios artistas y concerté temas que fueron interpretados por Annia Linares, Mirtha Medina, Miguel Chávez, María Elena Lazo, Farah María, Elena Burke, entre otros.
-¿Por qué convertirse en abogado
cuando lo apasiona la música?
Nací en Pinar del Río en el año 1950. Mis padres eran campesinos y apenas sabían leer y escribir, pero a toda costa querían que fuera abogado. Según ellos, era una carrera muy prestigiosa y, además, aseguraría mi futuro económica y socialmente. En 1977 obtuve el título en Leyes, pero como la abogacía nunca me gustó mucho, ejercí durante poco tiempo.
-Además de componer,
¿qué le gustaría hacer?
Desearía ser productor musical. Amo el proceso de grabación, lo relacionado con intérpretes, arreglos, orquestación, en fin, ese mundo en su totalidad es fascinante. Espero que algún día pueda formar parte de un proyecto de ese tipo.
-Como compositor y amante del arte, ¿cree
usted que la música de hoy se ha degradado
con respecto a la de su tiempo?
No tanto la música como algunas personas que la hacen y difunden. Muchos, sin previo conocimiento, escriben canciones y le agregan un ritmo contagioso para que capte la atención de la mayoría de los espectadores. Casi siempre el resultado es una letra caótica, pero el público baila con ella y apoya a su intérprete o autor. Luego el tema adquiere carácter popular y comienza una lista interminable de creaciones que carecen de sentido y vocabulario en su composición; incluso, llegan a ser ofensivas. El problema continúa, porque la mayoría de la gente ya no escucha la música, solo busca en ella diversión, un tema solo para bailar en una fiesta.
Cuba no está ajena a tal situación, sin embargo, aún existen en la Isla músicos excelentes, hacedores de obras atractivas y talentosas. Todavía existen profesionales comprometidos con su pueblo a mantener en alto la cultura del país y a elevar cada día la calidad del trabajo que realizan.
-¿Cómo define usted a la música?
Sin temor a usar una frase muy manoseada, afirmo que es mi vida. Gracias a ella enfrenté situaciones muy difíciles y lo hago todavía. La música está en todas partes, es capaz de transformar medios, realidades, personas. La magia que produce la llevaré conmigo siempre.
Pie de foto: Ariel Alfonso afirma que la música es parte inseparable de su vida.
FICHA TÉCNICA:
Objetivo central: Conocer diferentes aspectos acerca de la vida del compositor y músico Ariel Alfonso.
Objetivos colaterales: Indagar en ciertos temas vinculados con su persona y la profesión que desempeña. Develar criterios del artista sobre determinados asuntos.
Tipo de entrevista:
Por los participantes: Individual.
Por su forma: Clásica.
Por su contenido: De personalidad.
Por el canal que se obtuvo: Comunicación cara a cara.
Tipo de título: Llamativo.
Tipo de entrada: Biográfica.
Tipo de cuerpo: Clásico.
Tipo de preguntas: 1-Informativa; 2- Informativa; 3-Informativa; 4-Informativa; 5-Informativa; 6-Opinión; 7-Opinión.
Tipo de conclusión: De opinión o comentario del entrevistado.
Tipo de fuentes: No documentales.
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