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Isla al Sur

ENTRE ESCOMBROS Y LÁGRIMAS

ENTRE ESCOMBROS Y LÁGRIMAS

El 17 de mayo de 1890, en el almacén de la Ferretería Isasi, hoy Museo del Bombero, acaeció por negligencias de su propietario, el incendio de mayor significación de la historia colonial habanera.

BEATRIZ LOBAINA VALDÉS,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Foto: Cortesía de EDITH AGUADO.

El incendio más mortífero y trascendental de la época colonial habanera ocurrió en la noche del 17 de mayo de 1890 en la Ferretería Isasi, a causa de grandes cantidades de dinamita que el propietario vendía de contrabando y cuya existencia no declaró.

Según la revista Opus Habana Online, del 13 de agosto de 2012, “nunca se había conocido tanto despliegue de fuerzas combinadas de bomberos, agentes de orden público, marinos y soldados. Tampoco los curiosos habían sentido tal sensación de estupor al contemplar las rocosas volutas de humo negro”.

Gritos de ¡fuego!, sirenas, silbatos de celadores, cornetas tocando un pitazo largo y dos breves, personas corriendo, era el ambiente desesperado de aquel momento, dijo Edith Aguado Figueiras, especialista principal de la institución.

La alarma se dio por vía telefónica entre las 10:30 y 10:45 pm y al instante los bomberos del Comercio No.1 y el Cuerpo Municipal ya se encontraban en el lugar en plena faena de extinción.

Las calles estaban cubiertas de escombros y para evitar herir algún sobreviviente, no se emplearon herramientas en las labores de escombreo, todo fue a manos limpias.

Isasi fue interrogado por los oficiales acerca del contenido de su almacén y afirmó que no había peligro en el establecimiento.  Investigaciones posteriores de peritos franceses demostraron la existencia de material químico inflamable, como causa fundamental de la explosión, informó Aguado Figueiras.

El siniestro cegó la vida de 38 inocentes y sus cadáveres estuvieron expuestos en la Sala Principal del Ayuntamiento de La Habana, actual Palacio de los Capitanes Generales.

Posteriormente Isasi fue condenado a prisión y con solo una fianza de 25 mil pesos oro salió en libertad, dejó a su empresa en crisis y a toda una ciudad acusándolo de asesino.

A tenor del suceso, salieron a flote los problemas económicos y penales de la sociedad, así como la las vías individuales para sobrevivir  a la crisis existente en aquella época y los trabajos de comercio minorista, señaló Isabel Reyes, veladora del establecimiento

Opus Habana precisó que el 19 de mayo de 1890, en horas vespertinas, fue el sepelio frente a una inmensa muchedumbre en una sección momentánea del Cementerio de Colón. Siete años después se terminó el monumento de 16 metros de altura, el más elevado del camposanto, donde descansan hasta el presente los restos de las víctimas.

Este 2013 el museo arriba a su quinto aniversario de reapertura,  por tal motivo, se expondrán de forma permanente, en una sala de la Armería 9 de abril, varias fotografías donde se recrea el trágico hecho

En honor a estos valerosos hombres cada 17 de mayo se desarrolla una peregrinación desde las calles Mercaderes y Lamparilla hasta el panteón  donde reposan sus cuerpos.

Pie de foto: El 17 de Mayo de 1890 ocurrió uno de los mayores incendios de la historia de Cuba.

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