LA PRIMERA MÉDICA DE CUBA
Laura Carvajal, iniciadora de la especialidad de Oftalmología en la Isla, combatió por su profesión y contra los prejuicios sociales.
ROBERTO MÁRQUEZ LÓPEZ DE VIVIGO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
Laura Martínez de Carvajal y del Camino fue la primera médica graduada de Cuba, en una sociedad predominantemente machista, contrario a lo que ocurre hoy cuando la Revolución forma miles de doctoras con los mismos derechos que los hombres.
«Carvajal cumplió su sueño de salvar vidas a pesar de las trabas impuestas por los ciudadanos, entre estos los propios galenos y pacientes. Es ejemplo de coraje y paradigma de la lucha femenina por los derechos laborales», afirmó Mahely Olivera, profesora auxiliar de la Facultad de Estomatología Raúl González Sánchez, de La Habana.
La estudiosa de la obra de la primera médica cubana, añadió que los prejuicios sociales del siglo XIX no le permitieron a la Carvajal practicar en clase la disección de cadáveres, actividad fundamental para conocer la anatomía humana, porque todos sus compañeros eran hombres. Ella lo hacía sola, los sábados y domingos.
El 15 de julio de 1889 Carvajal se graduó e inmediatamente después comenzó los estudios en Oftalmología. Su esposo, el oculista Enrique López Veitía, iniciador de los Congresos Médicos en Cuba, fue su apoyo fundamental para la culminación de la especialidad. Colaboró en numerosas publicaciones como Notas Fisiológicas y los tres tomos de Oftalmología Clínica.
«Nació el 27 de agosto de 1869, y desde pequeña todos percibieron que Laura era un genio. A los cuatro años sabía leer, y a los 13 matriculó en la Universidad de La Habana en Ciencias Físico-Matemáticas, y Medicina. En las dos carreras alcanzó notas de sobresaliente en la mayoría de las asignaturas», aseveró el Doctor Félix A. Companioni, profesor titular de la Facultad de Estomatología de La Habana.
El también investigador de la vida de la Carvajal, agregó que no solo era admirada por su inteligencia, sino también por su buena educación, porque sus padres, ricos españoles asentados en Cuba, le propiciaron una formación marcada por las costumbres de las clases altas de la época.
Laura Martínez de Carvajal fue miembro del Bando de Piedad, organización benéfica que recogía niños abandonados, en el Cotorro. En ese municipio, específicamente en la finca El Retiro, fundó una escuela gratuita para pobres. Allí, sin dejar de trabajar, murió de tuberculosis el 24 de enero de 1941, sin internarse en un sanatorio.
«Hoy, 72 años después de su fallecimiento, gracias a la obra de la Revolución, miles de médicas se forman en universidades del país y ofrecen su noble ayuda en naciones más necesitadas, como digno homenaje a Laura Martínez de Carvajal, símbolo de la lucha femenina y la medicina cubanas», dijo Mahely Olivera.
Foto: Laura Carvajal, primera médica de Cuba.
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