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Isla al Sur

EN CUBA, LÁMPARA QUE BONAPARTE REGALÓ A SU ESPOSA

EN CUBA, LÁMPARA QUE BONAPARTE REGALÓ A SU ESPOSA

El principal coleccionista del Museo Napoleónico, Julio Lobo, trajo para La Habana la lámpara original que perteneció a Josefina, emperatriz de Francia.

JANELLE PUMARIEGA SANTANA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

De bronce dorado y cristal de bacará, con palmetas en la sección superior, candelabros como cornucopias, lágrimas en forma de bayoneta, anillo principal con coronas de hojas de laurel y carros tirados por caballos, se presenta la lámpara que Napoleón Bonaparte regaló a su esposa Josefina.

La pieza, única en su tipo, es una cocuyera de lluvia de un solo piso, mientras que la mayoría de sus similares poseen varios. Fue adquirida en una subasta por Julio Lobo –el Zar del Azúcar–magnate de la industria azucarera cubana del siglo XX y coleccionista principal del Museo Napoleónico, donde se expone desde 1961.

Sadys Sánchez Aguilar, directora de la instalación, declaró que es una de las piezas más importantes con las que cuentan porque además de poseer gran belleza, tiene el alto valor histórico de haber presidido las cenas y reuniones de Napoleón Bonaparte. ‹‹No podemos olvidar tampoco su valor emotivo, puesto que la mandó a hacer especialmente para su esposa, a la cual amó con locura››, agregó.

Los diseñadores de la lámpara fueron los arquitectos Charles Percier y Pierre-François-Léonard Fontaine, artífices de los estilos directorio e imperio. Su ejecución (Francia, siglo XVIII) estuvo a cargo de Philipp Thomire, uno de los más grandes orfebres de la época, conocido como el Cincelador del Emperador, quien unió los elementos de la decoración mediante clavos y, sin embargo, estos apenas pueden verse.

En un principio estuvo ubicada en la residencia de Napoleón y Josefina en la calle francesa Chantereine, hoy calle Victoire. Luego la trasladaron hacia el Palacio de Malmaison, donde  vivió la dama después de separarse del  Emperador. Tras la muerte de Josefina, la heredó su hijo Eugenio de Beauharnais.

Cuando fue llevada para el Museo Napoleónico se colocó en el tercer piso, en el Despacho Imperio. Allí permaneció hasta 2011, año de la reapertura de la institución. Actualmente está situada en el recibidor, donde es más visible y juega mejor con el diseño de luces del nuevo montaje.

Fue reparada recientemente por el equipo del Taller de Lámparas de Estilo del Centro Histórico de La Habana. Alejandro Santos Valdés, jefe del establecimiento, explicó que la desarmaron, pasaron las partes de bronce por ácido cítrico para limpiarlas y luego por el cepillo de agua para quitarles la sustancia.

Después, fue untado incralá, producto que ayuda a la conservación de los metales. El cristal fue sumergido en detergente neutro. Además, sustituyeron los alfileres viejos por nuevos. La volvieron a armar a partir de una fotografía tomada antes de iniciar el proceso de recuperación. Destacó Santos que todo el trabajo fue manual.

Pie de foto: La lámpara de Josefina, expuesta en el Museo Napoleónico de La Habana.

Ficha técnica:

Tipo de título: Noticioso.
Tipo de lead: Especial de Retrato.
Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide normal o desarrollo cronológico.
Primer valor noticia: Originalidad.
Otros dos valores noticia: Interés colectivo. Proximidad.
Tipo de fuentes declaradas: No documentales, no tradicionales. Documentales.
Tipo de noticia: Ligera.

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