UN CONDE INGLÉS TOMADO POR LA HABANA
Los herederos de la casa Abermale convirtieron dos veces al católico Convento de San Francisco de Asís en un templo de culto anglicano.
ADIEL GUEVARA RODRÍGUEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
El Convento de San Francisco de Asís acogió a la Iglesia Anglicana de Inglaterra en dos períodos distintos. La primera vez, como sitio de ceremonias durante la ocupación de La Habana por los ingleses en 1762, y la segunda, sede de la boda entre el Décimo Conde de Albemarle, Rufus Arnold Alexis Keppel, y la joven suiza Sally Tadoyan, en el año 2001.
Sir George Keppel, Tercer Conde de Albemarle y jefe de la armada que capturó la capital cubana, destinó el templo franciscano para los servicios religiosos de sus tropas. Esto ocurrió de manera forzosa y sin el consentimiento de las autoridades eclesiásticas cubanas, según refiere Edelberto Leiva Lajara, jefe del Departamento de Historia de Cuba de la Facultad de Historia, Filosofía y Sociología de la Universidad de La Habana.
Erigida en la segunda mitad del siglo XVII, la edificación también instaló una logia masónica durante los 11 meses de ocupación hasta el acuerdo del canje por la Florida.
El Portal Digital de la Oficina del Historiador reseña que el Obispo de Cuba, Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, nunca tuvo buenas relaciones con los ingleses y por tal motivo fue apresado y expulsado del país. Posteriormente, al término de la invasión, declaró al convento profanado y que no volvería a ser un lugar para el culto católico.
Durante los siglos XVIII y XIX, esta construcción española pasó a cumplir funciones ajenas a su concepción original como la de aduana del puerto. Entre 1992 y 1995, se llevó a cabo una restauración para el rescate de los elementos originales del inmueble y, a partir de entonces, quedó inaugurada la iglesia y el convento como sedes del Museo de Arte Religioso.
Después de 239 años y siete generaciones, en mayo de 2001, Rufus Arnold Alexis Keppel, descendiente directo del Comandante Keppel, viajó expresamente a "la Llave del Golfo" para contraer nupcias con la escultora Sally Tadoyan.
Jorge Perera, obispo episcopal anglicano de Cuba, ofició la boda en la Basílica Menor de San Francisco de Asís, hoy convertida en sala de conciertos, con la presencia de unos 300 invitados. A la unión asistió David Ridgway, embajador británico en Cuba y Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad, afirmó Emilio Sarandeses Morera, museólogo de la institución.
La boda fue el primer evento social, desde el Triunfo de la Revolución, en el cual se reunía tal número de aristócratas. La elección del destino no fue casual para la familia de Rufus, pues la leyenda de su antepasado hacía de la Mayor de la Antillas una tierra singular.
En la cultura de la Isla también se muestran influencias del linaje Abermale. La popular frase «Llegó la hora de los mameyes» se originó cuando George Keppel ordenó disparar cañonazos hacia La Habana. La expresión aludía al color de las casacas de los soldados ingleses y se emplea desde aquel día para señalar sucesos que no se pueden evadir.
Pie de foto: Después de casarse, Rufus y Sally recorrieron las calles habaneras.
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