EL SECUESTRO DE LA VIRGEN DE REGLA
Esta acción, realizada por jóvenes revolucionarios a finales de la década de los cincuenta, constituye un hecho sin precedentes en la historia de los enfrentamientos contra la tiranía.
LUIS ALBERTO AUTIÉ CANTÓN,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
La Virgen de Regla, patrona del municipio capitalino de igual nombre, fue secuestrada a plena luz del día por miembros de Movimiento 26 de Julio, el 5 de septiembre de 1958. Esta es la única ocasión en que la imagen de la deidad ha sido movida de su altar desde el año 1700.
Cuba entera bullía entonces de fragor revolucionario. Es por eso que en agosto de 1958 la dirección del Movimiento 26 de Julio ordenó realizar acciones que hicieran desaparecer la aparente tranquilidad que quería mostrar la dictadura.
“Desde el momento en que se nos ordenó la misión de secuestrar a la Virgen comenzamos a desarrollar una sistemática vigilancia sobre la iglesia, la situación operativa de sus alrededores, así como los horarios de mayor y menor afluencia de los feligreses”, explicó Alberto Autié Torres, combatiente clandestino reglano y participante en aquel hecho.
Miembros de la Juventud Católica se dedicaron, durante semanas, a aflojar un poco cada día una tuerca que aseguraba a la Virgen a su altar. Para la tarea contaron con el apoyo del Padre Ángel Pérez Varela, párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de Regla, donde se encontraba la imagen.
Orlando Ojeda Batet, quien tomó parte en la acción, rememoró cómo dos miembros del Movimiento, después de estacionar el auto cercano a la iglesia, entraron a ella el día previsto para el sabotaje y retiraron a la Virgen de su altar.
“Los dos combatientes la colocaron en la parte trasera de un camión marca Mercury, y partieron velozmente del lugar. Lo curioso del asunto es que todo el tiempo la Virgen estuvo expuesta a la vista, ya que solo iba cubierta con una sábana”.
Ojeda Batet recordó que, al fallar todos los locales previstos para ocultar a la Virgen, la imagen tuvo que realizar una singular e inesperada procesión que la llevó a atravesar varios municipios capitalinos.
“Esa noche Yemayá, nombre sincrético de la deidad, recorrió Regla, La Víbora, Marianao y Guanabacoa, para ser depositada al fin en unos hornos de cal en las afueras de Cojímar, con un letrero que decía: “Yo soy la Virgen de Regla”. Allí permaneció durante toda una semana antes de ser encontrada por los esbirros batistianos. Fue una perfecta burla a la dictadura”, dijo el combatiente.
La imagen de la Virgen de Regla viste una túnica de tela azul brillante y blanco, tiene siete collares que rematan en una cruz de piedras preciosas cada uno y su cabeza está adornada con una corona de oro. En la actualidad, la Reina de los mares, como es conocida también, continúa situada en el Altar Mayor de la Iglesia de Nuestra Señora de Regla, en el mismo lugar del cual fue raptada.
Pie de foto: Foto tomada por el M-26-7 a la Virgen de Regla en los hornos de cal de Cojímar.
Ficha técnica:
Tipo de título: Llamativo.
Tipo de lead: Sumario de Quién.
Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide invertida + Dato adicional.
Tipo de noticia: Ligera.
Primer valor noticia: Novedad.
Otros dos valores noticia: Interés colectivo; Proximidad o cercanía.
Tipo de fuentes declaradas: Directas, no documentales (Alberto Autié Torres; Orlando Ojeda Batet); Documentales: González Xiomara y Rodríguez Roberto: La Casa de Todos. Los muchachos de Regla, Editora Abril UJC. 1986.
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