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Isla al Sur

EL MÁS TRISTE MUSEO

EL MÁS TRISTE MUSEO

El Centro Hebreo Sefaradí de Cuba, muestra en sus salas la historia del holocausto y sus consecuencias para la humanidad.

Texto y foto:
RAYMON DARIEL RODRÍGUEZ GONZÁLEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

“El holocausto fue una tragedia para el pueblo judío que se recordará a través de los tiempos por judíos y no judíos”. Esta frase es la premisa fundamental del Centro Hebreo Sefaradí de Cuba. Su presidenta, la Doctora Mayra Levy Rodríguez, explicó en una rápida entrevista la historia de este centro, único en Cuba y segundo de su tipo en América Latina.

-Doctora, ¿por qué un

museo judío en Cuba?

Vivimos en un mundo en el que en pleno siglo XXI muchas naciones quitan de sus programas de Historia y niegan que haya  ocurrido el holocausto. En Cuba nunca ha existido el antisemitismo. Los judíos llegaron a la isla junto con Cristóbal Colón y desde entonces fueron bienvenidos. La presencia judía en nuestro país formó parte también de ese ajiaco que constituyó al verdadero cubano.  

-¿Cómo surge esta institución?  

La exposición fue donada el 18 de diciembre de 2011 por el Museo de la Tolerancia y la Memoria en el sur de California, The Simon Wiesenthal Center y The Jewish Cuban Connection, instituciones que apoyan a la comunidad judía en nuestro país.

-¿Cuál es su objetivo fundamental?

Esta muestra pretende que las personas conozcan y sobre todo no olviden El Holocausto, intento de aniquilar totalmente a los judíos con métodos como la asfixia por gas, el ahorcamiento, los golpes, el hambre y los trabajos forzados. La exposición enseña los horrores cometidos por el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial.

-¿Cómo han reaccionado los

visitantes ante un museo tan

diferente a los demás? 

El próximo 18 de diciembre (2012) cumplimos un año y la respuesta del público en este tiempo de exposición ha sido positiva. La colección cuenta con dos tipos de visitantes: los extranjeros que vienen a conocer y la sociedad civil cubana, en su gran mayoría estudiantes, que al entrar a las salas de exposición encuentran un pedazo de la historia para muchos desconocida y se logra así el objetivo de la institución.

-¿Cómo interactúan

con la comunidad?

Estamos estableciendo convenios de trabajo conjunto con instituciones educativas para que los estudiantes cubanos cuenten con un espacio más de conocimiento.

-¿Qué falta a la exhibición?

Todavía queda mucho por hacer, nuestro propósito principal ahora es enriquecer las salas, estamos trabajando con instituciones nacionales e internacionales para que no sea solamente una exhibición estática, sino que gradualmente se vayan aumentando el número de objetos expuestos gracias a donaciones de libros, fotos, artículos y todo aquello que aporte al conocimiento del público sobre El Holocausto para que esa catástrofe no vuelva a ocurrir en la historia de la humanidad.

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