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Isla al Sur

PINTAR DE ESPERANZA LAS CALLES

PINTAR DE ESPERANZA LAS CALLES

La Habana, con 13 metros de áreas verdes por habitante, es la provincia con menor índice de boscosidad del país.

Texto y fotos:
RAYMON DARIEL RODRÍGUEZ GONZÁLEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Muchos dicen que antes de morir se debe sembrar un árbol, pero, ¿cuántos realmente lo hacen? En la capital se necesitan más de 28 mil árboles en las calles para satisfacer las exigencias medioambientales de la ciudad.

Centro Habana, La Habana Vieja y 10 de Octubre son los municipios más perjudicados por su estructura de calles estrechas, mientras Plaza de la Revolución y Playa cuentan con un mejor planeamiento urbanístico que incluye las áreas verdes.

La capital, con 13 metros de áreas verdes por habitante, cumple con las normas internacionales que recomiendan tener 12 o más metros cuadrados, pero, aún así, es la provincia del país con menor índice de boscosidad.

Teresita Borges Hernández, especialista de la Agencia de Medio Ambiente (AMA), afirmó que los árboles son imprescindibles para cualquier gran urbe, pues protegen del viento, el sol y el ruido, dan sombra, constituyen el pulmón de la ciudad y el filtro frente a la contaminación.

El proyecto del Cordón de La Habana, durante la década del 60, y el del Plan Turquino-Manatí de los años 80, ambos del pasado siglo, son dos de los antecedentes que muestran la necesidad que ha existido durante años de lograr una ciudad reforestada.

En la capital, excepto arterias principales como Quinta Avenida, Paseo y la Avenida de los Presidentes, la situación del arbolado urbano es crítica, pues en su mayoría son ejemplares muy viejos deformados por los años y mal seleccionados, declaró el biólogo y especialista del AMA, Ernesto Rivera Pérez.

Al plantar los árboles no se prepara el suelo ni se hace una adecuada selección de las especies, lo que trae consigo árboles débiles y enfermos, problemas que podrían ser subsanados con una adecuada planificación, añadió el especialista.

Estudios de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), indican que la capital cuenta con un potencial de más de 145 000 árboles, cifra que representa un 80 por ciento del nivel deseado. De ellos, 11 500 perjudican las viviendas y los sistemas subterráneos y 49 000 se encuentran bajo el tendido eléctrico.

Orlando Rey, director del Departamento de Medio Ambiente del CITMA, afirmó: “Son muchas las amenazas para el arbolado, a algunos les molestan las hojas, a otros les daña los cimientos de las casas o las redes de acueducto. Sin embargo, estos y otros argumentos no dan a nadie el derecho de mutilar ni matar un árbol”.

Carmen Díaz, vecina de la Avenida de los Ocujes, que se nombra así precisamente por la especie de árboles que están sembrados allí, opina que ya es casi imposible caminar por las aceras de esa calle, debido a que los árboles la han destrozado con los años.

Según el estudio “El arbolado urbano en Cuba”, de la revista digital del Jardín Botánico Nacional, una acción clave para mitigar los efectos del calentamiento global y purificar el aire radica en incrementar la cobertura boscosa de las urbes, ya que los árboles tienen el mayor peso ecológico en las ciudades.

Teresa Beltrán, residente del municipio 10 de Octubre, afirma que con las altas temperaturas actuales es muy agotador caminar por las calles, sin al menos un arbusto que brinde un poco de resguardo del picante sol.

Isabel Ruso Milhet, jefa del Servicio Estatal Forestal en La Habana, expresó que entre las causas de la insuficiencia de verde en la provincia está la poca protección, los frecuentes embates de sucesos meteorológicos y, sobre todo, el maltrato a que son sometidas las áreas verdes diariamente por las personas.

La doliente situación de la calle 23 es un ejemplo de la mala conducta de la población con respecto al arbolado urbano. Fernando Baliño, peatón habitual de esa céntrica avenida, opinó: “Los árboles se ven muy bonitos en las calles y avenidas, pero todo lo que hacen es romper aceras, entorpecer el tráfico y ensuciar con sus hojas”.

El índice de supervivencia dista mucho de alcanzar el nivel deseado, ya que no existe una cultura ambiental con respecto al arbolado. En tiempos de ciclones es frecuente la tala inadecuada por las empresas Eléctrica y de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), agregó Ruso Milhet.

Roberto García, trabajador de la Empresa Provincial de Comunales, manifestó que el trabajo de podar es muy duro y que debido al gasto de energía se debe hacer con rapidez, muchas veces sin tener en cuenta los parámetros correctos de poda.

Cálculos recientes de las oficinas de Áreas Verdes revelan que el índice de boscosidad en la capital es de 9,8 por ciento y que existen condiciones para llevarlo al menos a un 12 por ciento en 2015.

Elena Vázquez, una de las activistas del proyecto comunitario Ando Reforestando, aseguró: “Sembrar un árbol es casi como tener un hijo, hay que hacerlo con responsabilidad porque cada ejemplar  es como un diamante verde”.

Pie de fotos: 1-Situación actual de las áreas verdes en la calle 23. 2-Condiciones del arbolado urbano en la Avenida de los Presidentes.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Sentencioso.

Tema: Reforestación de los espacios verdes en la capital.

Objetivo central: La necesidad de los árboles en las calles y avenidas, como freno a la contaminación ambiental en la capital, contra la ignorancia y despreocupación de la población, respecto a este fenómeno. 

Objetivos colaterales: Examinar la situación actual de los árboles urbanos en la capital. Conservación de las áreas verdes en la capital como pulmones de la ciudad. Exponer las causas de la falta de vegetación. Análisis de las formas de manipulación, selección y cuidado de los árboles invasivos dañinos a las redes eléctricas y aceras. Educación ambiental en la capital.

Estrategia de fuentes:

Documentales:

Álvarez de Zayas, Alberto; Saralegui Boza, Hildelisa. El arbolado urbano en Cuba. Revista del Jardín Botánico Nacional (digital), 2010.

Áreas verdes urbanas, requisitos de conservación y mantenimiento. Oficina Nacional de Normalización.

Aruca Alonso, Lohania. La Habana y sus jardines. Periódico Cubarte (digital), 27 agosto, 2012.

León, Haydée. Árboles invasivos y daños que pueden evitarse. Juventud Rebelde (digital), 26 septiembre, 2009.

No documentales:

Teresita Borges Hernández y Ernesto Rivera Pérez, especialistas del AMA (Fuentes implicadas y expertas): dar opinión acerca de la situación actual del arbolado urbano, su utilidad medioambiental y hablar de las causas de un mal manejo.

Orlando Rey, director del Departamento de Medio Ambiente del CITMA (Fuente implicada y experta): declarar acerca de las amenazas que sufren los árboles en la capital.

Carmen Díaz, vecina de la Avenida de los Ocujes (Fuente implicada y testigo): dar opinión acerca de su situación.

Teresa Beltrán, residente en el Vedado (Fuente implicada y testigo): opinar acerca de su situación como implicada

Isabel Ruso Milhet, jefa del Servicio Estatal Forestal en La Habana (Fuente implicada y experta): exponer las causas de la falta de árboles en la capital.

Fernando Baliño, peatón habitual de la calle 23 (Fuente implicada y testigo): dar opinión respecto al tema.

Roberto García, trabajador de la Empresa Provincial de Comunales (Fuente protagonista): opinar acerca de su trabajo como podador.

Elena Vázquez, activista del proyecto comunitario Ando Reforestando (Fuente implicada y testigo): opinar acerca del tema.

Juicios:

De valor: Los dos especialistas del AMA, el director del Departamento de Medio Ambiente del CITMA y la jefa del Servicio Estatal Forestal en La Habana.

Opinión: Los ciudadanos y la activista.

Analíticos: Expuestos por las fuentes a lo largo de toda la nota interpretativa refiriéndose al conflicto.

Disyuntivos: Entre Fernando Baliño y los demás ciudadanos, y entre Fernando Baliño y los especialistas.

Soportes a emplear

Hecho: En la capital se necesitan más de 28 000 árboles en las calles para satisfacer las exigencias medioambientales de la ciudad.

Contexto: Deforestación existente en todo el país. Contaminación ambiental evidente en Cuba y el mundo en sentido general.

Antecedente: El proyecto del Cordón de La Habana, durante la década del 60, y el del Plan Turquino-Manatí de los años 80, son dos de los antecedentes que muestran la necesidad que ha existido durante años de lograr una ciudad reforestada.

Proyecciones: Planes existentes para el 2015 que prevén llevar el índice de boscosidad en la capital hasta un 12 por ciento. 

 

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