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LA NATURALEZA PAGA POR LOS CAPRICHOS HUMANOS

LA NATURALEZA PAGA POR LOS CAPRICHOS HUMANOS

Comercializar moluscos para su empleo en la bisutería está regulado por la Resolución 160. Su aplicación en 2013 avanza más rápido que el año pasado.

Texto y foto:
ROBERTO MÁRQUEZ LÓPEZ DE VIVIGO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Unas 4 660 violaciones a la Resolución 160 --normativa que protege la biodiversidad cubana--  se detectaron en el primer trimestre de 2013, lo que representa casi el 60 por ciento de todo el año anterior.

Principalmente por las extracciones de animales marinos para la confección de bisutería, la Oficina Nacional de Inspección Pesquera y la Dirección Integral de Supervisión y Control, impusieron 7 790 contravenciones en 2012, resultado de la reglamentación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, que preserva las especies en peligro de extinción, y valor económico y ecológico.

“La resolución de 2011 --implementada para eliminar los daños a la biodiversidad y cumplir con acuerdos internacionales-- autoriza o no la explotación y comercialización de plantas o animales en dependencia de su situación. Los moluscos  --la sigua, el quinconte y el  cobo, en la mayoría de los casos--  utilizados para prendas y adornos, son vendidos siempre en una cantidad limitada”, dijo Alejandro López, especialista en Regulación y Control del Centro de Inspección y Control Ambiental (CICA).

Marisol٭, vendedora en la Feria de 23 y M, en el Vedado, afirmó que los pulsos, anillos y collares, elaborados esencialmente con sigua, tienen gran aceptación en el público cubano por su belleza, a pesar de los altos precios, que oscilan entre tres pesos convertibles la pieza y diez el juego completo: “Debo abastecerme cada semana para cumplir con la demanda. Es un buen negocio”.

Para Laura Santander, estudiante de Diseño, la feria es un insulto por el daño ocasionado a la naturaleza con la bisutería confeccionada con animales marinos. “El simple caracolito tiene vida. Al paso que vamos, mis nietos no conocerán determinadas especies, solo las verán en prendas, qué triste”, expresó.

El Doctor en Ciencias Biológicas e investigador titular del Instituto de Oceanología, José Espinosa, planteó que los estudios sobre el estado de los moluscos son insuficientes, y puso como ejemplo que en el caso de la sigua no se conoce ni el ciclo de vida completo. Las investigaciones necesitan recursos, y para el país no es una prioridad.

“Estas especies no se extinguen, pero sí pueden disminuir mucho las poblaciones. Es más fácil establecer una resolución que restrinja la cantidad de animales a comercializar. La reglamentación es positiva.  Antes, la sobrexplotación del coral negro fue tanta que ahora se encuentran diezmados, y su venta está prohibida, excepto por la empresa del mismo nombre”, agregó.

La oftalmóloga Vivian Lima, al comprar un juego de anillo, pulso y collar hecho con cobo, opinó que a pesar de los altos precios los adquirió porque embellecen a las mujeres: “Tengo piezas para combinar con cada muda de ropa. A la naturaleza hay que aprovecharla bien”.

Para Ramón٭, vendedor de la Feria de los Almacenes de San José, en la Habana Vieja, las ventas de bisutería y objetos artesanales de animales marinos son bajas. “Aquí los clientes son extranjeros en su mayoría, ellos tienen mejor conciencia ambiental y antes de ponerse un collar trabajado con quinconte, prefieren uno artificial. He rebajado los precios, y aún así, sigo sin gran demanda”, dijo.

Según el libro Moluscos  terrestres de Cuba, de Jesús Ortea y José Espinosa, las especies son endémicas en más del 95 por ciento, es decir, de cada 100 moluscos terrestres, solo cuatro o cinco no son tal vez de nuestro archipiélago.

A pesar de lo anterior, en el país la explotación continúa legal o ilegalmente y las provincias con más incidencia negativa son Las Tunas, Santiago de Cuba y Artemisa, las dos últimas, por segundo año consecutivo, y sin un trabajo especial del gobierno para revertir esa situación.

Las multas oscilan entre 200 y 250 pesos en moneda nacional para personas naturales  –incluso pueden triplicarse-  e incluye el decomiso. Para Giovanni٭, vendedor en la calle Obispo en la Habana Vieja, estas son irrisorias, “las pago con los ojos cerrados, con un día de venta, incluso, les dejo propina a los inspectores. A pesar de las sanciones, le saco ganancia al negocio”, afirmó.

Germán Luis, taxista particular, planteó que “la naturaleza y sus recursos son prácticamente eternos. No compro ese tipo de bisutería para mí, pero, por ejemplo, mi hijo se vuelve loco por las prendas elaboradas con animales marinos. Es un problema de gustos, a unos les agrada y a otros no”.

En el título Moluscos terrestres de Cuba, se plantea que desde la antigüedad, el hombre ha utilizado esas especies como fuente de alimento, herramientas, instrumentos musicales, prendas, objetos de intercambio comercial, incluso han inspirado a la arquitectura.

“Aún se usan con varios de esos fines. En el futuro, ¿tendremos moluscos para algunas actividades o simplemente para contemplarlos en la naturaleza?”, se cuestionó Belkis Martínez, jefa de actividad de inspecciones del CICA.

٭A petición de las fuentes se cambiaron los nombres.

Pie de foto: La sigua es una de las especies más comercializadas en las ferias.

Ficha técnica:

Tema: La confección de bisutería con el uso de animales marinos.

Objetivo principal: Demostrar cómo esa confección de bisutería perjudica la biodiversidad.

Objetivos colaterales: Dar a conocer la resolución que protege a los animales marinos. Mostrar la magnitud del daño que se hace a la naturaleza con estas acciones. Saber qué hace el gobierno para acabar con el comercio ilegal de las especies y evidenciar cómo se comercializan.

Estrategias de fuentes:

Documentales:                                                                                                                 

Moluscos terrestres de Cuba,  de Jesús Ortea y José Espinosa.

No documentales

Alejandro López, especialista en Regulación y Control del CICA: Para que explique la resolución y exprese el trabajo del gobierno en su aplicación.

José Espinosa, investigador titular del Instituto de Oceanología: Para que exprese el estado de los moluscos y los estudios biológicos que se han hecho. 

Belkis Martínez, jefa de actividad de inspecciones del CICA: Para que exprese el posible futuro de estas especies.

Marisol٭, vendedora de bisutería en la Feria de 23 y M: Cómo se comercializan estas especies, y su demanda y aceptación en el público.

Ramón٭, vendedor  de  la Feria de los Almacenes de San José, en La Habana Vieja: Lo mismo que Marisol, pero desde otra Feria.

Giovanni*, vendedor en la calle Obispo de la Habana Vieja: Para que diga si las multas afectan sus ventas.

Laura Santander, estudiante de Diseño: Para que exprese su opinión contraria a la comercialización de los moluscos.

La oftalmóloga Vivian Lima: Para que diga su opinión de lo positivo que es comercializar a estas especies.  

Germán Luis”, taxista particular: Para que exprese su criterio de cómo le da igual que se comercialicen o no o los moluscos.

Tipos de juicios:

Valor: Los vendedores y los clientes.    

Analítico: El biólogo.

Sintético: La jefa de actividades del CICA. 

Soportes empleados:

Hecho: El gobierno trabaja con buenos resultados para eliminar los daños a la biodiversidad, aunque está pendiente un recrudecimiento de las contravenciones.

Contexto: El mantenimiento de las ilegalidades a pesar de que exista la resolución.  

Antecedente: Las numerosas ilegalidades que dañaban indiscriminadamente la biodiversidad y por las cuáles se estableció la Resolución 160. 

Proyecciones: En el futuro se eliminarán los daños a la biodiversidad porque el gobierno habrá llegado a todas las zonas del país, y posiblemente las medidas y multas contra los infractores se habrán fortalecido. 


Tipo de título: Genérico.  
Tipo de lead: Sumario de Qué.

 

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