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Isla al Sur

UN VIGÍA INCANSABLE

UN VIGÍA INCANSABLE

El Cristo de La Habana fue rehabilitado recientemente luego de arduos trabajos realizados por especialistas de la Oficina del Historiador para revertir el deterioro causado por diversos factores.

Texto y foto:
DAVID GALLO SÁNCHEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Único por sus dimensiones en Cuba y solo comparable con sus semejantes de Brasil y Bolivia, se yergue sobre el horizonte de la colina de La Cabaña, el Cristo de La Habana, vigía y protector, que recientemente fue sometido a una compleja restauración por parte de especialistas de la Oficina del Historiador de la Ciudad, la cual le devolvió su esplendor.

Un acentuado deterioro en sus 20 metros de altura, el rostro de la escultura dañado por una grieta que alcanzaba hasta el lateral de los ojos, manchas rojizas e incrustaciones salinas en los pliegues de la ropa y fisuras en el codo, fueron las causas de la restauración que incluyó, además, el pedestal.
Esta es la primera acción de su tipo realizada de forma profesional y documentada desde su inauguración el 25 de diciembre de 1958, aseguró el Licenciado en Restauración, Alexis Martín Rodríguez.

“Los daños sufridos por la obra son originados por los efectos de la intemperie, la contaminación atmosférica de las industrias de la Bahía de La Habana, la humedad, agentes biológicos y el impacto de rayos en tres ocasiones, en los años 1961, 1962 y 1986 antes de la colocación  de un pararrayos”, destacó.

Con vistas a proteger al monumento y sus áreas aledañas de posibles descargas eléctricas, la intervención contempló la instalación de un pararrayos de 20 metros de altura a una distancia de 15 metros de la figura. A esto se sumó la rehabilitación del parque y una nueva iluminación que evita las sombras y deslumbramientos, lo que permite su visibilidad desde diversos puntos de la capital en la noche.

Para llevar a cabo las obras regenerativas, se realizaron varios estudios de diagnóstico sobre el comportamiento de la temperatura y la corrosión, junto a otros factores. Las indagaciones demostraron que a pesar de las lesiones sufridas por las condiciones del emplazamiento y la falta de mantenimiento periódico, la estatua conserva su estructura en buen estado, explicó el ingeniero químico, Carlos Bauta.

Con los trabajos recién concluidos fueron sellados los accesos de agua al interior y enmendadas algunas deficientes reparaciones anteriores. También se higienizó la superficie junto a los enchapes del pedestal para detener el proceso de degradación del mármol de Carrara, material del que están compuestas sus 67 piezas, las cuales fueron traídas desde Italia, y se completaron las tareas de desinfección y limpieza final de la escultura.

El mármol del que está construido es el mismo que se utilizó en los monumentos del Cementerio de Colón. La imagen  representa a Jesús de Nazaret, reposa a 51 metros sobre el nivel del mar, pesa 320 toneladas y sus piezas fueron esculpidas en Roma por la artista cubana Jilma Madera y allí bendecido por el Papa Pío XII.

Con este remozamiento, la imagen que permanece en su eterna posición de pie, con una mano en el pecho y la otra en alto, en actitud de bendecir la ciudad, recobra todo su esplendor y retoma el protagonismo como  excepcional vista de la capital.

Pie de foto: Con sus 20 metros de altura sobre una basa de tres, el Cristo se mantiene bendiciendo  la ciudad.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Sumario de Cómo.
Tipo de cuerpo: Lead + Pirámide normal + Dato adicional.
Tipo de noticia: Ligera.
Primer valor noticia: Actualidad.
Otros dos valores noticias: Cercanía, Interés colectivo.
Tipo de fuente declarada: No documental: Licenciado en Restauración, Alexis Martín Rodríguez, ingeniero químico Carlos Bauta.

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