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Isla al Sur

UN VIOLINISTA PERDIDO EN EL TIEMPO

UN VIOLINISTA PERDIDO EN EL TIEMPO

A 150 años del primer concierto de Claudio Brindis de Sala, su obra y vida son apenas conocidas por la juventud cubana.

Este trabajo obtuvo Premio Relevante en el Forum de Historia de la Universidad de La Habana, 2014.

ANIA TERRERO TRINQUETE,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Cuando aún se están cumpliendo los 150 años del primer concierto de Claudio José Domingo Brindis de Sala Garrido, uno de los más excepcionales violinistas cubanos del siglo XIX, la fecha continúa en un transcurrir sin penas ni glorias. Las instituciones especializadas y los medios de comunicación parecen olvidar a quien en su época llamaron “El Paganini negro”.

En el mundo intelectual no es un desconocido, bastante se ha escrito sobre él, sin embargo, faltan las pruebas históricas o documentos que lo reafirmen.

Evelio Tieles, violinista y profesor del Instituto Superior del Arte (ISA), subraya que “se ha destacado la parte novelesca de la vida de Brindis de Sala. Sin embargo, no existen documentos suficientes, ni siquiera partituras, para hablar objetivamente de su obra”.

No obstante, considera que es un referente en la actualidad, y aunque no haya documentos ni pruebas físicas, queda el mito de su estilo, de su apasionamiento al tocar, de la perfección técnica, más allá de si era el Rey de las octavas o no: “Si su arte llegó hasta nuestros días, definitivamente algo tenía”.

Un sondeo realizado entre estudiantes de diferentes edades y niveles de enseñanza en La Habana, muestra que muy pocos jóvenes conocen a Brindis de Sala. De un total de 50 alumnos consultados, solo uno del preuniversitario Saúl Delgado afirmó haber leído sobre el violinista en una enciclopedia de música.

Los resultados, aún cuando son a pequeña escala, merecen tenerse en cuenta, sobre todo, porque no sucede únicamente con la obra de Brindis de Sala. Fidel Díaz Castro, musicólogo, trovador y director del Caimán Barbudo, declaró que los músicos clásicos del siglo XIX y XX y sus obras son prácticamente desconocidos y puso como ejemplo a Ignacio Cervantes, Antonio Medas, Antonio María Romeu, Eliseo Grenet y Ernesto Lecuona.

Claudio Brindis de Sala nació en La Habana el 4 de agosto de 1852. Con solo once años, en diciembre de1863, dio su primer concierto junto al violinista belga, Joseph Vander Gutch y el pianista y compositor cubano Ignacio Cervantes, en el Liceo de La Habana.

En 1869 ingresó en el Conservatorio de París, donde recibió clases del maestro Charles Dancla, famoso profesor de violín. La periodista Alina Sánchez en la revista canadiense Cañasanta, de junio de 2011, afirma que la crítica de la época “alababa su portamento de arco ligerísimo y una expresión electrizante que era deudora de lo que algún crítico calificó como el ímpetu de su raza”.

A su vez, la periodista cubana Josefina Ortega, en el trabajo Fantasías de un violín, publicado en La Jiribilla, expone que “fue el primer cubano que actuó en un escenario ruso, en San Petersburgo, en 1880.” A lo que se unen sus presentaciones en La Scala de Milán, Florencia, Berlín, Londres, La Fenice y, en general, ante la aristocracia europea.

Patricia Vega Chaple, licenciada en Historia y especialista en música del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), explica que a Brindis de Sala le concedieron muchos títulos honoríficos durante su época de auge en Europa. En Francia le otorgaron la Légiond’Honneur; en España, la Cruz de Carlos III; y en Alemania, una baronía. Luego, tras dar vueltas por el mundo, llegó a Buenos Aires y allí sus amigos le regalaron un violín Stradivarius.

Alrededor de este instrumento se cuece más de un mito. Fue el que acompañó a Brindis de Sala en sus últimos años de gloria y el período de pobreza final en la Argentina, y desapareció tras la muerte de su dueño el 2 de junio de 1911.

En 1917, el diario argentino La Razón lideró una colecta pública para impedir que sus restos fueran trasladados a una fosa común. Años más tarde, en 1930, vinieron hacia La Habana, al Panteón de la Solidaridad de la música cubana en la Necrópolis de Colón y de allí a la sala de conciertos de la Iglesia de Paula, en la Habana Vieja.

Ante la grandeza de este intérprete, ¿por qué la juventud de hoy no lo conoce? Fidel Díaz Castro reflexiona que “hay muy poca prensa dedicada realmente a la cultura. Los periódicos y revistas generalmente se orientan hacia la ‘farándula’ en lugar de rescatar los grandes valores de la cultura latinoamericana. Que se conozcan estos músicos que han forjado la nación cubana es una manera de subvertir la realidad.”

En este panorama de orfandad no parece existir una voluntad real para rescatar las figuras que constituyen patrimonio de la cubanidad y habrá que esperar por investigaciones especializadas que ni siquiera transitan en el camino de lo inmediato posible.

Mientras tanto, Gisell Pupo, musicóloga del Instituto Cubano de la Música, explicó que el sistema de investigación de la institución parte de las tesis con las que se gradúan los estudiantes del ISA: “Por tanto, mientas uno de ellos no decida especializarse en la obra de Brindis de Sala, no habrá una investigación sistemática de la misma, y tampoco una producción literaria regular de su trabajo”.

Pie de foto: Aunque no se conservan ni siquiera sus partituras, el arte y la destreza del violinista Claudio Brindis de Sala llegan como mito hasta la actualidad.

Ficha técnica:

Tipo de título: Llamativo.
Tipo de lead: Sumario de Cuándo.
Tipo de nota: Explicativa.

Tema: Vida, obra y trascendencia del violinista cubano Claudio José Domingo Brindis de Sala.

Situación problémica: A pesar de su provechosa obra, este violinista no es conocido por la juventud actual.

Objetivos colaterales: Rescatar la figura y la historia de este violinista. Investigar el estado de opinión entre especialista y musicólogos con respecto a su obra.

Fuentes consultadas:

Documentales: “El negro del Stradivarius”, artículo de Alina Sánchez, publicado en la revista Cañasanta, en el 2011.

“Fantasías de un violín”, artículo de Josefina Ortega publicado en la revista digital cubana La Jiribilla.

Sondeo realizado entre estudiantes de La Habana.

Empíricas:

Evelio Tieles, violinista cubano y profesor del Instituto Superior de Arte (ISA). Tipo de fuente: Experto, implicado. Tipo de juicio: De valor.

Fidel Díaz Castro, musicólogo, trovador y director del Caimán Barbudo. Tipo de fuente: Especialista, no oficial. Tipo de juicio: Analítico.

Patricia Vega Chaple, licenciada en Historia y especialista en música del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT). Tipo de fuente: Especialista, intérprete. Tipo de juicio: Analítico.

Gisell Pupo, musicóloga del Instituto Cubano de la Música (ICM). Tipo de fuente: Experta, oficial. Tipo de juicio: Hipotético.

Hecho: La vida y obra de Brindis de Sala son prácticamente desconocidas en la actualidad, sobre todo por la juventud.

Antecedentes: A lo largo de los años ha existido una escasa divulgación de la vida y la obra de Brindis de Sala por parte de las instituciones especializadas, por lo tanto, la juventud apenas conoce este tipo de música.

Contexto: Ciento cincuenta aniversario del primer concierto del violinista Claudio Brindis de Sala.

 

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