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Isla al Sur

CARLOS LUIS MOLINA LABRADOR, ESA CÁLIDA VOZ

CARLOS LUIS MOLINA LABRADOR, ESA CÁLIDA VOZ

Su estilo peculiar ofrecer cada mañana lo mejor de sí a cada oyente que despierta en compañía de Radio Güines.

MARÍA DEL ROCÍO RAMOS SUÁREZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Considerado como ‘‘uno de los caballeros del radioperiodismo en Cuba’’, Carlos Luis Molina Labrador, ha merecido los premios anuales de Periodismo Económico, Cultural Luis Suardíaz y el muy preciado Juan Gualberto Gómez, que otorga la Unión de Periodistas de Cuba, solo por mencionar algunos. A la radio en Cuba ha dedicado 17 años de su vida.

-La radio cubana cumple 91 años de haber

presentado su primera transmisión continuada.

¿Cuánto cree usted que se ha ganado

y se ha perdido hasta hoy?

Creo que hay de todo un poco. Se ha avanzado mucho porque en Cuba existe un sistema nacional de radio y locución. Surgieron nuevas emisoras, se fortalecieron los contenidos que difunde este medio, sobre todo, se ha nutrido de las nuevas generaciones de graduados y eso otorga cientificidad, da rigor, enaltece el trabajo de la radio.

Hemos perdido también porque a raíz del periodo especial la radio fue uno de los medios más impactados, desde el punto de vista profesional, en el ámbito periodístico específicamente. La radio lo sintió, sobre todo, porque la radio es tiempo, consume mucho espacio y vive del día a día, de la inmediatez. En este sentido, pues hace falta siempre una constancia desde el punto de vista del personal y han entrado a la radio compañeros no graduados en las universidades, en las facultades de Periodismo y, es evidente, las consecuencias son notables.

-¿Cree que escuchar la radio siga siendo

una tradición como lo era años atrás?

Yo creo que sí, que el cubano es muy dado a la radio, que es un medio que tiene una larga tradición en nuestro pueblo. Creo que la gente sigue aferrada a ella. ¿Y por qué? Porque es un medio más íntimo, que le habla al ser humano directamente. Y entonces es esa comunión, esa interactividad, que no se logra mediante sofisticados medios técnicos. La radio es capaz, con mucha humildad y mucha sencillez, de lograr la empatía con el hombre y no la ha perdido, a pesar de todo.

-Para algunos este medio podría desaparecer

ante el avance de las nuevas tecnologías.

¿Qué opina al respecto?

Se ha ido demostrando poco a poco que no es tan así. Hay agoreros, incluso gente muy lúcida como el mismo Alejo Carpentier, que dijo que la radio iba a desaparecer ante la avalancha de las nuevas tecnologías. La televisión no pudo suplantarla, siguió conviviendo con ella. Ahora la era de Internet y de las nuevas tecnologías lo que ha hecho es sumarla a su devenir.

Pienso que es un medio que ha sabido, con mucha ductilidad, aclimatarse a los nuevos cambios tecnológicos, y en lugar de desaparecer, subsiste y aporta lo que de experiencia tiene, que es mucha. La radio es un medio donde se puede hacer arte, Arte con mayúscula. Y por eso Internet lo que está haciendo es incorporarla a su experiencia.

-La periodista Angélica Paredes López afirmó

que ‘‘sin inmediatez la radio languidece’’. ¿En qué

condiciones cree que se encuentre la radio

cubana ante estas exigencias?

La radio exige esa inmediatez, exige que se esté diciendo, casi en tiempo real lo que está sucediendo. Desgraciadamente, no ocurre así. Tenemos muchos problemas todavía en el ámbito periodístico para rescatar esa prominencia que debe tener el hecho. Es necesario decir lo primero, pero también decirlo bien, decirlo con emotividad. A veces en esa exigencia de decir lo primero uno pone en juego muchas cosas, pero cuando el periodista está preparado y cuando el medio lo acompaña, se puede lograr. Hoy se está haciendo mucho para que prevalezca esa inmediatez que tanto agradece el oyente.

-¿Qué debilidades percibe en el

periodismo radial que se hace en Cuba?

Percibo las mismas debilidades que tiene en general el periodismo cubano: frivolidades, ligerezas, falta de investigación. Da la espalda con demasiada frecuencia a temas de la agenda popular que están clamando por debatirse en los medios y que no se hace. Se debe lograr mayor preparación del personal que trabaja en los medios, mayor investigación, que es lo que le da solidez a todo trabajo periodístico.

-¿Cómo valora el radiodocumental,

como género, en nuestro país?

El radiodocumental como género periodístico está reservado para muy pocos. Casi no se ejercita, aparece de vez en vez en los eventos competitivos, o en los festivales de la radio nacional. Es un género muy completo, muy creativo que tiene muchas virtudes porque absorbe toda la gama técnico artista y todas las posibilidades creativas que otorga el medio radial.

-¿Por qué si es un género tan

completo se ejercita tan poco?

Se ejercita poco por morosidad, ligada a ineptitud, falta de conocimiento, y al poco tiempo, pues se prioriza más el día a día que un trabajo creativo. Los realizadores le temen porque exige una investigación previa, una mirada a fondo; y después, de un vuelo creativo alto, que sea capaz de realzar, sin caer en estridencias, evitando, digamos, poses ridículas, pero validando un hecho, un personaje que ameriten una mirada más allá del diarismo.

-¿Cuáles son para usted los

factores necesarios para que sea

efectiva una realización radial?

Tiene que haber detrás un buen realizador, el ser humano es lo primero. Los recursos técnicos están ahí y se ha comprobado. Hay quien dice que en la radio como en la televisión todo está hecho. Lo que pasa es que hay que darle siempre una mirada renovada. Hay que ir con los tiempos, priorizar la creatividad. Tener presente sobre todas las cosas al oyente, que es en primera instancia la persona a quien va dirigida nuestro mensaje y nuestro trabajo.

-Hace alrededor de tres años, en una entrevista,

expresó que ‘‘en la radio las palabras suenan,

no se leen; se escuchan, no se ven; por eso

tienen que ser como campanas”.

Esa sonoridad, esa vibración, esa intensidad, esa belleza del lenguaje oral es la radio el medio idóneo para expresarla. Mira, no es lo mismo escribir para la radio que para la prensa impresa. Las palabras adquieren una resonancia diferente cuando usted las expresa y es por eso que debemos estar preparados para saber decir las cosas, y decirlas bien.

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