QUÉ MANERA DE SOÑAR (DEL HIMNO DEL ATLÉTICO DE MADRID)
MARIO LUIS REYES BETANCOURT,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.
En las gradas del Camp Nou, los cuatrocientos seguidores del Atlético de Madrid cantaban su himno a viva voz: “Qué manera de soñar, que manera de aprender, que manera de sufrir”. Así reconocían la valentía, disciplina y unidad de un conjunto que defendió estos valores, intermitentes en el panorama del fútbol profesional, haciendo de ellos su fortaleza, lo que ha provocado que todos se rindan a sus pies, incluso los derrotados.
Los fanáticos culés, vencidos, aplaudiendo ayer en su estadio a los jugadores rivales, simbolizaban los sentimientos de todos los aficionados del deporte. Solo los locos hubieran creído que el campeonato no iría a parar a manos del Barcelona o Real Madrid, que lo habían monopolizado por diez años consecutivamente.
¡Qué equipo, en el más abarcador sentido de la palabra, el que se desplegó en el césped catalán! Con cientos de millones de euros menos de presupuesto, arrebatándole el cetro al mismísimo Barcelona. Los aficionados lloraban, no se sabe si de alegría o de espera contenida, sin dejar de entornar ni un segundo los cánticos del club de sus amores.
Coreaban el nombre de su carismático entrenador y principal artífice de este éxito, el Cholo Simeone, porque decían que fue él quien supo inculcarles la fe en la victoria y los convirtió en jugadores que se dejan la piel en el terreno. Ayer estos futbolistas salieron juntos, de la mano, a la gloria o a la muerte, porque fue “un grupo de mosqueteros donde uno ha sido once y siempre los once han sido uno”, como los definiría un cronista español.
Después del juego, todos, jugadores, familiares, aficionados y cuerpo técnico, se dirigieron a la céntrica Plaza de Neptuno, en la capital española, donde tradicionalmente celebran sus triunfos, y allí se reunieron los del Atlético de Madrid esta vez a rendir homenaje más que a un equipo, a una idea, la de la superación y el sacrificio. Los improvisados carteles y pancartas que se veían eran elocuentes: “No siempre ganan los mejores, sino los que más luchan” rezaban algunos en alusión a palabras de Simeone.
Mientras celebraban el triunfo reciente, ni uno solo dejó de pensar en el próximo sábado 24 de mayo cuando en Lisboa, frente a su mayor rival, el mítico Real Madrid, librarán la batalla más importante de su historia: ganar el único trofeo que falta en sus vitrinas, la Copa de Europa. Pero sea cual sea el resultado del partido, este equipo ya grabó su nombre entre los grandes de todos los tiempos del deporte más universal.
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