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Isla al Sur

JAIMANITAS: PUEBLO DE MOSAICOS

JAIMANITAS: PUEBLO DE MOSAICOS

El artista José Fuster comenta acerca de su proyecto LA ALEGRIA DE VIVIR, desarrollado hace 20 años en la comunidad habanera.

ARLET CASTILLO GONZÁLEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Jaimanitas, pueblo asentado al oeste de La Habana, abre las puertas hacia el reino de los colores. Quien se asome al barrio costero será  testigo de un lugar vestido de  grandiosos mosaicos y esculturas defensoras de las raíces cubanas. Las palmeras, el guajiro, el caballo, constituyen los principales símbolos impresos en cada portón de las casas vecinas, acicalando muros, bancos, tanques y hasta la parada de ómnibus. Este universo de las artes es resultado del proyecto comunitario LA ALEGRIA DE VIVIR, concebido hace 20 años por el pintor y ceramista cubano José Fuster. El artista villaclareño, que parece no establecer límites cuando de crear se trata, ha residido desde 1975 en el vecindario habanero, donde comenzó a hacer realidad sus más insospechadas ideas.

-¿Qué lo impulsó a cambiar, a través del arte, la fisonomía de  Jaimanitas?

Todo lo que yo he logrado es consecuencia del trabajo cotidiano, un buen día se me ocurrió que en lugar de pintar en una tela podría hacerlo en las paredes de las casas de mi comunidad, ese es el principio de la idea. Estuve influido también por un viaje que realicé a Rumania, donde conocí al artista de la plástica Bran Crucis, quien había creado un proyecto semejante en un pueblo de esa región.

Para ejecutar una obra de tal envergadura, Fuster alega necesitar mucha ayuda de su equipo profesional de trabajo, el cual ha formado a lo largo de todos estos años: “Cuando empezaron no tenían ni la menor idea de lo que era el arte y ya son maestros, además, cuento con mis amigos y vecinos. Nunca he pedido ayuda del estado, todo es financiado con los ingresos que recibo de la venta de mis pinturas.

“Quizás la idea  más ambiciosa que presenta el proyecto es pretender que Jaimanitas posea el mayor mural del mundo, en la calle 226 y 3era. del barrio destiné un espacio para crearlo. La iniciativa nació durante los días de la Octava Bienal Internacional de Artes Plásticas y  consiste en invitar a  los artistas  de Cuba y el mundo para que graben su obra y firma en este sitio. Fabelo, Kcho, Zaida del Río, Flora Fong y los Premios Nacionales Alfredo Sosabravo y Adigio Benítez han dejado su huella, al igual que otras personalidades de Chile, Corea, Canadá, Japón y otros países. Actualmente el mural  posee unos sesenta metros de longitud y esperamos que continúe enriqueciéndose.”

En la comunidad se erige una enorme escultura de 7,6 metros de altura que Fuster tituló Olimpo de los Cinco, en homenaje a estos compatriotas cubanos: “La idea surgió a partir de mis propias convicciones por la injusticia que se ha cometido a lo largo de estos años. A través del arte reflejé mi gratitud hacia ellos. He tenido la oportunidad de conocer a René y a Fernando y son personas extraordinarias. Como Picasso, que tuvo una razón para hacer Guernica, yo tengo una razón para hacer para hacer el Olimpo de los Cinco”.

“Considero que los vecinos de la localidad se han beneficiado mucho con este proyecto, principalmente desde el punto de vista cultural”, asevera el artista, quien ha sido responsable de crear La Casa de María Bonita, en conmemoración a Agustín Lara y María Félix y un centro dedicado a recordar al poeta y revolucionario español Miguel Hernández, además de un Parque para evocar a Antoni Gaudí, otro denominado Unicornio, que constituye un pequeño homenaje al trovador Silvio Rodríguez y un tercero dedicado a los apasionados del ajedrez, este cuenta con un tablero de cerámica del juego ciencia y un letrero que versa: En el ajedrez solo hay una jugada: la mejor. Por si no bastara,  también fundó una galería de arte infantil donde “los más pequeños, no solamente de la comunidad, sino de cualquier sitio de la ciudad, del país y hasta del mundo, pueden aprender mientras crean y exponen sus obras”.

Más allá de ser Fuster una persona de gran reconocimiento internacional, nunca ha deseado construir un complejo escultórico semejante al de su pueblo en otra región. “Ya me lo han encargado y no lo he hecho. Pretendo tener todo mi trabajo concentrado aquí. Me han propuesto pagarme muchísimo dinero para que lo hiciera en Garnier, una estación del metro en Francia y dije que no, que tenía que ser solo en Jaimanitas. En otra ocasión recibí a un alto funcionario de la ciudad norteamericana de Dallas, Texas, y me propuso hacer algo allá, me negué, sin embargo, le sugerí que enviara un grupo de artistas para incorporarlos a nuestro mural.”

Este proyecto comunitario ha sido muy divulgado, no solo en Cuba sino también por algunas cadenas de televisión extranjera. “Me han hecho varias entrevistas por ABC, BBC, CNN, Telesur, Al Jazira y el Centro de Estudios Cubanos de Nueva York”, dice. El artista ha sido galardonado en múltiples ocasiones: recibió el Premio por la Obra de toda la Vida, otorgado por el Fondo Cubano de Bienes Culturales en FIART 2008 y la Orden Raúl Gómez García, impuesta por la Central de Trabajadores de Cuba, en el año 2011.

-Hace ya 20 años que dio vida a este proyecto y las ideas para su progreso parecen no tener fin, ¿qué perspectivas tiene ahora?

Continuar trabajando para dejar un legado en esta comunidad con mi obra y lograr que los vecinos de Jaimanitas sean cada día mejores personas. Mi idea más inmediata es hacer un anfiteatro para los jóvenes. Por otro lado, voy a seguir pintando y creando.

-¿Imaginó alguna vez que esta iniciativa iba a alcanzar trascendencia nacional e internacional?

Yo nunca sé lo que va a pasar mañana, sé lo que va a pasar hoy. Cuando empecé haciendo esto, no sabía a dónde iba a llegar, no imagino nada, yo trabajo y luego me sorprenden los resultados. Si no funciona pongo más empeño en la próxima obra, pero nunca he trabajado para sobresalir ni brillar.

Pie de foto: José Antonio Rodríguez Fuster, pintor y ceramista villaclareño, desde 1994 desarrolla en Jaimanitas un proyecto comunitario que ha logrado cambiar la fisonomía del barrio capitalino.

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