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Isla al Sur

LA GENERALÍSIMA

LA GENERALÍSIMA

Bernarda Toro Pelegrín acumuló méritos para sobresalir por sí sola en su trayectoria revolucionaria; sin embargo, la historiografía la opaca por la prominencia de su esposo, Máximo Gómez.

DINELLA TERESITA GARCÍA ACOSTA,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

El próximo 4 de julio (2015) se cumplen 145 años de que oficializaran su matrimonio en la manigua oriental Bernarda Toro Pelegrín y el General Máximo Gómez. Aunque esta cubana acumuló méritos suficientes como revolucionaria, en la historiografía cubana prevalece su imagen como figura acompañante del Generalísimo.

Poco se ha escrito para reivindicar en su totalidad a Manana, como todos la recuerdan. En pesquisas realizadas en el Centro de Estudios de la Mujer, perteneciente a la Federación de Mujeres Cubanas  (FMC), fue encontrada solo una ponencia de 1986, titulada Manana, heroína de nuestras guerras de independencia, realizada por la delegación número cinco del municipio Boyeros.

El informe explica que Bernarda fue la cubana más perseguida en la manigua rebelde, ya que el enemigo intentaba vengarse de las derrotas infligidas por su esposo. Uno de los pasajes más conmovedores es cuando ella huye de los españoles, durante tres días, con su hija Clemencia de solo un mes de nacida.

Además, en ese centro de estudios desde 1989 no se realiza ninguna investigación acerca de la patriota y lo disponible hasta esa fecha es el expediente número 115, con la mencionada ponencia, recortes de revistas y biografías que no refieren su origen.

Margarita León, directora del Centro de Documentación e Información de la FMC, señaló que son muchas las mujeres a estudiar en la etapa de las luchas independentistas en Cuba y la falta de tiempo les ha impedido profundizar más en algunas de ellas.

Sin embargo, el tiempo no constituyó un impedimento para Bernarda, cuando fundó en República Dominicana un club revolucionario femenino bajo el nombre de su hijo Panchito, caído en combate junto a Antonio Maceo en 1897. Tampoco lo fue cuando integró la Junta Patriótica de La Habana desde 1907, para impedir que convirtieran a Cuba en un protectorado de Estados Unidos, durante la segunda intervención militar norteamericana.

También curaba enfermos como parte de sus tareas en la Guerra de los Diez Años. Estando herido, el escritor cubano Ramón Roa expresó: “En Camagüey se reunieron en la misma morada, Manana y María Cabrales. No había medicinas, pero allí no se sentía mal el más inválido, las atenciones maternales eran las benditas panaceas que nos consolaban y encendían nuestro patriotismo”.

Certero en sus apreciaciones es el vicedecano de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana, Doctor Antonio Álvarez Pitaluga: “Algunos piensan que no cumple con todos los requisitos necesarios para exaltarla desde el presente, y hoy es más conocida Mariana Grajales, pero cuando analizas los méritos de guerra, no sería lícito hacer una lista para ver quién es mejor. Ambas estuvieron allí y asumieron un papel a la altura de la mujer cubana”.

Álvarez Pitaluga, quien la llamó digna generala del Generalísimo, explicó que ella es conocida meramente por ser la esposa de Gómez, debido a los cánones del siglo XIX, donde la función social de la mujer era básicamente reproductiva: “Manana fue una persona fuerte que resistió la pérdida de sus hijas en la manigua, donde ella misma combatió y comió yuca seca, cuando estando embarazada huía de los españoles”.

Según el libro Máximo Gómez… Revolución, Cuba y hogar, escrito por el hijo de ambos, Bernardo Gómez y Toro, ella conoció al Generalísimo cuando junto a su madre y hermanos se incorporó a la Guerra de los Diez Años, donde comenzó llevando noticias de las actividades españolas a su cuartel, en la Sierra Maestra.

Manana conquistó el respeto de representantes de la gesta independentista, como deja constancia el profesor Álvarez Pitaluga en su libro La familia de Máximo Gómez: “Desde principios de 1875 se carteaba con Antonio Luaces, Julio Sanguily y Henry Reeve, y el 17 de abril este último le obsequió un rifle con 25 cápsulas, como muestra de su estimación por ella”.

En su olvido también inciden los medios de comunicación. Una revista especializada como Mujeres, en los últimos cuarenta años solo ha publicado un artículo donde es mencionada Bernarda, Mujeres en las guerras de independencia, tomado de Juventud Rebelde en agosto de 2009. Al respecto, Iraida Campos, subdirectora de la Editorial de la Mujer, reconoció que es un error no tratar esta figura desde la publicación femenina.

Otros órganos de prensa han escrito, en mayor o menor medida, si bien no lo suficiente en casi 60 años de Revolución. Vale entonces reivindicar por sus propios méritos a esa cubana, de quien José Martí dijo, cuando visitó al Generalísimo durante la preparación de la Guerra del 95, en Santo Domingo: “Y por usted, aunque no fuera por él, miraré siempre al compañero de su vida”.

Pie de foto: Manana conoció al Generalísimo cuando llevaba noticias de las actividades españolas a su cuartel, en la Sierra Maestra.

Ficha técnica:

Tipo de título: Genérico.
Tipo de lead: Especial de Contraste.
Tipo de nota interpretativa: Explicativa.

Tema: Bernarda Toro Pelegrín fue uno de las mujeres más destacadas de las luchas independentistas cubanas.

Situación problémica: Su figura está opacada por la prominencia de su esposo, el Generalísimo Máximo Gómez.

Objetivos colaterales: Demostrar mediante la opinión de especialistas, historiadores y estudiosos de la mujer cubana, las causas de este olvido, así como resaltar sus hazañas como patriota.

Estrategia de fuentes: 

Documentales:

Ponencia Manana, heroína de nuestras guerras de independencia, realizada por la delegación número cinco del municipio Boyeros, del Centro de Estudios de la Mujer, perteneciente a la Federación de Mujeres Cubanas  (FMC). La Habana, 1986.

Revoluciones…Cuba y Hogar. Bernardo Gómez y Toro. Imprenta y Papelería de Rambla, Bouza y Ca. La Habana, 1927.

La familia de Máximo Gómez. Antonio Álvarez Pitaluga. Editora Política. La Habana, 2008.

Directas:

Antonio Álvarez Pitaluga, Doctor y vicedecano de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología de la Universidad de La Habana (Juicio de valor) (Fuente especializada, oficial).

Margarita León, directora del Centro de Documentación e Información de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). (Juicio analítico) (Fuente especializada).

Iraida Campos, subdirectora de la Editorial de la Mujer. (Juicio analítico, disyuntivo) (Fuente especialista).

Soportes:

Hecho: Conmemoración del aniversario 145e oficializar su matrimonio Bernarda Toro Pelegrín y el General Máximo Gómez.

Antecedentes: Bernarda Toro Pelegrín comenzó su labor revolucionaria mucho antes de conocer a Gómez, curando heridos y llevando mensajes del enemigo, desempeñó un importante papel como revolucionaria, y aún después de la muerte de Gómez continuó la lucha para impedir que Cuba se convirtiera en un protectorado de los Estados Unidos.

Contexto: Su figura es tratada en la historiografía cubana solo como la esposa de Máximo Gómez, donde se opacan sus méritos personales como revolucionaria. Además, la prensa y la FMC tampoco le han dado un tratamiento independiente para enaltecerla.

Situaciones colaterales que también pudieran incidir: El hecho de que algunos piensan que no cumple con todos los requisitos necesarios para exaltarla desde el presente, y hoy sean más conocidas otras mujeres de la gesta independentista como Mariana Grajales.

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