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Isla al Sur

“EL ARTE PARA MÍ ES UNA NECESIDAD”

“EL ARTE PARA MÍ ES UNA NECESIDAD”

Fidelidad y adicción hacia el trabajo muestran los lienzos y pinceles de Arturo Montoto, una de las principales figuras de la cultura cubana contemporánea.

Texto y foto:

ROCÍO ISELL FERIA GINARTE,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Sirve de guía al tour que hago por toda la casa para ver una por una sus piezas: pinturas, grabados, esculturas. Todo un deleite para la vista por los colores llamativos y el realismo que percibo al apreciarlas.

“Un día iba caminando con mi padre por las calles de Pinar del Río, pasamos por la escuela de artes plásticas y a través de los ventanales se veían personas dibujando a varios modelos. Papá necesitaba irse y yo le decía: ‘No, me quiero quedar’, nunca había visto aquello, era una fascinación enorme”.

Así evoca Arturo Montoto su temprana motivación por el arte. El esfuerzo de toda su vida dedicada a la creación hace del artista uno de los principales exponentes de la plástica cubana contemporánea.

-¿Cómo fue la niñez de quien recién descubría su inclinación por el arte?

Mi hogar era pobre, pero fui feliz a pesar de las dificultades. Crecí en una finca pinareña, tenía la casa de madera, un patio muy grande y árboles frutales de todo tipo.

Por otra parte, desde muy temprano descubrí esa necesidad que creo todos los seres humanos llevamos dentro, porque es propio del hombre expresarse de varias maneras, y una de ellas es a través de la grafía. Y yo hacía las mías en la primer superficie que encontraba. Me gustaba, cuando llovía, con un palito o un clavo, pintar historias en la arenita más fina del patio de la casa. Esos fueron los primeros dibujos.

-¿Y su familia, cuánto le apoyó cuando decidió ser pintor?

Mi familia era campesina, no tenían interés en que estudiara artes. Un día, mirando la revista Bohemia, leí sobre una escuela que daba clases por correspondencia llamada Academia Interamericana. Pagabas diez pesos mensuales y te enviaban el material. Se lo comenté a mi padre y él dijo: “No sé de dónde voy a sacar diez pesos mensuales, pero voy a tratar de pagarte el curso”, y pagó las cinco primeras lecciones. Cuando no pudo seguir manteniendo la carrera, le dije que no se preocupara, ya sabía lo que debía hacer.

-Entonces ¿cómo logra estudiar artes plásticas?

Tiempo después, con trece años, un señor de quien nunca supe el nombre, me encuentra en el parque con dos amigos viendo las historietas que pintaba, luego de preguntar por los dibujos me lleva de la mano a la escuela de Artes Plásticas, llama al director, para entonces Mario García Portela y este, al ver las cosas que hacía, decide hacerme los exámenes.

-¿De dónde nació su necesidad de crear?

No lo puedo explicar, no hubo un hecho que me dijera “tienes que crear”. No surgió así de pronto. El bichito viene de siempre. La vocación es un llamado, una voz interior que uno posee. Eso lo tienes, o no lo tienes.

-¿Pensó alguna vez en dedicarse a otra profesión?

Propiamente no, pienso que no basta el tiempo o la vida para hacer lo que quiero como artista de la plástica y siempre me ha parecido que dedicarse a algo debe ser dedicarse bien, profundamente. Ahora, de no haber sido creador, sería lingüista o arqueólogo, me encantan porque son ciencias de reconstrucción.

-También ejerce como profesor de artes visuales…

Sí, no lo mencioné anteriormente porque es tan innato, lo tengo tan incorporado que me aflora en todo momento. Cualquiera no puede enseñar, para poder hacerlo debes tener vocación. Sentir la necesidad de compartir el conocimiento como una patología, así es el pedagogo de verdad.

-En 1984 en el Instituto Estatal de Artes Súrikov, Moscú, obtiene el grado de "Master of Fine Arts" en la especialidad de Pintura Mural. ¿Cómo logra Montoto estudiar en Rusia?

Sin modestia responde: “Fui uno de los mejores estudiantes en la ENA (Escuela Nacional de Arte): era bueno en dibujo, en pintura, en Historia del Arte, en todo. Eso sí, muy estudioso y aplicado, no quería perder tiempo, por eso me otorgaron la beca”.

-¿Qué opinión le merecen las diversas vertientes que hoy definen el arte contemporáneo cubano?

Está pasando hace dos décadas una cosa que lo hace muy saludable: dejó de ser dictatorial. De los ochenta hacia atrás el arte cubano era impositivo, el mercado y la crítica te encasillaban en una única manera de hacerlo. Ahora hay más libertad, individualidad y eso es necesario porque el arte es singular, aunque su manifestación sea social, la experiencia artística es unipersonal, es de cada uno.

-He leído que la fecha del 8 de agosto guarda un significado especial para usted…

Resulta que, por misterios de la vida, la fecha en que ingresé a la Escuela Provincial de Artes de Pinar del Río fue el 8 de agosto de 1968 y ese mismo día estaba naciendo María Eugenia. Luego, el 8 de agosto de 1992 la conozco, nos casamos y a partir de ese momento pasó a ser la encargada de mi carrera, fue quien  la construyó y dirigió. El arte para mí es una necesidad, tengo que pintar aunque muera de hambre, no pienso en vender las piezas y eso María Eugenia lo entiende muy bien, ella sabe que lo mío es dedicarme a crear.

-También escribe poesía, ¿es solo un pasatiempo?

Como disfruto tanto nuestro lenguaje, durante muchos años me he dedicado a garabatear cosas, ideas en papeles, que estaban por ahí guardados y nunca quise publicarlos por respeto a los verdaderos poetas. Entonces, un día unos “poetas de verdad” descubrieron esos textos y me han obligado a mostrarlos. Para el año próximo es posible que salga un libro titulado Arqueología familiar, con mi poesía e ilustraciones.

-¿Por qué se inspira en los llamados bodegones?

Aunque lo más próximo a mis pinturas son los bodegones, los considero paisajes. Lo que empecé a hacer eran vistas de ciudades muy metafísicas, parecidas a las del prerrenacimiento italiano, por la atmósfera de las sombras densas y largas. Después, en esos cuadros terminé eliminando las figuras humanas. Siempre me gustó pintar oscuro y un día mirando aquellas primeras obras pensé que debía poner un objeto de color en el cuadro para hacerle competencia a la rispidez y  la agresividad del entorno. Por contraste de pintura, de color y luz, decidí que fuera una fruta. Utilicé lo más cotidiano: un tomate, un mango. Esperaba que esa construcción hiciera a la gente sentir algo raro, un sentimiento diferente.

-¿Qué idea o concepto espera llegue al público a través de  su obra?

Quiero expresarme yo, ser auténtico en el trabajo, y cómo el público la asuma ya no depende de mí.

-¿Puede escoger a un artista con el que se identifique?

Uno no podría, son muchos, pero si me quedara con solo dos serían Diego Velázquez y Wilfredo Lam.

-¿En qué emplea su tiempo libre?

En estudiar.

-¿Y su color favorito?

Soy plástico, no lo tengo tan definido, cambia según lo que quiero expresar o mi estado de ánimo. También depende del fin que le de al color.

-¿Y cuál es su musa?

El conocimiento.

Pie de foto: Montoto es uno de los artífices de la plástica cubana más reconocidos por la peculiaridad de sus pinturas.

Ficha técnica:

Objetivo central: Mostrar aspectos, características de la vida y obra del reconocido artista plástico Arturo Montoto Echevarría.

Objetivos colaterales: Dar a conocer sus opiniones,  distintos momentos de su vida, sus valores y la estrecha relación con su trabajo.

Tipo de entrevista:

Por los participantes: Individual.

Por su estructura: Clásica de preguntas y respuestas.

Por su contenido: De personalidad.

Por el canal que se obtuvo: Vía directa (cara a cara)

Tipo de título: De cita textual.

Tipo de entrada: Narrativa.

Tipo de cuerpo: Clásico.

Tipo de preguntas declaradas: 1-2-3-4-5-6-7-9-10-11 de exploración.

                                                  8-12-13-14-15-16 abiertas.

Tipo de conclusión: De opinión o comentario del entrevistado.

Tipo de fuentes: Directa.

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