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Isla al Sur

TRES CIUDADES AL CARTEL

TRES CIUDADES AL CARTEL

Seattle - La Habana - Teherán Poster Show muestra afiches con disímiles temáticas, propias de los respectivos países, pero semejantes en las representaciones gráficas.

MARÍA CAMILA MAURY VÁZQUEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Seattle - La Habana - Teherán Poster Show es una muestra de 69 carteles, organizados en 23 tríos que intentan revelar, a través del diseño gráfico, la comunidad existente entre urbes desiguales culturalmente.

La exposición está en Cuba desde el 26 de abril como parte del Festival del Cartel en La Habana y se mantendrá en el Centro Hispanoamericano de Cultura todo el mes de junio (2016). Organizada por el Consejo Nacional de Artes Plásticas y curada por Daniel R. Smith, de Seattle, Iman Raad, de Teherán, y Pepe Menéndez, de La Habana, en ella participan 51 diseñadores de las tres ciudades con sus obras.

De izquierda a derecha, siempre se cumple la misma secuencia de carteles: el estadounidense, el cubano y el iraní, aunque en ocasiones parezca alterarse el orden o repetirse el mismo país por las similitudes estéticas evidentes. Los elementos comunes en las agrupaciones son el color, la forma y el contenido.

En el trío compuesto por Rose Windows, de Shogo Ota, Muestra de cine de Costa Rica, de Nelson Ponce, y Al por menor y al por mayor de sus fotos familiares, de Mohammadreza Abdolali, en los que el gallo es la figura central, ocurre un intercambio en la forma de representar al animal.

El afiche norteamericano muestra un ave, que por su especie y el estampado de cachemira, evoca la cultura India, mientras, el iraní, parece un gallo doméstico común, que inclina a pensar en las granjas norteamericanas, o en las peleas de estos en los campos cubanos.

En otros casos, el elemento común es el modo en que se distribuye la tipografía en el plano. Así ocurre con No Joy, de Carlos Ruiz, Viva la Revolución, de Laura López y Carlos Zamora, y El sueño que aún no había visto, de Mohammadreza Abdolali, donde las palabras aparecen fragmentadas y acompañadas de figuras sugerentes, evidenciando el miedo de los diseñadores contemporáneos a hacer carteles exclusivamente textuales.

Hay tres afiches, que mediante representaciones acordes con su cultura, unen las miradas de los espectadores en el vértice inferior de un triangulo invertido: la feminidad.

La serigrafía Nude, de Chad Lundberg es un desnudo poético, dado en la cándida relación entre el color mamoncillo y las figuras ensortijadas que componen la tipografía, en el extremo inferior del cártel, dejando descubrir, como seña de pudor, solo un tercio del triángulo correspondiente a la pelvis, para permitir –sin percatarse-que  la imaginación complete la figura.

En el Cuerpo Equivocado, el cubano Edel Rodríguez usa el contraste entre el rosado fucsia y el negro para transmitir el mensaje de homosexualidad, apoyado también en los músculos masculinos del cuerpo y en la ubicación del mensaje hacia las entrepiernas, tocado delicadamente por una de las manos.

Un afiche blanco con la figura al centro, sintética, pero evidentemente iraní, por estar cubierta de simbologías, es Truncado, la impresión digital de Iman Raad. En este caso, el triángulo presenta una obertura vaginal que deja un vacío hacia el interior de la figura, manteniendo los bordes de esta casi cerrados. La imagen y el título sugieren una denuncia a la ablación que se comete en culturas religiosas del Oriente Medio con las niñas.

La función comunicativa de los afiches no fue tenida en cuenta por los curadores al agrupar los tríos. Esto provoca cierta confusión en la apreciación, pues los mensajes no están asociados, y los carteles lo mismo pueden ser de cine, teatro, música o el anuncio de algún producto.  
Aunque resulta una innovadora propuesta llevar el diseño gráfico al medio artístico de una galería, más aún cuando incluye el performance de una calle con el logo del evento, un paso peatonal y una señalización que indica la dirección: Seattle – La Habana – Teherán, esta es otra forma de ignorar la principal función del cartel: socializar información.

Sin menospreciar la estética que complementa al diseño y lo relaciona con el arte, quizás hubiera sido más pragmático exponer los carteles en su medio natural: las calles de La Habana, donde solo el paso por una esquina, enseñara a personas de todas las edades, estratos económicos y culturales que  Seattle y Teherán convergen hoy en Cuba.

Pie de fotos: 1-Daniel Smith, curador y diseñador de Seattle, fue quien tuvo la iniciativa de la muestra en una visita hace 11 años a la Isla; 2-En los últimos días de mayo la galería del Centro Hispanoamericano de Cultura, que expone Seattle - La Habana - Teherán Poster Show, fue poco concurrida.

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