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Isla al Sur

PEDRO BICICLETA

PEDRO BICICLETA

La historia de nuestras luchas revolucionarias está forjada por miles de héroes que prefieren pasar en el anonimato, uno de ellos es Pedro Andrés Padrón Cabrera.

Texto y foto:

GABRIELA MILENA PADRÓN MOREJÓN,

estudiante de primer año de Periodismo,

Facultad de Comunicación,

Universidad de La Habana.

Su constitución delgada y un poco encorvada, muy parecida a la del Quijote de Cervantes, piel morena maltratada por el sol, manos callosas de toda una vida de trabajo y ojos azules que no pierden nunca el brillo, hablan por él. Parece cansado de tanto batallar, pero es fuerte.

Pedro Andrés Padrón Cabrera o Pedro bicicleta, como le decían cuando era clandestino, tiene 82 años, vive en Ciego de Ávila y su memoria envidiable le permite sostener una conversación sobre cualquier tema. Es, también, una de las personas más cultas que conozco.

“Me encanta leer, lo poco que sé, lo aprendí leyendo”, comenta mientras busca en su mesita de noche los periódicos guardados, con los discursos de los mandatarios amigos de Cuba, que vinieron a rendir tributo póstumo al Comandante en Jefe de la Revolución cubana.

De joven fue miembro del Movimiento 26 de Julio en la ciudad de Ciego de Ávila y compañero de lucha de los mártires Ricardo Pérez Alemán, Pedro Martínez Brito y Raúl Cervantes. Por su relación con la familia Cervantes forma parte de la organización revolucionaria.

“Recuerdo una vez en que pusimos petardos al periódico local que en aquel momento se llamaba El Pueblo y respondía a los intereses de la burguesía. Hicimos todo tipo de acciones, desde tirar petardos y cocteles molotov, hasta provocar apagones generales y regar propagandas contra la tiranía de Batista.

“Relacionarme con personas que tenían ideas de carácter revolucionario alimento mi toma de conciencia sobre lo que ocurría en el país. Con ellos entendí cuál era el objetivo del movimiento y por qué la necesidad de luchar”, afirma.

¡Pedro bicicleta! Obtuvo ese sobrenombre cuando era luchador clandestino, parecía un rayo doblando las esquinas, “era la forma más rápida y segura que tenia para distribuir las propagandas contra el gobierno”.  

Hace tres años debutó con una enfermedad respiratoria crónica (EPOC), lo que le impide realizar hasta las más sencillas tareas de la cotidianidad. Ahora cambió su motociclo por un botellón de oxigeno que sus hijos mueven por toda la casa como si fuera un tentempié.

Ya no anda en bici por la calles de su ciudad avileña, no se levanta a las seis de la mañana para colar café y ver la revista Buenos Días, ni hace guardias nocturnas, como cuando lo conocí, porque su salud no lo permite.

Como muchos otros, Pedro es uno de eso héroe que andan ocultos, que no buscan ser reconocidos, solo les basta con despertar cada día y seguir viviendo en este país, al que le regaló sus mejores años.

Pie de foto: Pedro Andrés Padrón Cabrera perteneció al Movimiento 26 de Julio en la provincia Ciego de Ávila.

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