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Isla al Sur

UN LÁTIGO QUE AÚN AZOTA

UN LÁTIGO QUE AÚN AZOTA

MARÍA CARLA GÁRCIGA RODRÍGUEZ,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.  

La violencia contra la mujer en Cuba se produce mayoritariamente en la relación de pareja y en el espacio doméstico como ámbito privilegiado para agredirlas, según estudios del Grupo de Trabajo Nacional para la Atención y la Prevención de la Violencia Intrafamiliar.

En los tres últimos años, se han reportado varios casos similares al de Ana B.* El padre comenzó a abusar sexualmente de ella al cumplir los 13 años y la amenazaba con matar a su madre si se lo decía a alguien. La familia se enteró de lo que sucedía cuatro años después. Ya han pasado seis desde entonces y nadie sabe qué fue del individuo.

“No quiero recordar nada del pasado”, afirma la joven, “ahora estoy casada con un hombre magnífico que es el padre de mis dos hijos. Solo me interesa vivir el presente y garantizarle un futuro digno a mis niños”.

Datos estadísticos acerca de este fenómeno en la Isla, arrojan que el 94 por ciento de las víctimas de violación son féminas, y el 96 por ciento de los violadores son del sexo masculino.

“La Revolución Cubana ha hecho esfuerzos por difundir y promover ideas acerca de la igualdad entre los géneros, pero siguen subsistiendo premisas entre la población como la inferioridad de la mujer con respecto al hombre y la jefatura de este último en el hogar”, explica  Iliana Artiles, vicedirectora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (CENESEX).

La socióloga Clotilde Proveyer, especialista en estudios sobre violencia en Cuba, señala que la violencia contra la mujer se produce debido a la permanencia de la cultura patriarcal en la sociedad cubana.

“A muchos hombres se les inculca desde pequeños un concepto preconcebido de masculinidad. Les enseñan a golpear, a ser rudos y les dicen que deben imponerse ante la mujer; lo contrario lo consideran como signo de debilidad”, añade la psicóloga Celia Berges, coordinadora del Grupo Nacional de Trabajo para la Prevención y Atención de la Violencia Intrafamiliar.

La violencia puede expresarse en la discriminación hacia la mujer (laboral, político, institucional), así como en el maltrato físico, psicológico, social, sexual o patrimonial. Los variados tipos de violencia ocurren mayormente dentro de la vivienda: el 75 por ciento bajo bebidas alcohólicas y el 85 por ciento por agresión física.

“Viví durante ocho años con un hombre que me pegaba. Él era muy celoso y le gustaba tomar; decía que me vestía de forma provocativa porque usaba la ropa corta”, confiesa Talía M.*.

“Hace un año que nos separamos, pero aún así no sé qué sucederá si lo vuelvo a ver… tengo miedo de flaquear, pues siento que aún lo quiero”, dudó la joven.

“Todas las excusas que dan los agresores radican en responsabilizar a la víctima de los maltratos, y muchas veces son ellas mismas las que se autoculpan y lo justifican; ahí sin dudas está funcionando una autodiscriminación”, asegura la especialista Celia Berges.

Un sondeo de opinión realizado por la revista Somos Jóvenes a estudiantes de preuniversitario, arrojó criterios opuestos por completo a la práctica de la violencia física; sin embargo, la mayoría reconoce haber adoptado actitudes de agresión psicológica con su pareja como expresión de poder.

“En nuestro país se estima que una de cada 10 víctimas opta por la denuncia; aún así, abundan quienes la retiran después de haberla presentado ante la policía; de ahí la imprecisión de las estadísticas nacionales con respecto a este fenómeno”, expresa la psicóloga Iliana Artiles.

Los estudiosos del tema coinciden en que las causas fundamentales de que no se produzca la acusación por parte de las víctimas son el miedo a una represalia, la vergüenza, la humillación, el sentimiento de culpa, el desconocimiento de que existen mecanismos de ayuda, y hasta  la ignorancia de la situación de violencia en la que viven.

Celia Berges alega que las pocas veces que las mujeres se aventuran a denunciar al agresor, es debido a que ven amenazados a sus hijos o algún otro ser querido.

La violencia contra la mujer puede traer consecuencias para la salud física como infecciones de  transmisión sexual, dolor pélvico crónico, abusos de drogas, discapacidad, suicidio y homicidio. En cuanto a la salud mental, este fenómeno puede derivar en estrés post traumático, depresión, disfunción sexual o desorden de personalidad múltiple.

Las mujeres cubanas son apoyadas completamente por el Gobierno y sus derechos son defendidos mediante las legislaciones vigentes. A través de las Casas de Orientación de la Mujer y la Familia, la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) brinda información para resolver el problema que presenten las féminas mediante talleres y cursos sobre violencia familiar, igualdad de la mujer, autoestima, entre otros. Además, pueden recurrir al médico de la familia, a los servicios de orientación y terapia sexual y a las oficinas de atención a los derechos ciudadanos de la Fiscalía Municipal.

Las expertas Celia Berges y Clotilde Proveyer, coinciden en no dejar la solución solo en manos del juez o el fiscal. Agregaron que entre las opciones en discusión se encuentran los tribunales de familia, integrados por juristas, pedagogos, psicólogos y otros especialistas capaces de hacer una valoración integral de la familia, de la persona y del hecho, para buscar solución al problema.

* Nota: Los nombres de las víctimas han sido sustituidos por seudónimos para respetar su solicitud de privacidad

Ficha técnica:

Estrategia de fuentes:

Iliana Artiles, Vicedirectora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (CENESEX).
Clotilde Proveyer, socióloga especialista en estudios sobre violencia en Cuba.
Celia Berges, psicóloga coordinadora del Grupo Nacional de Trabajo para la Prevención y Atención de la Violencia Intrafamiliar.
Talía M.*, víctima de violencia física.
Ana B.*, víctima de violencia sexual y psicológica.
Coloquio Internacional Violencia/Contraviolencia en la cultura de mujeres latinoamericanas y caribeñas, del 18 al 22 de febrero de 2008. Casa de las Américas. Cuba.
Revista Somos Jóvenes Digital, Febrero 2008. Amar sin violencia, por Yarelis Rico.
Periódico Guerrillero. Miércoles 16/02/05. Amores que matan, por Ana María Sabat.
Revista Bohemia. 4/03/05. Violencia doméstica: la espiral del maltrato. Por Iramis Alonso, Dixie Edith y Ariel Terrero.
Revista Cubana de Medicina General Integral. julio-agosto 2004. Violencia Intrafamiliar. Enfoque de género. Varios autores.

Soportes empleados:

Se mostraron antecedentes; diversas fuentes entre especialistas, víctimas y trabajos documentales sobre el tema; se responden los porqués y los cómo. Se da una explicación abarcadora del hecho y se exponen datos.

Juicios empleados: Se utilizaron juicios analíticos para comprender la dimensión de la problemática y demostrar que aún existe y que es preciso combatirla. Se emplearon juicios avalados por especialistas en el tema y se responden los cómos y los porqués.

Niveles de interpretación: Está presente la explicación, ya que se le da al lector una panorámica general del significado de los hechos. Además, muestra elementos para que el receptor logre entenderlo y valorarlo.

 

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