Blogia
Isla al Sur

LOS DIOSES DEL PRESIDIO

LOS DIOSES DEL PRESIDIO

HERBERT PINO RODRÍGUEZ,
estudiante de cuarto año de comunicación Social,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

“Cada mundo tiene sus dioses. El mundo del presidio también tiene los suyos… ¡Los dioses del Presidio, son también criminales, son también presidiarios! ...”. Estos son los hombres descritos por Pablo de la Torriente Brau en su libro “El Presidio Modelo”, cuyas dos primeras apariciones fueron en 1969 y 1975, tres décadas después de su realización. Pablo compiló una serie de materiales para construir esta magnífica obra, en la cual plasma la investigación realizada durante los años de su encierro en el “Antro Modelo” y los posteriores a su excarcelación. Sin lugar a dudas, fue toda una proeza literaria llevar a estas páginas la denuncia de los principales males que caracterizaron la prisión de Isla de Pinos. En palabras del autor, el libro “de alguna manera penetra hasta el antro de la inmundicia humana” y logra trascender a través de su propia voz y las narraciones de los presos como una obra de incalculable valor para la historiografía cubana.

El 16 de septiembre de 1931, Pablo llegó al Presidio Modelo en unión de veintitrés presos más. Comenzaría así la lucha por la supervivencia en un lugar donde las crueldades y maltratos estaban a la orden del día. “El Presidio no es sino un reflejo de la calle. El capitán Castells impuso en la penitenciaría de Isla de Pinos el terror que sobre toda la República de Cuba desató el General Machado; ahora de nuevo Cuba bajo el terror, la muerte vuelve a pender sobre el presidio…”. De esta forma, Pablo deja entrever desde el propio prólogo del libro, su objetivo para con el mismo, una crítica profunda a los horrores cometidos por el machadato y su expresión más acabada en el Presidio Modelo. Son recreados aquí una variedad de crueles personajes encargados de administrar justicia, de ordenar los suicidios, evitar los robos y perseguir la sodomía, en realidad, un conjunto de hombres explotadores de presos comunes, cuyo plan de exterminio selectivo constituyó un verdadero genocidio apoyado por las autoridades de la época.

El texto se divide en diez partes con nombres independientes y cada uno en capítulos titulados en sucesión de números romanos hasta el LIII. Todo un compendio de narraciones que los protagonistas exponen, a través de anécdotas y experiencias, según los sufrimientos y vejaciones a que fueron sometidos. Mientras tanto, se escuchan los criterios de los principales verdugos, en un marcado contraste entre ambos bandos: el de los oprimidos y el de los opresores. Todos frutos del sistema carcelario injusto e inmoral existente en la  década del treinta.

Esta obra denota la madurez que como escritor iba alcanzando Pablo de la Torriente Brau, ya sea por su valor testimonial como por el dominio de la escritura y el empleo de una multiplicidad de recursos expresivos. Además, en ella cifró todas sus esperanzas y puso su mayor empeño, sin importar los posibles riesgos y consecuencias. “El presidio Modelo” llega hasta nuestros días para legarnos un referente histórico importante en la comprensión y análisis de la compleja situación social y política de la primera mitad del siglo XX en Cuba.


 

0 comentarios