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“EDUCAR ES SALDAR LA DEUDA CON LA HUMANIDAD”

“EDUCAR ES SALDAR LA DEUDA CON LA HUMANIDAD”

Olga Lidia Reyes Peña, profesora Premio Especial del Ministro de Educación, y directora de Relaciones Internacionales del Instituto Superior Enrique José Varona, conversa acerca de sus experiencias en el magisterio y el plan de profesores emergentes.

Texto y foto:
MARÍA ELENA MARCELO TORRES,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Su rostro es agradable: pelo corto y castaño, piel blanca, ojos pequeños y expresivos, boca delicada. Tiene, además, la voz dulce, pero firme, que uno supone debe poseer el maestro. Así me llega la primera impresión de Olga Lidia Reyes Peña, profesora Premio Especial del Ministro de Educación, y directora de Relaciones Internacionales del Instituto Superior Enrique José Varona.

-¿Qué significa la palabra maestro?

Dar amor, educar a otros, transmitir conocimientos, y con toda la extensión de estas palabras, construir un mundo mejor. Hay una frase de Martí en la que creo mucho: “Educar es saldar la deuda con la humanidad”. Cuando uno tiene la vocación del magisterio, la lleva desinteresadamente y siempre desea compartir. Es una disposición de mucho sacrificio y amor.

Llevo años en el Instituto Superior Enrique José Varona y me identifico mucho con los jóvenes. Esta profesión obliga a mantenerse viva, activa, actualizada: los estudiantes imponen muchos retos. Al final, es importante evaluar el saldo, preguntarse: ¿qué logré en ellos?

La obra del magisterio es de largo alcance y sus resultados se ven con el paso del tiempo. Exige mucho. Ser maestro demanda que aunque estés en los quehaceres domésticos, también prepares clases, realices estudios e investigaciones, califiques pruebas y te  actualices para poder enseñar otro día. El magisterio es una profesión que ocupa todos los días.

-¿Cómo comienza en el magisterio?

La historia empezó hace 25 años. Estaba en el Instituto Saúl Delgado, del Vedado, y por vez primera se habló de incorporar a jóvenes que hubieran terminado el preuniversitario, al Destacamento Manuel Ascunce Domenech. Era el 6to. Contingente. En aquel entonces era secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) de mi escuela y aquello se convirtió en una tarea, pues si queríamos que los estudiantes se incorporaran, había que dar el ejemplo.

Después, en la inauguración del curso escolar, el Comandante en Jefe Fidel Castro planteó la solicitud que le había hecho la República Popular de Angola de formar un destacamento de maestros internacionalistas. Pero Cuba no tenía la cantidad de docentes necesarios para sacar a 1 000 de sus aulas. Por tanto, la fuente de esa vanguardia fueron los estudiantes que entramos al 6to. Contingente Manuel Ascunce Domenech y nació así el 1er. Destacamento Internacionalista Ernesto Che Guevara. Fui a Angola por un año.

Regresamos terminada la misión y continuamos nuestros estudios. Me seleccionaron, con segundo año de la carrera concluido, para  un plan de formación de especialistas en el área de las ciencias sociales. Estudié ruso, llegué a la Unión Soviética y luego me gradué como Licenciada en Ciencias Económicas, en la especialidad de Economía Política. Después, en septiembre del año 1984,  me pusieron a trabajar en el Varona y ya voy aquí por mi curso número 24.

-¿Qué es para usted el Premio

Especial del Ministro de Educación?

Es un premio a los profesores que se destacan por su trayectoria laboral. Cuando me lo dieron, estábamos haciendo estudios acerca de las características educacionales de la ciudad. Desarrollamos una tarea en esa etapa para estrechar los vínculos de la Universidad Pedagógica con las estructuras de dirección provincial y municipales. Las líneas eran la atención a la labor metodológica y la conducción del trabajo con los directivos, porque cada escuela, como una orquesta, necesita un director. Pero todo reconocimiento pone una meta: seguir trabajando.

-¿Cuál es su opinión acerca del

plan de profesores emergentes?

En Cuba, históricamente, el maestro se ha formado en condiciones de emergencia. Un ejemplo fue la Campaña de Alfabetización. Si me preguntan: ¿cómo fue la campaña?, diría que todo aquel dispuesto a enseñar, se incorporó. La campaña fue una primera emergencia, hubo otras. A esos alfabetizadores se les dio luego la oportunidad de continuar en el magisterio por medio de diferentes planes de formación de maestros.

Más tarde, con los cambios que se venían dando en la enseñanza primaria, hubo que reforzar la secundaria y surgió el Destacamento Manuel Ascunce Domenech. El Período Especial fue otro momento de aprietos. Mantener las escuelas abiertas y a los alumnos en las aulas constituyó el gran desafío. Creo que los éxitos de la educación cubana de hoy, deben mucho a jóvenes que dieron su paso al frente durante la historia de los destacamentos. Las misiones de las que hablamos ahora tienen un antecedente en aquellos núcleos.

El profesor general integral se está formando con un carácter de emergencia para responder al llamado de reforzar el trabajo educativo. Es muy difícil esperar la vía normal de formación. Para garantizar la proporción alumno-profesor y fortalecer la labor pedagógica y la atención a las diferencias individuales, hay que preparar los maestros emergentes y apelar mucho al desarrollo individual, al auto-estudio, a la asesoría, al quehacer metodológico, y aprender desde la escuela y para la escuela en el ejercicio de la práctica.

Ellos son jóvenes, les falta preparación, esto es completamente cierto, pero educar significa también dar espiritualidad, amor, volcarse de lleno al aula. Creo que requieren de tiempo, pero llegarán, como lo hicieron otros en épocas distintas.

-Un reto que tiene nuestro

sistema educativo es…

Todos los sistemas educativos tienen como reto estar a la altura de sus tiempos; para un maestro, esto se traduce en estar en correspondencia con las exigencias sociales.

Cuba tiene un contexto histórico concreto, en la medida en que creemos las condiciones, podremos perfeccionar las formas de preparación. Afortunadamente, si algo ha caracterizado a nuestro sistema educativo es que constantemente se ha transformado para responder a las exigencias de la sociedad.

De hecho, el plan de maestros emergentes no viene solo, sino acompañado por materiales didácticos, videos, computadoras y softwares educativos que apoyan la actividad docente y permiten a estos jóvenes convertirse en gestores del proceso educativo. Lo asumo como un logro enorme.

Durante sus años como profesora, Olga Lidia Reyes Peña ha saldado con creces su deuda con la humanidad, como irradia el ideario martiano; sin embargo, el amor por la profesión que desempeña, por el oficio de forjadora de hombres, la lleva a seguir adelante con acrecentada pasión y entrega cada día.

Esta entrevista forma parte del libro en preparación Rostros del Varona, escrito como examen final del género por alumnos de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, a propósito del aniversario 45 de la casa de altos estudios pedagógicos.

Ficha técnica:

Objetivo central: Obtener las opiniones de la entrevistada acerca del magisterio.

Objetivos colaterales: Indagar acerca de su experiencia como pedagoga y su opinión acerca del sistema educacional cubano y el plan de profesores emergentes.

Clasificación de la entrevista:
Por sus participantes: Individual.
Por su forma: De opinión.
Por su contenido: De preguntas y respuestas.
Por el canal por el que se obtuvo: Cara a cara.

Tipo de título: De Cita directa.
Tipo de entrada: De retrato.
Tipo de cuerpo: De preguntas y respuestas.
Tipo de preguntas: Todas son preguntas abiertas.
Tipo de cierre: De opinión del entrevistador.

Fuentes consultadas:
Currículo de la entrevistada.
Sitio web del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona.


 

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