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Isla al Sur

EL DULCE FRUTO DEL VIENTRE

EL DULCE FRUTO DEL VIENTRE

La mala planificación de las mujeres diabéticas para concebir hijos, por falta de información o irresponsabilidad de las pacientes, provoca el aumento del número de trastornos congénitos en los fetos y una elevada mortalidad infantil.

CLAUDIA MARÍA LUGO ROQUE,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

De los 805 embarazos concebidos por mujeres diabéticas pregestacionales durante los últimos ocho años, sólo seis de ellas dieron a luz niños con malformaciones; mientras que de las 1 031 que carecen de consultas preconcepcionales, 73 tuvieron bebés con trastornos congénitos, según un estudio de la Asociación Nacional de Diabetes y Embarazo.

La investigación descubrió, además, que de esos 2 024 casos, cinco criaturas, de madres bajo vigilancia médica antes de la gestación, murieron al nacer, y de las que no se trataron, 60 fallecieron.

Si la mujer diabética no asiste a las Consultas de Riesgo Reproductivo, su hijo puede sufrir anomalías como la hidrocefalia, la macrosonía fetal (niño con más de nueve libras), así como problemas renales y cardiacos.

“Salí en estado sin cumplir con el tratamiento preconcepcional por decisión propia y jamás me compensé en mi embarazo. Mi bebé nació sin problemas, pero a mí me afectó muchísimo la vista”, expresa Yaritza González, de 26 años.

“Este programa de revisiones antes de la gestación es de vital importancia para la preparación de pacientes que como yo deseamos tener hijos y se debería informar a la población acerca de su existencia mediante los medios de prensa”, afirma María Fernández.

El doctor Jacinto Lang Prieto, secretario de la Asociación Nacional de Diabetes y Embarazo, destaca la importancia de realizar un control metabólico de las futuras madres a lo largo de todo el período de gestación para evitar muertes, trastornos congénitos y complicaciones.

“Esta vigilancia se realiza mediante un programa de preconcepción para las pacientes en edad fértil, y exige un análisis mensual llamado hemoglobina nicosilada.  Si el resultado del estudio está  por debajo de un siete por ciento, esa futura madre puede tener criaturas con un menor o nulo riesgo para su salud”, explica el especialista.

Entre las condiciones ideales para el embarazo en una mujer con la enfermedad, Lang Prieto menciona: tener  entre 18 y 30 años de edad y un buen control metabólico, carecer de complicaciones crónicas, ser disciplinada, contar con una adecuada adaptación psicológica y un nivel intelectual que le permita interiorizar las orientaciones de su tratamiento.

“Si estos requisitos no se cumplen, la paciente debe evitar quedar en estado”, manifiesta el doctor Antonio Márquez Guillén, presidente de la Asociación Nacional de Diabetes y Embarazo, y recomienda como métodos anticonceptivos el condón, el diafragma y los productos espermaticidas locales no irritantes.

En las mujeres con complicaciones severas, que contraindican totalmente la gestación o en aquellas con dos hijos vivos sanos, es aconsejable la esterilización definitiva, indica un informe de esa institución.

“En las consultas el doctor pide al menos tres exámenes de hemoglobina compensadas para permitirte tener niños. Yo tuve esa autorización durante un año, pero presenté otras complicaciones, no pude quedar en estado y perdí el permiso”, cuenta María Fernández.

La enfermedad también puede surgir durante el embarazo (diabetes gestacional) y permanecer hasta el mismo momento del parto. El primer registro de esta condición es una publicación del año 1963, en la cual informan que el 30 por ciento de las mujeres embarazadas, en el hospital Calixto García, perdían  a sus bebés por trastornos de los niveles de la  glucosa.

“Este padecimiento no aparece como un fantasma, se anuncia con descompensaciones discretas y en mi caso después de quedar en estado”, asegura Bárbara Martín, paciente de las consultas de riesgos con seis meses de gestación.  

Un estudio realizado por el Instituto de Endocrinología revela que de 100 embarazadas, cinco son diabéticas, lo que implica problemas tanto inmediatos como futuros para el binomio madre-feto, porque pueden desarrollar obesidad y la propia enfermedad de manera permanente.

“A raíz de la concepción de mi primer bebé, hace 12 años, desarrollé diabetes gestacional y luego del parto debuté como paciente con multidosis de insulina”, expresa la pinareña Caridad Rodríguez.

Hay mujeres que desconocen su padecimiento y cuando presentan factores de riesgo como la obesidad, familiares diabéticos de primera línea, otros hijos con más de nueve libras al nacer o abortos espontáneos, antes de embarazarse requieren una glicemia en ayuna. Si el resultado de esta prueba supera el 4,4 por ciento, necesita comprobar su  tolerancia a la glucosa y si está alterada, ir a las consultas.

“Yo perdí una barriga hace 11 años, pero ahora tengo dos meses y vengo al instituto a controlar mi gestación mucho antes de concebir”, cuenta Aimé Álvarez mientras acaricia su vientre.

Según el doctor Antonio Márquez Guillén, se han creado centros para que atiendan la diabetes y el embarazo en todas las provincias del país. En La Habana existen cuatro locaciones de servicio, además de la central que radica en el Hospital Ginecobstétrico González Coro.

“Antes las diabéticas iban a los hospitales e ingresaban en las salas que le tocaran y así no se podía manejar bien su estado, salud y feto. Por eso iniciamos las investigaciones y organizamos este proyecto”, agregó.

Los principales objetivos de las consultas  de riesgo son brindar educación diabetológica y sexual a la pareja y familiares de la paciente, diagnosticar y tratar los posibles trastornos ginecológicos, la infertilidad y un precoz embarazo.

El doctor Lang asegura que este proyecto se ha extendido a todo el país gracias la labor del Programa de Atención Materno-Infantil (PAMI), del Ministerio de Salud Pública y al apoyo de organizaciones no gubernamentales como la Fundación Mundial de Diabetes (WDF por sus siglas en inglés) con el aporte de los equipos para el funcionamiento de los centros provinciales.

“Los cuantiosos recursos materiales y humanos dedicados a la habilitación de 18 Servicios de Diabetes y Embarazo en otras regiones de la Isla  posibilitaron en los últimos años una disminución de 30 muertes perinatales de niños de pacientes y menos fallecimientos maternos atribuibles directamente a la diabetes mellitus”, explicó el doctor Márquez Guillén al diario Granma.

“Esa fundación nos donó monitores y cardiocatógrafos para vigilar al feto, exámenes de la  hemoglobina nicosilada, cronómetros de la glucemia a los que las embarazadas acceden en las consultas de riesgo”, añadió el presidente del programa.

El tratamiento que Cuba aplica a las gestantes con este padecimiento es una guía internacional y fue destacado en el último congreso de la Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD), porque contiene normas para la  atención  durante el embarazo y después de su culminación.

“Nuestra nación es el único Estado en el mundo que cuenta con un programa de este tipo a nivel nacional y además prepara a especialistas  de otros países. Yo espero que en el futuro, cada embarazada diabética opte por las consultas preconcepcionales y sea menor el índice de nacimientos con malformaciones y las muertes prenatales”, concluyó Márquez.

Texto complementario:

Frecuencia de Malformaciones en Hijos de Madres Diabéticas  y Población en General

Nacimiento en diabéticas pregestacionales: 2 024 (8 años de trabajo de investigación).

Con buen control preconcepcional: 805 (39,8%).

Malformaciones: 6 (0,7%).

Mortalidad perinatal: 5 (0,6%).

Con mal control preconcepcional: 1 031 (50,9%).

Malformaciones: 73 (7,1%)

Mortalidad perinatal: 60 (5,8%).


 

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