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Isla al Sur

HISTORIAS DE UN ESCRITOR DECEPCIONADO

HISTORIAS DE UN ESCRITOR DECEPCIONADO

El libro la Soledad del tiempo, de Alberto Guerra Naranjo, es un reflejo de la difícil situación de los escritores noveles en Cuba.

YANDRY FERNÁNDEZ PERDOMO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación,
Universidad de La Habana.

Cuando la dura realidad se impone ante los ojos de una persona ilusionada y cargada de sueños, las pasiones y las fantasías se marchitan. Este puede ser el hilo conductor de la novela La soledad del tiempo, de Alberto Guerra Naranjo. Su calidad narrativa la convierte en una obra excepcional, sobre todo, porque aborda temáticas conmovedoras de la Cuba en el oscuro Periodo Especial.

Los hechos históricos y la ficción convergen en este trabajo, publicado por Ediciones Unión, para reflexionar acerca de temas cotidianos en la Isla como las diferencias sociales, el racismo, la marginalidad u otros más complejos, como el triste “Quinquenio gris”, en la cultura cubana.

El personaje principal es Sergio Navarro, custodio de almacén, que en su tiempo libre escribe cuentos. Sus peripecias cotidianas van más allá de la simple vida de un cubano corriente, y reflejan una crítica social hacia las instituciones culturales del país, lo que hace diferente a esta obra de muchas otras que han escrito algunos autores sobre la temática del Periodo Especial.

La pasión cuentista de Guerra Naranjo lo lleva a iniciar la novela con el capítulo “Los Heraldos Negros”, donde desarrolla la trama del protagonista con un cuento que escribió para presentarlo en un certamen literario. A partir de ahí, una cadena de infortunios se despliega consecutivamente para este hombre, lo que provoca que se cuestione el funcionamiento de todo un país.

En uno de los apartados finales titulado “Hospital”, se evoca un análisis histórico sobre la controversial temática del suicidio de grandes personalidades, donde comenta acerca de la misteriosa muerte de Ernest Hemingway, Horacio Quiroga, Miakovski, Emilio Salgari, y los cubanos Miguel Collazo, Guillermo Rosales, entre otros.

Un aspecto sobresaliente de la obra, y a la vez en ciertos momentos criticable, es el lenguaje coloquial con que está escrita la novela, donde se utilizan expresiones sencillas para reflejar la vida de las personas comunes en nuestro país; sin embargo, en ciertos momentos, en los cuales se tocan aspectos críticos de la sociedad, el empleo de expresiones vulgares a veces no resulta el más adecuado.

El libro está estructurado por capítulos de similar extensión unos de otros. El empleo del narratario marcado, que adopta, en muchos casos, la voz del personaje principal, es otra característica del texto. También los acontecimientos se presentan como previos al momento en que son descritos.

La novela representa el primer escrito de grandes proporciones de su autor, pues antes, lo único que había publicado, en el año 2000, fue un libro de cuentos llamado Blasfemia del escriba, donde se adentraba en el universo cultural de la Isla como un promisorio escritor. Con su pluma ha logrado premios como el Luis Rogelio Nogueras, en 1992, y el Ernest Hemingway, en 1998.

Como es habitual en muchas ediciones cubanas, la portada de la obra, diseñada en esta ocasión por Elisa Vera Grillo, difiere un poco del contenido del escrito con su idea original, lo que le resta atractivo para la venta.

Esta primera gran obra de Alberto Guerra Naranjo muestra su calidad narrativa y vale por sí sola, sin necesidad de grandes argumentos críticos que permitan comprenderla, pues La soledad del tiempo adentra en las problemáticas de los escritores noveles en el Periodo Especial.

Pie de foto: Sergio Navarro, un custodio de almacén, es el eje central de esta novela (Foto tomada de lajiribilla.cu).

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