¿VIVIENDO LA VIDA LOCA?
El consumo de drogas causa daños al adicto y a toda la sociedad. En Cuba se han creado organismos y centros de asistencia para luchar contra ese flagelo.
DALIA GONZÁLEZ DELGADO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación de la
Universidad de La Habana.
Jorge, de 17 años, acudió al médico con sus padres, quienes se mostraban muy preocupados por haber notado comportamientos extraños en su hijo. En los últimos meses llegó en ocasiones a su casa algo confundido y hablando cosas sin sentido. Su rendimiento escolar bajó considerablemente. Descuidó el aseo personal a tal punto que sus compañeros lo rechazaban. Comenzó a quedarse sin ropa y luego desaparecieron misteriosamente varios objetos de valor de su casa.
En la entrevista con el psiquiatra Jorge confesó que vendía todo lo que encontraba para comprar drogas. Era adicto a la cocaína. Así, lo que comenzó como una diversión ocasional, pronto se convirtió en una pesadilla.
Pero, ¿qué es una droga? Según el máster en toxicología Raúl González Pérez, del Centro Nacional de Toxicología, es «toda sustancia química, natural o sintética con efectos sobre el sistema nervioso central, que se consume para obtener una alteración del estado de ánimo que resulta placentera y puede producir fenómenos de tolerancia y adicción».
El consumo de sustancias que afectan la conciencia y el comportamiento se remonta a los albores de la humanidad cuando el hombre primitivo en su etapa de recolector comenzó a interesarse por el efecto de las plantas y logró acumular rudimentarios conocimientos que pronto se hicieron exclusivos de una élite de chamanes, brujos, hechiceros y sacerdotes, cuyos «poderes», se basaban en la supuesta comunicación con fuerzas sobrenaturales.
Las primeras referencias escritas sobre la utilización del opio como medicamento aparecen en las tablillas de arcillas numerarias cuya antigüedad es de 5 000 años, y unos 10 siglos después se registraron el vino, la cerveza, la mandrágora y los derivados de la Cannabis Sativa (marihuana). Ya desde esa época se reportan hojas de coca en enterramientos peruanos como testigos de la ancestral costumbre.
En la actualidad, el número de sustancias que se engloban bajo la denominación de drogas es cada vez más amplio y diverso. Junto a fármacos de prescripción legal, como la ketamina y el parkisonil, cuyo uso indebido conduce a problemas de drogodependencia, se incluyen en la lista productos que se compran y venden de forma ilegal, como la cocaína, heroína y marihuana.
Además, están contempladas otras sustancias que se comercializan legalmente, como el tabaco y el alcohol. Estas últimas son las menos dañinas, pero en muchas ocasiones son la puerta de entrada al consumo de las ilegales.
Efectos dañinos del consumo de drogas
La numerosa literatura consultada indica que las drogas actúan sobre el sistema nervioso central y producen un efecto depresor, estimulante o perturbador. Las sustancias depresoras provocan relajación, sedación, somnolencia, hipnosis e incluso coma, en tanto los estimulantes dan una sensación de fatiga y alteraciones del apetito o del sueño. El tercer grupo, los perturbadores, altera la percepción de la realidad, el estado de conciencia y provoca alucinaciones.
El máster Raúl González expresa que «a medida que el organismo se adapta a la presencia habitual de una sustancia se puede producir el fenómeno de la tolerancia, es decir, la necesidad de consumir dosis cada vez mayores, y con más frecuencia para conseguir los mismos efectos.
«Además, el empleo repetido de una droga puede crear adicción, es decir, la necesidad compulsiva de consumirla regularmente sin que sea posible moderar su consumo o suprimirlo. La mayoría de las drogas producen dependencia física y psicológica».
Cuando una persona necesita consumir una droga para conseguir un estado afectivo agradable o evitar un estado desagradable, tiene una dependencia psicológica de esa sustancia. Muchas veces, la subordinación es muy fuerte y difícil de superar, manifiesta el especialista para explicar el proceso.
Por otra parte, asegura que el uso regular de una sustancia química produce, en muchos casos, alteraciones fisiológicas en el organismo, los cuales originan una dependencia física de ella. El cuerpo se «acostumbra» a la presencia de la droga y la «necesita» para funcionar con normalidad. Si la droga se suprime o se reduce, el organismo responde con un conjunto de síntomas físicos y psíquicos que reciben el nombre de síndrome de abstinencia.
Según el toxicólogo, ¿qué otras consecuencias trae el consumo de drogas? Una muy usada, la marihuana, produce bronquitis y cáncer de pulmón en mayor proporción que la determinada por el tabaco. Afecta, además, la vida sexual y la capacidad reproductiva, y para las embarazadas es terrible, pues el desencadena malformaciones en el feto.
Algunas drogas, como la heroína, que se administran de forma endovenosa, pueden tener efectos mortales, pues están vinculadas con la transmisión de enfermedades como el VIH.
Un efecto común para todo tipo de sustancias, y el más costoso para la sociedad, es el llamado síndrome amotivacional, expresado por una carente falta de interés ante todo.
Por eso, los especialistas aseguran que el daño de las drogas no se limita al consumidor excesivo que termina siendo un esclavo de la sustancia, sino que constituye, además, un problema social. Origina graves conflictos familiares, de pareja, escolares, laborales e, incluso, problemas legales que deterioran el entorno social de la persona.
De la misma manera que existe el fumador pasivo que soporta los daños del tóxico sin consumirlo directamente, están los bebedores pasivos y quienes sufren las consecuencias del consumo de sustancias ilegales en el papel de cónyuges, hijos, padres, y también en el de transeúntes víctimas de accidentes, violencia y otros comportamientos igualmente reprobables.
¿Las adicciones pueden evitarse?
La psicóloga Diancy Medina, del Centro Nacional de Toxicología, afirma que «los más propensos a iniciar el consumo de drogas son los jóvenes, y las causas fundamentales son el desconocimiento de sus efectos nocivos, la curiosidad por experimentar algo nuevo, la presión del grupo, evadir problemas, desafiar la autoridad, obtener placer mezclado al sexo y, muchas veces, para desinhibirse. También están los llamados factores de riesgo, es decir, condiciones que favorecen la posibilidad de que un joven se inicie en el consumo de drogas».
Según la especialista, estos factores se dividen en tres grupos: individual, familiar y social.
Entre los individuales da gran peso a la desvinculación docente o laboral y la baja autoestima. También influye negativamente el empleo inadecuado del tiempo libre, el autocontrol deficiente, amigos con conducta de riesgo y los trastornos mentales.
Dentro los factores de riesgo familiares, que desempeñan un papel protagónico, se encuentran los hogares incompletos o monoparentales, familia facilitadora de dinero en exceso, desatención de los padres, padres alcohólicos o adictos a drogas, carencia afectiva y violencia en el hogar.
Los sociales, no menos importantes, incluyen la ausencia de actividades culturales o recreativas para el empleo del tiempo libre y el expendio de bebidas en lugares y horarios inadecuados.
¿Cómo disminuir esos factores de riesgo? La psicóloga Medina recomienda algunas acciones como «el acceso a una recreación sana y la oportunidad de emplear el tiempo libre positivamente, conocer sobre lo dañino del consumo de drogas, poseer vinculación laboral o estudiantil, amigos sin conducta de riesgo y vivir en una familia funcional con buenas relaciones interpersonales».
A los padres, aconseja «ser cariñosos y solidarios con sus hijos sin sobreprotegerlos, sobre todo en la etapa de la adolescencia donde se forma la personalidad. Tratar de que reine en el hogar un ambiente de amor, armonía y ejemplaridad. Además, es muy importante convertirse en fiel amigo y confidente de los hijos y velar por las amistades que él escoge».
El comportamiento de las adicciones en Cuba
Cuba no está ajena al conflicto de las adicciones. Datos estadísticos del Ministerio de Salud Pública apuntan que las edades en que más se consume oscilan entre los 17 y los 35 años, y el sexo predominante es el masculino. Las sustancias más utilizadas son los psicofármacos y la marihuana.
Para luchar contra este problema se creó, en el año 2002, el Grupo Operativo de Salud Mental y Adicciones (GOSMA), integrado por médicos, psicólogos, toxicólogos, personal de enfermería, trabajadores sociales y monitores, preparados para informar, orientar y apoyar a todas aquellas personas que, por una u otra razón, necesitan esas sustancias.
El GOSMA actúa desde todas las instancias del Ministerio de Salud Pública. Hay una representación a nivel de cada provincia, y en los municipios se apoya en los Centros Comunitarios de Salud Mental (CCSM), donde se atienden pacientes con adicción a las distintas sustancias mediante consultas especializadas.
El licenciado Arnaldo González, director del CCSM del municipio de La Lisa, explica que «en estos centros hay grupos de ayuda mutua, se hacen psicoterapias grupales e individuales, y todas las acciones van encaminadas a la rehabilitación del paciente y, por supuesto, a su reinserción en la sociedad que es el objetivo final; generalmente, el consumo de drogas y la adicción están vinculadas a una pérdida del comportamiento social del individuo».
También, desde hace algunos años, existe la Línea Confidencial Antidrogas, teléfonos a los que la población puede llamar, de forma anónima, para preguntar cualquier duda relacionada con este tema.
Fundado en el 2005, otra instancia vinculada al GOSMA es el Centro de Deshabituación de Adolescentes (CDA), por ser ese período de la vida una etapa proclive al consumo de drogas. Es una institución con características sanatoriales donde los pacientes están de 3 a 4 meses internados recibiendo terapias. Después se insertan, salidos de ese medio, al CCSM que le corresponde para continuar el tratamiento.
La licenciada Maggie Torriente Valle, pediatra del CDA, asegura que «los pacientes mejoran mucho en ese lugar, porque además de las terapias de grupos, realizan otras actividades como los deportes. Se les vincula a la biblioteca, pues son muchachos que prácticamente han perdido los valores. A algunos les gusta la pintura, escribir, y allí pueden desarrollar todo tipo de actividades».
Mitchell Torres, de 15 años, paciente del CDA, asegura que ha avanzado mucho en su tratamiento durante los dos meses que lleva en ese centro: «Lo más difícil es tener que enfrentar mi problema solo, ya que mis amigos me rechazan y mi familia me abandonó. Hoy reconozco que fue un error iniciar el consumo, pero con la ayuda de los especialistas, espero erradicarlo completamente. Sueño con estudiar en la Universidad».
Familias como la de Mitchell son las más abundantes, pues la mayoría de los adictos son hijos de padres alcohólicos, divorciados, desvinculados del trabajo o tienen problemas de comunicación, asegura la licenciada Torriente.
Pero no siempre es así. Maribel González, madre de un joven que ya venció su adicción, declara que apoyó siempre a su hijo. «Fue muy difícil para mí - expresa -. Mi hijo vendió hasta los muebles de la casa para comprar drogas. Su padre no lo ha perdonado. Pero yo me siento responsable por sus errores. Además, no lo abandonaría por nada del mundo. Lo apoyaré siempre, haga lo que haga».
La prevención es la mejor solución
La educación y la información, sobre todo a los jóvenes, en cuanto al tipo de sustancias que existen y los riesgos inherentes a su consumo es la mejor forma de prevenir y evitar el uso de las drogas.
«Más del 50% de las actividades que realiza el GOSMA -apunta Rita Gutiérrez, miembro de esa entidad en Ciudad de La Habana-, están volcadas hacia la prevención y el no consumo.
«Son acciones encaminadas a la educación de la población, de los familiares de los enfermos y de los líderes de la comunidad; la preparación y capacitación de ellos, a todas la organizaciones que de una forma u otra tienen una acción sobre la sociedad».
Los capacitan para que aprendan a reconocer al adicto como un enfermo. También los educan en el diagnóstico, porque esta es una enfermedad que muchas veces se enmascara.
Además, el GOSMA se encarga de educar a la población para que conozca los peligros de las drogas y no las consuman. Por ejemplo, en las universidades hacen actividades a nivel de conversatorios, debates, propaganda, de qué es lo que interesa saber a los jóvenes.
Realizan campañas para evitar el hábito de fumar en las escuelas, que muchas veces conduce al consumo de otro tipo de sustancias. Por la vía curricular en las secundarias se orientan trabajos contra el tabaquismo, la cafeína, el alcoholismo. De esa forma, se incluyen en las asignaturas comunes el tema de las drogas.
A pesar de la corta edad del GOSMA, son palpables los resultados. Por ejemplo, en el CCSM de La Lisa se han atendido 43 enfermos, de los cuales el 70% no consumió más y están ya incorporados al estudio o al trabajo. En ese mismo municipio, han capacitado a más de 3 000 personas y están mejor las actividades culturales en la comunidad para lograr una recreación sana.
«Pero lo más importante -afirma Rita Gutiérrez-, es que existen lugares al los que la población se puede dirigir y herramientas para la familia en el abordaje de estas temáticas. Además, el tema que hasta hace poco era un tabú, hoy es algo sobre lo que se habla abiertamente, aunque queda un poco de resistencia.
¿Final feliz?
Jorge requirió de grandes esfuerzos para vencer su adicción, pues se trataba no solo de suspender el consumo, sino de modificar un estilo de vida que lo había llevado a comportamientos antisociales, sin ser en modo alguno antisocial antes de caer en las redes de la drogadicción. Gracias al apoyo de su familia y de las mencionadas organizaciones sociales, además de su voluntad propia, hoy está nuevamente vinculado al estudio.
Pero, desgraciadamente, no todos los finales son como el de Jorge. Por eso, lo importante es no iniciar el consumo. Dianelys Garrido, estudiante de la Universidad de La Habana, asegura que «no es necesario consumir drogas. Para divertirse no hace falta perder la conciencia, ni es esa la solución a ningún problema».
Ser joven es, sobre todo, encontrar el camino que hace realidad los sueños. Sin duda alguna, las drogas no son parte de él.
Recuadro No. 1:
Centros Comunitarios de Salud Mental de Ciudad de la Habana
Municipio Dirección Teléfono
Playa 5ta y 14 2091275
La Lisa 73 No.21818 2629427
%218 y 220 2629421
Marianao Ave.100 % 57 2624440
y 59
Habana Vieja Luz No.413 % 8621943
Picota y Curazao
Plaza Calle 4 No.123 % 8309042
Vedado
Calzada y 5ta
Cerro Durege No. 6 % 8764629
Calzada de Buenos Aires y
calle Buenos Aires
Regla Martí No. 214 % Ambrón 979541
y la Piedra
Guanabacoa Calle13 esquina 3ra 973060
Reparto Chivás
San Miguel del Padrón 7ma No.4219 % Central 985669
y 24 de Febrero
Habana del Este 7ma % 468 y 466 Guanabo 963909
Cotorro Calle 101 y 30 6827104
Arroyo Naranjo Martí esquina Santa Amalia 578312
10 de Octubre Libertad y D´Strampes ----------
Santos Suárez
Centro Habana Lealtad % San José ----------
y San Rafael
Boyeros Calle 1 % 8 y 10 6834030
Santiago de las Vegas
Línea Confidencial Antidrogas:
836-0000 - 836-0001: Brinda servicios de lunes a viernes en horarios de 9:00am a 8:00pm.
FICHA TÉCNICA:
Tema: El consumo de drogas
Tesis: El daño que causa el consumo de drogas y las acciones que hace Cuba para evitar esto.
Tipo de entrada: Anecdótica
Tipo de cuerpo: Por bloques temáticos
Tipo de cierre: De casos
Estrategia de fuentes:
Fuentes activas:
-Licenciado Arnaldo González Castro, director del Centro Comunitario de Salud Mental (CCSM) de La Lisa.
-Licenciada Rita María Gutiérrez González, miembro del Grupo Operativo de Salud Mental y Adicciones (GOSMA) de Ciudad de La Habana.
- Máster en Toxicología Raúl González Pérez, del Centro Nacional de Toxicología.
- Licenciada Maggie Torriente Valle, pediatra del Centro de Deshabituación de Adolescentes.
- Psicóloga Diancy Medina Reyes, del Centro Nacional de Toxicología.
-Jóvenes adictos a las drogas.
-Familiares de jóvenes adictos a las drogas.
-Jóvenes que no consumen drogas.
Fuentes Pasivas:
-Documentos:
Consideraciones para el manejo de las adicciones, del profesor y doctor Ricardo González Menéndez.
Abordaje de los problemas relacionados con el consumo de sustancias en la atención primaria de salud, de los doctores Guillermo Barrientos, Mario León y Virginia Lugo.
Control de drogas, estupefacientes y psicotrópicos en la atención primaria de salud, de un colectivo de autores de la Dirección Nacional de Farmacias y Ópticas.
Conducta terapéutica en Intoxicaciones agudas por las principales drogas de abuso, de un colectivo de autores de la Dirección Nacional y de Ciudad de La Habana del Sistema Integrado de la Urgencia Médica.
0 comentarios