¿CUÁL ES EL TOPE DE LOS PRECIOS TOPADOS?
A pesar de la importante función social que cumple el sector cooperativo y campesino cubano en escuelas, hospitales, unidades militares y directamente en la venta de productos a la población, abundan las violaciones que van en detrimento de la economía nacional y del bolsillo del ciudadano.
SERGIO GÓMEZ GALLO,
estudiante de primer año de Periodismo,
Facultad de Comunicación de la
Universidad de La Habana.
A la caldosa le faltan unos buenos plátanos, afirma la abuela. Para complacerla voy hasta el punto de venta de la esquina con la esperanza de que esté abierto y dispongan de la ansiada vianda. Noté algo diferente cuando llegué al establecimiento: un mulato con portafolio y guayabera blanca no combina con tomates y calabazas.
- ¿A cuánto el plátano macho?, pregunto sin hacer caso del hombre que indagaba en un montón de papeles.
- A tres pesos la libra, responde el dependiente muy apurado.
-- ¡La libra!, dije sin poder contener mi incredulidad.
- Sí, sí, la libra, se apresura en rematar el vendedor con evidentes signos de preocupación.
De pronto todo se aclara en mi mente: el mulato es inspector. Tres pesos me habían cobrado siempre por cada plátano y ahora resulta que eso vale la libra.
- Dame dos, que hoy el caldo sí espesa.
Escenas de este tipo pululan en Ciudad de la Habana y en toda Cuba, claro que en la mayoría de las ocasiones el desenlace no favorece al consumidor. Como todavía los brillantes innovadores isleños no han logrado crear el inspector de bolsillo que sirva de escudo ante los estafadores en nuestras compras, el cliente incauto siempre está en peligro de ser timado.
Actualmente la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) cuenta con cuatro mil 331 organizaciones de base, que agrupan en total a 331 mil 874 asociados. De estas entidades, mil 89 son Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) y tres mil 242 son Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS).
A pesar de la importante función social que cumple el sector cooperativo cubano, en escuelas, hospitales, unidades militares y directamente en la venta de productos a la población, abundan las violaciones que van en detrimento de la economía nacional y del bolsillo del ciudadano.
Lugo Fonte, presidente de la ANAP, afirmó recientemente en una conferencia de prensa que desde finales del 2004, cumpliendo con las indicaciones de la Dirección del Partido, se aprobó un programa para enfrentar las manifestaciones de corrupción, delitos e ilegalidades en las CPA y CCS.
"Como resultado de este programa se detectaron 29 820 incidencias, de ellas 66 642 en las CPA y 23 178 en las CCS. El mayor por ciento de estas infracciones corresponde a faltas en la contratación de la producción, alteraciones de los precios en los puntos de venta, negociaciones de productos agropecuarios con intermediarios, impagos a los productores por parte de las Empresas Acopiadoras, entre otras."
Los precios en los puntos de venta de las cooperativas están regulados por la Resolución 243 del Ministerio de Finanzas y Precios, por la cual cada cuatro meses los consejos de administración provincial aprueban un listado de precios topados.
La dependiente de un punto de venta en Ciudad de La Habana que prefirió el anonimato, cuenta que la causa principal de las violaciones en los precios radica en que los productos no provienen de las CPA o CCS, sino de los intermediarios: "Ninguna cooperativa de este país está en condiciones de mantener un puesto bien surtido.
"Los intermediarios le compran directamente los productos a los campesinos, luego nos los ofrecen a nosotros y para ganarle algo por encima hay que venderlos a precios superiores a los topados.
"Por ejemplo, el intermediario vende el quintal (100 libras) de malanga a 250 pesos, pero nunca viene con el peso exacto, siempre traen tierra y viandas que por su tamaño o malas condiciones no se pueden vender. En fin, que para ganarle a la malanga hay que soltarla a 3 pesos la libra y el precio real es 2,50 pesos.
"Con el plátano fruta pasa algo similar, el intermediario te lo da a 50 pesos la caja que trae cerca de 100 plátanos, lo correcto sería venderlo a 80 centavos la libra, pero eso es un suicidio, para no perder hay que ofrecerlos entre 1 peso y 50 quilos cada uno, dependiendo del tamaño".
Alicia Mirabales, vecina del municipio Boyeros, afirma que en los puntos de venta todo es carísimo: "Yo he comprado hasta 50 pesos de viandas y frutas y en menos de una semana ya no tengo nada."
"Yo vengo aquí porque es lo más cercano a mi casa y a mis años no puedo hacer un viacrusis cada vez que tenga deseos de tomar una sopa o comer alguna fruta", asegura Adelaida, retirada de 65 años.
Santiago Peña refiere, mientras comprar cinco libras de boniato, que el precio de los productos nunca es el anunciado en los carteles. Además, uno no sabe si se vende por libra, por unidad o por volumen.
Juan Carlos Tamayo, Inspector Integral del Poder Popular del municipio Boyeros, en la capital, destaca que la infracción más común en los puntos de venta es la alteración de los precios, que conlleva a una multa de entre 50 y 100 pesos. En otros casos el dependiente no tiene permiso para ejercer esa función, por lo que puede quedar cerrado el establecimiento indefinidamente.
"Pero con la cantidad de inspectores con que cuenta el organismo en este momento le es imposible controlar todos los puntos de venta, nosotros vamos multando por un lado y ellos siguen cometiendo infracciones por el otro," añade.
Tamayo indica que en la mayoría de los establecimientos no solo se venden los productos de las cooperativas y que "cuando hay dinero de por medio muchos inspectores se hacen los de la vista gorda ante las ilegalidades."
Roberto Acosta, director de una CCS en Ciudad de La Habana, asegura haberle vendido algunos de sus productos a los intermediarios: "A veces por falta de transporte las empresas acopiadoras no pueden recoger los productos de las CSS que están esparcidas por toda la ciudad; yo no voy a quedarme sentado viendo como se pudre el fruto de mi trabajo.
"En otras ocasiones se atrasan en el pago de los productos y hemos tenido que esperar hasta un año por nuestro dinero. Los intermediarios pagan al momento y a mejor precio que el Estado."
Lugo Fonte en la citada conferencia señalaba que en general existen problemas en el acopio de las cosechas, que son la falta de transporte por deterioro de los existentes y el mal estado de los camino, factores fundamentales para la distribución de los productos agropecuarios.
Con relación al problema de los impagos, señaló que en el análisis efectuado en abril de este año prácticamente no existían retrasos: "Lo cual es una gran noticia porque ese fue uno de los temas que tuvo un tratamiento especial en la pasada Asamblea Nacional del Poder Popular."
Entre las medidas adoptadas para evitar "aquellos vergonzosos impagos a las cooperativas y productores por largos períodos" se encuentra el establecimiento de un término de 30 días para que las empresas paguen, en los casos que la liquidación de la compra no se efectúe en el plazo establecido se convierten en deudas, precisa el líder anapista.
En la realidad del país hay otros ejemplos que justifican y enaltecen la labor de los cooperativistas cubanos.
Un artículo publicado a principios de este año en la revista Bohemia refiere que la CCS Orlando López, con 115 hectáreas, además de cumplir sus planes de entrega de viandas, hortalizas, granos, leche y carne de cerdo, suministra alimentos a 18 centros escolares, cinco unidades militares, siete instituciones de la salud y 30 puntos de venta del municipio de Arroyo Arenas.
Carmen Prada, directora de la escuela primaria Manuel Sanguily, destaca que "la cooperativa nos ayuda en todo: con alimentos para nuestro comedor, con las semillas y el asesoramiento a nuestros alumnos en los cultivos de vegetales y condimentos, además de embellecernos pasillos, oficinas y otras áreas con plantas ornamentales."
Por otra parte, una vecina del reparto Barbosa se regocija porque el punto de venta La Esperanza sea atendido por esta CCS. "Gracias a ellos el quiosco es un paraíso", asegura, y sin más señales se marcha con dos jabas repletas de vegetales.
Inocente Núñez, viceministro de Agricultura encargado de la esfera económica, refiere que los puntos de venta han resultado de gran importancia en la situación actual del país, pues acercan el producto al consumidor. Pero precisa que hay que revisar los niveles de control en estas entidades.
Si tenemos en cuenta las investigaciones del Centro de Estudios de la Economía Cubana que revelaron a finales de 2006 que el 75 por ciento de los ingresos de la familia cubana se destina a la compra de alimentos, es imprescindible el control y la correcta administración de las cooperativas y sus puntos de venta para que la cadena no siga rompiéndose por el punto más débil: el consumidor.
Nota: Los nombres de algunos entrevistados fueron cambiados.
Ficha técnica:
Tipo de título: Llamativo
Tipo de entrada: Anecdótica
Tipo de cuerpo: De bloque temático
Tipo de cierre: De conclusión
Estrategia de Fuentes
Activas: Lugo Fonte, director de la ANAP; Inocente Núñez, viceministro agricultura; Vendedora de punto de venta; Director de CCS, Inspector; Opiniones de la gente.
Documentales: Revista Bohemia; Centro de Estudios de la Economía Cubana; ANAP
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